Los secretos del amor son culinarios:
en el amor, igual que en la cocina,
se bate, se amasa, se tamiza,
se revuelve, se vierte, se alisa,
se rellena, se decora y se atempera;
las cosas claras y el chocolate espeso.
El horno no está siempre para bollos
y a veces todo sólo sabe a nada,
otras, en cambio, la boca se hace agua,
pasan días sin comerla ni beberla,
noches en que, con aguardiente, nada se siente,
hambrunas y tiempos más fartucos.
En la cocina, igual que en el amor,
algunas veces te cuelgan la galleta
y las migas que te dejan son eternas,
otras, el hambre se junta con las ganas,
picoteando te arruinan la comida
y quien atiza el fuego es el demonio.
"Lo que no engorda, mata", decía mi abuela
- una ley aplicable en el amor.
Quiero morir, mi bien,
plena de pulpa y pimienta,
de mariposas la panza llena,
y en la cocina, flotando en tu olor.
en el amor, igual que en la cocina,
se bate, se amasa, se tamiza,
se revuelve, se vierte, se alisa,
se rellena, se decora y se atempera;
las cosas claras y el chocolate espeso.
El horno no está siempre para bollos
y a veces todo sólo sabe a nada,
otras, en cambio, la boca se hace agua,
pasan días sin comerla ni beberla,
noches en que, con aguardiente, nada se siente,
hambrunas y tiempos más fartucos.
En la cocina, igual que en el amor,
algunas veces te cuelgan la galleta
y las migas que te dejan son eternas,
otras, el hambre se junta con las ganas,
picoteando te arruinan la comida
y quien atiza el fuego es el demonio.
"Lo que no engorda, mata", decía mi abuela
- una ley aplicable en el amor.
Quiero morir, mi bien,
plena de pulpa y pimienta,
de mariposas la panza llena,
y en la cocina, flotando en tu olor.
A boca de jarro