miércoles, 18 de febrero de 2015

Como el juez a la verdad

"Lo más atroz de las cosas malas de la gente
es el silencio de la gente buena."
Mahatma Gandhi

Cuando era adolescente, allá por los años ochenta, escuché esta canción por primera vez y nunca más se me olvidó. Son esos temas que se canturrean bajo la ducha, en el auto o por lo calle toda la vida. Por entonces, se me hacía una canción de amor. Hoy por hoy, se me hace un himno a la Verdad que buscamos tantos en esta tierra. Se la dedico, pues,  hoy más que nunca, a la VERDAD y a la memoria de un hombre que no ha sido debidamente homenajeado por su valentía y su apego a la VERDAD aunque hoy no voy a cantar. Hoy marcharé en silencio en honor al respeto por la VIDA y la VERDAD.

Como el juez a la verdad 

Tengo los ojos vencidos
de andar tanta noche, tanta soledad
y si imagino tu cuerpo
mis cinco sentidos se despertarán.

¿Cómo pasó tanto tiempo,
tanta primavera, sin ninguna flor?
Y si mañana te encuentro,
te abrazo y te cuento 
mi historia mejor.

Te necesito como el juez a la Verdad,
te necesito sin perdón, sin vanidad,
Te necesito sin temor, sin vacilar
te necesito, singular.

Vengo con tanta nostalgia
de un país lejano que ya quedó atrás:
traigo tan pocas palabras
que apenas me sirven para recordar.

Tengo una aguja y un hilo
cosiendo caminos
que vienen y van
pero la vida me dice
que cierre las puertas 
este es mi lugar.

Te necesito como el juez a la verdad, 
te necesito sin perdón, sin vanidad,
te necesito sin temor, sin vacilar,
te necesito, singular.


Sandra Mihanovich, 1984




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