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"CANCIÓN DE CUNA" (1873), William-Adolphe Bouguereau (1825-1905),
Óleo sobre Lienzo. 112 x 86.5 cms. Colección Privada.
"CANCIÓN DE CUNA" (1873), William-Adolphe Bouguereau (1825-1905),
Óleo sobre Lienzo. 112 x 86.5 cms. Colección Privada.
"No vemos a los ángeles, pero en las oscuras avenidas de la angustia,
se acercan y nos llaman.
¡Se parecen a ellos
las personas queridas,
y no son sino ángeles los seres que nos aman!”
Pedro Miguel Obligado.
Mamá
Chequeo mails el domingo y me encuentro con este escueto
mensaje de mi mamá, que jamás me había enviado un mail ni se hizo seguidora del
blog porque no tiene idea de cómo hacer esas cosas. Pero sabe acariciar mi alma
y poner la oreja a mis asuntos todos los días. Mi mamá conoce bien las
oscuras avenidas de la angustia y es un ángel de la guarda para mí y para
toda la familia. Además, sabe que estoy enojada, muy enojada con todo y, sobre
todo, con todos los Santos del cielo a los que solía prenderles velas, así que los ángeles encarnados en quienes me rodean para aferrarme a ellos
son bienvenidos.
La llamo y me
dice que es una cita que tenía recortada de no se acuerda dónde, tal como me
pasa a mí cuando leo algo que me pega y lo guardo, y que la lee junto con
todas las otras que atesora de vez en cuando, como hago yo también, como si se
tratara de una colección de frases inspiradoras autopublicada. Indago sobre el
autor y me encuentro más o menos con esta descripción:
"Podríamos
definir las letras de Pedro Miguel Obligado, argentino y porteño (1892-1967) profesor, ensayista, conferencista, guionista y sobre todo, poeta de raíz hondamente romántica, con esta expresión titular: Historia
de una melancolía. Historia, pues exista o no una realidad episódica en la
inspiración personal, aquella poesía evoca para nuestro bien la eterna emoción
humana, compuesta por la repetición del mismo caso, que así es histórico en
todos y en cada cual."
Melancolía:"
La eterna emoción humana... en todos y cada cual" a flor de piel por estos días.
Dos días antes, el viernes por la tarde, la homeópata a la que fui a pedido y
sin mucha convicción me había dicho con vehemencia: "¡Entregate!".
Soy hija de médico clínico especialista en cardiología. Para mí ir a un
homeópata es cuchillo de palo, y la tipa se dio cuenta al toque. Pero el que
pidió que fuese es mi arcángel, el que me quiere y me banca y me explicó que con probar no pasaba nada,
que era todo natural, que me iba sentir escuchada como no suele sucederme con
los médicos tradicionales. Y le hice caso, porque sin él me hundo. Y sé que él sin mí también se hunde, por eso
fui.
La señora, de
aspecto nada esotérico ni hippie y absolutamente distendida y afable, me
escuchó durante cuarenta y cinco minutos y me interrumpió unas tres o cuatro
veces para reparar en mi lenguaje gestual, en el tono de mi voz, en lo que se
escucha más adentro de las palabras. Y con lo poco que dijo tocó fibras que resonaron por lo
identificables que resultan, aunque nunca lo había visto tan claramente así.
Justamente se llama Clara.
Supo hacer una
radiografía emocional traslúcida de mi persona y me dejó más tranquila. Me
recetó unos globulitos para tomar una vez por día. Los fui a buscar hoy a la
mañana y empecé. Me dejó su teléfono particular, su celular y su mail, e
insistió en que, ante cualquier duda, la contactara, cosa que nunca antes
ningún médico, ni los obstetras que me atendieron, hicieron conmigo. Igual sigo
sin creer en los milagros.
Cuando salí de
la consulta, me acordé de que hace unos días recibí un comentario en una entrada vieja del blog que agradecía una traducción que hice de una canción de Sting,
tal vez el poeta y músico contemporáneo que más admiro en inglés, que me fascina: "The
Book of My Life" ("El libro de mi vida"), ese libro
que escribimos todos y cada cual día a día. Y el fanático de Sting que me lo dejó me pidió
si podía traducirle "Let Your Soul Be Your Pilot" ("Deja
que tu alma sea tu piloto"), porque no abundan traducciones
decentes de las letras de Sting online. Le prometí hacerlo, pero al
intentar traducirla, destrozo la poesía y me da mucha pena. Lo más maravilloso
de todo aquello que nos conmueve es que es pura poesía. Así que le doy una
señal de qué trata el tema y dejo que su alma lo guíe en descifrar su
significado. Es como un signo, porque sí creo en los signos y creo además que
son los que mejor nos guían cuando estamos un tanto desorientados:
"Cuando
todos tus secretos quedan expuestos (...)
Cuando
tu mapa te conduce a la duda
Cuando
no hay información
Y la
brújula gira en dirección incierta
Deja
que tu alma sea tu piloto
Deja
que tu alma te guíe
Te
guiará bien"
El alma
en inglés es de género masculino: "He´ll guide you well".
Digo porque ésto sucede con muy pocos sustantivos en ese idioma que adoro: ¿otro signo? El domingo, antes de chequear mails y llamar a mi ángel guardián materno,
cuando escuché las campanadas de la parroquia de acá a la vuelta, me puse la
remera nueva y colorida que me compré y fui. Fui con la intención de mirarlo a
los ojos y decirle que estaba decepcionada, enojada. Fui para hacer como Él
hizo una vez en su desesperación y preguntarle: ¿Por qué me abandonaste? Pero
no pude. Porque me regaló un signo, otro entre todos los que recibí por estos
días: convirtió el agua en vino para una boda. Al principio no estaba muy
convencido, dijo que no tenía nada que ver con eso, que no había llegado su
hora todavía. Pero se lo pidió la Madre. No estaba en juego la salud de nadie,
como otras veces, como cuando yo me acuerdo de ir a pedirle o como cuando Sting
encontró su inspiración poética para escribir su bella canción:
Sting - Let Your Soul Be Your Pilot (Official Music Video)
Era simplemente el reclamo de lo que debía ser, ya que una fiesta no es fiesta sin vino. La vida no es vida en seco, sin una alegría... Por eso no busco un milagro,
pero encuentro signos como éstos que traen alegría y luz a las oscuras
avenidas de la angustia.
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A boca de jarro