Cuando me preparé para afrontar la decisión
definitiva de dejar mi adicción al tabaco sabía que experimentaría síntomas de
abstinencia. La abstinencia tiene muy mala prensa, asusta, se piensa que es
antinatural, que implica reprimir algo que el cuerpo pide y que, al negárselo,
se lo cobrará con una buena cuota de dolor psicológico, que es sin dudas el que
más se teme y el que menos nos sentimos capaces de doblegar. Creo que todos los
que nos hemos enfrentado alguna vez con este tipo de dolor hemos quedado marcados
a fuego por una clase de miedo que es tremendamente difícil de superar: el
miedo al miedo, es decir, el temor de sentir ese miedo de sufrir los
síntomas del flagelo psicológico y no ser capaces de manejarlos. Se trata de
un miedo anticipatorio: se padece antes de experimentar dolor y a veces ni
siquiera llega el dolor que se esperaba. Y es así que cuando este
dolor llega y se hace manejable, se siente una agradable sensación de sanidad y
bienestar que disipa al cúmulo de miedos que nos paralizaba y nos autofortalecemos.
He estado leyendo bastante sobre adicciones en
general por estos días y aprendí que todos los adictos a ciertas
sustancias somos propensos a hacernos adictos a más de una cosa ya que tenemos
ciertas características que nos hacen vulnerables. Inclusive se sospecha que
nuestros genes nos juegan en contra y se habla de personalidades adictivas. Las
características que se asocian con este tipo de personas son todas negativas y, en
mi caso personal, ciertas. Tanto que al dejar esta adicción me he propuesto
luchar por lograr un cambio que me lleve a una superación que permita que me
desintoxique ya no sólo a nivel físico sino a nivel psicológico. La primera vez
que leí que era necesario "crear una nueva
identidad" en la cual el fumar no estuviera asociado conmigo, pensé que
sería imposible. Pero a medida que fueron transcurriendo los días que llevo sin
fumar y al atravesar por estados de ánimo cambiantes que me han llevado a ver
otras cosas sobre mí misma y mis conductas y emociones, entiendo que esto es
real, aunque mucho más demandante que el hecho de dejar de fumar en sí mismo.
Abstenerse, de acuerdo al diccionario, significa renunciar a alguna cosa fundamentalmente por cuestiones morales. Está
además ligado con la sintomatología que presenta la decisión de renunciar a
algo a lo que uno se ha hecho adicto. Y al renunciar a la cosa, también se debe
renunciar en buen grado a esa parte de nuestra personalidad que depende de ella
para sentir que funciona, aunque se trate de un autoengaño, ya que al
ser dependiente, se disfunciona. Al entender esto, intentamos enmendar
todo el daño que este disfuncionamiento nos ha causado a nosotros mismos y a
quienes nos rodean, y nos asalta el miedo: el miedo a sufrir, el miedo a
fracasar, el miedo a que todas las características de nuestra personalidad que
nos han hecho caer en la adicción salgan a la superficie. Estas son: la
inseguridad que genera una baja autoestima, el infantilismo de querer
satisfacer nuestros deseos inmediatos y nuestra falta de autocontrol e
impulsividad, nuestro alto nivel de frustración y baja tolerancia, nuestra
tendencia al autoengaño, la negación y la autojustificación, la ansiedad y la
angustia.
Lo que más asombra a quienes somos adictos en
recuperación es el permiso que nos hemos dado por tanto tiempo una y otra vez
de caer en eso que sabemos que nos daña a pesar de las claras evidencias del
deterioro que la adicción hace evidente con el paso del tiempo. Cuando nuestra
conciencia comienza a advertir que algo anda mal y que ya no estamos en control
de nuestras vidas se toca fondo emocional y se ve claramente esto que en
principio parecía una locura, aunque es el único camino hacia el
reestablecimiento de esa armonía que llamamos salud: hay que recrear nuestra identidad sin la muleta que nos hacía creer
mejores y más fuertes, asumirnos desde nuestras flaquezas, y desde allí
empezar a apuntalarnos. Hay que restablecer el equilibrio sutil entre nuestras luces y nuestras sombras.
Al lograrlo día a día, se va robusteciendo el
sentido de valía que tiende a ser escaso en nosotros. Comenzamos a notar pequeños
cambios que nos van conectando con alguien novedoso que habíamos olvidado. Hay más
luz, alegría y esperanza. Hay una reconexión con nuestro ser esencial que se
había bloqueado y esa ausencia nos hacía sentir más vacíos. Hay alivio. Hay más ganas y más fuerza
para cambiar otros aspectos que se hacen visibles y notorios. Y hay
todo un largo camino para seguir andando, porque cualquier paso en falso
implicaría volver a descentrarse. Es, como dicen todos los que lo han
transitado y caminan este sendero erguidos día a día, dar un paso por vez. El maestro Jung lo explica en términos del claroscuro que entiendo que somos, y se me hace mucho más claro a cada paso:
A boca de jarro
Fer, que buen titulo al post, y que acertado, pues todos en algún momento hemos tenido frustraciones y recaídas en ese paso a paso diario en lucha a las lacras físicas y psíquicas por algún problema o adición , pero ese es el camino y hay que continuar…
ResponderBorrarUn Saludo.
Ese es el camino para mí por estos días más que otras veces: uno a veces no es conciente de que en verdad siempre vamos paso a paso. Esto es difícil de asumir sobre todo para quienes sufrimos de ansiedad, como yo, claro.
ResponderBorrar¡Un saludo y gracias!
Paso a paso se hace un camino y éste puede ser largo,largo,si somos conscientes de la extensión que queremos abarcar...
ResponderBorrarNada fácil cuando se trata de renunciar a algo a lo que se ha estado habituado durante mucho tiempo y tal vez, de forma excesiva, la mayoría de las veces, sin darnos cuenta.
Ya es un logro enorme hacerlo, saber que somos adictos a algo,sea lo que sea,porque sinceramente,creo que no sólo hay adicciones como al tabaco o las drogas, también las hay a personas, a lugares, a ciertos hábitos o costumbres no siempre del agrado del entorno ni beneficiosas para un@ mism@ sin que lo sepamos.Y nos ocurre en mayor o menor medida a todos.
Somos humanos, seres imperfectos pero con muchas virtudes y una de ellas que hay que fomentar y cuidar con esmero, es la paciencia.
Con ella, andarás pasito a pasito por ese camino de renuncia en pos de un logro beneficioso en grado sumo.
Ché,acabo de escribir y me parece que hablo como si fuese tu madre o algo parecido!
:)
Lo que me nace nada más.
Besos y ánimos todos.
¡Gracias, Marinel! Cuánta verdad hay en tu extensión de la noción de adicción hacia tantas otras cosas que a veces no tomamos como "droga" pero también enferman en exceso, claro que sí.
ResponderBorrarMe encantó que usaras el "Che": eso hace que suenes como una hermana o una amiga, no como mi madre. Y lo que te nace siempre es noble, bien recibido y agradecido.
¡Besos!
Fer me alegro que el dejar el tabaco te este ayudando a reencontrarte con tu yo menos adictivo...yo llevo planteándome dejar de fumar unos cuantos meses...pero la verdad es que me da miedo enfrentarme a ello...
ResponderBorrarsupongo que algún día tendré que hacerlo...
animo y adelante...
un abrazo
Julia: justamente reflexiono sobre el miedo que produce el enfrentarse con estos vacíos propios que llenamos con humo. A mí también me dio mucho miedo enfrentarme a la vida sin ese bastón.
BorrarGracias por darme ánimo y te aseguro que estoy en camino: llevo tres semanas sin fumar. Cuenta conmigo para lo que necesites si decides hacerlo.
¡Un abrazo!
Maribel encontro las cordenadas correctas para describir tu comentario Fer, y es cierto que hay otras adicciones mas peligrosas porque son masivas, y es el miedo al cambio, a lo desconocido. Enfrentarse a lo rutinanariamente impuesto por la sociedad es dificil para casi todos, y esa adiccion se enfrenta tambien paso a paso, aunque lo dificil sea dar el primero.
ResponderBorrarMuy buena tu entrada!!
Besos y se feliz!
El miedo al cambio: ¡qué fuerte! Salir a la calle y ver a tanta gente fumando resulta tan movilizante ahora. Se piensa que tal vez no sea tan malo si al final lo hacen tantos. Lo que se impone y lo que uno elige. En ese sutil equilibrio se encuentra la propia identidad, y eso es lo que produce felicidad.
Borrar¡Gracias! Te deseo lo mismo, romántico poeta.
Hermoso post!
ResponderBorrarFuerza Fer! tu luz es más fuerte!
¡Gracias, Lore: un beso enorme!
BorrarYo dejé el tabaco porque mi hija pequeña con 6 años me lo pidió. Siempre he presumido de este logro que fue menos duro de lo que pensaba. Hoy la que fuma es ella... Ya ves.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo, Fer
Paradojas de la vida... Ya le llegará a ella la hora de planteárselo. En la mujer el tema se agudiza con la maternidad, que resulta una motivación excelente mientras dura el vínculo mamá-bebé. Después, si no se ha tomado la decisión de abandonar la adicción por una misma, se tiende a recaer.
BorrarUn abrazo, Luis Antonio y gracias.
Me alegro de tu fuerza de voluntad, FER bonita y que como dices... pasito a pasito vayas superando este asco de tabaquismo ( ya sabes que yo sigo siendo una apestada llena de humo:-) no hay logro valioso en la vida que no suponga sacrificio y esfuerzo. Ninguno.
ResponderBorrarEnhorabuena, lo lograrás, sin duda.
Un beso grande FER.
Ya lo estoy logrando: mañana se cumple mi tercera semana sin humo. Y por cierto lo he llevado bastante bien, sobre todo esta última semana, a pesar de que el trabajo me ha tenido bastante estresada. No te voy a decir que no se piensa, que no se desea cuando pasa alguien cerca y hueles el tabaco, pero lo soporto con menos sufrimiento del que me temía. Y además me he mantenido en mi peso.
Borrar¡Un beso grande y gracias por tu apoyo!
Bueno, Fer, si lo has decidido así, a por ello. Yo soy exfumadora, lo dejé hace muchos años. Ya lo había dejado alguna vez y después solo fumaba los fines de semana, hasta que recuperé el ritmo habitual. Pero no me di por vencida, quería dejarlo así que de esa aprendí que tenía que ser radicalmente y sin probar ni un cigarro más, y hasta hoy. Había tantas y tantas cosas que hacía con un cigarro en la mano, había tantas situaciones que asociaba a un cigarrillo que cada una era hacer presente el tabaco en mi mente y en algunas ocasiones hasta implicaba una reconsideración de lo que ya había decidido: por uno... Significa aprender sobre lo aprendido y eso cuesta y lleva su tiempo.
ResponderBorrarRecuerdo que, en una ocasión, mientras esperaba para hacer un examen, dos personas próximas a mí estaban comentando sobre la adicción al tabaco y me sorprendió lo que una de ellas dijo: "después de haber dejado el tabaco me atrevo con muchas otras cosas". Dependerá de cada uno pero es verdad que cuando consigues algo te sientes más capaz de vencer otras cosas.
Y te digo: con gusto me fumaría un cigarro en alguna ocasión, pero sé, querida Fer, que volvería a caer y he ganado tanto, en sabores, en energía, en olores... ¡Que no!.
Mucho ánimo, te envío energía positiva via bloguera urgente.
Un abrazo muy fuerte.
¡Qué bueno es recibir toda tu energía positiva, Angie! Y tu testimonio de ex-fumadora que no ha reincidido es muy valioso para mí en este momento en el que sé que no debo ponerme triunfalista porque llevo tan sólo tres semanas sin fumar contra más de veinte años... Pero realmente comienzo a notar los cambios positivos y los disfruto, y además aproveché para seguir indagando sobre mí misma, sobre mis actitudes, mis emociones, mi modo de encarar la vida, y se hace todo más claro sin humo. Es una buena oportunidad para intentar seguir cambiando otros aspectos, como sentenció esa ex-fumadora que tiene mucha razón. Es que al notar que puedes con algo, sientes que puedes con más. De todos modos, es cuestión de ir paso a paso en todo.
Borrar¡Un fuerte abrazo y gracias!
Vencerse a uno mismo es la mayor de las victorias, Fer.
ResponderBorrarAsí lo siento muy profundamente yo también, Pedro. Gracias por recordármelo.
Borrar¡Un cordial saludo!
Un buen post has creado...me ha gustado y eso que soy fumador...de momento no tengo intención de dejarlo, el día que lo haga, me acordaré de este escrito...un besote
ResponderBorrarPues si eres fumador, Fibonacci, te confieso que te tenía en mente. Intenté ser absolutamente sincera aunque no cruel ni incriminatoria para quienes padecemos de adicciones como fumar. En general la ignorancia imperante hace que se nos señale con un dedo acusatorio, que se piense que somos dejados, descuidados, irresponsables, egoístas y viciosos por pura desidia. Pero existe un cúmulo de factores que nos hacen adictos, y a mí me sirvió indagar en ellos para empezar a asumirme como adicta, como enferma. Nada de culpa: hasta se especula que la tendencia a hacernos adictos está impresa en nuestra genética. Por lo tanto, mucha paciencia para con nosotros mismos, mucho respeto, que es lo que no nos sobra normalmente, y ese vacío de carencia es el que llenamos con sustancias como la nicotina en nuestro caso.
BorrarSi alguna vez te decides (porque la decisión tiene que partir de ti), aquí estoy para apoyarte en lo que pueda. No dudes en contactarme. Tal vez también te sirva leer el primer post que escribí al respecto: Dejar de fumar y volver a empezar...
Un abrazo. (¡Disculpa! Me da un poco de pudor mandarte un besote luciendo tan parecido a mi gran amor de la pantalla, Tom Cruise...)
Me temo que yo también soy una personalidad adictiva y es muy probable que haya un condicionamiento al respecto. Ya no fumo, pero mi madre fumó hasta casi su muerte a los ochenta y siete años, habiendo comenzado a los catorce. Es difícil canalizar toda la energía sin alguna adicción, los que tenemos este problema nos encontramos vacíos sin ello.
ResponderBorrarTambién hay adicciones positivas. Por ejemplo soy adicto a caminar como bien sabes. Este fin de semana andaré 56 kilómetros por la noche con destino Montserrat. También soy adicto a internet en especial a los blogs. Antes leía más y escribía diarios personales a los cuales también era adicto.
Un post hermoso que muestra tu camino de búsqueda interior a la par de tu anhelo de desadicción al humo. Lo cierto es que todo lo que consigas es positivo. Merece la pena, Fer. Cada día que lo consigas es un motivo de satisfacción y aumento de tu autoconsideración vital. No te puedes permitir dejar este lucha que tiene todo el sentido. Es lo otro lo que no lo tiene.
Un beso, Fer. Adelante.
Creo que por más que uno se esfuerce, hay aspectos nuestros que no podemos geminar de limar. Por eso es bueno asumirlos, aceptarlos, aunque no sean positivos, ver también de dónde vienen aunque no le echemos ya el fardo a nadie por nuestras sombras. Y así se pueden canalizar a través de algo que nos haga bien. Ser "adicto" a caminar, a hacer ejercicio, a escribir, a leer, a bloguear, siempre que no te lleve a extremos dañinos y sientas que lo controlas, es una forma positiva de sublimar esa tendencia que yo también pienso que en gran parte ha nacido con nosotros y morirá con nosotros, aunque tal vez es posible que la herede alguno de nuestros hijos e hijas...
BorrarSí, Joselu, siempre estoy en ese camino de búsqueda y de crecimiento personal: creo que es el único camino posible para mí y me apasiona. Es en los descubrimientos que arroja esta búsqueda en lo que encuentro siempre el sentido. Ya empiezo a notar que esto vale la pena, a punto dE cumplir tres semanas sin fumar y sintiéndome mucho mejor. No he podido caminar tanto como quisiera porque ha estado lloviendo horriblemente los últimos días, pero creo que voy camino a hacerme a adicta a las caminatas como en otro tiempo.
Gracias por tu apoyo y tus bellas palabras.
Un beso.
Fer, tal como decis: un paso por vez, un dia por dia y asi seguramente llegaras a cumplir con tu objetivo de no necesitar fumar. Puede ser que haya personalidades con mayor tendencia a las adicciones, pero en menor o mayor medida muchos necesitamos de algo para "sobrevivir", para enfrentarnos al mundo. Y obviamente cuesta dejar eso que por tanto tiempo me permitio SER o me dio una identidad. Me alegra que estes re-descubriendote y te deseo lo mejor, mucha FUERZA! Un besote.
ResponderBorrarCoincido con vos en que nadie escapa a la humanidad que nos asemeja, aunque a algunos nos cuesta un poco más tal vez autorregularnos al enfrentarnos al mundo. Y con esto no busco dar lástima: es una realidad de muchos. Sólo se logra fortalecerse al aceptarla. De allí que haya incluido la magnífica y reveladora cita de Jung como corolario final de mi reflexión. Estoy intentando enfrentarme con ciertas verdades sobre mí misma sin fantasear con figuras de luz, sino echando luz sobre la oscuridad que se me hace visible. Y me va bastante bien: a punto de cumplir tres semanas sin fumar y sin haber desesperado en el intento.
BorrarGracias, Gi. Te mando un beso grande!
Por favor no habléis de personalidades adictivas o no adictivas esa es una etiqueta más generada por los psiquiatras para seguir considerando que cualquier manifestación de nuestra psique que se aparta de la normalidad es producto de la enfermedad. Nos quieren hacer dependientes, criminalizando nuestras tendencias naturales y encima nos debemos sentir culpables por ello. Todos somos adictos a algo: alcohol, drogas, sexo, juego, Internet. Hay gente que es adicta a los plátanos y seguro que en el futuro habrá un psiquiatra que recete pastillas para esa adicción.
ResponderBorrarYo creo que las adicciones sirven para rellenar huecos de nuestra personalidad, una especie de calcificaciones en la mente para satisfacer nuestras necesidades emocionales huérfanas de estímulos. Por eso las adicciones no se eliminan con el puro intelecto o con los mejores propósitos. Se vencen desde la emotividad, encontrando algo que rellene el hueco que esa adicción llenaba. Hay que bucear en uno mismo y saber encontrar esa sustancia por llamarla así que puede cubrir el vacío que la adicción satisfacía. Creo que no hay otra cosa y te felicito muy mucho de que tú estés por el buen camino.
Estimado Doc: entiendo tu punto y yo misma varias veces escribí en contra de las etiquetas psiquiátricas que se nos imponen para hacernos sentir fuera de lo que se estipula como la "norma" y así usufructuar con nosotros. Con las sustancias químicas como la nicotina es cierto que se genera una dependencia fisiológica y psicológica. Es cierto que enferman. Eso no la han inventado los médicos para vendernos nada: tienen que ocuparse de los estragos causados en nuestros organismos por estas adicciones a diario y eso cuesta mucho dinero. No intento tampoco culpabilizar a quien padece una adicción, porque sería como pretender culpabilizar a cualquier enfermo de su mal.
BorrarLos plátanos no producen cambios a nivel cerebral ni orgánico en general que justifique hablar de adicción. Simplemente, se puede hablar de exceso, y hasta el exceso en la ingesta de alimentos puede enfermarte: fíjate si no en la obesidad como una pandemia que la medicina no sabe cómo frenar.
Si hay gente que es adicta al juego, a internet, al sexo o al deporte, también pagará con calidad de vida por su adicción. Me llaman mucho la atención los numerosos casos de deportistas de alto rendimiento que mueren súbitamente últimamente. Son un ejemplo de algo que en general es sano pero que puede ser letal llevado a un extremo.
Creo que uno cosa es una adicción, que es algo que te gobierna y te domina a tí, y tú pierdes el control frente a ella, y otra diferente es una afición. Son las aficiones las que sirven. Y al creer que las adicciones sirven para tapar agujeros de vacío existencial es cuando entramos en el juego del autoengaño tan característico de la adicción, para llegar quizás a descubrir un día que sólo lo agrandan.
Estamos de acuerdo en que aquí las emociones, como en casi todo, juegan un rol preponderante, y lo asumo: trabajo durísimo con ellas porque ellas son la raíz de toda inestabilidad. Buceo constantemente en mi interior para encontrar caminos que me conduzcan a lo más auténtico de mi ser, que concibo como un estado de equilibrio razonable en el que encuentro mis necesidades emocionales mayormente satisfechas de manera natural: sin pastillas, sin alcohol, sin tabaco, sin excesos que use como válvulas de escape de una realidad que me resulte insoportable sin muletas. Pero no condeno a nadie: soy una más. Al contrario, digo que hasta se habla de una predisposición genética, y por lo tanto muy humana, a padecer de todo esto como quien padece de miopía. Lástima que las adicciones no sean operables...
Gracias por tu aporte y tus buenos augurios.
Estas en la ruta. Y como todo camino por explorar, tiene sus curvas y sus cuestas arriba.Pero no pasa nada,ese conocimiento interior, esa voluntad y ese compromiso te impediran salirte del camino trazado. Lloverá y habráalgún que otro pedrisco en la calzada. Lo superarás. Se te ve fuerte. Mucho ánimo. Un abrazo.
ResponderBorrarSí, es verdad Víctor, me siento fuerte y decidida, pero no quiero pecar de triunfalista. Van tres semanas de introspección sin humo y creo que he dejado atrás el más arduo tramo del camino. Pero hay que seguir adelante paso a paso.
BorrarGracias por darme aliento. ¡Un abrazo!
Qué gran tema!
ResponderBorrarA- dicción. Sin decir. Lo no dicho. Ex-presar. Sacar de la prisión. Quitar presión.
Me vienen a la mente infinidad de ideas y pensamientos.
Esa frase de Jung la tengo muy presente estos días: uno no se ilumina mirando figuras de luz sino haciendo consciente la oscuridad. La propia oscuridad. Tema fascinante.
Qué bueno que ahondes en estos tiempos de marcada superficialidad.
Beso FeR
¡Qué bueno, Victoria! Lo que me aportás es fabuloso y jugosísimo para mí, que amo las palabras y lo que de-velan. Luces y sombras, el claroscuro que somos, sí, es una concepción de nuestra realidad interior riquísima y la encuentro tan gráfica como fascinante. Quisiera ahondar en mi oscuridad hasta llegar a lo más hondo de mi ser y de allí hacer brotar toda la luz que me habita. Creo que esa es nuestra misión en la vida, la que hace que cobre sentido y trascendencia.
Borrar¡Gracias por darme tu luz!
Un beso grande.
Estoy muy de acuerdo en todo lo que dices.
ResponderBorrarAlgo importantísimo es tener fe. Si consigues este reto, ganarás confianza y podrás ir a por el siguiente (correr una maratón, aprender un idioma o viajar sola, etc.).
En mi caso (sueño con espantar mis miedos) trato de sacudirme aquello que me bloquea, aunque la sombra de un pensamiento a vaces viene... Pienso: "Si no he sido capaz hasta ahora, ¿cómo voy a conseguirlo a partir de ahora?". Y el peso de mi inactividad interior puede con mis ganas de dejar atrás eso. Por eso mismo dicen que uno nace cada cinco minutos. ¡Ay! si puediésemos olvidar a veces pasajes de nuestro pasado... Patiríamos de 0, del folio en blanco, del niño ilusionado que fuimos..
Ánimos Fer!
Gracias, Diego! Estoy muy animada y decidida esta vez, y está saliendo bien. Voy a cumplir la tercera semana sin fumar, pasé días de estrés por la abstinencia y por el trabajo y no cedí. Y esta última semana me sentí mucho mejor.
BorrarAy, Diego, es estos momentos de completa toma de conciencia de lo que uno ha hecho con su vida, en los que se recrean los momentos en los que uno se ha visto paralizado por el miedo, estas epifanías que se nos dan a veces, es cuando se desea con el alma poder volver el tiempo atrás y tomar el timón de otra forma o rumbear para otro puerto. Pero en el fondo creo que en todos los caminos que hemos recorrido y en todos los monstruos que hemos hecho reales ante nuestros ojos porque nos habitan hay alguna bendición que descubriremos en su momento: también para llegar a dar con estos hallazgos hace falta ir paso a paso, tenernos mucha paciencia y perdonarnos por aquello que nos hace más vulnerables y más humanos.
Estoy animada, amigo. Me tengo fe a pesar de mis flaquezas. Y también siento que iré por más.
Te agradezco de alma tu reflexión de hoy.
Una manera de llevar mejor la abstinencia es hacer lo que hacen los pies de la fotografía con la que acompañas al texto. Caminar es relajante y si lo haces por algun lugar no contaminado mejor, porque te daras cuenta que cada vez más tus pulmones al estar libres de veneno nicotil, responden mejor y esa sensación de hinchar el pecho a tope te dara ánimos para seguir.
ResponderBorrarNo sucumbas, es dificil pero no imposible.
Saludoss!
Intento caminar y hacer ejercicios aeróbicos para disfrutar del cambio en mis niveles de oxigenación, pero hace muchos días que el buen tiempo no nos acompaña en la ciudad de Buenos Aires. De todos modos, lo voy llevando bien y tengo la intención firme de no reincidir.
BorrarMuchas gracias, Gloria.
¡Un cordial saludo!
Hace tiempo dejé el tabaco porque una mujer cercana, se estaba muriendo por cáncer de pulmón a causa del tabaco y era madre como yo, no quería que mi hija sufriera la misma situación que su hijo, y renuncié al tabaco por mi familia, pero no tuve problemas de abstinencia, intenté cambiar el tabaco por chicles o caramelos sin azúcar.
ResponderBorrarUn beso.
A veces ver el daño que hace en alguien cecano con quien puedes identificarte te impacta y el susto sirve para empujarte a abandonarlo.
BorrarYo lo voy logrando sin caramelos ni chicles. Bebo muchas infusiones y agua.
¡Gracias y un beso, María!
Hice no hace demasiados años un master sobre drogodependencias.Era vital para mí el hacerlo por circunstancias de mi vida. Yo ya había visto la abstinencia, el síndrome, de cerca y realmente es de lo más fuerte que puedes llegar a ver. Hay que ser muy valiente para salir de esas.
ResponderBorrarDejar el tabaco no es tanto para algunas personas, yo lo dejé y punto. Notaba sobre todo, mas que la falta de nicotina, la ausencia de un cigarrillo en mi mano que aparte de producirme placer me daba seguridad en mí misma. Ya no fumo hace años y años y estoy encantada aparte de encontrarlo "cutre".
Espero que tengas fuerzas. Un abrazo Lola
A mí también me pasa eso de extrañar el elemento en mis manos, la compañía, la descarga que sentía que me brindaba y la seguridad ante situaciones que percibía como desbordantes. Pero en general me noto con más templanza y calma desde que lo dejé hace tres semanas. No te voy a decir que hay momentos en los que me invaden las ganas, pero cada vez menos. Estoy fuerte, Lola, muchísimas gracias.
Borrar¡Un fuerte abrazo!