miércoles, 27 de julio de 2011

Un círculo de mujeres

                        
                             
   Hay una mujer que parece que anda sintiendo las ganas de crear círculos de mujeres, y que cita a otra sabia mujer que describe maravillosamente lo que los círculos femeninos generan. Si quieren ver de quiénes y de qué se trata por favor lean:
 http://expansionpersonal.blogspot.com/"Reúne a las mujeres; salva al mundo" J Shinoda Bolen

   Yo siento que aquí, alrededor de un jarro lleno de agua cristalina, pura y purificante, del que cada vez más mujeres bebemos en comunión, compartiendo nuestras vivencias y nuestros sentimientos con absoluta honestidad, simpleza y valentía, se ha gestado un círculo. 
     
                                                            

   Y al menos a mí, este círculo, aunque sea, como le dije a Xime, un círculo virtual y no presencial, pero con una fuerte presencia, aunque no sea apabullante en números, pero muy significativa y relevante en intensidad, entrega y poder de sostén, este círculo me nutre y me refresca, le da alas a mi alma, caricias a mi corazón y aire fresco a mis pensamientos. Es un círculo de elementos femeninos: de agua, de luz, de fuerza creativa y sanadora, de sostén y apoyo, un círculo nutricio como la leche materna, que da calor, que acompaña, que potencia, que "da a luz". Un círculo en el que irremediablemente se filtra la sombra que nos habita, porque somos luz y sombra, como decimos siempre, pero ahora la sombra está asumida, está aceptada, la luz se amigó con ella y la conoce,  la ilumina...

                                                          
  Casi siempre comparto lo que me pasa desde el conflicto. Hoy quiero celebrar el hecho de que el círculo alrededor de este jarro, esta vasija que se asemeja a un vientre materno de alguna manera, este círculo me aporta soluciones, abre los caminos que seguramente ya estaban allí antes de que mis ojos los pudieran ver a plena luz del día, y que se des-cubren y se comienzan a andar gracias a esa luz que el círculo de mujeres irradia. Hoy quiero agradecerles por estar en mí círculo, y hacerles saber que yo estoy en el de ustedes y que pueden contar conmigo.

                                             

  En "El Profeta", de Khalil Gibran, una mujer pide a Almustafa que hable sobre el dolor, algo que sea asocia con la mujer desde el Génesis Bíblico: "Parirás a tus hijos con dolor"...

    "Y una mujer habló, diciendo "Háblanos del dolor".
     Y Almustafa dijo:
     Tu dolor es la ruptura del caparazón
     que encierra tu entendimiento.
     Así como el hueso del fruto debe romperse
     para que su núcleo pueda exponerse al sol,
     así tu debes conocer el dolor.
     Y si pudieras mantener tu corazón maravillado
     ante los milagros diarios de tu vida,
     tu dolor no te parecería menos maravilloso que tu alegría.
     Y aceptarías las estaciones de tu corazón,
     así como siempre has aceptado las estaciones
     que pasan sobre tus campos.
     Y observarías con serenidad
     a través de los inviernos de tu sufrimiento.
     Gran parte de tu dolor es tu propia elección.
     Es una poción amarga
     con la que el médico que hay en tí cura tu ser enfermo.
     Por lo tanto, confía en el médico,
     y bebe su remedio con silencio y tranquilidad:
     porque su mano, aunque pesada y dura,
     está guiada por la mano tierna de lo invisible,
     y el cáliz que trae,
     aunque quema tus labios,
     ha sido hecho del barro
     que el Alfarero ha humedecido                               
     con Sus propias lágrimas sagradas".

Fragmento de "El Profeta" de Khalil Gibran, tomado de "El libro de la mujer: Sobre el poder de lo femenino", 2: La historia del hombre,  Osho,  Aura DeBols!llo, 2006.

¡Gracias por estar en el círculo alrededor de mi jarro, mujeres!

*Xime, recordá:

A boca de jarro       

domingo, 24 de julio de 2011

DE LIBROS Y ORACIONES

                      
  Jorge Bucay me regaló en la Carta 52 de "Cartas para Claudia" una lista de libros que le han servido. Hace unos días, leí en alguna parte un comentario que no comparto sobre los libros de autoayuda, algo como que eso no es literatura, que eso es cosa de mujeres o una moda posmo, y que habiendo tantos clásicos para leer, eran algo así como una pérdida de tiempo y dinero en un género masivo, de consumo, y menor...

   Yo me quedo con lo que dice Bucay en esta carta, que hoy me habla a mí, Fernanda:

"Leer un libro es recorrer un camino. Hay caminos atractivos, caminos aburridos, caminos fáciles y caminos tortuosos. Hay caminos que conducen a lugares hermosos y caminos que no conducen a ninguna parte.
 Leer un libro es penetrar en otro mundo. Hay mundos nuevos y diferentes, llenos de cosas originales y fascinantes que esperan ser descubiertas. Y también mundos repetidos y mediocres donde todo es igual, parejo y sin matices. Hay mundos para visitar una sola vez y otros adonde siempre queremos volver.
Leer un libro es como conocer a otra persona (...) hay personas tan trascendentes como para modificar tu vida."

                              

  Y, a continuación, da una lista de libros de los cuales ya he leído o adquirido varios que me están esperando, porque acuerdo con Bucay en que me enriquecen estas elecciones, ya que modifican mi vida. En un mundo en el que a veces hasta los seres más cercanos parecen remotos y carentes de empatía cuando surgen los inevitables embates de la existencia, estos libros son voces amigas, son una caricia al alma: la gente no es tonta al elegirlos. Estos libros , y no digo todos, digo estos que Bucay dice que se abren como un camino que acompaña y potencia el crecimiento personal de los caminantes existenciales que elegimos vivir pensando la vida para ser cada día un poco más personas, y acompañar a otros en este mismo camino de descubrimientos fascinantes, estos libros, hoy por hoy, los elijo, a pesar de lo que opinen algunos que se consideran "entendidos" y tienden a desdeñar el consejo de los sabios, la sabiduría emocional trasmitida "a boca de jarro"

KNOX POTTERY. 
Sobre Knox aprendí leyendo "Jugendstil" de  Anke von Heyl,  h.f. ullman.
                                             
  Y ahora tengo  leídos y esperándome para ser descubiertos o  redescubiertos de esa lista que él recomienda a :

* La libertad primera y última , de J. Krishnamurti, con prólogo de nada más ni nada menos que Aldous Huxley.
*Palabras a mí mismo, de Hugh Prather.
*El Principito, de Antoine de Saint- Exupéry.
*El viejo y el mar, de Ernest Hemingway. Yo leo The old man and the sea
*Un mundo feliz, de Aldous Huxley. Yo leo Brave New World
*Demián, de Herman Hesse.
*Rebelión en la granja, de George Orwell. Yo leo Animal Farm
sigo con Nineteen Eighty-Four.

  No doy ediciones porque a veces hay que conformarse con lo que se consigue, y con lo que permite el bolsillo de cada uno. Pero yo elijo invertir en libros, y no en la bolsa, o en euros, o en dólares... en libros, aunque no tengo tanto para invertir. 
      
            Los libros me parecen una gran inversión.
Otro día les doy más sugerencias de los libros en los que humildemente creo que hay que invertir. Y acepto gustosa las de ustedes. Y como broche final de sus cartas, Bucay recrea la Oración Gestáltica de Fritz Perls, a quien no se si leeré, pero hoy me nutro, comparto y rezo la oración original con ustedes:


oración de la gestalt





yo soy yo
tú eres tú.
yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas
tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
tú eres tú.
yo soy yo.
si en algún momento o en algún punto nos encontramos
será maravilloso.
si no, no puede remediarse.
falto de amor a mí mismo,
cuando en el intento de complacerte me traiciono.
falto de amor a ti,
cuando intento que seas como yo quiero,
en vez de aceptarte como realmente eres.
tu eres tú y yo soy yo.
       
                                                             Fritz perls               








A boca de jarro    

sábado, 23 de julio de 2011

Más psicología pura y sentido común para pensar juntos

  
  Sigo con el tema que abordé antes de celebrar La Amistad, y apelo a la amistad que nos une a través de este espacio en el que intento pensar mi realidad con ustedes, para sobrellevar la coyuntura, porque resulta terapéutico. Sigo lidiando con esta cuestión que no quiero, ni puedo, ni soy yo quien debo "etiquetar" de mi hija menor, que después de un buen comienzo de año escolar con una maestra cariñosa y comprensiva de los tiempos y las potencialidades de cada chico en su aula, y quien se ausentó por problemas de salud (y hacemos votos para que se restablezca en salud y presencia frente al aula por el bien de todos), está ahora con dificultades y temores que se expresan en un síntoma que nos afecta a todos los miembros de su familia: miedo e inseguridad que se despierta al momento de ir a dormir. A pesar de estar de vacaciones de invierno, mi hija, que juega, anda en bici, va a la plaza, a pasear, socializa, ríe, dibuja, crea, canta, baila, habla hasta por los codos con una riqueza lexical sorprendente, lee y disfruta de sus cosas de niña de ocho años durante el día, expresa miedo e inseguridad a la hora de irse a dormir, duerme mal ella y nos hace dormir mal a nosotros, y se despierta como si nada hubiera pasado por la noche. Yo indago, angustiada, y me encuentro con respuestas muy atinadas desde su óptica de niña, con respecto a las cuales, hago lo mejor que puedo: apoyo, empatizo y trato de desdramatizar. Pero entiendo que la escuela, ese mundo al que se enfrenta cada día durante su jornada escolar simple (por elección muy pensada nuestra, y habiendo ya hecho un cambio de otra escuela de jornada completa y una carencia de criterios pedagógicos alarmante), es un mundo en donde no estamos ni estaremos  nosotros cuando retome las actividades en una semana, para apoyar, más que desde casa, y en donde se encuentra con adultos que muchas veces no valoran la unicidad, las capacidades múltiples de los escolares, donde pesa más lo escrito que lo verbal, lo racional que lo artístico... 


Sir Ken Robinson:"La inteligencia humana es más rica y dinámica de lo que hemos sido inducidos a creer por la educación académica formal".
                                         

  La escuela sigue siendo un mundo donde, como escribe Liliana Karina Bitancurt en su artículo en "Actualidad Psicológica" de mayo del 2011, "Dificultades en la escuela", en el artículo cuyo título le da nombre a ese riquísimo ejemplar de la publicación, dice:

 "Tradicionalmente, se consideraba que el fracaso escolar era atribuible a factores sociales extraescolares, tales como las clases sociales o las diferencias entre el capital cultural del niño y su entorno familiar y el resto de la sociedad, o bien a factores individuales, propios del educando, tales como su maduración, coeficiente intelectual o trastornos físicos (...) 
Desde un principio, el fracaso escolar fue considerado como un déficit personal del sujeto; si el niño no aprendía, era responsabilidad de él (...) la mirada estaba puesta en aquello que el niño no podía, y, por lo tanto, no lograba. (...)
En la actualidad, la mayoría de los especialistas piensa que el eje del problema gira alrededor de la escuela y el miedo sociocultural que lo rodea. (...)
El Pedagogo Víctor García Hoz (1911-1998) decía: "calificar con el mismo nivel a todos los niños es una injusticia. El fracaso escolar nace de convertir los exámenes en sanción social y no en acción pedagógica"."

                                          
  Otra vez el lúcido aporte de la psicología especializada en el tema respalda y confirma lo que dice mi sentido común: ¿pero cómo hago yo para que lo entiendan las maestras de mi hija? ¿Qué hago yo para que mi hija, que afortunadamente está lejos de ser un "fracaso escolar", gracias a nuestro apoyo más que a sus experiencias escolares hasta el momento, no se sienta "un fracaso" ante la mirada que siempre ve "lo que falta" y no lo que está, calificando a través de exámenes que generan miedo por su condición de evaluación finalista y no  continua, y que se emplean, sin dudas, como sanción y juicio social? ¿Cómo hago?


                         

  Además, y muy a mi pesar, o no tanto, está, de acuerdo a esta especialista, "la madre", y de acuerdo a otros, "el fantasma de la madre" (que no se a ciencia cierta qué denota en la jerga psicoanalítica, pero no parece connotar nada positivo); soy una madre que para suerte y desgracia de sus hijos, es profesora, sabe de técnicas y dinámicas efectivas en el aula por estudio y por experiencia, y es  inevitablemente crítica frente a lo que se hace en la escuela de sus hijos.


                                                                  
  Cuando mi hija viene alicaída porque le dieron una evaluación de lecto-comprensión que consta de un texto relativamente largo y sin ilustraciones, seguido de diez preguntas de comprensión a responder por escrito, en forma de oraciones "completas", según insisten las maestras, en lo que es una hora de clase, es decir 40 minutos, a mí se me ponen todos los pelos de punta... ¿No se han aggiornado en esto tampoco? Comprender un texto va mucho más allá de contestar  diez preguntas que cansan la mano y aburren, por lo obvias... Hay técnicas mucho más puntuales y dinámicas, y hasta diría intelectualmente desafiantes, como el "multiple choice", el "matching" (unir partes de una premisa, por ejemplo), y no estoy diciendo nada revolucionario... Simplemente una rica discusión oral en clase de lo que el texto nos dice, nos transmite y nos puede aportar; ni hablar de una dramatización, un "roleplay" que implicaría reescribirlo para luego actuarlo en forma de guión. Pero parece que se le teme a "la clase ruidosa", aunque una clase así, en tercer grado, sería un éxito rotundo: imaginen el entusiasmo de enseñarles a estos chicos a exponer sus ideas en público en forma oral, a debatir civilizadamente, cosa difícil con los ejemplos adultos televisivos y radiales que tenemos en este país. Creo que causaría una gran conmoción, una gran placer al aprender, enseñar y hasta evaluar así, y que generaría ese "sano y productivo ruido de aula trabajando" al que los maestros parecen tenerle miedo. Entonces se elige lo malo conocido

 "Saquen una hoja, calladitos, a escribir, a entregar rapidito, y calladitos mientras yo corrijo en el aula, porque si no pongo cruces en el pizarrón, y por cada cruz se llevan una tarea..." (Dicho  y hecho por su maestro suplente...)

                                                                       
  La tarea es también una sanción disciplinaria injusta ante la imperante y desafortunada ausencia de herramientas para poner límites adecuados y necesarios, y en este caso puntual, por mala-praxis docente: ¡no se corrige en clase, "maestro"! Y así, todos perdemos...  Sentido común, ¿verdad? ¿Cómo hago? 


  La madre profesora experimentada tiene que morderse la lengua para no decirle a una nena inteligente lo que piensa de esa prueba, y darle ánimos de que tal vez otro día le den tiempo de terminarla... para que no sienta que fracasó.

                                                                   

  Ahora en vacaciones, me siento o me acuesto a la noche a leer con ella, porque a esa edad a los chicos, que siguen siendo chicos a pesar de que los adultos de hoy quieren apurar el crecimiento y les quieren hacer creer que deben ser grandes y autónomos, a los niños de verdad todavía les gusta que los adultos les leamos, y le hago preguntas, o simplemente comenta, y me deja boquiabierta.  Y yo trabajo con alumnos secundarios y universitarios que a veces tienen dificultades para entender no solamente el texto con el que se los confronta, sino simplemente para interpretar la consigna de lo que se debe hacer con él...


                                                 

  Es una nena que ayer estaba calculando en el aire lo que les costaría a ella y a su prima comprarse entre las dos unas muñecas de las que andan prendadas con sus ahorros del dinero que juntan de los dientes caídos, e hizo las cuentas en el aire Y BIEN. No puedo evitar pensar que si "las situaciones problemáticas" (ya el nombre espanta a cualquiera...), es decir las operaciones matemáticas que hay que realizar para encontrar la respuesta a una pregunta dada, tuvieran más que ver con sus intereses (comprar juguetes con sus ahorritos) en lugar de cuántos huevos entran en cada canasta, que es problema para el huevero, no para ella, que de huevos le ... importa un bledo, tal vez las resolvería más contenta, le encontraría sentido y aplicación práctica; y si encima, en lugar de darle cinco, se le acotaran a tres, o se incluyera cantidad, pero se le dieran opciones múltiples como respuesta, seguramente no cometería tantos errores. Parece que diseñaran evaluaciones para hacer fallar al alumno, en lugar de evaluaciones que muestren lo que es capaz de hacer, y con esa misma saña se las corrige. Una pena: ¿cómo hago? ¿Cómo hacemos, porque su papá también está preocupado?


                                                      
  Cambiarla otra vez de escuela no es la solución: es la escuela la que debe cambiar. Es más, le haríamos un daño aún mayor. Por ahora seguir informándonos, seguir leyendo, seguir buscando apoyo para nosotros como padres y para mi hija, a pesar de que ya cuatro  profesionales calificadas nos han dicho que no hay nada "anormal" en ella desde que comenzaron a "etiquetarla" de "lenta", "insegura" y "demasiado reflexiva" en los colegios, lo cual no creo que tenga nada de malo: ¿por qué hay que ser "rápido", "seguro" o "poco reflexivo" para que te apruebe tu maestra?; seguir lidiando con "el fantasma mateno" que lucho por doblegar, aunque no creo ser una madre fantasmagórica, sino cariñosa, alentadora y presente; y seguir mordiéndonos la lengua, yo profesora, mi esposo profesor y directivo docente, para no descalificar lo que sucede en el colegio, tratando de que me hija no dependa de la valoración de su docente de turno para construir su autoestima, sobre la cual se basa no sólo su éxito escolar, sino su éxito existencial, su felicidad, que es lo que realmente me desvela a mí y a su papá también. 

  Y escribo en verde, porque a pesar y más allá de todo, tengo esperanzas de que esto algún día cambie  por el bien de todos.

  Y para finalizar, comparto este video que me pasó una bloggera psicóloga, seguidora fiel y amiga, Lorena, que me puso la piel de gallina por las resonancias que tiene sobre mi alma, y que me siento obligada moralmente a difundir por el bien de mis hijos, de mis alumnos y de toda una generación que depende de nuestra mirada y nuestra acción positiva para alcanzar el verdadero éxito de vivir en libertad, respeto por sus potencialidades y talentos, y plenitud.
                            
                          Etiquetas psiquiátricas de trastornos inventados.

   
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