domingo, 7 de agosto de 2011

Más sobre la protesta estudiantil en Chile


  Gracias a la interacción que tengo con las bloggeras chilenas, en este caso puntual, con Mandy, a quien le agradezco, me llegó esta entrevista con Marcel Claude, economista, educador y conferencista chileno, entrevistado en CNN Chile el 14 de junio pasado acerca del tema de la protesta estudiantil que ya estaba en curso, y que aquí me informo de que arrancó en el año 2006. Según me cuentan las jóvenes bloggers chilenas, ha causado estragos este año en particular en el desarrollo del año lectivo en su país. Creo que vale la pena compartirla y difundirla.
Dice Claude:

"Chile tiene los recursos para financiar 100% la educación y se permite el lujo de regalarles 25 mil millones de dólares anuales a las Multinacionales...." 


¿Qué quieren los chilenos que protestan según este economista?


*Que el derecho a la educación prime sobre el derecho empresarial.
*Cambiar recursos naturales no renovables por inteligencia creativa que sólo se obtiene de un   pueblo educado.
*Educación para todos los hijos de Chile.
*Ser los gestores de su propio desarrollo.


Y me quedo con una frase que comparto absolutamente:


"Los pueblos ignorantes están condenados al subdesarrollo".


Por eso se me vinieron George Orwell, con su "1984" y Aldous Huxley, en "Un mundo feliz", a la memoria. 
Da para pensar y escuchar...


                                                   http://youtu.be/r4mEwpk5rHI


Este hombre habla como a mí me gusta: ¡A boca de jarro!

jueves, 4 de agosto de 2011

Otra para docentes



                          

  Hoy, como respondiendo a mis preguntas y a la interesantísima y provocadora presentación slide de  "Enlaces Educativos" que incluí en  "Enlazar: REEDITADA", me encuentro con este mail en mi casilla de correo enviado por docentes de mi familia:
                                               
Un Supervisor visitó una escuela primaria.
       En su recorrida observó algo que le llamó la atención: una maestra estaba atrincherada atrás de su escritorio, los alumnos hacían un gran desorden; el cuadro era caótico.
        Decidió presentarse:"Permiso, soy el Supervisor... ¿Algún problema?"
        "Estoy abrumada señor, no sé qué hacer con estos chicos..."
No tengo láminas, no tengo libros, el ministerio no me manda material didáctico, no tengo recursos electrónicos, no tengo nada nuevo que mostrarles ni qué decirles..."
        El inspector que era un "Docente de Alma", vio un corcho en el desordenado escritorio, lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:
        "¿Qué es esto?"  "Un corcho señor ", ....gritaron los alumnos sorprendidos.
        "Bien, ¿De dónde sale el corcho?".
        "De la botella señor. Lo coloca una máquina...", "del alcornoque... de un árbol"... "de la madera...", respondían animosos los niños.
         "¿Y qué se puede hacer con madera?", continuaba entusiasta el docente.
         "Sillas...", "una mesa...", "un barco! ". "Bien, tenemos un barco.
        ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito?
        Escriban a qué provincia argentina pertenece.
       ¿Y cuál es el otro puerto más cercano?
       ¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que allí nació? ¿Qué produce esta región?
¿Alguien recuerda una canción de este lugar?"  Y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión, etc.

La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida:

"Señor nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas Gracias."


                                     
   A veces sentimos que necesitamos mucho más de lo que en realidad hace falta... 

Es cuestión de mirar y "ver", de asir la oportunidad como y cuando se presenta. Los chicos son mucho menos exigentes que nosotros mismos en los parámetros con los que juzgamos nuestra noble y ardua labor cotidiana,  y los que aplicamos sobre ellos. Da para pensar ahora que se largó la segunda, larga y agotadora segunda mitad del año. Pensemos juntos. No hagamos como la maestra del cuento que se mete debajo del escritorio, porque el cuento termina así:

Pasó el tiempo. El inspector volvió a la escuela y buscó a la maestra. Estaba acurrucada atrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden...

       "Señorita... ¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí?"
" Sí, señor. ¡Cómo olvidarme! ¡Qué suerte que regresó. 
No encuentro el corcho. ¿Dónde lo dejó? "



Enrique Mariscal
Cuando el maestro no tiene vocación o alma de maestro, nunca encuentra el corcho!!!

  Y les aseguro que no se trata de juzgar a nadie, sólo se trata de pensar juntos, de ENLAZAR, ya que en la soledad del aula, como nos pasa en casa como padres, uno a veces no piensa claramente, se ve abrumado y tironeado muchas veces: somos humanos después de todo. Como todos. Por eso creo que el humor compartido sirve para pensar todos juntos en lo que hacemos, en cómo nos autoevaluamos y cómo evaluamos a los demás, sobre todo, a nosotros mismos y nuestro prójimo más próximo, vulnerable y valioso: cada uno de nuestros alumnos.

  ¡Gracias, Eli y Ger!
Mucha tiza bajo las uñas...

A boca de jarro       

martes, 2 de agosto de 2011

Enlazar: REEDITADA

Publico hoy de nuevo esta entrada del 24 de mayo, porque cada vez enlazo más, cada día de mi vida de blogger me da más satisfacciones el enlazar, y cada momento creo que lo que más necesitamos como sociedad es enlazar en todos los campos. Lamentablemente, mi amigo blogger Facundo ya no está más: no encuentro su blog activo en ningún lado y se desenlazó de mí. Si alguien sabe de él, o si vos, Facu, leés esto, por favor, tened a bien comunicaros conmigo... ¡Te extraño! GRACIAS!!!

The Lacemaker (La hilandera) Johannes Vermeer.
 Y volvamos un poco a la escolaridad nuestra de cada día. Justamente, gracias a la retroalimentación que permite tener un blog, me encontré con una presentación de slides muy interesante en un blog fabuloso y premiado merecidamente que recomiendo a todos los educadores:                              Enlaces Educativos                 
         
“Enlazar” es precisamente lo que estamos necesitando en términos de educación todos los agentes involucrados en el proceso de la enseñanza y el aprendizaje, que son la misma cosa. Hay que enlazar el aprendizaje de los alumnos con el de sus docentes, la enseñanza que impartimos los docentes con la que nos dan los alumnos, las formas de educación tradicionales con las más innovadoras que nos inundan desde la tecnología, enlazar a los padres con los aprendizajes de sus hijos, y a los docentes con la realidad de los padres, y a los padres con los docentes, y a los docentes entre sí.

  Y así, todo cambiaría para mejor.                      

Creo que este cambio es muy viable si tan sólo nos desprendiéramos del miedo al cambio, de los prejuicios, de las excusas… Ahí hay que "desenlazar".

No digo que todo lo que se hace hoy por hoy en las escuelas está mal, ni tampoco creo que todo lo tecnológico sea 100% efectivo, ni en la escuela, ni en todos lados.
Digo que hay que “enlazar”.



ENLAZARUNIR, RELACIONAR, COMBINAR, ASOCIAR, CONECTAR, VINCULAR, EMPALMAR, ENTRONCAR, EMPARENTAR.


ESTA ES LA GRAN REVOLUCIÓN EDUCATIVA QUE NOS DEBEMOS COMO SOCIEDAD A 201 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO.

Sólo de ese modo lograremos llegar a crear el entretejido de la red de educación que TODOS necesitamos de cara al futuro.
Yo misma encuentro muchos riesgos en el uso indiscriminado de la tecnología informática “per se”, y sobre todo, cuando la consigna desde la escuela es “Busquen en Internet”. Los docentes en general nos vemos sobrepasados por las nuevas tecnologías: no las entendemos, no las dominamos, y por eso nos meten miedo. Los chicos, por el contrario, nacieron con un dedo en los botones, o con un botón en los dedos, y se animan a todo en la computadora, pero es preciso que el adulto controle y guíe las búsquedas para así orientarlas hacia sitios confiables y valiosos. Sabemos que hay mucha riqueza en la web, y también hay mucha basura, como en todos lados. Por eso es menester “discriminar”, en la mejor acepción de la palabra, y enseñarles a los chicos a hacerlo.
Yo misma también escribí una   larga entrada sobre Facebook, y si bien sigo sintiendo que la mayoría de los usuarios de esta red social están allí para figurar, porque “hay que estar, hay que hacer rostro, “hacer face”, también le agradezco a Facebook la posibilidad que me brinda a mí y a muchos de usarlo positivamente,  para reencontrarme con amistades perdidas, o divulgar lo que uno humildemente hace y cree que puede resultar útil e interesante para otros. Todo avance y herramienta que se pone al servicio de la comunicación humana puede ser utilizada tanto para ennoblecer y enriquecer, como para destruir, degradar o empobrecer. La elección está en nuestras manos, ahora, sobre el teclado. Y si no, pensemos qué se hacía con los más bellos libros jamás escritos cuando caían en manos de los tiranos de turno…

Toda herramienta, nueva o vieja, tiene sus pro y sus contra. El tema es cómo se usa. Los jóvenes que abusan del uso de ciertas redes mostrando su desnudez, en lo que se conoce como el “cyberstrip-tease”, por ejemplo, u hostigando a algún otro a quien eligen como chivo expiatorio a través de lo que se denomina “cyberbullying”, no hacen más que 
de-mostrar lo desnudos que se encuentran de mirada adulta paternante que simplemente les advierta del peligro y del mal que causan y se causan. No hay nada malo en mostrar un cuerpo desnudo, en realidad, es algo muy bello. Pero depende del para qué se lo muestre. Si se trata de incitar la mirada de otro creyendo que en ese cuerpo está todo lo que yo soy, valgo y tengo para ofrecer al mundo, voy muerto. Y lograré  incitar otro tipo de desnudez patológica, que es la que padece el pervertido, y que es en verdad la que plantea un gran peligro a ese joven que muestra lo que considera más valioso de sí sin reparos al mundo. El pensar que el cuerpo es lo más valioso que tenemos para ofrecer como imagen propia a los demás es también un tipo de desnudez que empobrece, achata, denigra. Es un hecho muy generalizado que se ve en todos lados, y es muy triste.
La web no es más que un reflejo de lo que sucede en el mundo real, ni más, ni menos.
Y está en nosotros elegir qué mostrar, hasta dónde y para qué. 
Esto lo podemos hacer los adultos, pero los jóvenes necesitan consejo, control y límites, por su propio bien.  

Al hacer mal uso y abuso de la tecnología, no hacen más que pedirnos a quienes tenemos la responsabilidad de paternarlos que les pongamos un límite. Y aquí me es útil otra vez mi admirado y erudito Sergio Sinay, y su maravilloso libro La Sociedad de los hijos huérfanos”: hijos huérfanos de adultos que desempeñen su rol adultamente, huérfanos de mirada y de presencia adulta, y huérfanos del necesario, aunque temido por muchos padres, límite.


Un joven bahiense, Facundo Arrimada, que está viviendo en el País Vasco, aportó un comentario a mi entrada anterior, y me llevó a descubrir su incipiente blog. Él también escribe una interesante entrada sobre sus resquemores ante los límites de su privacidad y lo que deja ver de sí al llevar su blog o al mostrarse al mundo en Internet, y también me hizo repensar lo que yo misma me planteo cada vez que posteo: ¿hasta dónde, para qué, a qué precio?

 
Creo que las mismas preguntas caben en la escuela  en cuanto al uso y la implementación de las nuevas tecnologías. Y ahí hay otra pregunta más importante aún, que percibo no nos estamos formulando como educadores: ¿CÓMO?

De todas formas, la presentación es entusiasta y motivadora, y el entusiasmo es lo que menos abunda en las aulas, lamentablemente. Por eso me parece muy digna de difundir, igual que el sitio.

Por Carmen González Enlaces Educativos                                        



Así, a boca de jarro, y enlazado.         

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