"Líbranos, Señor,
de encontrarnos,
años después,
con nuestros grandes amores."
Cristina Peri Rossi, "Oración"
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Un encuentro casual
¿quién lo diría?
Después de tantos años sin vos,
de tanta vida,
no pensaba que
mis piernas temblarían
perdiendo su control del taconeo,
ni que me haría agua en el deseo
de tus manos tan cerca de las mías,
manos de infiel varón, inalcanzables,
manos de mariposa trepidante
manos de mariposa trepidante
que alguna vez volaron mi alegría
condenándome al exilio, a la deriva.
Menos mal que
me invitaste a tomar algo,
que pude hablar del tiempo,
de esta loca ciudad, que pude sonreírme,
que el café logró ponerme un tanto sobria
y sacó algo coherente de mi boca,
que no te diste cuenta de
que ardía embriagada en tu voz
justo cuando, debajo de la mesa,
tu pie palpó levemente
mi cordura de mujer que, se supone,
ya tiene todo bien resuelto
en estos frentes...
Por un momento
temí ahogarme en el café caliente de tus ojos,
temí ser descubierta en lo indebido
de soñarte despierta tanto tiempo,
temí que ni la excusa de lo tarde que se hizo
me salvara del deber de la partida,
que ni el bullicio del bar me silenciara:
temí que a plena luz del día,
sin anestesia ni alicientes,
sin importarme tu alianza de casado
ni la mía, por fin te gritaría
a viva voz, que, aunque no lo merezcas,
al olvido yo nunca te he librado.
condenándome al exilio, a la deriva.
Menos mal que
me invitaste a tomar algo,
que pude hablar del tiempo,
de esta loca ciudad, que pude sonreírme,
que el café logró ponerme un tanto sobria
y sacó algo coherente de mi boca,
que no te diste cuenta de
que ardía embriagada en tu voz
justo cuando, debajo de la mesa,
tu pie palpó levemente
mi cordura de mujer que, se supone,
ya tiene todo bien resuelto
en estos frentes...
Por un momento
temí ahogarme en el café caliente de tus ojos,
temí ser descubierta en lo indebido
de soñarte despierta tanto tiempo,
temí que ni la excusa de lo tarde que se hizo
me salvara del deber de la partida,
que ni el bullicio del bar me silenciara:
temí que a plena luz del día,
sin anestesia ni alicientes,
sin importarme tu alianza de casado
ni la mía, por fin te gritaría
a viva voz, que, aunque no lo merezcas,
al olvido yo nunca te he librado.
A boca de jarro
Muy bueno...
ResponderBorrar¡Guauuuu!¡Preciosos versos!
ResponderBorrarEl destino vuelve a unir a esta pareja en un café informal y e paso y ella con esa meridiana claridad es consciente de que el deseo y el amor a partes iguales la sigue rondando sin remedio. esas alianzas hacen de corta pisa, de corta fuegos de una incendiaria pasión apenas contenida.
vuelvo a repetir: ¡Fabuloso!
Besos compañera un placer leerte.
Qué bonito, Fer. Me ha encantado. Precioso eso de "el café caliente de tus ojos" y tantas otras cosas. Es un poema hermoso en la forma, y en el contenido y con mucho ritmo aunque sin estridencias. Precioso.
ResponderBorrarUn beso.
Muy buena poesía donde un encuentro casual puede avivar el fuego que un día se quedó en brasas. Un
ResponderBorrarabrazo
Hace falta mucho tiempo y mucha ausencia de la persona para "librar" al olvido cuando ha habido tanta pasión. Me ha encantado lo de "ahogarme en el café caliente de tus ojos", y me pregunto: ¿para qué la invitaría a tomar algo? ;-)
ResponderBorrar¡Me he requeteencantado, Fer!
Un beso enorme
Está genial, Fer, consigues encontrar el equilibrio entre la elegancia y lo erótico. Y los zapatos rojos con esos taconazos son impresionantes. A ver quién se sube a ellos!
ResponderBorrarUn fuerte abrazo.
Maravilloso Fer, explicas una historia. Es más, la puedo imaginar y hacer muy presente. Una pasión que el tiempo no ha logrado ni apagar ni olvidar.
ResponderBorrarMe ha encantado, :)
Besos.
Precioso Fer, el amor es así, nos puede hasta el descontrol de los tacones, muy elegante este erotismo.
ResponderBorrarUn placer leer tus letras las cuales llevan tu sello, mi felicitación, amiga.
Feliz domingo.
Leer tu bonito poema me ha llevado hasta L.Eduardo Aute, creo que te gustará Fer, esta bellísima canción suya: YO TE QUIERO CON ALEVOSÍA, es para ti.
ResponderBorrarhttps://www.youtube.com/watch?v=htnV7uS3QYE
Qué bien has expresado ese atolondramiento que nos acomete cuando nos encontramos con alguien de nuestro pasado que vuelve a recordarnos que no olvidamos con la facilidad ni la efectividad con que quisiéramos.
ResponderBorrar¡¡Y encima en verso!!
Genial, Fer.
Me ha encantado esta poesía.
Besos
Me ha encantado, sobretodo el final, ese misterio de amor prohibido, por lo menos como yo lo veo.
ResponderBorrarBesos!
Apasionante poema, querida Fer, a ritmo de tacón de aguja, pero sin herir ni siquiera el aire por donde vuela la música de este encuentro inolvidable.
ResponderBorrarMágico ese café caliente de esos ojos que seguramente se miraron en los tuyos reconociendo que el tiempo no existe cuando dos almas se encuentran y dos cuerpos se quieren.
Muchos besazos.
Hay sentires que no apelmazan con el tiempo, permanecen blandos, casi diría hirviendo en el vapor de los recuerdos...dispuestos a desbordarse.
ResponderBorrarLo has reflejado maravillosamente en tu poema.
Mi aplauso.
Y mis besos!
Oda fantástica a la infidelidad o quizás a la fidelidad a los sentimientos de uno mismo.
ResponderBorrarGran poema que le viene bien a este magnífico final de Breve Encuentro de David Lean:
https://www.youtube.com/watch?v=m-67Q2EUsRo
Muchos besos
En estos versos de pasión y contención me he sumergido en estos minutos de siesta. Me has dado vitalidad y hasta un toque de erotismo para el resto del día.
ResponderBorrarGenial Fer!
Un beso
Bello y seductor poema, pero confieso que me he perdido en estos versos: "tu pie palpó levemente mi cordura de mujer"...
ResponderBorrarBesos, Fer
Muchas gracias a todas/os y cada una/o por vuestros amables comentarios y aportes.
ResponderBorrarUn beso!
Fer
Hola Fer,
ResponderBorrarTu poema transmite perfectamente tantas sensaciones, el nerviosismo de ella, esos cuerpos que a pesar de los pesares se siguen reconociendo, esas contradicciones entre el no querer y el querer, esas locuras no olvidadas y triste ese amor no merecido.
Un beso
Al borde, tan cerca de él, apenas un leve contacto, menos mal que pudo escapar de sus pensamientos, por un momento temió, casi se entrega. Pero llega justo hasta el límite que le impone la cordura. Excelente trabajo Fer. Una delicia para los que somos amantes de los poemas. Un placer leerte.
ResponderBorrarUn beso.
Ariel
Es mi primera vez en tu sitio y siendo no totalmente entregado a los poemas, si este escrito es uno, me ha impactado.
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