Se citaron
en un café del centro después del trabajo. Él le dijo que lo de él eran los
números. Ella, rotunda, retrucó:
- Lo mío es
la lengua.
Restándole
importancia a esa oración simple con verbo copulativo y predicativo
obligatorio, él agregó que, matemáticamente hablando, ella era la suma de todos
sus deseos. Ella se fue por la tangente mirando intensamente su boca en espera
de otro número.
Por una de
esas innumerables sutilezas de la lengua, él no la calculó del todo bien: fue
una de esas ecuaciones mal planteadas que no tienen solución.
A boca de jarro
Realmente sutil...
ResponderBorrarMuchas gracias, Mark.
BorrarUn abrazo.
Fer
Buen micro, Fer. En pocas palabras cuenta una historia, y lo hace de forma inteligente e irónica. Me ha gustado.
ResponderBorrarUn grandísimo abrazo
Me alegra mucho que te haya gustado, Isabel. Como te había dicho, he estado trabajando bastante sobre el micro como género y estoy intentando aplicar algo de lo que he aprendido. Muchas gracias.
BorrarUn beso grande.
Fer
Genial tu relato. Me ha encantado el juego de sentimientos, términos matemáticos y términos lingüísticos. Suena muy bien y transmite mucho. Muy bueno, en serio.
ResponderBorrarUn beso.
Me alegra que te transmita mucho, Rosa. Mil gracias.
BorrarUn beso!
Fer
Sencillamente ¡Genial!
ResponderBorrarEl uso correcto de la lengua puede dar resultados tan simpáticos y eróticos como este texto que nos presentas.
Toda una tentación textual.
Besos compañera.
A mí me pasa lo que a la protagonista: lo mío es la lengua, Francisco, ya desde muy chiquita, ja,ja ;)! Muchas gracias por tu valoración, compañero.
BorrarBesos!
Fer
Es evidente que hombres y mujeres interpretamos determinadas palabras de forma diferente.
ResponderBorrarDe todas formas, las imágenes que nos muestras son harto sugestivas... Yo, viéndolas, me identifico con el varón...Eso no quita que también me guste la morfosintaxis, ¿eh?
Besos, FEr
Muchas veces en mi vida, sobre todo por la mañana, confrontada con la limpieza y con el enchufe ineludible de mi fiel amiga la aspiradora, me he preguntado para qué me serviría el haber estudiado tanta morfosintaxis, mi querido Luis Antonio. Y no es que no me guste: me encanta, debo confesarlo, que lo mío también es la lengua y que se sepa. Esta vez, al menos, me ha servido para escribir este micro y pasarme un buen rato jugando con las palabras. Me alegra que a ti también te guste lo que a mí.
BorrarBesos y gracias.
Fer
Me ha encantado. Que dominio de la lengua.
ResponderBorrarMuy bueno.
Un besillo.
Muchas gracias, María. Gracias por la visita y por tus palabras.
BorrarUn beso.
Fer
El amor se encuentra en todos lados y sitios. También las matemáticas como bien nos relatas son un buen instrumento para expresarlo GENIAL EXPOSICIÓN
ResponderBorrarMuchísimas gracias, Jordi. Me alegra que me hayas visitado.
BorrarUn abrazo.
Fer
Vaya, que maravilla!!
ResponderBorrarMe ha encantado!
Te sonrío con el Alma.
Me alegro mucho. Te sonrío con el alma también yo.
BorrarUn beso.
Fer
Qué bien has integrado las ciencias con las letras. Matemática y lengua en un ten con ten. Fantástico, Fer.
ResponderBorrarBesos.
Muy amable, Kirke.
BorrarBesos mil.
Fer
Muy bueno. La sensualidad llega al mundo de las matemáticas. Brillante
ResponderBorrarMuchísimas gracias, David.
BorrarUn abrazo.
Fer
Hola MARIA PAZ! qué bien se te ve como escritora hot porque no desdeñas el buen gusto. Me debes unas clases.
ResponderBorrarEl tema del buen gusto y el temor de pasarme de la raya me detuvo varias veces de publicar textos hot. Es que es muy fácil morder el polvo en la arena del erótico... Hay muchos lectores que pueden sentirse incómodos, y, además, el género mismo carga con el estigma de ser mal visto o simplemente ignorado como tal. Pero ahora me doy el permiso. Eso sí, Egle, a dar clases todavía no me animo, ja, ja!!
BorrarUn beso grande y mil gracias.
Fer
Encantador micro, Fer. Por qué no podrían unirse las letras y los números.
ResponderBorrarUn abrazo
¿Y por qué no? Muchas gracias por tu visita y tus palabras, Mirna.
BorrarAbrazo!
Fer
Hubo un tiempo en que existía en mi mundo la seducción, pero casi lo he olvidado. Sin embargo, me han tendido a gustar más las mujeres que no pretendían seducir. Seducir es un arte tramposo. O sale espontáneamente de forma inconsciente o es en alguna forma prefabricado. En esta última vertiente me desagrada. Sin duda, la frase desafortunada del seductor no llegó, comprensiblemente, a atraer a la directa muchacha.
ResponderBorrarUn abrazo, Fer.
Estoy de acuerdo contigo en que forzar una atracción es una impostura que suele apabullar a las personas auténticas.
BorrarUn abrazo grande y muchas gracias.
Fer
Él no supo despejar bien la incógnita que ella le planteaba en su sencillo análisis sintáctico.
ResponderBorrar¡Buenísimos, tanto el texto como las imágenes!
Besos, Fer
Tu frase, Chelo, le da un muy buen final a la micro historia ;)!!!
BorrarMuchas gracias y besos!
Fer
Un texto bien elegante, sencillo pero muy evocador.
ResponderBorrarSiempre me ha dado sarpullidos ese tópico tan habitual de "yo es que soy de letras" o "yo soy de ciencias" para demostrar una supina ignorancia sobre territorios que necesariamente deberían ser comunes a todos.
Besos, Fer.
Entonces es mejor que nunca me hayas conocido, Krapp. Yo siempre ando por la vida diciendo que lo mío son las lenguas para disculparme por ser tan bruta con los números.
BorrarBesos y muchas gracias.
Fer
Es que en el momento en que el verbo es copulativo y predicativo, ya no es de extrañar que a él le saliera una ecuación sin solución.
ResponderBorrarGenial, Fer.
Un abrazo.
Genial tu deducción, mi querida Angie ;)!!!
BorrarBesos y muchas gracias.
Fer