Publico hoy de nuevo esta entrada del 24 de mayo, porque cada vez enlazo más, cada día de mi vida de blogger me da más satisfacciones el enlazar, y cada momento creo que lo que más necesitamos como sociedad es enlazar en todos los campos. Lamentablemente, mi amigo blogger Facundo ya no está más: no encuentro su blog activo en ningún lado y se desenlazó de mí. Si alguien sabe de él, o si vos, Facu, leés esto, por favor, tened a bien comunicaros conmigo... ¡Te extraño! GRACIAS!!!
The Lacemaker (La hilandera) Johannes Vermeer. |
“Enlazar” es precisamente lo que estamos necesitando en términos de educación todos los agentes involucrados en el proceso de la enseñanza y el aprendizaje, que son la misma cosa. Hay que enlazar el aprendizaje de los alumnos con el de sus docentes, la enseñanza que impartimos los docentes con la que nos dan los alumnos, las formas de educación tradicionales con las más innovadoras que nos inundan desde la tecnología, enlazar a los padres con los aprendizajes de sus hijos, y a los docentes con la realidad de los padres, y a los padres con los docentes, y a los docentes entre sí.
Creo que este cambio es muy viable si tan sólo nos desprendiéramos del miedo al cambio, de los prejuicios, de las excusas… Ahí hay que "desenlazar".
No digo que todo lo que se hace hoy por hoy en las escuelas está mal, ni tampoco creo que todo lo tecnológico sea 100% efectivo, ni en la escuela, ni en todos lados.
Digo que hay que “enlazar”.
ENLAZAR: UNIR, RELACIONAR, COMBINAR, ASOCIAR, CONECTAR, VINCULAR, EMPALMAR, ENTRONCAR, EMPARENTAR.
ESTA ES LA GRAN REVOLUCIÓN EDUCATIVA QUE NOS DEBEMOS COMO SOCIEDAD A 201 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO.
ESTA ES LA GRAN REVOLUCIÓN EDUCATIVA QUE NOS DEBEMOS COMO SOCIEDAD A 201 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO.
Sólo de ese modo lograremos llegar a crear el entretejido de la red de educación que TODOS necesitamos de cara al futuro.
Yo misma encuentro muchos riesgos en el uso indiscriminado de la tecnología informática “per se”, y sobre todo, cuando la consigna desde la escuela es “Busquen en Internet”. Los docentes en general nos vemos sobrepasados por las nuevas tecnologías: no las entendemos, no las dominamos, y por eso nos meten miedo. Los chicos, por el contrario, nacieron con un dedo en los botones, o con un botón en los dedos, y se animan a todo en la computadora, pero es preciso que el adulto controle y guíe las búsquedas para así orientarlas hacia sitios confiables y valiosos. Sabemos que hay mucha riqueza en la web, y también hay mucha basura, como en todos lados. Por eso es menester “discriminar”, en la mejor acepción de la palabra, y enseñarles a los chicos a hacerlo.
Yo misma también escribí una larga entrada sobre Facebook, y si bien sigo sintiendo que la mayoría de los usuarios de esta red social están allí para figurar, porque “hay que estar, hay que hacer rostro, “hacer face”, también le agradezco a Facebook la posibilidad que me brinda a mí y a muchos de usarlo positivamente, para reencontrarme con amistades perdidas, o divulgar lo que uno humildemente hace y cree que puede resultar útil e interesante para otros. Todo avance y herramienta que se pone al servicio de la comunicación humana puede ser utilizada tanto para ennoblecer y enriquecer, como para destruir, degradar o empobrecer. La elección está en nuestras manos, ahora, sobre el teclado. Y si no, pensemos qué se hacía con los más bellos libros jamás escritos cuando caían en manos de los tiranos de turno…
Toda herramienta, nueva o vieja, tiene sus pro y sus contra. El tema es cómo se usa. Los jóvenes que abusan del uso de ciertas redes mostrando su desnudez, en lo que se conoce como el “cyberstrip-tease”, por ejemplo, u hostigando a algún otro a quien eligen como chivo expiatorio a través de lo que se denomina “cyberbullying”, no hacen más que
de-mostrar lo desnudos que se encuentran de mirada adulta paternante que simplemente les advierta del peligro y del mal que causan y se causan. No hay nada malo en mostrar un cuerpo desnudo, en realidad, es algo muy bello. Pero depende del para qué se lo muestre. Si se trata de incitar la mirada de otro creyendo que en ese cuerpo está todo lo que yo soy, valgo y tengo para ofrecer al mundo, voy muerto. Y lograré incitar otro tipo de desnudez patológica, que es la que padece el pervertido, y que es en verdad la que plantea un gran peligro a ese joven que muestra lo que considera más valioso de sí sin reparos al mundo. El pensar que el cuerpo es lo más valioso que tenemos para ofrecer como imagen propia a los demás es también un tipo de desnudez que empobrece, achata, denigra. Es un hecho muy generalizado que se ve en todos lados, y es muy triste.
La web no es más que un reflejo de lo que sucede en el mundo real, ni más, ni menos.
Y está en nosotros elegir qué mostrar, hasta dónde y para qué.
Esto lo podemos hacer los adultos, pero los jóvenes necesitan consejo, control y límites, por su propio bien.
Al hacer mal uso y abuso de la tecnología, no hacen más que pedirnos a quienes tenemos la responsabilidad de paternarlos que les pongamos un límite. Y aquí me es útil otra vez mi admirado y erudito Sergio Sinay, y su maravilloso libro “La Sociedad de los hijos huérfanos”: hijos huérfanos de adultos que desempeñen su rol adultamente, huérfanos de mirada y de presencia adulta, y huérfanos del necesario, aunque temido por muchos padres, límite.
Al hacer mal uso y abuso de la tecnología, no hacen más que pedirnos a quienes tenemos la responsabilidad de paternarlos que les pongamos un límite. Y aquí me es útil otra vez mi admirado y erudito Sergio Sinay, y su maravilloso libro “
Un joven bahiense, Facundo Arrimada, que está viviendo en el País Vasco, aportó un comentario a mi entrada anterior, y me llevó a descubrir su incipiente blog. Él también escribe una interesante entrada sobre sus resquemores ante los límites de su privacidad y lo que deja ver de sí al llevar su blog o al mostrarse al mundo en Internet, y también me hizo repensar lo que yo misma me planteo cada vez que posteo: ¿hasta dónde, para qué, a qué precio?
Creo que las mismas preguntas caben en la escuela en cuanto al uso y la implementación de las nuevas tecnologías. Y ahí hay otra pregunta más importante aún, que percibo no nos estamos formulando como educadores: ¿CÓMO?
De todas formas, la presentación es entusiasta y motivadora, y el entusiasmo es lo que menos abunda en las aulas, lamentablemente. Por eso me parece muy digna de difundir, igual que el sitio.