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domingo, 14 de febrero de 2021

Los secretos culinarios del amor

"La vida entera transcurre en la cocina."

Marcela Serrano, "Nosotras que nos queremos tanto".





Los secretos del amor son culinarios:
en el amor, igual que en la cocina, 
 se bate, se amasa, se tamiza,
 se revuelve, se vierte, se alisa,
se rellena, se decora y se atempera;
las cosas claras y el chocolate espeso.  

El horno no está siempre para bollos
y a veces todo sólo sabe a nada,
otras, en cambio, la boca se hace agua,
pasan días sin comerla ni beberla,
noches en que, con aguardiente, nada se siente,
 hambrunas y tiempos más fartucos.

En la cocina, igual que en el amor,

algunas veces te cuelgan la galleta
y las migas que te dejan son eternas,
otras, el hambre se junta con las ganas,
picoteando te arruinan la comida
y quien atiza el fuego es el demonio.

"Lo que no engorda, mata", decía mi abuela 
 - una ley aplicable en el amor.
Quiero morir, mi bien, 
plena de pulpa y pimienta,
de mariposas la panza llena,
y en la cocina, flotando en tu olor.




A boca de jarro

domingo, 7 de febrero de 2021

Del color de febrero



Tanto afán por perdurar,
 por cumplir un año más,
tanto brindar y celebrar
por otra meta a alcanzar,
por otro sueño a realizar...

Solo la cordura pido
de acordarme siempre de esto
— mi plegaria en el silencio  :
 la vida me arde como el fuego
y es del color de febrero.

Que no me olvide nunca de eso:
que la vida no es llegada ni partida
sino andar de travesía,
como agua cristalina
entre piedras del desierto.

(Fuego y agua: aquí van mis tres deseos...)

Que me asista la humildad
de estar siempre bien parada
para recibir la oleada.
Que la fuerza de mi viaje
sea un prisma singular.

 Que en el libro que yo escriba
nunca editen mi destino,
que nada haya de ejemplar
en mi propio capítulo,
ni se espere un gran final.



A boca de jarro

martes, 29 de diciembre de 2020

Me destejo

 ©Carlos Javier Paz






"Estoy hecha de retazos
Pedacitos coloridos de cada vida que pasa por la mía 
y que voy cosiendo en el alma.
No siempre son bonitos, ni siempre felices, 
pero me agregan y me hacen ser quien soy.
En cada encuentro, en cada contacto, voy quedando mayor...
En cada retazo, una vida, una lección, un cariño, una nostalgia…
Que me hacen más persona, más humana, más completa.
Y pienso que es así como la vida se hace: 
de pedazos de otras gentes que se van convirtiendo en parte de la gente también.
Y la mejor parte es que nunca estaremos listos, finalizados...
Siempre habrá un retazo para añadir al alma.
Por lo tanto, gracias a cada uno de ustedes, 
que forman parte de mi vida y que me permiten engrandecer 
mi historia con los retazos dejados en mí.
 Que yo también pueda dejar pedacitos de mí por los caminos 
y que puedan ser parte de sus historias.
Y que así, de retazo en retazo, podamos convertirnos, un día, 
en un inmenso bordado de "nosotros"."




Tejo que te tejo, y sólo me destejo,

me desenredo,

me desenhebro,

deshago el entramado 

de todos los mandatos

de colores aceptados

con los que tejí un montón de mantos...

 

Me preguntás qué estoy haciendo,

¿si estoy perdiendo el tiempo?

Mejor ni te contesto.

¡Tanto perder mi tiempo

en tejerme al gusto tuyo:

ahora, alegremente, 

hoy y aquí yo me destejo!


Insistís en corregirme:

-"¡NO ES ASÍ, TE DIJE!
Que tejo apretado,
lazadas mal dadas,

 los puntos se escapan,

o que hago lo sencillo

siempre más difícil...

 

¡Ay, Señor, Dios mío! 

¡Maldito adjetivo!

Ves como la rima me empieza a desbordar,

y quiero gritarte, fuerte y en la cara, 

a boca de jarro: 

"¿No ves? ¿No sentís que es mío este entramado?

¿No ves cómo así pierdo el ritmo del tejido!"

 

Elijo callar una vez más

para regalarte cajitas de hilos blancos

que son como esquejes por mí engendrados,

los pequeños brotes que me van naciendo 

en este jardín donde a cada planta yo le pongo nombre,

un jardín al que sola yo aprendí a cuidar,

colgando de un hilo que yo misma he tejido.

 

¡A estas alturas!

Este es otro intento mío, otra vez fallido, 

de una poesía que quede bien tejida...

No me vengas con la rima, con la métrica, con la medida;

a mí me conocés: eso de la técnica no me importa nada, 

yo quiero romper con las reglas

y sin medida lograr retejerme.

 

Dicha inusitada

- de euforia algo cargada -

la de destejerme en la luminiscencia

de hacerme un ovillito, de echarme nuevos puntos, 

aunque el alma se me va quedando toda perforada.

Sin arte poética yo retejo mi poema

 

con colores propios y con mis propia lanas:

 lanas que para vos son raras,

pero que a mí - se me hace- me han sido dadas,

lanas que quizás jamás sean validadas.

Yo igual las conservo con celo guardadas

en un baúl muy viejo de todas esas cosas que me han sido legadas

y que aún a veces, se me hace,

 

 no sirven para nada...




                                                                 (Muchas veces editado...)




©A boca de jarro


A boca de jarro        

©A boca de jarro

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Un encuentro casual



"Líbranos, Señor,
de encontrarnos,
años después,
con nuestros grandes amores."

Cristina Peri Rossi, "Oración"

:::::::::::::::

Un encuentro casual
¿quién lo diría?
Después de tantos años sin vos, 
de tanta vida, 
no pensaba que
mis piernas temblarían
perdiendo su control del taconeo,
ni que me haría agua en el deseo
de tus manos tan cerca de las mías,
manos de infiel varón, inalcanzables,
manos de mariposa trepidante
que alguna vez volaron mi alegría
condenándome al exilio, a la deriva.

Menos mal que 
me invitaste a tomar algo,
que pude hablar del tiempo,
de esta loca ciudad, que pude sonreírme,
que el café logró ponerme un tanto sobria
y sacó algo coherente de mi boca,
que no te diste cuenta de 
que ardía embriagada en tu voz
justo cuando, debajo de la mesa,
tu pie palpó levemente
mi cordura de mujer que, se supone,
ya tiene todo bien resuelto
en estos frentes... 

Por un momento
temí ahogarme en el café caliente de tus ojos,
temí ser descubierta en lo indebido
 de soñarte despierta tanto tiempo,
temí que ni la excusa de lo tarde que se hizo
me salvara del deber de la partida,
que ni el bullicio del bar me silenciara:
temí que a plena luz del día, 
 sin anestesia ni alicientes,
sin importarme tu alianza de casado
ni la mía, por fin te gritaría
a viva voz, que, aunque no lo merezcas,
al olvido yo nunca te he librado.




A boca de jarro

lunes, 20 de noviembre de 2017

Mi religión




"O Rose thou art sick."

"The Sick Rose", William Blake.



Florece el cactus entre espinas 
cuando tu muerte se me avecina. 
¡Bendita flor, dulce consolación, 
 inocente de la última herida, 
le opone vida a tu partida! 


En toda su amarilla iniciación 
hace de la flor mi religión, 
en pleno nacimiento me desmadra, 
letal ironía de agonía, 
y me convierte en huérfana de dios. 



A boca de jarro


miércoles, 22 de febrero de 2017

La hermandad de la aspiradora



Bajo el yugo del encierro
y el deber como bandera,
cada día, hermanadas,
 las mujeres nos rendimos
a pasar la aspiradora
cuando el polvo nos confronta
con la soledad del nido,
bajo lúcida sospecha
de caer en lucha vana:
volverán los que han marchado
a sus guerras mal habidas
con el polvo que, sabemos,
hemos de morder mañana.



Fútil, invisible empresa,
desde su ruidoso reino,
cada ama de su casa
se conecta con las dudas
que a todas nos asaltan:
"¿Y de qué me habrá valido 
tanto álgebra aprendido,
para qué los dos idiomas,
las teorías, los teoremas,
tanto cuento de princesa,
si lo mío se reduce 
a profesar la abnegación
sin percibir compensación?" 



A la hora en la que el ruido
como el polvo se propaga
por las ventanas abiertas
de las casas de mi cuadra,
la certeza se me instala:
no hay motor de aspiradora
que a la voz de la conciencia,
que al destino se rebela,
sea capaz de silenciar
— voz que aún no fue acatada —,
aunque no se oye tan fuerte
como el mandato aprendido
de esa voz que nos inicia
en el arte del barrido. 



De manera misteriosa
el pasar la aspiradora
nos conecta con los sueños
que algún día arrumbamos
con los trastos de limpieza,
sueños de quien nunca fuimos,
de la que aún deseamos ser,  
de una igualdad más limpia
que seguimos incumpliendo
cada vez que nos negamos
el derecho a reparto
para limpiar el camino
de quienes vendrán mañana.








A boca de jarro

martes, 20 de diciembre de 2016

Una mujer sola en Navidad

 (Basado en hechos reales)


Una mujer en la barra de un bar
es casi como un acto de desnudo:
un espectáculo digno de admirar
para todo solitario empedernido,
una buena invitación a adivinar
qué será lo que hasta esto la ha traído.

Una mujer sola, oscura, en un bar

entre algunos borrachos sin sentido
tiene más que una pena que olvidar,
el dolor que le causa algún descuido;
su presencia se hace afrenta popular,
sentada y desarmada, casi un alarido.

El barman, atractivo y singular,
iniciado en las artes celestiales del batido,
el veneno indicado ha de mezclar
siendo su fuerte el pasar inadvertido.
- Señora, dígame ¿qué va a tomar?
Imagino que lo querrá Usted helado...


 - Si fueras yo, ¿qué elegirías tomar,
si es que no quisieras darte por vencido
en tu objetivo de la Navidad saltear?
 Que sea algo bien fuerte y bien servido,
     algo que al menos me haga olvidar 
que en casa hay un pavo esperando ser horneado...



¡Felicidades!

Les desea

A boca de jarro

domingo, 6 de noviembre de 2016

Mujer al borde de los cincuenta



¡Cuidado!

No hay nada más letal y peligroso
que una mujer a punto de cumplir cincuenta,
una mujer que sin sus gafas de lectura
ve aumentado su deseo sin vergüenza,
ya no le basta que le hagas el amor en una cama
 y es muy capaz de incendiar de desenfado tu bañera.



No tientes, no incites al pecado original,
a una mujer que ya es cincuentenaria,
ya no existe el pecado para ella,
el pecado sería que te la pierdas:
 si la invitás a comer una manzana,
más te vale reservar la caja entera...





Nunca lleves de paseo en tu coche 
a una mujer de camino a la cincuentena:
secretamente y, sólo por un rato, 
ella esperará que le conviertas
el asiento trasero en hotel alojamiento,
 y agarrate del volante si intentás, con palabras, darle vueltas.




Una mujer que ya ha vivido medio siglo
tiene un fuego parecido al de una hoguera:
posee un ardor de inmensa llama
hecho de un femenino altamente inflamable,
y es seguro que con su calor, cual hoguera,
te alimente, te celebre y de placer te mate.




Al estrenar su quinta década
es probable que una mujer prescinda de tu espejo
y con el de ella ya dialogue amablemente:
con el paso de los años, ha descubierto
que la llave de todos los espejos
está en la risa piadosa de aquello que nos muestran.






 Más allá de la curva de salida de la vida
una mujer siente que no hay quien la detenga,
ha dejado atrás el hambre de quedarse con las ganas,
la tiranía de la imagen, el qué dirán, las apariencias,
y ha conquistado la tierra de su sexo en su esencia
al desafiar, con risa, todo lo que de ella aún se espera.






A boca de jarro

jueves, 3 de noviembre de 2016

Lonesome tonight


Basado en un sueño...

Con los ojos entreabiertos
y pesados de deseo,
de lujuria contenida
por la puesta prohibida,
me mirabas desafiante.

A la mesa, yo, un manojo
de temblores y de ecos,
 como el vino en mi copa
se fundía en mis piernas
todo el pulso de mi sangre.




Afrodisíaca visión
tu rostro fue en mí sopor,
sopor de alcohol y soledad
el que te hizo realidad
- sé que es difícil de creer.

Con los labios encendidos
me besaste en un ensueño:
era a mí a quien le cantabas
traspasando la pantalla
en tu Memphis azabache.

- ¡Otra copa, camarero,
de este portentoso vino
(I feel so lonesome here tonight)
que me quiero ir embriagada
con el chico de la tele!










Elvis can't stop laughing


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