Pierre-Auguste Renoir - Niña con regadera - Google Art Project |
Hoy hace diez años nacía mi segunda y última hija. Era un día gris, con los árboles pesados de hojas doradas y rojizas. Amanecí antes del alba, igual que hoy, pero ella no tenía apuro ni urgencia por asomar, como el sol de otoño que se hizo desear esa mañana. Todo se planificó prolijamente por el obstetra a cargo, a quien había acudido por recomendación. El referente me aseguró que era "un capo", y yo entendí erróneamente que era lo que necesitaba, porque tenía miedo de reincidir en la maternidad. Había tenido complicaciones pre y post parto la primera vez, aunque no las dimensioné como peligros hasta bastante después que pasó la euforia de tener a mi primogénito prendido a mi, mamándome hambreado por su bajo peso debido a la preclampsia que padecí y que me dejó enclenque por un buen tiempo.
Costó tomar la decisión de traer a esta hija al mundo, una nena de ojos grandes y piel muy blanca, tal como la soñaban su papá dormido y su mamá despierta. A mí me daba temor y su papá sentía que se había quedado sin respaldos materiales para sostener a esa familia que anhelábamos, con todos nuestros ahorros atrapados en el corralito del 2001. Le habíamos visto la cara a la depresión por primera vez y aunque no la parí, ya que nació prolijamente por cesárea por orden del obstetra "capo", para quien yo, con mis treinta y cinco entonces, era una mamá añosa cuyas ñañas se curarían con un parto fríamente calculado y agendado de antemano según su conveniencia. A pesar de la impecable cesárea, pujé bastante antes del día de su llegada al mundo para que viniera. Diría que mi trabajo de parto empezó un año y medio antes de concebirla. Tuve que convencer a este duro e hiperrealista hombre a quien amo de que el sustento más importante para nuestra cría ya estaba en casa, en nosotros, que la deseábamos y la soñábamos.
Cinco años se lleva con su hermano mayor. Cinco años fue lo que nos tomamos para animarnos. Cuando finalmente lo hicimos, con el corazón más que con la cabeza, estábamos seguros y plenamente concientes de lo que se nos venía. Es que hay que animarse a traer hijos a este mundo. Sobre todo cuando ya se ha traído uno. El segundo hijo no se tiene con la fresca y alegre inconciencia de la primera vez. Se sabe lo que se va a disfrutar tanto como lo que se va a sacrificar, y está el otro hijo de por medio, en quien se piensa porque parece imposible ser capaz de amar a alguien tanto como se lo ama a ese ser. Y sin embargo, brota amor por doquier cuando llega esa carne perfumadita de vida una mañana de abril.
Mi hija es eso en nuestras vidas: un brote perfumado, amoroso, tierno, sensible, entrañable. Hoy le regalo un perfume como símbolo de su efecto en nuestras vidas. Una gota de esta nena, que está creciendo y dejando de serlo, basta para aromatizar el día. Su fragancia es dulce, querendona, persistente. Y le regalamos un reloj, signo de que el tiempo pasa y de que son los hijos quienes nos obligan a ver lo cambios en ellos y, por ley vital, en nosotros frente pero no enfrentados al espejo.
Sin embargo, ella se toma sus tiempos, a veces como queriendo detener el irrefrenable avance de las agujas de ese tirano impiadoso. Estira su niñez lo más que puede en estos tiempos en los que a las nenas ya las disfrazan de modelitos de pasarela con una precocidad lastimosa, les hacen spa de princesas con maquilladoras profesionales para festejar sus cumpleaños desde mucho antes de cumplir la década y les sacan las muñecas para reemplazarlas por figuritas y pósters de íconos de moda locales o foráneos, carentes de sustento, proyectando una vida irreal que les puede hacer mucho daño si no se les avisa suavemente que la vida no es un cuento rosa.
Muchas veces, allá por los comienzos de este espacio, compartí mis preocupaciones y desvelos por esta hija. Se nos pronosticaron problemas de aprendizaje cuando estrenó su escolaridad formal, a los treinta días de haber comenzado su primer grado. Se nos alertó acerca de los supuestos peligros de su resistencia a "crecer". Y como buenos docentes y malos padres, creímos en la palabra de la señorita maestra, que se animó a diagnosticar, a etiquetar a un ser humano como todos, con su maravillosa e imperfecta singularidad en plena metamorfosis, en lugar de confiar en nuestro instinto y en las sonrisas que esta nena dibujaba día a día en los rostros de todos los que la queremos bien, porque todos los niños son "pintadores de sonrisas", cada uno con la paleta de colores que Dios le dio, aún cuando nos pescan sumidos en las lógicas preocupaciones que la vida adulta y ellos mismos nos causan.
Tuvimos dos largos años en los que velamos sus noches por problemas de sueño causados por la ansiedad que la exigencia de la escuela representaba en su mente infantil. La hicimos ver por tres profesionales de la psicopedagogía infantil y una pediatra y médica unicista, quienes nos tranquilizaron y nos confirmaron lo que ya sabíamos: que esta maestra necesitaba un buen par de gafas de aumento para ver el potencial de su alumna, abrumada con tanto culo en la silla, cuaderno, pluma, tarea y zapatos de cuero pesados que se quitaba en plena clase para el espanto de su señorita maestra, extrañando el patio de juegos de su jardín de infantes, donde jugaba libre, feliz y descalza y al que, desde luego, no la llevaron nunca más, porque ahora era "una nena grande". Se nos tiraron rótulos con los que muchas veces se enferma a una familia entera tanto como se atenta contra la plenitud del mundo de la niñez: que timidez, que falta de autoconfianza, que déficit de atención con hiperactividad (T.D.A.H.), que disgrafía, que dislexia... Ninguno de esos fantasmas se materializó, tal vez gracias a no creerlos reales nosotros, sus padres, que hicimos mil y un conjuros para hacerla sentir cómoda en sus zapatos y le permitimos seguir andando descalza en casa y en la plaza los domingos por tanto tiempo como deseara, aunque hiciera frío allá afuera.
Desde entonces, andamos un poco reñidos con la escolaridad que se les plantea a nuestros hijos. No entendemos bien lo que enseñan los maestros, siendo que nosotros somos padres y maestros de otros niños un poco más grandes. Los embullen con conocimientos para los que aún no están listos, porque no se puede apurar a la biología, no hay caso. Pero de eso parecen saber poco. Y porque la lección más importante que debemos enseñar en casa y en el aula es que cada ser vale mucho más que su diagnóstico psicopedagógico, sus habilidades y destrezas, su rendimiento y su asertividad frente al mundo. Cada ser vale por su fragancia esencial, esa que, cuando es de la buena, brota, persiste y perfuma más intensamente con el inexorable avance de las agujas del reloj.
A boca de jarro
Sin embargo, ella se toma sus tiempos, a veces como queriendo detener el irrefrenable avance de las agujas de ese tirano impiadoso. Estira su niñez lo más que puede en estos tiempos en los que a las nenas ya las disfrazan de modelitos de pasarela con una precocidad lastimosa, les hacen spa de princesas con maquilladoras profesionales para festejar sus cumpleaños desde mucho antes de cumplir la década y les sacan las muñecas para reemplazarlas por figuritas y pósters de íconos de moda locales o foráneos, carentes de sustento, proyectando una vida irreal que les puede hacer mucho daño si no se les avisa suavemente que la vida no es un cuento rosa.
Muchas veces, allá por los comienzos de este espacio, compartí mis preocupaciones y desvelos por esta hija. Se nos pronosticaron problemas de aprendizaje cuando estrenó su escolaridad formal, a los treinta días de haber comenzado su primer grado. Se nos alertó acerca de los supuestos peligros de su resistencia a "crecer". Y como buenos docentes y malos padres, creímos en la palabra de la señorita maestra, que se animó a diagnosticar, a etiquetar a un ser humano como todos, con su maravillosa e imperfecta singularidad en plena metamorfosis, en lugar de confiar en nuestro instinto y en las sonrisas que esta nena dibujaba día a día en los rostros de todos los que la queremos bien, porque todos los niños son "pintadores de sonrisas", cada uno con la paleta de colores que Dios le dio, aún cuando nos pescan sumidos en las lógicas preocupaciones que la vida adulta y ellos mismos nos causan.
Tuvimos dos largos años en los que velamos sus noches por problemas de sueño causados por la ansiedad que la exigencia de la escuela representaba en su mente infantil. La hicimos ver por tres profesionales de la psicopedagogía infantil y una pediatra y médica unicista, quienes nos tranquilizaron y nos confirmaron lo que ya sabíamos: que esta maestra necesitaba un buen par de gafas de aumento para ver el potencial de su alumna, abrumada con tanto culo en la silla, cuaderno, pluma, tarea y zapatos de cuero pesados que se quitaba en plena clase para el espanto de su señorita maestra, extrañando el patio de juegos de su jardín de infantes, donde jugaba libre, feliz y descalza y al que, desde luego, no la llevaron nunca más, porque ahora era "una nena grande". Se nos tiraron rótulos con los que muchas veces se enferma a una familia entera tanto como se atenta contra la plenitud del mundo de la niñez: que timidez, que falta de autoconfianza, que déficit de atención con hiperactividad (T.D.A.H.), que disgrafía, que dislexia... Ninguno de esos fantasmas se materializó, tal vez gracias a no creerlos reales nosotros, sus padres, que hicimos mil y un conjuros para hacerla sentir cómoda en sus zapatos y le permitimos seguir andando descalza en casa y en la plaza los domingos por tanto tiempo como deseara, aunque hiciera frío allá afuera.
A boca de jarro
Que manía con ponernos etiquetas y clasificar a las personas, no nos olvidemos que las etiquetas les sirven a ellos, no a nosotros.
ResponderBorrarMal que les pese somos únicos, aunque les joda (con perdón).
Ama a esa persona, al final eso el lo que a ella le va a importar...
Un abrazo.
Hay un spot publicitario que no me canso de recomendar sobre ésto de etiquetar psiquiátricamente a los niños y adolescentes de hoy, para quienes, creo, nos falta paciencia y tiempo, Temujin: tal vez te interese verlo, y ya se lo dejé a Manuel, aunque lo de su hijo no sea inventado:Etiquetas psiquiátricas de trastornos inventados | Spot del CCHRInt .
BorrarNo lo colgué esta vez porque ya lo he hecho en más de una oportunidad desde que me lo recomendó una amorosa psicóloga que a veces me comenta y a quien sigo y aprecio por apoyarme en aquellos momentos de duda. Es muy cierto lo que dices, las etiquetas son una fabulosa arma de poder sobre nosotros y una máquina de hacer dinero que va en recetas de medicamentos psiquiátricos muchas veces innecesarios o con terribles efectos secundarios, pero cuando te dice alguien que asumes que sabe de lo que hable que "puede haber problemitas", hasta el mejor padre duda y haría cualquier cosa para que su hijo "encaje" y así no sufra.
He tenido alumnos medicados por un supuesto A.D.D., jóvenes que habrían estado mejor en una jornada simple, un colegio menos exigente y haciendo deportes por la tarde, descargando su energía en lugar de estar estudiando conmigo literatura en inglés y con otro historia en inglés, y antropología, matemática y hasta biología en inglés para complacer a sus padres que quieren que sus hijos tengan papelitos de colores en el curriculum que prueben lo bien formados que están y así acceder a sueldos altos como los de ellos. Y no les dan a sus hijos el derecho de ser quienes son: los meten en esas guarderías caras y a joderse. Entonces claro, deben estar medicados para soportar tanta presión en contra de su propia voluntad y naturaleza.
Daba pena verlos cambiar de cómo eran antes de doparlos, aunque te sacaran de quicio por parlanchines e inquietos, a lo que se convertían con la ritalina: zombis medio dormidos, desganados, como burros tras la zanahoria. El chaleco químico que le dicen y sus terribles efectos, toda una industria que factura millones de pesos en ciertas círculos.
Puede sonar trillado y hasta cursi, pero no hay mejor medicina para cualquier "mal" que el amor.
Gracias por tu aporte. Y a no pedir disculpas que aquí hablamos a boca de jarro, ¿vale?
Un abrazo!
Hola Fer!
ResponderBorrarEs muy lindo lo que escribiste, muy lindo y cierto.
Pero qué bueno que puedan ver que necesitan sus hijos. A veces se confía más en la palabra de la maestra que en el instinto.
Se diagnostica tan rápido ahora, y son solo niños!!
Te dejo un besote.
Es todo cierto, Dana. Y sé que le pasa a mucha gente y que se sufre mucho, con frecuencia inútilmente. El diagnóstico express y el tratamiento farmacológico están a la orden del día porque generan mucho dinero y lavan culpas de padres que tal vez sienten que no se ocupan de sus hijos lo suficiente. Es un rollo que da para mucho. Yo simplemente intento apoyar a un amigo de la casa y contar mi historia de vida, como siempre.
BorrarTe mando un besote. Tengo que ponerme al día con tu Cuaderno azul, que hace mil que no lo hago, pero hoy estoy de cumpleaños!!!
Muchas gracias.
¡Hola, Fer!.
ResponderBorrarHacía tiempo que no pasaba a visitarte... y me encanta lo que he encontrado, hoy que me he animado a hacerlo.
Es sencillamente precioso todo lo que has contado: esa historia de tu hija tan querida y valorada. Puede estar muy orgullosa de la madre que tiene.
Un abrazo enorme.
Hola, niña!!! Ésta era especial para que la comentaras tú, una niña de alma, aunque andes con tus dudas existenciales, como todos en definitiva.
BorrarTe agradezco mucho tu apreciación de mi escrito: será que es cierto y eso lo hace precioso. Para mí es una experiencia muy preciada, tanto como madre como docente, que ha marcado un antes y un después en mi forma de abordar ambos roles y la vida misma, te aseguro.
Mi hija seguramente encontrará en mí mil defectos y es natural y hasta deseable que así sea. Es lo que se viene con el paso del tiempo, y se sabe que es una forma de afianzar su propia personalidad y desprenderse de mí para crecer y hacer su propio camino. Y cuando sea madre, verá lo complejo que resulta y tal vez me perdone por mis defectos y errores, me perdone por ellos y me comprenda un poco mejor.
Un abrazo grande!
ResponderBorrarEntiendo muy bien lo que cuentas y cómo lo cuentas FER, precioso por cierto.
Si hay alguien en este mundo que odie las etiquetas, esa soy yo, pero hay una gran diferencia entre etiquetar a los niños sin ningún criterio y rigor terapéutico a valorarlos y diagnosticarlos como es debido cuando sus especiales características lo requieren.
Como sucede con todo en la vida, tan malo es ver fantasmas inexistentes como ver que algo no va bien y obviarlo o irse como desgraciadamente sucede tan habitualmente en el mundo de la docencia a etiquetarlos ( también esto se hace) de vagos, revoltosos o desinteresados que los hay, sin duda, pero también se mete a muchos en ese saco injustamente y son niños sin un diagnóstico adecuado que se descuelgan no por su voluntad, por sus carencias o dificultades biológicas que ojos expertos no vieron.
¿Por qué te digo todo esto? pues porque como sabes mi hijo pequeño es TDAH que sumado a ser de los llamados de altas capacidades, hasta que centramos el tema, él sobre todo y nosotros con él lo pasamos muy mal. Nadie se explicaba cómo con 5 años su vocabulario en inglés por ejemplo, era tres cursos superior al suyo y malamente lía y garabateaba, todo se reducía a suponer que como era muy listo nos toreaba a todos y no, un problema en la vista, sumado a su déficit de atención hacía que desconectara de todo lo que fueran letras escritas, con ejercicios específicos para la vista, con paciencia, trabajo y sin meter más estrés del necesario hoy con 15 años es un niño normal, muy buen estudiante y sobre todo feliz, pero sí, naturalmente que sus particularidades necesitaban ser evaluadas y no hubiera salido adelante sin métodos de enseñanza adaptados a ellas. Seguramente de no haber sabido nada, se le hubiera plantado la etiqueta que tan injustamente se da a tantos niños tachándolos de vagos, inconscientes e inconstantes y... vete a saber qué te estaría contando ahora:-)
Creo que MANUEL, tiene antecedentes, inteligencia y una enorme sensibilidad, eso le dará el bagaje suficientemente como para abordar lo que sea que necesite su pintor de sonrisas con serenidad, eso es esencial. Intentar conservarla siempre y recordar que cada niño es un mundo, diga lo que diga quien lo diga siempre sabremos noostros más si hemos estado a su lado siempre que cualquiera que solo lo vea un rato, pero si algo no va bien, hay que saber por qué, una vez que sabe lo que ocurre siempre se pueden buscar soluciones, siempre las hay. Si se mantiene a su lado, trabaja duro y le hace tener seguridad y sentirse orgulloso de sí mimo, llegará a donde su esfuerzo y capacidades le permitan, sea como sea y tenga lo que tenga, ojalá nada.
Un beso enoorme preciosa, le encantará a MANUEL este precioso detalle, otro beso para él y su pintor.
Por cierto, también yo soy y he sido siempre TDAH, solo que sin hiperactividad, de hecho es genético y sin embargo a mi, salvo múltiples despistes, disortografía y ataques disléxicos esporádicos nunca me ha generado problema alguno.. toodos, somos diferentes, cuanto más nos conozcamos a todos los niveles, mejor que mejor.
Muaaaaakss!! bonita.
Gracias, María!!!
Borrar¡Y mira dónde has llegado con todos esos rótulos!En cuanto a la historia de superación de tu hijo, no me sorprende aunque siempre me admiran estos testimonios de vida: tengo docenas de alumnos así que han pasado por mis clases y nada, es cuestión de buscar juntos, profesor, alumno y padres, la manera en la que puede aprender mejor en lugar de insistir con que encaje en el sistema. Pero hacen falta mentes abiertas y dispuestas. Cada vez entiendo mejor y aprecio más tu positivismo y de dónde proviene, querida María.
Lo importante, como bien dices, es que cada uno, con sus capacidades y singularidades, llegue a su plenitud y a ser feliz, que tampoco es cosa fácil, sobre todo en este mundo tan adepto a las etiquetas en todos los ámbitos, pero sobre todo en la escuela, que es donde pueden resultar dolorosas e indelebles. Por algo elegí pinturas caricaturizadas de un genio catalogado de loco, por ser sencillamente excepcional pero incomprendido y subvaluado en vida. Lo mismo le sucedió a otro loco genial en la escuela: Einstein, un fracaso escolar... ¡Vaya fracaso para la escuela que no lo entendió y donde seguramente se aburriría penosamente y podría haber dado clase desde su pupitre de alumno!
En definitiva, lo que todo ser busca y quiere más que nada en el mundo paras sus hijos es su plenitud y su felicidad, que no es cosa fácil de lograr y no te lo enseña nadie: no hay maestra mejor que la vida misma para aprender eso y, a veces, ni esa basta.
Yo también estoy segura de que Manuel remontará este momento de incertidumbre y shock como a una cometa en lo alto del cielo.
Un muaaaksss enorme!
No se sí es que ahora hasta los niños notan desde bien pequeños esta vorágine de vida que llevamos pero hace años no habían tantas etiquetas ni diagnósticos como ahora.
ResponderBorrarCrecen, cambian, maduran, . . . es un largo camino lo importante es que vais a estar ahí para quererla y apoyarla en todo momento, eso es lo más importante.
Suerte que vienen pequeñitos y mientras crecen vamos aprendiendo, porque por más que preguntes y leas al final los hijos son maravillosos y al mismo tiempo un rosario de sorpresas.
10 añitos, aún es muy pequeña pero disfruta cada instante porque un día de repente no sabes como son adult@s, mi hija se casó hace unos meses y tuve la sensación que no hacía tanto la había llevado por primera vez al colegio!!!
Muchas felicidades para tu niña de ojos grandes y para ti!!! Petonets,
Estos niños de hoy están híperexigidos tanto como nosotros, Rosa querida, pero son niños y lo olvidamos con frecuencia. Alguna vez, en mi recorrido por diferentes escuelas en busca de otra más adecuada para mi pequeña, me encontré en un friso con un poema que jamás olvidé, de una maestra y poetisa argentina poco difundida, lamentablemente, oriunda de Bahía Blanca, con quien tuve el privilegio de contactarme vía mail para consultarla por su obra, dado que ese día en que lo leí en la pared de un colegio del cual huí despavorida a pesar del poema, no pude lo copiar. Dice así:
Borrar"Día del Niño" de Silvia Beatriz Zurdo.
No soy adulto pequeño
Soy único y especial
Por favor sé muy paciente
comprensivo y cordial.
Hay cosas que no comprendo,
cosas que debo aprender.
De lo que sí estoy seguro
es que yo quiero aprender.
Enseñame con paciencia,
escuchame, dame amor.
Educame con tu ejemplo
así creceré mejor.
¡Qué lindos que son tus mimos!
Me gusta verte contento.
Te invito a jugar conmigo,
Después... contame algún cuento.
Es simple pero aleccionador. Se lo regalé el día del niño a la maestra que parece que nunca fue niña y que pronosticó nubarrones en el estreno escolar de mi hija, que hoy anda muy bien en la escuela, con muchas evaluaciones, eso sí, hasta en el día de su cumpleaños. Y vienen tres bimestrales al hilo la semana que viene...
Por supuesto, los hijos crecen pero siempre nos parece que fue ayer que las llevábamos a upa o al cole de la mano: son recuerdos imborrables para nosotras, sus madres.
Gracias y petonets: ésta es nueva, Rosa, me desorientas. ¿Cuántas formas hay de decir "besos"?
Jajaja intento ampliar tu vocabulario para cuando vengas de vacaciones a Catalunya ;-)
BorrarAsí en resumen: petó = beso, petons = besos, petonets = besitos, una abraçada (es femenino) = un abrazo (es masculino !!!).
Que bonita esta poesía, la voy a copiar.
Conoces una de Gloria Fuertes llamada "Como dibujar un niño" ? No la podría escribir toda sin miedo a equivocarme, la tengo en la agenda del trabajo a ver si la traigo i te la escribo.
Una abraçada ben forta Fer = Un abrazo bien fuerte Fer :-)))
Me encanta aprender lenguas, Rosa, hasta el catalán me encanta, del cual no entiendo una jota. Pero me va entrando. Tú continúa ampliando mi léxico, por favor, pero eso sí: ten mucha paciencia y siéntate en una silla a esperar que vaya a visitarte a Catalunya, porque aquí el dólar se ha ido a las nubes: $9,20 (casi diez pesos argentinos),por dólar. Y todos los viajes al exterior se cotizan en dólares... No está como para viajar tan lejos, lamentablemente, aunque es una cuenta pendiente irme para allá a recorrer y a conocer los lugares donde nacieron mis abuelos.
BorrarA ver si entre tanto encuentras ese poema que colecciono poesía ;)!
Una abraçada ben forta y petonets!
Fer cuando contabas en una entrada anterior los problemas de tu hija en la escuela, ya te dí mi opinión...que no voy a repetir...
ResponderBorrarMe quedo con el perfume de tu hija de 10 años, que sigue siendo niña, porque por edad es lo que le toca...que al crecer te hará un poquito más mayor cada día,pero entre que es y no es,aprovecha su aroma...y cierra los ojos, y vuelve al momento en que por primera vez la tuviste en tus brazos...y atesoralo con todos los demás que aun quedan por llegar...
Un abrazo
PD Espero que poco a poco tu casa vuelva a normalidad...y que nunca más se vuelva a inundar...
Tú me sigues desde entonces, querida Julia, por eso comprendo que esto resulta repetitivo para tí, pero se lo dedico a Manuel, que está con un temita de estos y tal vez mi experiencia lo anime.
BorrarEl aroma de mi hija lo llevo en mis sentidos por siempre: tanto su perfume de recién nacida, la fragancia más deliciosa del universo, como el de hoy, y hablo del que emana de su piel, no del comprado. Atesoro cada uno de aquellos primeros momentos de la vida de mis hijos, por su intensidad. Son verdaderamente lo que se siente como la felicidad absoluta. Como la siesta que nos dormimos hoy juntas en la cama grande:¡maravilloso momento!
La casa está en orden, gracias por la preocupación, Julia. Tendremos que pintar y hacer algunos arreglitos, como te dije, pero con tiempo y tranquilidad. Y si se inunda de nuevo, sacaremos otra vez el agua y seguiremos adelante, que otra no queda más que remarla, como decimos aquí.
Asumo que estás en la hora de tu descano del trabajo que te dejan los pintores en la tuya, volando por tus blogs amigos: te lo agradezco mucho de verdad.
Un abrazo.
Fer, espero que hayas tenido un feliz cumple con tu hija.
ResponderBorrarHermoso relato de una historia aún corta, pero ya cargada de vivencias.
Entendí tu preocupación y el estrés de tu hija, porque también lo padecí cuando era chica. Las maestras le decían a mi madre que yo debía tener alguna disminución, porque no entendía muchas de las lecciones impartidas.
Lo importante es el apoyo de ustedes y que ella comprenda que hay distintos tiempos de aprendizaje, distintos para cada estudiante y que quizás necesite estímulos más creativos par desarrollar todo su potencial.
Un fuerte abrazo
Gracias, Mirella. De hecho fue un día feliz, uno más, con tarea y hasta una evaluación por la cual mi hija pataleó, porque a los diez años es difícil entender que el día de tu cumpleaños no sea un día de fiesta pura. Ella fue al cole y a su clase de inglés por la tarde, como siempre, aunque hubo torta y cosas ricas en casa y compartidas con sus compañeros.
BorrarMuchos padecimos ese estrés escolar que creo se ha agudizado con el tiempo. Yo no recuerdo que en mi paso por la primaria tuviese tantas evaluaciones escritas, notificadas a mis padres con antelación, tan largas y complejas, salvo cuando llegué a sexto y séptimo grado y ya podía estudiar sola. Se puede y de hecho se debería evaluar de diversas maneras a ese nivel, para que la cosa no genere tanta ansiedad y traumatice tanto. A veces todavía le cuesta conciliar el sueño el día previo a una prueba de matemáticas o una bimestral, como las que se le vienen la semana próxima, tres al hilo, para compensar por todos los feriados y los días perdidos por la inundación y la falta de luz y agua en el cole. Siempre pagan el pato los alumnos. Y nosotros, los padres, que tendremos que pasarnos el finde repasando junto a ella. Ahora hace falta hacer mucho apoyo en casa.
Es curioso. Nos convocan mucho más a los padres que antes, nos aseguran que se les explicará a los chicos tantas veces como necesiten aquello que no entiendan, pero si no logran entender con una explicación grupal, tienen que arreglárselas con la ayuda de sus padres o maestras particulares. Así que tu caso se ha multiplicado exponencialmente y se ha complejizado y comercializado, te diría. Muchas señoras de barrio viven de clases de apoyo, lo cual significa que o son todos duros de entender, o no están haciendo las cosas del todo bien en la escuela, y te hablo de colegios privados donde pagamos cuotas que no son de poco monto. Igual sucede en colegios más caros y exclusivos y en los estatales.
Como docente, si la lección impartida no se entendió y la ejercitación o evaluación arroja resultados que confirman el hecho, sé que tengo que repasar, que consolidar hasta lograr que todos aprendan, sobre todo si se trata de niños. Con adolescentes, se puede pensar en falta de estudio, dedicación o atención, pero de todos modos, hay que indagar y autocuestuionarse como profesor. Para eso sirve la evaluación: es una herramienta de medición y un medio de perfeccionamiento y ajuste permanente de la tarea del profesor también. Al menos eso me enseñaron por mi paso por el Profesorado Nacional, pero nuestro sistema educativo y la formación de docentes actualmente no es de la misma calidad de antes, desafortunadamente. Muchos eligen la docencia sin vocación, como una salida laboral rápida y fácil, para luego seguir estudiando otras carreras como psicopedagogía o psicología: sucede con varias maestras de mi hija. No sé de cuánto tiempo disponen para planificar y corregir, que en nuestro trabajo es indispensable y se hace en casa, si estudian a contraturno. Muchas veces demandan trabajos prácticos o toman pruebas que tardan hasta dos semanas en corregir. ¿Dónde quedó la noción de que se educa ante todo con el ejemplo? Vaya una a saber, Mirella.
Lo cierto es que esas etiquetas a esa tierna edad pueden causar mucho daño y dejar una nefasta impronta de por vida si el chico las cree ciertas. Y las cree a menos que desde casa se lo apuntale y estimule mucho, y se le haga descubrir su valor más allá de sus notas o de las opiniones de sus docentes. Es claro que sobreviviste a los efectos de los comentarios de tus maestras. Deberías contactarte con algunas e invitarlas a pasar por tu blog, para que vean las maravillas que hacés con las palabras a pesar de tu supuesta "disminución": ¡Ja,ja!
Un abrazo y gracias por tu testimonio y tus buenos deseos.
Te he leido con mucho placer...... Veo en vosotros mucho sentido común para saber lo que hay y lo que no hay que hacer. Buen camino para hacer de tus dos hijos personas, personas de verdad.
ResponderBorrarGracias, Lola querida. Hay mucho sentido común en la sangre de todo el árbol familiar, cuyas raíces fueron plantadas y transplantadas de tu patria a la mía, precisamente. Lástima que con sentido común no garanticemos el éxito de nuestros hijos en la vida en estos tiempos de sinsentido. pero también todo depende de qué entendamos por éxito. Nosotros nos consideramos exitosos en la vida y no precisamente en los términos en los que le mundo de hoy define el éxito.
BorrarUn fuerte abrazo.
qué bonito homenaje!
ResponderBorrartraer a una criatura a este mundo debe de ser una decisión difícil. todo lo bueno que tiene, pero también ser menos egoísta y salirnos de nosotros para, de alguna manera, vivir para otros. Creo que es un paso complicado, pero que todos quienes tienen hijos dicen que merece la pena.
A veces me lo planteo (no ahora, que tengo recién 27 y muchas espinas que sacarme antes de calmarme, y muchas ganas de moverme, de buscar y de terminar mi "figura", como si fuera de barro), y pienso: ¿estaría dispuesto a renunciar a ciertas cosas para cuidar de otros?
Creo que se tienen hijos demasiado a la ligera. Un hijo debería de nacer en un ambiente de amor como el que describes. Amor, amor, amor. Y eso le hará fuerte y seguro de sí mismo y vendrá a este mundo a hacer el bien. Y sino nos queremos, sino estamos centrados y decididos a ser padres y madres desde la plenitud, mejor no traer a criaturas a este mundo. Escuchar a una madre hablar así de su hija me gusta, Es una buena noticia para el universo.
También creo que uno debería de tener hijos cuando ya ha hecho ciertas cosas en la vida. Porque los hijos necesitan atención y no se trata de "hacerlo" y que respiren por su cuenta. Un padre o madre ausente puede ser fatal. De ahí que, por ejemplo yo, me plantee tener hijos, quizás, cuando ya haya vivido algo y haya estado ausente sin tener cargas. Y por último, Fer, ¿uno puede vivir en paz, sin preocupaciones, sabiendo que tiene hijos a su cargo?
Si yo me quedo sin trabajo voy a casa, con mis padres, y solo tengo que preocuparme de mí. Sin cargas familiares. Puedo trabajar 4 horas al día y ganar lo justo para comer solo para mí, sin tener que trabajar el doble o triple para alimentar a los demás...
Supongo que sea una cuestión de que, al final, compensa, y somos animales, y seres sociales y todo eso.
Conlusión: me encantan las criaturas, y dar amor y recibir amor, supongo que un hijo/a sea lo máximo. Pero. ¿y la responsabilidad? Quiero, en cierto modo, ser dueño de mí mismol. Tener hijos es ampliar esa responsabilidad.
Un abrazo y reitero como me ha gustado el homenaje.
Besos!
Gracias, Diego. Es también algo que me trajo a la memoria la experiencia por la que ahora le toca transitar a Manuel, amigo de la casa y bellísima persona.
BorrarEstoy de acuerdo contigo en que muchos tienen hijos porque sí, porque es lo que "hay que hacer", o sin desearlos verdaderamente. Es una decisión que otros no se animan a tomar y los respeto más que a quienes los tienen como conejos aunque estén forrados en dinero para ponerles niñeras y mandarlos a guarderías caras, como ciertos colegios de jornada completa por los que me ha tocado pasar, te aseguro. Implica dejar de ser el centro del universo irremediablemente en tiempos en los que lo primordial parece ser "yo", luego "yo" y después "yo". Y se lucha contra esa fuerza de gravedad siempre, aún habiéndolos deseado profundamente y amándolos.
Los hijos, como todo, Dieguín, traen sus luces y sus sombras. No la voy con la idealización de la figura del niño: pasan de ángeles a demonios cien veces por día y muchas veces, que aquí no detallo, claro, te sacan de quicio comprensiblemente. Suelen ser egoístas, caprichosos y demandantes, sobre todo en términos de atención exclusiva, tal como nosotros, por eso nos irritan tanto, sólo que sin máscara alguna. Esta hija, debo admitir, es un ser muy especial, muy empática y capaz de ver lo que necesitas: hasta me da consejos, es increíble.
Yo a tu edad andaba en lo mismo: en la búsqueda, ante todo, de mi propio ser, viajando de aquí para allá, descubriendo el mundo que luego se circunscribe a las paredes del hogar que construyes y resulta maravilloso porque antes te has tomado esa libertad y te has moldeado. De otro modo se sentiría una cárcel para el alma.
Y sobre todo te diría que lo esencial es que la vida te cruce con la persona indicada para embarcarte en tamaña empresa y eso no es fácil. Ahí creo que está la mano de Dios, pero es una creencia personal, puedes llamarle destino, suerte, fortuna, química y qué se yo cuántas cosas más. Pero es menester que eso suceda.
También admito que me habría gustado ser madre más joven, antes de los treinta, pero la vida no se planifica ni sale así como una sueña de más pequeña. Las cosas se van dando cuando tocan y hay que tener el olfato de no dejar pasar la oportunidad para concretarlas o dejarlas pasar si es eso lo que verdaderamente sientes. Por eso no me arrepiento de nada de lo que he elegido hasta donde la señora vida me ha permitido elegir.
Es muy interesante la pregunta que me formulas: ¿se puede vivir en paz con hijos, sabiendo que si algo te sucede a ti, se quedan solos y sin respaldo alguno? Te contesto que nunca se puede vivir del todo en esa paz que idealizamos, que es una utopía pensar que algo así se puede lograr, que el ser adulto implica hacerse conciente de los peligros, las vulnerabilidades, la fragilidad y la finitud de nuestra naturaleza y eso inquieta, Diego, con o sin hijos. Piensa que ahora crees que siempre puedes volver con tus padres si algo te falta, pero algún día te darás cuenta de que pronto ya no estarán ahí para alojarte ni socorrerte... Ese descubrimiento llega cuando te haces adulto y debes convertirte en padre de tus propios padres, tengas hijos o no.
Todo llegará a tu vida cuando y como deba llegar. A veces racionalizamos demasiado algo que una fuerza superior a nosotros se encarga de poner en nuestro camino de hormigas, o al menos a mí me gusta pensar en que esto es así. Y no dudo de que lo será para tí también. Las responsabilidades se asumen no sin sentir su peso cuando se está listo para ellas, pero no te voy a mentir: pesan y bastante. Pero si son tu elección, llevas la carga con convicción al menos.
Es un gusto que me des tu perspectiva tan fresca, sincera y joven y que me permitas maternarte de esta sutil manera un poco a tí también.
Un beso y gracias!
QUE LINDO FER! ES HERMOSO SABER QUE UNO TIENE PAPAS QUE LO AMAN Y LO RESPETAN POR LO QUE ES, MAS ALLÁ DE TODO RESULTADO, TODO CARÁCTER, TODA FORMA DE SENTIR Y SER
ResponderBorrarY ESO PRECISAMENTE ES LO QUE YO SIENTO POR MIS HIJOS AMOR DEL REAL, DEL QUE VA MAS ALLA DE SU DEFINICION SOCIAL O ESCOLAR. SIN DUDA SI EL AMOR POR TODAS LAS PERSONAS FUERA ESE VIVIRIAMOS EN UN PARAISO Y NO EN ESTE SEMI INFIERNO
MUY FELIZ CUMPLE A LA PRINCESA DE AROMA UNICO Y DE MAMA ESPECIAL
YA SABES.. YO NO TUVE ESA SUERTE, PERO AHORA SE QUE MIS HIJOS LA VAN A TENER POR SIEMPRE
El lindo, sí Ana, aunque no es de color rosa, lo sabemos. Sé de tu historia y de lo madraza que sos para tus cachorros y te admiro por eso.
BorrarGracias y un beso grande, Ana!
Esto es algo que..., en fin, no sé que decir. Definitivamente no sé gestionar este tipo de gestos. Sólo decir que, uno, en la compañía de gente como la que aquí nos citamos, de gente como tú, no puede sentirse mejor.
ResponderBorrarCuando hablamos de etiquetas es muy importante conocer al etiquetador. La etiqueta no es el simple nombre: es el manual de trabajo para los profesionales y para la familia; por ello tiene que ser muy concienzudo el proceso, porque equivocarse tiene consecuencias muy negativas.
Aquí tenemos la suerte de contar con uno de los mejores neuropediatras a nivel mundial y con uno de los equipos de valoracion de mayor prestigio a ese mismo nivel. La valortación y diagnostico de Antonio fueron horas de entrevistas con nosotros, de visualizar al niño en el entorno social, escolar y familiar, de entrevistas con los profesores... No fue una ocurrencia, fue un resultado. La diferencia es notable: Una ocurrencia es fruto de la fantasía y un resultado es fruto del empirismo.
La sensación que en estos días nos invade no la sabría definir con exactitud, pero sin duda está dentro del positivismo y la decisión. No tengo palabras para agradecer estas muestras de apoyo que estamos recibiendo.
Me ha encantado tu historia y me alegro enormemente de vuestra felicidad.
Un abrazo y mil gracias.
Nada que agradecer, me brotó, Manuel, tú te lo has ganado. Dudo que te sirva mi historia ni de la nadie, ya que la experiencia es intransferible y "se hace camino al andar", como dice el poeta.
BorrarLo tuyo nada tiene que ver con lo mío ni con lo de nadie. Es tu vida y tu historia y por eso me conmueve. Y sé que tienes la fuerza y la sabiduría suficientes para llevarlo adelante. Hay un dicho en el que creo que dice algo como que Dios no le carga sobre los hombros nada a quien no puede cargar con ese peso, si es que se puede hablar de esto como un peso.
Yo aprendí a sentir que eso que al principio tomaba como una carga se convierte en una bendición. Creo con el alma que todo cuanto nos toca enfrentar en la vida es por alguna misteriosa razón que nos supera y porque de allí aprendemos valiosas lecciones que nos harán crecer y encontrarle el sentido a nuestro paso por este mundo, y confío en que así será para tí y los tuyos y, sobre todo, para Antonio.
Eres privilegiado por tener a tu Antonio y por contar con las mejores manos para él: buenos especialistas y sobre todo, TUS MANOS, hombre, que se me hacen fuertes y contenedoras, capaces de abrir caminos en medio de una selva que a otros se les haría impenetrable.
Un beso y un abrazo grande, Manuel y te sigo en todas!
Fer
Contigo siempre tengo la misma sensación. Es como si miraras cada asunto de tu vida con una lupa de demasiados aumentos. Pendiente de cada detalle, de cada elemento mínimo que pueda alterar un hipotético flujo de normalidad. Tengo la sensación que es algo muy consustancial a tu país, al mundo que te ha tocado vivir. Esa especie de necesidad de catalogar, etiquetar, ordenar y colocar cada acto o situación de la vida en su correspondiente estante, en su sitio preciso y evidente.
ResponderBorrarNo lo entiendas como una crítica, cuando hay problemas serios es necesario hacer un diagnóstico para encontrar una cura o al menos alivio al problema. Lo que me parece primordial es darles a los chicos un poco de aire. Oxigeno para que puedan vivir con la libertad con la que vivimos nosotros. Por parte de padres y educadores no se puede seguir problematizando cada una de sus comportamientos. No son sujetos de experimentación. Si seguimos en la misma tesitura solo generaremos seres enfermizos, culpabilizados y endebles.
No me gusta que el exceso de "civilización" agreda la necesaria y rica espontaneidad de las personas. No me gusta nada.
Absolutamente de acuerdo, Doc. Por eso, si bien cuando te citan de un colegio y la primer maestra que tiene tu hija te pronostica "problemas de aprendizaje", a dos padres docentes a quienes se les encienden todas las alarmas porque de eso saben, te preocupas y luego te ocupas para encontrarles sustento o para disiparlas si no lo tienen, que es lo que hicimos.
BorrarDespués de eso, la cambiamos de colegio porque era de doble jornada y entendimos que lo que le sucedía a la niña era que necesitaba más juego, más plaza, más ser niña, y es eso lo que le hemos dado, a pesar de que hubo que cambiar todo el esquema de la vida familiar en torno al nuevo colegio.
No dejamos que nadie experimentara con ella y jamás la culpabilizamos. La aceptamos tal como es y estamos encantados con esta hija que es una verdadera bendición en nuestras vidas.
Yo no se si lo de los rótulos es algo inherente a mi idiosincrasia o algo que ha venido con el auge de la psicología comercializada y muchas veces innecesaria pero altamente rentable y "lava culpas". He conocido muchos casos de alumnos a quienes se los medicó y se los convirtió en zombis a fuerza de ritalina (perdón que me repita, que ya lo he dicho en un comentario anterior), y jamás habría aceptado algo así para mi hija. Esos alumnos fueron arruinados, perdieron la alegría, la vitalidad que les era propia. Eso sí: se quedaban bien quitecitos en el banco haciendo como que prestaban atención y rendían, pero sus mentes volaban por la ventana ansiando otra vida que sus padres no les dieron tal vez porque estaban muy ocupados consigo mismos o por hacer caso omiso a la palabra de un psicólogo. De ahí que nosotros fuimos a varios para no quedarnos con lo que dictaminara la del gabinete escolar y luego les llevamos los informes al colegio en el que, de todas forma, no encajaba, no por tener problemas ella, sino porque el problema lo tenían ellos que trataban a niños pequeños como si fueran adultos pequeños.
Si eso me hace enfermiza, pues no sé. No busco la "normalidad" porque nadie sabe qué es la normalidad y no creo que exista en verdad. Simplemente busco la felicidad. Justamente cuando atravesamos aquellos momentos, leí mucho, entre todo eso, me quedó esta cita de Michel Foucault tomada de Los anormales:
"La anormalidad es una construcción discursiva que está atravesada por los condicionamientos políticos de una época que determina quién es normal, por ende, quién es anormal, - "biopolítica" - y que tiene un poder sobre nuestras vidas - "biopoder" - que ejerce dictaminando qué es lo que se debe hacer con el diferente".
Antes de esto que cuento, se me había etiquetado a mí de neurótica y ansiosa y se me medicó con ansiolíticos que tomo hasta el día de hoy. Entonces leí a Jung, que me enseñó que todos somos neuróticos, aunque algunos somos un poco más neuróticos que otros, y que el verdadero propósito de toda vida es encender una luz en las tinieblas del mero existir. Eso es lo que intento, con todas mis humanas limitaciones e imperfecciones, mis propias sombras, esas que tú ves tan claramente en mis escritos desde tu luz, amigo Krapp.
Un beso y gracias por tus diagnósticos, que en absoluto me ofenden.
Estamos en una misma aventura al tener dos hijos, en mi caso dos hijas, ya adolescentes (16 y 13 años). Y ciertamente es una aventura llena de curvas, de rectas, de circunvoluciones en que nos enfrentamos al proceso educativo visto desde nuestro ángulo y del ángulo de sus educadores que no siempre son coincidentes, como es el caso que refieres. Funcionamos por etiquetas, nos enseñan a etiquetar, parecería que no somos capaces de comprender si no le colocamos a cada persona y cada situación una etiqueta. Mi desorden metafísico me impide hacer eso y tengo a cada alumno como una aventura, como un desafío. Las etiquetas ayudan a comprender pero en muchas veces califican erróneamente e inducen a la confusión y a los lugares comunes. Sin duda, que esos diez años de tu hijo son y serán tan maravillosos como ha sido todo hasta ahora. Un hermoso texto, lleno de bellez y sensibilidad.
ResponderBorrarUna aventura la de la maternidad y la paternidad, sin dudas. Desearía que los profes de mis hijos tuviesen tu desorden metafísico, Joselu. Te has etiquetado, pero esa me gusta. Habrá que agragarla al maldito Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (en inglés, Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), el temido e implacable DSM.
BorrarMuchas gracias por tus buenos deseos y amables observaciones.
Un buen fin de semana!
Fer, veo preocupación en estas palabras y ya esto es mucho para como andamos hoy en día... si todos mostraran solo un poco de esto igual las nuevas generaciones caminaban con otro sino..
ResponderBorrarUn abrazo.
Gracias, Pedro. No se que dejan entrever estas palabras.Evidentemente, cada comentador ha hecho su propia lectura y allí reside la riqueza de nuestro intercambio.
BorrarPersonalemnete y a la distancia en el tiempo, más que preocupación en su momento y siempre que es necesario nos ocupamos de los temas de nuestros hijos. Por supuesto, hay una cuota de preocupación previa al ocuparse del tema, pero no hay como poner manos en la masa para dejar de preocuparse y trabajar, apoyar, aceptar. Eso es lo que intento transmitirle a Manuel, para quien va dedicado este post.
Un abrazo.
A una de mis gemelas, hoy psicóloga, y con un máster... con 5 años, uno de esos 'capos' reconvirtió un sencillo transtorno de confusión de la lateralidad en un diagnosticó de esos consabidos problemas de aprendizaje y lo que es más grave... 'depresión infantil'. Pero, quizás tuve más suerte, porque ni su pediatra ni su tutora de ese curso, ni por supuesto sus padres, estuvimos de acuerdo en absoluto. Así que prestamos todos más atención a su evolución por si... cuando necesitó refuerzo en el tema de lateralidad se le díó. Y hasta hoy.
ResponderBorrarCreo que existen 'modas' en las que gusta incluir a lo diferente, a lo que se sale de la norma y da más 'trabajo' aunque sea dentro de la normalidad. Son ese tipo de personas, que siempre acostumbran a hacer 'lo que dice el libro' y no tienen lugar en su capacidad mental, para nada que se salga de esos, a veces, estúpidos protocolos. Pero, lo que está claro es que cualquier profesional, docente, de la sanidad o de no importa la preofesión... puede equivocarse, porque la infalibilidad, hasta le fecha que yo sepa, creo que sólo es 'papal' :S
Te felicito, por tu decisión y por 'escuchar' más tu hija y a lo que sabes de ella... que a cualquier otro. Acostumbra a ser lo más sabio, sin duda"!
Felicidades a las dos.
Hola, cristalook y bienvenida. Ante todo, muchas gracias por tan rico y personal aporte a este tema que me resulta inagotable y fascinante. Creo que no es casual que esta niña, con semejante etiqueta sobre la frente a tan tierna edad, sea hoy una mujer psicóloga con una master.
ResponderBorrarEstoy absolutamente de acuerdo en que hay una moda nefasta, una tendencia de psicoligazación simplista y superficial muy dañina pero altamente lucrativa para quienes practican la psicología sin escrúpulos o de la manera que describes: de manual, lo cual dice mucho sobre su falta de criterio profesional y mirada humana e integradora.
No sé muy bien qué es una confusión de la lateralidad, pero hasta hoy tengo problemas con eso, me piden orientación en mi propia calle para ir a cierto lugar que conozco y me cuesta ubicarme, y si me encuentro en un lugar nuevo puedo llegar a perderme con plano o mapa en mano y todo. Sin embargo siempre vuelvo a casa y aquí estoy: me dieron un título de profesora de inglés tal como a tu gemela se lo dieron de profesional de la salud mental. Parece que todo lo que escapa la norma se cataloga como psicopatología. Lo cierto es que hay cosas para las que nacemos dotados y otras, negados, pero no creo que eso nos haga patológicos.
La escuela sigue funcionando como la fábrica del siglo XIX en muchos aspectos: se trata de nivelar e igualar para efectivizar la producción de individuos en serie al menor costo posible y se estigmatiza lo diferente, sobre todo lo que está considerado por "debajo" de la media, porque como bien dices insume un esfuerzo y un gasto extra. Los niños y algunos malos docentes hacen lo mismo inclusive con quienes superan la media ampliamente. Fíjate si no el renombrado caso de Einstein, un fracaso escolar, Mozart, que acabo de enterarme padecía de un síndrome de Tourette que le daba ese don para el ritmo genial y burbujeante, único y precoz, innato, estremecedor e incomprensible. Da Vinci, un disléxico brillante y multifacético a Dios gracias. Genios incomprendidos por sus mediocres "maestros". ¿Quién puede estandarizar mentes que escapan todos los estándares? Pero claro, todo lo diferente asusta, causa una molestia, implica romper con el molde, ser creativo, abarcativo, abierto y amenaza a la seguridad del rebaño obediente y eficiente en su mediocridad.
Tanto como me felicitas a mí te felicito yo a tí por no acordar con el "capo" que te tocó en suerte, porque es una bendición transitar estas experiencias y aprender y crecer en el respeto y el amor por la singularidad de cada ser gracias a ellas y por apoyar a tu hija hasta el día de hoy.
Ha sido un verdadero placer tener este intercambio contigo. Te tengo vista en varios sitios: ahora mismo me voy a tu perfil.
Un cordial saludo.
Es emocionante lo que has escrito sobre tu hija. Que no la agobie nada y todo el amor del mundo para ella. A veces, se les hace mucho daño en la escuela.
ResponderBorrarUn abrazo grande, Fer.
Muchas gracias, Isabel. Un verdadero honor contar contigo en este espacio que amo y al que me dedico con ahínco y a pura intuición.
BorrarUn abrazo también para tí, Isabel.
Hermoso lo que escribiste Fer! me emocionó, me enterneció y pensé en lo orgullosa que está - y va estar tu hija cuando lea este texto alguna vez - por estos padres tan dedicados, amorosos e inteligentes.
ResponderBorrarHace bastante que no leo blogs, y hoy decidí visitarte. Espero que estés mejor de salud, que todo este más encaminado.
Te mando un abrazo!! que tengas una muy linda semana.
Lore: ¡qué alegría que justamente hayas venido a leer esto! Porque, como le comenté a alguien más arriba, vos fuiste una de las personas que más me apoyo y me apuntaló en aquellos tiempos, aunque no lo creas. Te debo haber aburrido con tanta entrada apesadumbrada sobre mis dudas, mis preocupaciones y desvelos, y sin embargo vos siempre a través de tus floridas palabras, con esa sonrisa tuya de cerezos en flor que brota de tu alma, me mostrabas el camino claro, sencillo de andar, pasito a pasito, sabio, Lore querida. No te imaginás lo mucho que te valoro.
BorrarEstoy mejor, gracias, y me siento muchísimo mejor: "es sólo una cuestión de actitud", pero también tenía que andar ese camino yo misma. No servía que me lo indicaran y me quisieran llevar por ahí mientras yo como una mula, obsesiva e hipocondríaca, cagona, Lore, quería ir por otro. Pero me cayó la ficha un buen día, como la lluvia cayó, y como escribí en otro post, "resucité":
"Mil veces lloro y mil más vuelvo a nacer
conciente de mi camino quiero conocer mi ser..."
Vos lo sabés muy bien, me conocés bien y siempre sos tan dulce conmigo, tan nutricia, tan maternante, Lore!
Te quiero mucho: sabelo!!!
Un beso enorme y mil millones de gracias por tu visita, que siempre me ilumina el alma!
Fer
Qué linda sos Fer!!! y qué mujer tan lúcida!!! tus palabras me emocionaron mucho! siento que te quiero también!! Qué lindo sentir estas cosas y poder decírnoslas, trascendiendo cualquier distancia física. Las almas pueden conectarse y comunicarse de cualquier modo!.
ResponderBorrarTu enfermedad te trajo un gran mensaje que con mucha valentía, sensibilidad y compromiso estás descifrando.
Todos tenemos similar trabajo, y vos estás en mi mundo y mis procesos también!
Estoy por acá. Te doy un fuerte abrazo y un beso supercariñoso.
GRACIAS, LORE!!!
ResponderBorrarGracias por la deferencia de haber pasado por acá tantas veces, de decirme cosas que siempre me hacen bien, por tenerme en tu mundo: ¡qué bueno!
Yo también creo posible y hasta necesario tenerte en mi mundo, entablar vínculos como el nuestro. que algunos considerarían superficial o hasta patológico porque lo llamamos "vínculo" sin conocernos personalmente siquiera, en un mundo como el nuestro en el cual te cruzás con mil caras por día y nadie se comunica: increíble el efecto de la urbe un nosotros.
Es entonces entendible y hasta deseable buscar la conexión de almas por otros medios si nos topamos todo el día con cuerpos que parecen andar sin alma por ahí. Es esa necesidad imperiosa de buscar almas afines y conectarse en definitiva, que se hace tan difícil aunque seamos tanta gente en poco espacio.
Yo siempre ando por acá, ya lo sabés. Este es un espacio que no tiene límites y me seduce de manera sana justamente por las personas auténticas y entrañables como vos, que vienen a visitarme cuando quieren, sin compromisos ni el caretaje de "hoy por mí, mañana por tí". Es cuando da, cuando tenemos ganas, tiempo y espacio para hacerlo porque lo sentimos y si no, no pasa nada.
Redoblo el abrazo y el beso supercariñoso que sé absolutamente sinceros.
Acabo de leer tu post buscando información por Google que me dé pistas sobre el acoso que sufre mi nena de primer grado en relación a su desprolijidad. Te estoy muy agradecida. Me puse a llorar porque sentí que pusiste en palabras lo que mi angustia no alcanza a expresar en estos 2 meses de tratar de acompañar a mi hija, esquivando los embates de una educación arcaica, productivista, estigmatizante.
ResponderBorrarMi nena está en primer grado. Es melliza.
Es una nena muy creativa. Aprendió a leer a los 4 años por propia iniciativa. Le encantan los libros. Antes de empezar primer grado escribía "desprolijos" cuentos maravillosos.
Hoy está inmersa en un contexto demencial donde se la rotula de desprolija permanentemente y donde no encaja en los spa de princesas. Ella tiene un mundo rico en el que el pintar por los bordes y hacer letras perfectamente alineadas no es algo que tenga lugar.
El otro día me preguntó por qué tenía que pintar por dentro de los bordes si en el cuadro que tiene en su habitación (una reproducción de Paul Klee) el pintor no respetó los bordes. Sin respuesta de mi parte. Cómo explicarle a esta nena que ni siquiera cumplió aún los 6 años que la creatividad y la escuela están escindidos. Cómo decirle que tendrá que padecer la escuela hasta ser grande y poder hacer lo que le gusta.
Hace 2 meses que tengo una angustia infinita. Quiero protegerla y que pueda salir indemne de un sistema escolar perverso y mediocre.
Leerte me generó un sosiego de alma. Gracias!!!!
Nada que agradecer. Te entiendo perfectamente porque pasé por lo mismo y todavía la peleamos a diario. Nosotros pasamos meses muy amargos al tomar la decisión de cambiarla de la escuela donde había hecho su jardín y que nos alarmó al mes del comienzo de su primer grado. Y te aseguro que es muy difícil, te diría imposible, encontrar la escuela ideal, sencillamente porque no existe, como tampoco existen maestros ni alumnos ideales, pero los adultos a cargo de la educación, en su pasmosa necedad, no entienden esta verdad de perogrullo y siguen insistiendo con la forma, con los bordecitos bien recortados y delineados, con pintar prolijito, con la linda letra, y encima después esperan velocidad, cantidad y te van a hablar de autonomía infantil (un contrasentido absoluto), todo libre de error, cuando el error es una maravillosa fuente de aprendizaje si se sabe capitalizar en el proceso bien llevado. Pero me temo que saben poco de aprender y de enseñar.
BorrarLo único que te puedo decir es que desde esa angustia que sentís como madre y la necesidad de brindarle protección a tu hija de lo que bien caratulás como "acoso" y "estigmatización", confíes en tu hija. Confiá en su potencial, en su creatividad, valoralos fuerte y claro, hacele saber a ella y si es necesario a sus maestras, sin levantar la voz pero firme, lo que ella es capaz de ver en una obra de arte. Y confiá en que con esa inteligencia especial y única que posee también va a aprender a adaptarse y a sobrevivir con mucha ayuda, apoyo y amor tuyo.
Se que no es fácil pero intentá no decirle que va a tener que padecer la escuela. Ayudala a ver lo bueno de la escuela: sus amigas, los recreos, la clase de gimnasia, no sé, lo que sea que encuentre disfrutable. Eso potencialo y hacéselo ver con lupa, y los cartelitos de la maestra tratá de minimizarlos, ante todo, vos. Hubo un tiempo en que yo reaccionaba como una loba cuando veía las "notitas de la seño" en los trabajos de mi hija. Y despotricaba frente a mi hija y a través del cuaderno de comunicados. Fue un error que no la ayudó. Ayudó sí restarle importancia a lo que veía la seño como "Bien -", hacerle ver a ella que la seño no miraba esto otro que estaba buenísimo, como su capacidad de contar historias, su riqueza en la oralidad, su creatividad, su originalidad, su sensibilidad artística... Mi hija se parece bastante a la tuya, sospecho. Te deja dura cuando de interpretación de lecturas y arte se trata. Pero en la escuela pesan más los números, el resultado correcto antes que el razonamiento lógico y el firulete.
Ojalá pudiera hacer más por vos. Ojalá pudiéramos hacer más todas las muchas que pasamos por esto, de las cuales la mayoría se calla o los reta y los hostiga a sus hijos aún más en casa. Ojalá te pudiera decir que pronto todo va a pasar, pero es un proceso que lleva tiempo, paciencia y mucho amor.
Te deseo a vos y a tu hija lo mejor y te agradezco muy especialmente por compartir tu experiencia conmigo.
Te mando un abrazo!
Fer
Me dejaste pensando sobre qué más puedo hacer por vos. Al menos, permitime que comparta algunos de los varios escritos que dejé salir por aquellos tiempos para que veas que no estás sola en tu sentir. Te paso los links:
Borrar*Desprolijidad
*Sol de invierno
*Psicología pura, sentido común y "Canción del corazón" por Cristina Banegas
* Más psicología pura y sentido común
* Otra de psicología pura y sentido común
*Crónica de oportunidades para educar desperdiciadas...
*Miedo
Ahí tenés un como un librito para sentirte acompañada. Espero que en algo mi experiencia te ayude. Cualquier cosa, comunicate conmigo por mail: mariafernandapaz@gmail.com. Quedo a tu entera disposición en lo que pueda ayudar como mamá y profesora de nivel medio.
Otro abrazo.
Fer
Hola Fer, no he experimentado el placer ser de madre, pero algo alcanzo a captar de esa faceta humana. Es muy emotiva tu descripción del nacimiento de tu nena con las fragancias de los perfumes. Te salió bellísimo eso, y es natural que seres tan especiales como lo son los hijos, inspiren sentimientos profundos.
ResponderBorrarAbrazos
Tal vez puedas experimentarla ;)! Te agradezco tus palabras. ¡Hoy es día de festejos!
BorrarAbrazos y muchas gracias, Alejandra.
Hola Fer, tu texto me ha emocionado. Yo también soy madre y es lo más hermoso que me ha sucedido en mi vida. Estoy en la etapa de sus adolescencias, bueno estoy sufriendo esta etapa. He pasado de ser la mamá genial a la que no se entera de nada jejeje pero igualmente es gratificante. Gracias por compartir estos bellos pensamientos, es lo mejor que nos llevamos de este mundo.
ResponderBorrarBesos
PD: Me resulta extraño que el otoño con todos sus matices se manifieste en abril. Abril es el mes de los brotes y borbotones, de las flores, del color verde, y de un sol que anuncia el eminente verano.
Muchas gracias, Marybel, por tu visita en este aniversario. Mi hija ya está entrando a la adolescencia, y se sufre un poco también. Tienden a alejarse un poco, ya no es como era antes, "mamá genial", aunque es lo esperable. Esos cuestionamientos que nos hacen les ayudan a definir su propia personalidad. Sin duda, son los hijos lo mejor que nos llevamos de este mundo, absolutamente de acuerdo. Y en cuanto al otoño, es así, pues vivimos en distintos hemisferios. ¡Disfruta de tus brotes y tus flores!
BorrarBesos.
Fer
Bellisimo tanto que se me cayeron las lágrimas. Gracias por compartir tu experiencias y sentimientos. Besitos Fer!
ResponderBorrarGracias a vos! Besitos!
ResponderBorrarFer