"Mi definición pura de la poesía: algo que el poeta crea fuera de su propia personalidad."
George Moore (1852-1933)
No conocía al autor de la historia en la que se basa la película Albert Nobbs, tal vez porque cuando de literatura moderna irlandesa se trata, la gigantesca figura de James Joyce (1882-1941) se devora a todos los demás nombres. Sin dudas, esta historia tiene mucho de lo que uno encuentra en Dublineses, quince relatos sobre la frustración y la búsqueda de una identidad,
donde todas las cosas suceden a medias y los personajes parecen suspendidos en el aire, en la Dublín joyciana, lúgubre, helada, como paralizada. Según leo, George Moore, novelista irlandés controvertido, poeta, crítico de arte, escritor de memorias y dramaturgo, autor de la historia The Singular Life of Albert Nobbs, dejó huella en James Joyce. Tanto es así que se lo considera el primer gran novelista irlandés moderno.
Retrato de 1879 de George Moore por Édouard Manet. |
Como sucedió con la versión fílmica de The Curious Case of Benjamin Button, el cuento corto escrito por F. Scott Fitzgerald, creador de The Great Gatsby, la versión cinematográfica de "Albert Nobbs" necesitó relleno, tal y como lo admite su descollante protagonista, la mujer máscara, Glenn Close. Se trata de un proyecto personal de la propia Glenn Close que no sólo es protagonista sino que además participa en la producción, el guión y la banda sonora. Para la dirección la actriz se alió nuevamente a Rodrigo García ("Cosas que diría con sólo mirarla", "Nueve vidas…"), hijo de Gabriel García Márquez. Ella se involucró en este proyecto desde su presentación teatral en el Off Broadway en 1982, y pasaron largos años de ir y venir con el asunto hasta lograr plasmarlo en cine.
Más allá de la información ad hoc, que suma, incluso por sobre la historia en sí y la actuación de Glenn Close, que es sencillamente colosal, me pregunto qué lleva a una actriz tan poderosa a la hora de enmascararse y, sobre todo, de des-enmascararse, a tomarse una obra de modo tan personal. Es posiblemente el mensaje de una historia de época con impecable ambientación, dura y triste, sea lo que más conmueve. La crítica ha sido muy dura con el film, pero creo que en definitiva es la reacción de uno como espectador lo que cuenta a la hora de hablar de cine, lo que la vista moviliza.
Glenn Close declaró en San Sebastián lo que creo que hace al núcleo de la cosa: Albert Nobbs es "una mujer que se ha borrado a sí misma para poder existir y acabar con la tragedia de no acordarse de quién era." Transvertirse a los catorce años, luego de haber sido brutalmente abusada y haber comprendido que como mujer en su condición de pobre y huérfana no tenía otra alternativa más que la prostitución, le permite al personaje, ya asexuado en mi entender, encontrar trabajo como mozo en un hotel del Dublín que le guiña un ojo a Joyce desde un cartel en segundo plano donde se lee "Joyce Livery". Como en el universo de matices hondos de Joyce, los personajes se arrastran por el filo del abismo y aquí se refugian en el alcohol y el sexo para soportar sus sombrías vidas.
Pero este ser tiene un sueño que trasciende su género y apunta a su condición de persona y a forjarse una identidad que nunca ha llegado a construir. Tal es la fuerza, tal vez mal encauzada, de su sueño identitario que logra sobrevivir a una peste en su intento por desafiar todos los mandatos y tabúes sociales y sexuales de una época hipócritamente pacata y represiva, dejando desnuda la perversión en las figuras que a simple vista menos la encarnan. Albert Nobbs muere por defender la última chance de concretar su ilusión, y el fruto de todo su esfuerzo va a parar a las peores manos. Se trata de un final de resonancias trágicas que hace honor a la verdad de los tiempos que retrata.
La actriz admite haberse inspirado en Chaplin para componer su rol. Además declara en un reportaje que para ella y para el director Albert Nobbs es "ella": "Bueno, Albert es diferente, ella es un espíritu muy puro que trata de sobrevivir. Siempre digo ella. Ella es ella, Albert. Ella no se considera un hombre, es una mujer que despista. Cambia su apariencia, su voz, pero es una mujer. Y Rodrigo, en los detalles, nos muestra todo eso. Incluso al vestir como una mujer, anda como un hombre. Albert tiene algo de clown."
Pero este ser tiene un sueño que trasciende su género y apunta a su condición de persona y a forjarse una identidad que nunca ha llegado a construir. Tal es la fuerza, tal vez mal encauzada, de su sueño identitario que logra sobrevivir a una peste en su intento por desafiar todos los mandatos y tabúes sociales y sexuales de una época hipócritamente pacata y represiva, dejando desnuda la perversión en las figuras que a simple vista menos la encarnan. Albert Nobbs muere por defender la última chance de concretar su ilusión, y el fruto de todo su esfuerzo va a parar a las peores manos. Se trata de un final de resonancias trágicas que hace honor a la verdad de los tiempos que retrata.
La actriz admite haberse inspirado en Chaplin para componer su rol. Además declara en un reportaje que para ella y para el director Albert Nobbs es "ella": "Bueno, Albert es diferente, ella es un espíritu muy puro que trata de sobrevivir. Siempre digo ella. Ella es ella, Albert. Ella no se considera un hombre, es una mujer que despista. Cambia su apariencia, su voz, pero es una mujer. Y Rodrigo, en los detalles, nos muestra todo eso. Incluso al vestir como una mujer, anda como un hombre. Albert tiene algo de clown."
Así es como echa luz sobre qué la fascina de esta historia, que no es una gran película, pero que capturó mi atención: "Creo que la película nos explica que nuestro sexo es irrelevante. Que nos confunde demasiado eso y que no importa a la hora de ser de una forma u otra. Para mí, la película trata de la supervivencia, de que en eso el género no importa y de que lo fundamental es hallar un lugar seguro donde desarrollarse. Y demostrar el hecho de que para mucha gente un sueño sencillo es algo casi inalcanzable, como atravesar una puerta."
De acuerdo a la visión del autor de la historia original: "Vivimos de nuestros deseos más que de nuestras obras." No parece ser el caso personal de esta inmensa actriz norteamericana que comenzó su carrera ya grande, a los 30, luego de haber estudiado antropología y cine, y que admite que como intérprete sabe preguntarse el por qué de las cosas, de los comportamientos. Siempre me deja pasmada. Sobre todo al des-transformarse en cámara, como en la escena final de "Relaciones Peligrosas". Ella, como Nobbs, cambia su apariencia, su voz, su postura corporal y brilla en la pantalla haciendo vivir un sueño. Su actuación es pura poesía de acuerdo a la definición del mismo Moore: crea fuera de su propia personalidad.