"... la mujer que tiene los pies hermosos
sabe vagabundear por la tristeza."
Mario Benedetti, "Pies hermosos" (Fragmento)
No había sido agraciada
con cinturita de avispa,
por alta no destacaba,
sus pechos no bamboleaban,
al irse no deslumbraba,
sus cabellos no danzaban,
sus ojos no encandilaban.
¡Pero Dios sí le había dado
unos pies que eran un canto!
De sus pies quedó él prendado,
se quedó anonadado:
la desnudó sin tocarla,
sólo con puro mirarla,
al descalza descubrirla.
De refilón un buen día
desde la vidriera fría
la vio en la zapatería
en el preciso momento
en el que descalzó sus pies;
sin olerla, sin rozarla,
la amó parada y en pata.
Un amor de pies preciosos,
- tentadores como frutos -
libre de todo prejuicio:
amor plantar, amor podal.
amor plantar, amor podal.
Se enamoró de sus pies
perfumaditos, sedosos,
redondeados y carnosos.