Paul Gauguin, Paisaje Tahitiano. |
Cuando era chica, en el acto escolar que se celebraba en mi colegio un día como hoy, eran infaltables personajes como la Reina Isabel la Católica, Cristóbal Colón, las tres carabelas y el huevo... Hoy, mi hija, mezcla de sangres, se vistió radiante de felicidad pura y danzó como representante de República Dominicana, y en esa danza estaban representadas todas las naciones de América Latina. Y no faltó mención a Cristóbal Colón en el festejo como tampoco faltaron los indios, en un festejo que algunos dicen que no deberíamos festejar. Creo en que para evolucionar como raza debemos sumar, no restar, debemos entender las circunstancias históricas dentro del contexto en el que se llevaron a cabo. Y pensar que es nuestro deber mirar hacia adelante tomando la historia para aprender de los errores cometidos, que siempre cometimos como raza y seguirán siendo cometidos. Quizá entender y aceptar este hecho sería celebrar el Día de la Raza, como lo llamábamos en mis tiempos de escolar. Para los de mi generación, el cuento era que el 12 de octubre de 1492 el marinero Rodrigo de Triana divisó Tierra y ésto cambió la concepción que se tenía del mundo provocando algo que ni siquiera Colón había imaginado: la unión de dos mundos. La historia humana es la suma de historias individuales. Y la imperfección es parte de nuestra condición y nuestra biografía: es un gran motor de crecimiento y fuente de integridad identitaria e integración colectiva.
Ayer leía un texto interesante acerca de lo que le estamos haciendo al planeta en términos de lisa y llana destrucción de esa tierra que divisó el marinero Rodrigo desde un barquito y lo llenó de entusiasmo: seremos juzgados duramente por nuestra barbarie, que algunos aún justifican en aras de lo que otros tantos consideran progreso. Y además pagamos y seguiremos pagando el precio de esta depredación, no sin altas cuotas de dolor e irremediables pérdidas. El texto me llevó mentalmente al 12 de octubre de 1492:
"Las cosas que hacen posible la vida son apenas visibles. Los experimentos de laboratorio basados en pequeños mundos artificiales siguen demostrando que la diversidad de la vida es la apuesta más fuerte. El reciclaje del aire y el agua y los nutrientes vegetales es el trabajo de diminutas criaturas que nunca jamás notamos. El alimento que ingerimos, los remedios que tomamos y las herramientas que empleamos han sido diseñados para nosotros por 500 millones de años de evolución. Sin embargo, sabemos practicamente nada sobre la mayoría de ellos. Toda la evidencia dice que la raza humana está haciendo que desaparezcan otras formas de vida en una escala de proporciones épicas."
Extracto de un texto en inglés titulado "Biodiversity: Tearing up the map of creation" tomado de New Proficiency Gold Coursebook, Pearson Longman, pág. 98, (mi traducción) y originalmente escrito por Tim Radford publicado en The Guardian, el 11 de agosto de 1998.
Seguimos cometiendo los mismos errores que juzgamos tan duramente en nuestros antepasados, aunque ahora el blanco es nuestro propio planeta y la naturaleza que nos sustenta. Seguimos intentando avanzar sin notar lo más pequeño pero altamente significativo en tanto esencial...
A boca de jarro.
Paul Gauguin, ¿De dónde venimos?, ¿Quiénes somos?, ¿Adónde vamos?, 1897 |