viernes, 2 de abril de 2021

Aquel dos de abril

   



   Era una mañana gris y destemplada en Buenos Aires. El maldito despertador sonó puntual a las seis y media. Se desencadenó el ritual matutino de cada día: salir del pijama celeste, dejar la tibieza de la cama y meterme en el uniforme verde que se conocía como "la lechuguita" en todo Villa Pueyrredón y aledaños, aunque las malas lenguas decían que el Huerto era el Maipo II, y yo no me enteré de por qué hasta que me fui de viaje de egresados a Bariloche en el 85... Mi vieja me hizo el café y me acompañó hasta la puerta. Caminé las once cuadras que me separaban del colegio con un amanecer pesado despuntando entre los árboles aquel 2 de abril del 82. Llegué temprano y me entregué mansamente a la inspección de entrada obligada: la mirada de la Vice en la puerta, midiéndonos la altura de la pollera y de las medias, la prestancia de la corbata bien ceñida al cuello de la camisa blanca y la presencia del escudo distintivo del colegio de señoritas prendido al pecho. Chichoneamos un rato en el patio con las chicas. Tocó el timbre y formamos, de menor a mayor, yo, la segunda de la fila de Segundo Bachiller. La Hermana Superiora se subió a su taburete, chirrió el micrófono, como todas los días, se puso el disco, ya medio rayado, del Alta en el Cielo, se izó la celeste y blanca, se rezó un Padre Nuestro somnoliento, y la expresión de la monja cejuda y bigotuda cambió, se endureció aún más que lo habitual.

- Señoritas, les comunico que acabamos de entrar en guerra con Inglaterra para recuperar las Islas Malvinas Argentinas. Roguemos a Dios que nos acompañe en esta gesta e ilumine a nuestra patria. Oremos...

Y nos hizo rezar tres Aves Marías al hilo y el Gloria. Se hizo un silencio más frío que el patio de baldosas blancas y negras. No entendíamos nada sobre este tablero de ajedrez. ¿En guerra nosotros, quiénes? ¿Contra quién? Con lo que me gustaban Los Beatles, Queen y el inglés que hacía unos años había empezado a estudiar y ya soñaba con dominar.

-Silencio, por favor, Señoritas. Vayan ahora, por favor, en silencio y orden, a sus aulas.


¿Al aula? ¿Y si bombardean Buenos Aires, y yo estoy acá en el colegio? ¿Sabrán en casa que esto está pasando o será un cuento de la monja?

Fue una eternidad hasta que volví a casa a almorzarme la amargura de mis viejos, a las puteadas contra Galtieri, ese borracho de mierda, está loco, y la Thatcher, omnipotente, hija de puta... ¿Con qué les vamos a hacer frente a los ingleses nosotros, a ver?

¿Se lo llevarán a Malvinas a mi viejo como médico? ¿Y nosotras tres, qué hacemos solas? Fue un día de noche larga e insomne. Días larguísimos y lánguidos, pálidos, sin sol, con vientos de sangre del sur, de noticias triunfalistas y de prendernos a radio Colonia para enterarnos de la verdad, por más dolorosa que fuera. Y se nos hundió el corazón con cada hundimiento en los gélidos mares del Atlántico del Sur. 


Una pesadilla que mi abuelo asturiano, sentado a la mesa con su mate frente a la tele, tratando de digerir una cadena nacional más de tantas - un hombre que nunca había querido a los ingleses, convencido como estaba de que eran unos piratas sin corazón -, declaró, dando un puñetazo sobre la mesa del comedor luego de un discurso del general alcohólico y alcoholizado, que se trataba de una estupidez mayúscula, como todas las guerras sobre las que había leído, y como la guerra que lo había desmadrado de su Asturias natal, condenándolo a la infelicidad perenne del destierro en la Argentina en la que yo nací, la Argentina donde nacieron mis hijos y de la que se quieren ir, la Argentina que quiero ver crecer, pero que que nunca termino de entender por estar sumida en una guerra de ideologías sin darnos cuenta todavía de que tenemos más puntos en común, más "common ground" entre nosotros y con el mundo mas allá de nuestras fronteras - y lo describo tal como aprendí a enseñar a decirlo en el inglés del que siempre he vivido de enseñar y al que amo tanto como a mi lengua madre - tenemos más similitudes y vulnerabilidades en común entre nosotros que grietas. La Argentina que yo amo es una tierra bendecida por Dios en relieves y colores, mares, ríos, sierras, montañas, valles, pampas, glaciares, y, sobre todo, bendecida por mucha buena gente que se levanta cada mañana a las seis y media, y más temprano todavía, para salir a la calle a seguir haciéndola, tal como hice yo aquel 2 de abril de 1982.



Fragile - Sting & Stevie Wonder


A boca de jarro

viernes, 26 de marzo de 2021

Para que nos lo aprendamos juntos



Para mis alumnos: 
Una mariposa con la Miss, 
                             un latte en un aeropuerto 
                                                                        y una canción!!!

Los quiero!!!
Gracias!!!



 

The Simple Secret To Happiness | El simple secreto de la felicidad

 Ryan Estis Inspirational Video | Goalcast


jueves, 25 de marzo de 2021

Birds of clay






‘Poetry is what happens when nothing else can.’ 

                                                                                   Charles Bukowski 



"Birds of clay", by Manolo García

Just in case Time leaves me stranded on some desert island

Today I close the logbook of all my dead time

I keep making my birds of clay 

I keep making my own birds of clay

And I put them to flight


Just in case Time leaves me stranded on some desert island

 I refuse to fall prey to neglect and sadness

Not a single blank page again

I feel the wonder of some lonesome passerby


I get lost in my sea charts

As I sail through their pages

Now the wind starts blowing

Though I lost sight of the sea a while ago


I no longer face the uphill on the road to your doorstep

I don't put my old doggy to sleep by your candle

It's at the angles of clock hands where feelings find their nesting place

Today they are birds of clay that are willing to fly


I get lost in the valleys

I spend the night on highways

Now the wind starts blowing

Though I lost sight of the sea a while ago


When I find myself shipwrecked, out of oars and guitar strings

When the morning nightingale ceases to sing into my ear


Now the wind starts blowing

Though I lost sight of the sea a while ago

I get lost in the valleys

I spend the night on highways


Manolo Garcia - "Pájaros de Barro"

                                            (Traducción muchas veces editada 

                                                             y podemos seguir editando...)




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