Ayer participé de un acto tan conmovedor como multitudinario. Cientos de miles de seres bajo sus paraguas, como en aquel histórico 25 de mayo de 1810, marchamos en silencio bajo la lluvia para honrar la memoria de un hombre que falleció en la madrugada del 19 de enero en circunstancias confusas y violentas que aún hoy no se han esclarecido. No se decretó el duelo nacional correspondiente por la magnitud del suceso ni tuvimos nuestra bandera a media asta por la muerte de este Fiscal de la Nación Argentina quien llevaba adelante, por encomienda del Poder Ejecutivo de la Nación, el caso del atentado de la AMIA, acaecido el 18 de julio de 1994, dejando un penoso saldo de 85 víctimas fatales y alrededor de 300 heridos. No puede decirse que aquel atentado terrorista fue simplemente un ataque a la comunidad judeoargentina, el mayor desde la Segunda Guerra Mundial, ya que muchos otros resultaron heridos, entre ellos, por dar un ejemplo cercano, bien podría haber muerto mi propia hermana, estudiante cristiana, que pasaba cerca de la cede de la AMIA situada en el barrio porteño del Once aquella fatídica mañana camino a la Facultad de Medicina cuando se produjo la temible explosión. Como el mismo Fiscal Alberto Nisman dijera en su última y contundente aparición televisiva en televisión abierta:"Un gobierno puede escoger la política exterior que quiera, es legítimo, lo que no se puede es limpiar una causa porque sí...", como él sostenía que se estaba haciendo con la causa AMIA. Su acusación iba a ser presentada ante el Congreso de la Nación dos días después de que falleció y había sido abalada por 90 países.
La noticia de la muerte de Nisman golpeó a gran parte del pueblo argentino con consternación, confusión y dolor, como la muerte de cualquier ser humano lo hace. Dejó dos hijas huérfanas, una madre sin hijo y un tendal de fiscales de su equipo temerosos y desorientados. Más allá de toda ideología política, lo que quedó al descubierto con esta muerte es que somos muchísimos los argentinos que sentimos hambre de verdad y de justicia, no simplemente a través de la suma de datos, sino verdaderamente desenterrando de entre los escombros de aquel derrumbado edificio de la AMIA los hechos oscuros y pútridos y la escandalosa impunidad que los recubre. Necesitamos que se nos trate con respeto como a una sociedad adulta. Lo que demostró la Marcha del Silencio bajo la lluvia, y a pesar de ella, o tal vez, gracias a ella, es que la necesidad de verdad, de justicia, de confianza en nuestras instituciones y de respeto por parte de las máximas autoridades hacia todo la ciudadanía conforman la única manera en la que podemos sostener la mirada hacia un futuro viable para todos nosotros, el deseo de crecer y de construir una verdadera República, y todo ello se ha hecho más fuerte entre nosotros a partir del 19 de enero y llegó a su punto máximo el inolvidable día de ayer. En esta Marcha no hubo insultos, agresiones ni violentos desmanes o incidentes para lamentar. Todo se desarrolló en paz con una multitud que nunca antes había visto congregada en las calles céntricas de mi ciudad y que sólo portaba banderas argentinas e interrumpía su silencio para aplaudir, clamar por justicia, vivar el nombre del país o entonar las estrofas del himno argentino.
Ha quedado claro que queremos justicia e instituciones que cuiden del bien común. Estamos rebosantes de preguntas en ebullición que incomodan pero que a su vez claman por ser respondidas debidamente para que se puedan abrir caminos y construir puentes que necesitamos atravesar en paz y así lograr mirarnos a los ojos y no encontrar en el "el otro" a un enemigo, como nos han tildado a quienes participamos de esta Marcha a la cual adhirió el Poder Judicial de la Nación. Quedó demostrado que nosotros tampoco tenemos miedo ya que no tenemos nada que ocultar. Somos millones de ciudadanos decentes y trabajadores que sólo deseamos vivir en paz y prosperar, abrazar lo diverso y aprender el respeto mutuo. He llegado a ver discapacitados en sus sillas de ruedas o apoyados en sus muletas marchando en silencio bajo la profusa lluvia de la tarde noche del día de ayer, familias con hijos pequeños en brazos, abuelos apoyándose en sus nietos para llegar hasta la Plaza de Mayo.
Hoy no sentimos que sigue todo igual que antes de la Marcha. Hoy nos sentimos orgullosos de haber sido partícipes de un acontecimiento histórico y sin precedentes, con fuertes ecos en todas partes del país y del mundo, que, confiamos, marcará un nuevo rumbo para nuestra vapuleada nación. Aquí les dejo el testimonio del Fiscal cuya memoria honramos ayer en las calles de Buenos Aires unas 400 mil personas.
A boca de jarro
Hola Fer, siempre que alguien saca los trapos sucios de quienes ejercen poder, las cosas terminan así, la justicia brilla por su ausencia. La verdadera justicia simplemente no existe, por lo menos ahora.
ResponderBorrarAbrazo!!
Abrazo y muchas gracias!!
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Querida Fer, es muy cierto que esa marcha recordando la muerte del fiscal Nisman, pasará a la historia como la memoria de un pueblo activo, que no quiere olvidar los atropellos y posibles silencios de todos aquellos que quieran olvidar y pasar página, de asesinatos de las voces valientes que investigan las corrupciones de los gobiernos de turno...
ResponderBorrarUn fuerte abrazo, amiga
Un fuerte abrazo y muchas gracias, María.
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Parece mentira que un crimen tan atroz pueda todavía ensombrecerse más gracias a la mezquindad de ciertos políticos que venden su silencio en un puro mercadeo miserable con los asesinos. Me siento y me he sentido siempre progresista, por eso me duele especialmente tanta miseria moral de los despiadados que usan la ideología para tapara su vergüenzas.
ResponderBorrarBesos
Muchos besos y muchas gracias, Krapp.
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Es cierto, no hay justicia, y es una pena pero ocurre prácticamente en todos los lugares. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
ResponderBorrarUn fuerte abrazo, muchas gracias por tu visita y buen fin de semana para ti y los tuyos también, Pepe.
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Mi solidaridad con la búsqueda de la verdad. Es un problema general, cuando alguien estorba en el sistema judicial siempre hay medios para quitarde de en medio, de una forma o de otra. En este país que vivo hay verdades que no se sabrán nunca y el problema es que cuando se pide justicia y esclarecimiento de la verdad, te critican por querer remover el pasado como si la impunidad de los muchos crímenes cometidos se pudieran borrar, así, sin más, de un plumazo, pero llegar a la verdad implicaría juzgar a muchas personas que tuvieron y tienen mucho poder.
ResponderBorrarUn beso, Fer, hasta la lluvia a veces se alía con los que defienden la justicia.
Aquí también, mi estimada Angie, nos han tildado de "golpistas" a quienes hemos adherido a la Marcha. Es muy probable que la pura verdad nunca la sepamos, como sucedió con el asesinato de Kennedy en los Estados Unidos pero creo que entre nosotros hay un antes y un después de este memorable acontecimiento histórico.
BorrarMuchas gracias por tu solidaridad y tu aportación.
Te mando un fuerte abrazo porque si te mando un beso te podría contagiar del resfrío que me pesqué bajo la lluvia ;)!
Fer
Gracias por pasar por mi espacio y por el mismo tema, Fer.
ResponderBorrarFue muy fuerte visto desde la tele, no estaba en condiciones físicas para ir, imagino lo que habra sido estar allí.
Supongo que el gobierno intentará que todo siga igual, pero no para el pueblo.
Un fuerte abrazo.
No tenés nada que agradecerme, Mire. Es siempre un placer visitar tu espacio y que me visites. Creo que esto que nos pasó a todos los argentinos nos tiene que servir para unirnos más que nunca. Así lo siento y por eso me animé a publicar esto y a abrirme más. Estaba con mucho temor desde lo que me sucedió con la censura el año pasado pero ya me harté de vivir instalada en el miedo. No nos pueden callar a tantos que clamamos por justicia y por verdad.
BorrarEspero que vayas mejorando de salud y que nos sigamos acompañando.
Un beso grande y mil gracias por este gesto que valoro enormemente.
Fer
No deja de horrorizarme la capacidad que tienen los mandatarios, visto lo visto, sean del país que sean, de desposeerse de cualquier atisbo de honradez, sentimientos o como mínimo empatía con la ciudadanía.
ResponderBorrarNo deja de escandalizarme el ansia desmedida de poder, de despilfarro y crueldad sin límites que tienen.
Estoy observando espantada el mundo y siento pánico en lo que somos, en lo que muchos se han convertido y en lo que dejamos para los que vienen detrás...
Es vital salir a demostrarles lo que opinamos, que vean que no somos borreguitos. Pero, mi querida Fer...ha llegado un punto en que aún haciéndolo...creo que servirá de más bien poco.
Son inmunes a nosotros, a la inmensa mayoría. Ellos, grupo más reducido, tienen la sartén por el mango, o la pistola, o el puñal de hacer falta con tal de no perder un ápice de lo suyo...
:(
Guapa tú ahí tan solidaria y desencantada.
Todo mi apoyo, por supuesto que sí.
:/
Besos muchos.
Muchas gracias por tu apoyo, Marinel. Espero, mi querida y admirada poetisa, por nuestro bien, que te equivoques y que todo esto sirva para algo. Veremos... Los mantendré debidamente informados en este caliente año de elecciones presidenciales ;)!
BorrarMuchos besos y gracias mil.
Fer
Ante la injusticia, cualquier acción es mejor que quedarse callado y cruzado de brazo. Espero y deseo que esa manifestación en la que participaste con orgullo y confianza sirva para algo...
ResponderBorrarEn la última que participé en Barcelona - un millón de manifestantes - contra la guerra de Irak, no sirvió para nada. Nuestro
ínclito presidente Aznar prefirió aliarse con Busch y Blair que escuchar el clamor de un pueblo unido, El tiempo ha confirmado lo disparatado de aquella contienda. El remedio ha sido peor que la enfermedad. Ojalá la de ahí sirva para algo más que para tranquilizar la propia conciencia.
Siento vuestros problemas como propios. De verdad.
He escuchado la entrevista con el fiscal Nisman con muchísimo interés. Gracias por aportarla..
Un fuerte abrazo, Fer
Un fuerte abrazo, mi estimado Luis Antonio, en esta difícil coyuntura.
ResponderBorrarMuchas gracias por tu presencia de siempre, de verdad.
Fer