miércoles, 7 de septiembre de 2011

Mis alumnos

  
  Mis alumnos me hacen reír mucho. Son muy diferentes a mí cuando yo era alumna, y ese es un hecho que no deja de sorprenderme. Preguntan cosas sobre ciertos temas y de ciertas formas que yo jamás habría elegido preguntar a ninguno de mis docentes, jamás. No me escandaliza, pero me sorprende. A veces los escucho hablar sobre sus sueños, sus metas, y no sé bien qué decirles, ni siquiera sé si tengo derecho o necesidad de decirles algo, porque no tengo la menor idea de cómo van a hacer las cosas el día que ese futuro con el que sueñan llegue, y tampoco noto que como sociedad estemos haciendo nada de fondo para hacer que su paso por la escuela y la universidad sea significativo y los prepare para enfrentarse con el mundo que les tocará protagonizar. Es más, veo que la mayoría de nosotros, adultos, no pensamos a largo plazo con optimismo, sino que nos vemos forzados a pensar en el corto plazo, porque la realidad laboral, económica y social así lo impone. Miro con tristeza la cola de jubilados en las puertas de los bancos cuando les toca ir a cobrar sus haberes, y cuando escucho cuánto se les aumentará cada vez que se decide darles un aumento jubilatorio, me pregunto cómo hacen y cómo haré yo cuando esté en esas colas para subsisitir.
  Ayer trabajaba con mi grupo de inglés más avanzado sobre un texto muy breve ferozmente crítico que volvía sobre el tema de educación. Es el mismo grupo con el que estrenamos el año de la mano de Charles Handy, sobre quien escribí entonces, cuando se dieron cuenta de que su profesora tenía puntos de vista muy fuertes con respecto a la educación actual, a sus falencias, a su absoluta falta de modernización, sentido y encuadre, tanto para los educandos como para los educadores. Yo misma recuerdo mi escolaridad con cariño por ciertas maestras de la primaria que me trataban maternalmente, cosa que ya en general no veo que suceda, o que parece estar mal vista, excepto quizás en el nivel inicial, pero no olvido el tedio y la vacuidad de la mayoría de mis experiencias a nivel secundario. Recién el profesorado de inglés que elegí por absoluta vocación me dio un sentido de goce y relevancia ya pasados los dos primeros años, que viví como "filtros".



  Noto que en general a los alumnos de la escuelas primarias no se los trata como niños hoy por hoy, se los apura y se los piensa como "adultos en miniatura", no se les deja jugar demasiado, ni se les permite dar rienda suelta a su fantasía ni a su sensibilidad creativa y creadora, ni se los "educa físicamente" en educación física. Más bien, se los atiborra de contenidos que ojalá llegaran a ser conocimientos, si fuesen bien transmitidos, acompañados de cierta significación relevante para ellos, con contemplación por lo básico de la pedagogía y de la psicología no entendida como instrumento de rotulación y etiquetamiento, sino como vía de ayuda para la real solución de problemas. Y se les exigen cosas que sus docentes no tienen como modelos de roles. A mi hija menor se la tortura con el "deber tener linda letra", y la prolijidad en la presentación de sus trabajos, que son todos escritos, ya que la oralidad se tiene totalmente abandonada, tal vez bajo la falsa creencia de que se desarrolla por generación espontánea, y ha tenido maestras con pésima letra, a tal punto que en casa, ha quedado la broma establecida que a la pregunta : "¿Cómo te fue hoy?", que hacemos al salir del cole, la respuesta es:"Muy bicu", ya que "bicu" era lo que se leía del "bien" que mezquinaba una de las maestras de grado que mi hija tuvo que padecer. Y con respecto a la prolijidad y al uso de los espacios sobre el papel, yo recuerdo las innumerables veces en que mis maestras de la primera etapa del primario sobre todo se ocupaban de marcar cosas como "Bueno ahora pegadito al renglón", o "Ésto va subrayado", pautas clarísimas y explícitas de cómo se hacían las cosas. Ahora se espera que estos niños de la generación 2.0 nazcan sabiendo muchas cosas, o se desconoce qué y cómo hay que enseñarles a aprender.



  Y por lo que veo en el secundario la cosa no es mucho más alentadora. Mi hijo de trece siempre fue capaz y curioso. Es autodidacta en la computadora, lo tecnológico en general y hasta en lo musical. Pero el colegio lo aburre, no lo convoca ni le preocupa demasiado, y ya varias veces ha cuestionado el valor de lo que aprende, dejándome sin respuesta... Hoy mismo lo estuve ayudando en un trabajo de Lengua y Literatura en el que debía confeccionar una tabla comparativa de personajes literarios de la novela policial anglosajona sin haber leído siquiera una historia representativa del género... Es difícil dar respuesta ante tanta pobreza en el aprendizaje sumada a la incertidumbre del futuro al que deberá hacerle frente. No tengo la menor idea de qué aconsejarle hacer con su vida cuando llegue la hora de definirlo al terminar este nivel: ¿qué carrera universitaria le asegurará estabilidad laboral y bonanza económica, y sobre todo, un alto grado de realización personal? Pues no lo sé.



  Además, está lo social en el secundario, que observo con preocupación creciente. Noto que lo que ellos llaman "celebrar" dista mucho de ser verdaderamnete divertido, y se remite al acatamiento de lo que se impone socialmente como "fashion", como "cool": la desmedida importancia de lo estétetico de modo estereotipado y hasta asexuado hasta cierto punto, o la exarcebación de la nocturnidad, el consumo de alcohol y estimulantes y la sexualidad "desprolija" y a destiempo, todo esto condimentado por una alta dosis de comunicación intrascendente o a veces francamente agresiva o carente de sustancia a través del chat y Facebook "OPEN 24 hours"...


                                 
  En lo personal, más allá de que los sueldos docentes en la Argentina son directamente proporcionales al prestigio de nuestra labor, más allá de que no puedo dejar de observar que mis compañeras docentes diez años menores que yo deben trabajar tres turnos para poder acceder a lo mínimo que un adulto joven aspira a tener, es decir, un hogar propio y equipado para poder dejar de vivir con sus padres, yo me siento feliz de ser docente. Me siento feliz de estar cerca de mis alumnos, aunque me sienta insegura, desorientada y a veces desanimada como muchos de ellos. Estoy feliz de hacer lo que hago a pesar de todo, aunque más no sea para darles cierto cariño maternal que yo he recibido de docentes que marcaron mi rumbo, para hacerles ver sus riquezas y potencialidades, para transmitirles el derecho y el deber de aprender porque es algo muy placentero, reconfortante y altamente significativo si se hace con convicción y alegría, más allá de las recompensas materiales que se obtengan a fuerza de tanta preparación o no. Sigo creyendo que el aprendizaje es la única salida de tanta frivolidad, corrupción y mediocridad, de lo que políticamente se denomina "subdesarrollo".
  El diario La Nación del domingo, en la sección Enfoques, me informa en un extenso artículo titulado "La deuda educativa es con los jóvenes" que, de acuerdo a un estudio realizado por los once diarios líderes de Latinoamérica, reunidos en el Grupo de Diarios América (GDA), la escuela media es una urgencia común para nuestra educación, "un escenario que pone de manifiesto las desigualdades sociales, económicas y regionales que caracterizan a muchos de nuestros países". Además, reivindica lastimosamente mi opinión al afirmar que "el ser docente sigue estando, en general, mal pago y ha dejado de ser en nuestros países una profesión atractiva". Según este informe, muchos de los que ingresan a los magisterios o profesorados de América Latina lo hacen por descarte, por haber fracasado en su paso por la universidad. ¡Me da mucha pena! Yo elegí ser docente, ser EDUCADORA, con pasión y convicción, y lo sigo eligiendo, más allá de todo. Desde ya, creo que nos merecemos mayor consideración social por nuestra labor cotidiana, menos desconfianza y más capacitación eficiente, y ni hablar de una mejor remuneración. Pero cada vez que mis alumnos me hacen reír, como ayer, o comparten sus lágrimas conmigo, como ayer, siento que no me equivoqué cuando elegí ser quien soy.




Y lo digo como siempre... a boca de jarro.

lunes, 5 de septiembre de 2011

El premio es tener un blog!!!

   
  Ayer, al hacer mi repaso de los blogs que sigo a través de mi escritorio de bloguera, que va alegre y abiertamente en aumento, me encuentro con dos cosas importantes. La primera fue la propuesta de llamarnos al silencio por un día para unirnos en el duelo ante las pérdidas que ocasionó el lamentable accidente aéreo de un avión de la Fuerza aérea chilena camino a la Isla Juan Fernández, a donde se dirigían en misión solidaria algunos funcionarios de Televisión Nacional de Chile, encabezados por el animador Felipe Camiroaga, seis de la fundación "Desafío Levantemos Chile", lideradas por el empresario Felipe Cubillos, y dos funcionarias del Consejo de la Cultura. También estaban a bordo dos miembros del Departamento de Relaciones Públicas de la Fach, a quienes se suman los seis integrantes de la tripulación de la aeronave militar. Se me invitó a unirme en la oración por las pérdidas. Y me pareció un gesto conmovedor: una sociedad golpeada duramente por la adversidad en los últimos tiempos, por diversas catástrofes,  que deseo supere el dolor desde la aceptación del hecho de que el dolor es parte de nuestro paso por el mundo, y la aceptación del dolor es la clave para el aprendizaje y el crecimiento personal que el dolor conlleva, y para resignificar nuestra vida en este mundo y encontrarle un sentido trascendente en lo que dejamos como huella.

               Trailer de la película "the Greatest" http://youtu.be/zbbjryeVCnk  

  Siento que vivimos en una era en la que pareciera que hay que escaparse de las emociones que atentan contra la alegría, y que, sin embargo, aunque parezca contradictorio, hacen nuestro vivir más pleno y más profundamente feliz a la larga,  ya que nos enseñan a valorar lo que tenemos, lo que estamos aquí y ahora para dar, para hacer, para construir, para aprender y para trascender. La otra vez leía sobre duelos, y sobre los tiempos que lleva procesarlos, que se intenta cuantificar y estandarizar para diagnosticar la salud mental de la persona doliente. Y justo vi una película aleccionadora sobre el tema, protagonizada por Pierce Brosnan y Susan Sarandon, "El Mejor" ("the Greatest" en el original en inglés), una película que enseña que cada uno lleva los duelos como mejor puede, permitiéndose o no las lágrimas, el insomnio, la locura, y el seguir conectándose y aferrándose a la vida o el sumergirse en "la muerte en vida". Finalmente, en esta historia, toda una familia crece y se aúna alrededor de la pérdida del hijo mayor en un absurdo accidente automovilístico, absurdo como toda muerte de este tipo, a destiempo, según nuestro entendimiento y nuestra humana limitación ante el hondo misterio de la vida y la muerte. La muerte, parte fundamental de la vida, redunda en la continuación de la vida plenificada y resgnificada desde la irreparable perdida: creo que no hay otro camino si queremos seguir viviendo y "honrrando la vida" que ése de elegir no hundirnos frente a la adversidad, no rehuirle al dolor y la tristeza cuando se debe confrontarlos, y tomarlos como una oportunidad para crecer. Los budistas dicen que hay que tener "espalda fuerte y pecho blando", espalda fuerte para cargar con el peso del dolor, y pecho blando para que el corazón se llene de empatía y de misericordia, que no es lo mismo que lástima, ante el dolor ajeno que no nos es ajeno. Ésto lo explica muy bien en una estupenda charla en  www.ted.com  Joan Halifax: Compassion and the true meaning of empathy | Video on TED.com, que no posteo porque todavía no ha sido subtitulada al español.                                                                           
                                                             
  Y una buena noticia que descubrí ayer es que Gi de albordedelostreinta.blogspot.com decidió pasarme un premio que va pasando de mano en mano, de blog en blog, y que trae un poco de luz de sol de primavera a mi jarro, en días en los que parece que faltara el agua para hidratarse y darle para adelante: ¡gracias, Gi!  Lo recibo con alegría porque viene de una buena compañera de ruta. 


                                                        
  Ayer también releía un artículo interesantísimo de Orsai Número Tres, titulado "Pienso, luego estorbo" escrito por el periodista argentino Ricardo Galli, formoseño, Doctor en Informática, profesor y activista del Software libre y, yo agregaría, de la dignísima libertad del ser, que reside en Palma de Mallorca desde 1992. El artículo está brillantemente ilustrado por las fotos de Eduard Bayer, y repasa los hechos con cronología y algunos nombres claves, que llevaron al movimiento de protesta de los indignados españoles conocido como M15, por haber sido Mayo 15 la fecha en que las plazas de una decena de ciudades españolas se llenaron de jóvenes, niños con sus padres y jubilados respondiendo a la demanda de "Democracia real ya".


  Hay tres aspectos de esta protesta que quisiera pensar en voz alta. El primero es que toda la movida que llevó a que tanta gente diversa pero unida en el mismo digno reclamo saliera a la calle pacíficamente ese día de mayo se gestó a través de la acción de la web, lo que el autor del artículo denomina el "ciberactivismo". Éste fenómeno me parece fenomenal. El autor cuenta que:

"El dos de diciembre de 2009 se reprodujo en miles de blogs el "Manifesto por los derechos en internet" ( o #Manifesto ) ... Las acciones provenían de todo el arco ideológico. ... La repuesta de los políticos, y de ciertas personalidades artísticas, fue la manipulación y el insulto. Intentaron desacreditar las protestas con el mensaje de siempre: "Son cuatro gatos piratas". .... Los partidos, aislados en sus cámaras de eco, dejaron a la ciudadanía sin capacidad de participación, salvo las elecciones. ... Nuestra única opción era atacar al núcleo del problema, castigar a los tres partidos. ... No debía centrase únicamente como un repudio a la censura en interenet, sino como representación de la peor corrupción política: ignorar a los ciudadanos, manipular la historia, legislar a favor de minorías y en contra de los intereses de la sociedad."

#Manifesto

 

   Esto es una prueba cabal de cuán lejos se puede llegar escribiendo y pensando en un blog. Insisto con mi idea de que los blogs son un fenómeno fenomenal de aún insospechado poder e ignorada trascendencia.

  Otro aspecto que me impacta de esta protesta es la fecha: Mayo del 2011. Nosotros nos despertamos como nación independiente de España en mayo de 1810, y España reacciona con protestas ante el ninguneo que sufre por parte de sus gobernantes 201 años después. Hay algo cíclico en la historia, sin dudas. Me gustaría saber cómo se va a llamar a esta nueva ola de demanda de cambios, y a qué escenario vamos a asomar bajo este nuevo sol de mayo.

   Y el tercer y último aspecto que me tiene subyugada de este movimiento es que se trata de un germen altamente contagioso, y no puedo evitar ver en él a la mecha que encendió la llama de la indignación expresada " a boca de a jarro"  en diversos lugares del mundo, el último, el pasado fin de semana, en Israel, donde la ciudadanía salió a las calles a protestar en lo que el diario La Nación de ayer titula en página 11 como una:

"Histórica y masiva movilización de los "indignados" en Israel"
 "Más de 400.000 personas protestaron en tres ciudades contra la suba del costo de vida"
Manifestación en Israel por la carestía de la vida.
                                                      
  Somos muchas las voces que nos expresamos desde nuestros blogs, y es mucho lo que se puede lograr pensando en voz alta e invitando a quienes siguen y leen a pensar con nosotros. Me sigue fascinando este fenómeno fenomenal de los ciberactivistas pacíficos unidos en una misma voz.



...  Y como la idea del premio es recibirlo de un bloguero/a  y pasarlo a otro porque nos enriquece, nos aporta, nos hace despertar y crece, paso entonces este premio a mi amiga del alma, María Guadalupe Buttera que me alimenta con su blog "Despertar y crecer".


A boca de jarro

sábado, 3 de septiembre de 2011

La blancura del pañuelo recién lavado...


Pintura de D. H. Lawrence : "C. Cloud"

  Por esas cosas de la memoria emotiva, se me vino este poema al corazón, que me regaló mi profesora de Lengua Inglesa IV justo antes de recibirme, Evelyn, una bellísima persona que todavía tengo la suerte de encontrarme de vez en cuando. No sé bien por qué se me vino esa imagen tan fuerte de D. H. Lawrewnce  "al ojo de mi mente", como se dice en inglés, la de "la blancura del pañuelo recién lavado". ¡Qué bella imagen que le pone el broche final a este bello poema sobre que la vida!

                                                                           
  La vida es también para mí ahora, ya adulta y a cargo de la vida y no a la espera de lo que ella tenga para ofrecerme, ahora que ya miro de lejos a aquella estudiante llena de ilusiones que quería tantas cosas, y que ignoraba tantas otras, la vida ahora es el desafío cotidiano de "la blancura del pañuelo recién lavado". Lo más bello de la vida, lo más noble, lo más puro, y lo que realmente nos hace vibrar en el vivir es transmitirla, de todas las maneras que nos sea posible: nuestra labor cotidiana, una torta, un taburete, un pañuelo lavado para quien lo necesite. 
  "Pero dar vida no es tan fácil", Lawrence dice "a boca de jarro", aunque aún sea la gran verdad acerca de la vida. Se trata de encender la fogata de la vida allí donde parece que se extinguió... ¡Qué belleza!  No escribo más. Se los transmito en las palabras de un grande de la literatura anglosajona, duramente cuestionado y censurado en su tiempo por su abordaje de la temática sexual tan inaceptable para la realidad en la que le tocó vivir:

"We Are Transmitters" by D. H. Lawrence

As we live, we are transmitters of life.
And when we fail to transmit life, 
Life fails to flow through us.
That is part of the mystery of sex, it is a flow onwards,
Sexless people transmit nothing.
And if, as we work, we can transmit life into our work,
Life, still more life, rushes into us to compensate, to be ready
And we ripple with life through the days.
Even if it is a woman making an apple dumpling,
Or a man a stool,
If life goes into the pudding, good is the pudding,
Good is the stool,
Content is the woman, with fresh life rippling in to her,
Content is the man.
"Give, and it shall be given unto you"
Is still the truth about life.
But giving life is not so easy.
It doesn’t mean handing it out to some mean fool, 
Or letting the living dead eat you up.
It means kindling the life-quality where it was not,
Even if it’s only in the whiteness of a washed pocket-handkerchief.

"Somos transmisores" de D.H. Lawrence

Mientras vivimos somos transmisores de vida.
Y cuando no logramos transmitir vida, 

la vida ya no logra fluir a través de nosotros.
Es parte del misterio del sexo, es un flujo que avanza.
Las gentes asexuadas jamás transmiten nada.
Y cuando al trabajar logramos transmitir vida a nuestro trabajo,
la vida, ya más vida, corre a nosotros para compensarnos, 
para estar preparada
y ondeamos vivientes a través de los días.
Ya sea una mujer haciendo un pastel de manzana 

o un hombre un taburete,
si la vida penetra en el pastel, bueno será el pastel,
y bueno el taburete,
contenta estará ella, ondeando de vida fresca,
contento estará él.
"Da y te será dado",
ésta es aún la verdad de la vida.
Pero dar vida no es tan fácil.
No significa dispensarla a cualquier necio 

ni dejar que los muertos vivientes te devoren.
Significa encender el principio de vida allí donde no estaba,

incluso si es tan sólo en la blancura de un pañuelo recién lavado.


















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