miércoles, 28 de septiembre de 2011

Docente violentado

  
  Otro docente violentado ... esta vez, golpeado por una madre y acuchillado con un tramontina por su hijo, un alumno, en Pergamino, Provincia de Buenos Aires. Seguramente alumno problemático y claramente violento, producto de una familia violenta. Su mamá está detenida. Otra vez la misma historia. ¿Hasta cuándo? Los docentes tenemos miedo de trabajar en escuelas. La Argentina se lleva las palmas en los casos de violencia escolar. Los alumnos y los padres hacen "justicia" (¿?) por mano propia. Son familias que no soportan que se les plantee un problema, y presentan un serio problema. ¿Qué se hace ahora con este chico? ¿Cómo se sigue intentando "enseñar" en estas condiciones?
  Yo he usado este espacio varias veces para dejar salir humo de mi pava hirviendo ante tanta falta de criterio y sentido común en la escolaridad de mis propios hijos. He narrado cómo los he hecho cambiar de colegio, o cómo se han desperdiciado oportunidades para enseñarles algo realmente significativo y darles alas, o cómo he ido a la escuela a charlar con alguna docente que no estaba haciendo las cosas bien de acuerdo a mi criterio como mamá y como docente con título habilitante y tiza bajo las uñas. Pero jamás se me cruzaría por la cabeza utilizar la violencia. Ante una nota baja, por más injusta que me parezca, el primer paso es indagar para ver qué falló. Después de todo, sólo es una nota baja. Se levanta. Incluso si me parece que quien falló fue la docente a cargo, pongo el hombro como madre y trato de subsanar enseñando. Y en última instancia, charlo con la docente desde la empatía y apelando al sentido común.
  Ahora si el problema es por conducta, creo que lo que se debería hacer es escuchar y pensar a quién se puede recurrir para encontrar ayuda. Aquí aparece este desamparo que debe ser el padre de tantos de los males de nuestros tiempos. Los padres que se sienten desbordados, desamparados a la hora de criar. Los chicos que maman desamparo desde la cuna, y siguen sufriéndolo en la escuela. Los docentes desamparados por un sistema que se ha ido del extremo del autoritarismo de los tiempos que no hemos dejado cicatrizar de la dictadura, a otro extremo de absoluta falta de modelos, límites y sanciones; límites que los chicos necesitan y piden a gritos, o a cuchilladas, que necesitamos todos para aprender a vivir en una sociedad que debería dar el ejemplo de un sistema regulado por pautas, normas y leyes que se aplican, se observan y se cumplen. Y de no ser así, pues "una prenda tendrá". Todas caras de una misma moneda gastada y devaluada.
 De acuerdo a un estudio de Julio César Labaké, cuyos resultados comentó en una conferencia que brindó en la Academia Nacional de Educación en diciembre del 2010, y que han quedado plasmados en su libro "Valores y límites en a educación" de Editorial Bonumlos mismos alumnos preferirían que se les pusieran más límites en la escuela. ¿Qué estamos esperando? ¿Otra masacre como la de Carmen de Patagones, cuyo "aniversario" recordamos precisamente hoy? ¿Una masacre como la de Río de Janeiro?  Y de ésto es responsable el estado, ese papá que elige mirar para otro lado y finalmente, agresor y agredido se fusionan en el mismo caos, y todo termina dando lo mismo. ¡Cuidado! Ya son muchas, demasiadas, las señales de alarma: ¿hasta cuándo? Mañana hacemos paro en la provincia: ¿y qué arreglamos? ¿Por qué mejor no nos sentamos de una buena vez a pensar en soluciones, a tomar medidas que nos devuelvan cierto equilibrio, a traer el cambio que tanto necesitamos, y que no pasa por una netbook para cada alumno, señoras y señores, sino por "EDUCAR"? ¿Por qué no nos ponemos a pensar en cómo derrotar al monsrtuo que nos arrastra a este tipo de barbarie: el miedo?
  Hay palabras cuya connotación se han ido tornado negativa en las últimas décadas, que producen cierto escozor en muchas personas, y que sin embargo denotan conceptos fundamentales para vivir en una sociedad donde impere el orden, la cordura y la paz social. Son palabras tales como "disciplina" y "autoridad". Estas palabras se han vaciado de connotaciones positivas, y se han instalado otras palabras, tales como "inseguridad", "marginalidad", "anomia", "vacío" y definitivamente "miedo". Los docentes se quejan, los padres se quejan, los alumnos se quejan. Y el motor que no nos atrevemos a mirar de frente es esta emoción tan poderosa como paralizante: el miedo.
  No tengo idea de por dónde se empieza o cómo se hace, pero hay que ir por partes, porque, como decía Descartes, “Todo lo complejo puede dividirse en partes simples”. Hay que mirar al monstruo bien a los ojos, ya que, como decía Lloyd Alexander, "Una vez que tienes el valor de mirar al mal cara a cara, de verlo por lo que realmente es y de darle su verdadero nombre, carece de poder sobre ti y puedes destruirlo". Y hay que dar el primer paso, tal como decía Martin Luther King, quien como tantos de nosotros, tenía un sueño, entonces "Debes dar el primer paso con fe. No necesitas ver toda la escalera, tan sólo debes dar el primer paso." Ojalá lo demos. Ojalá tengamos el coraje de traer el cambio. Tal vez deberíamos escucharnos más. Escuchemos:




A boca de jarro

domingo, 25 de septiembre de 2011

Un gran hallazgo made in Argentina!!!

  
  Estoy realmente fascinada con un gran hallazgo que hicimos en casa al dar con el Dr. Roberto Rosler y sus charlas en youtube.com. Hace no mucho tiempo, estuvo visitándonos Pilar Sordo en la Argentina: apareció en varios programas de televisión y llenó teatros con sus conferencias, hablando sobre crianza y adolescencia, y también sobre su libro sobre las diferencias entre los sexos, ahora record de ventas. De hecho, yo compre su libro: "No quiero crecer, Viva la diferencia para padres con hijos adolescentes", Grupo Editorial norma. Lo cierto es que lo empecé a leer y me desilusionó bastante, después de haber leído gente como Susi Mauer y Noemí May con sus "Desvelos de Padres e Hijos, En la infancia y en la adolescencia, Emecé, o Miguel Espeche con su maravilloso aporte en "Criar sin miedo", Editorial Aguilar, y "La sociedad de los hijos huérfanos" de Sergio Sinay, Ediciones B, quienes para mí son referentes locales de la buena literatura de ayuda y consulta para padres no solamente de hijos recién nacidos o muy pequeños, que es de lo que más abundan libros quizás, sino para padres con el desafío de hijos en crecimiento, cuando como bien dice Rosler, nuestros problemas crecen también, junto a nuestros hijos. 
 Cuando vi a Pilar Sordo en televisión, no me desagradó, creo que como le pasó a la mayoría, porque su biografía personal es impactante para ser una mujer tan joven, porque sabe hablar en público, y además porque es muy bonita, lo cual no es una cuestión menor para aparecer en los medios y hasta para vender libros hoy en día. Además no carece de sentido común, sentido del humor y presencia para enfrentar periodistas en cámara.
  Tengo una bloguera amiga a la que sigo desde hace un tiempito que se agarró una tremenda bronca con ciertas cosas que dijo Pilar Sordo en lo de Susana Gimenez, y la verdad es que celebré su no estar de acuerdo con la psicóloga que llenó teatros y alcanzó picos altos de audiencia televisa. De hecho, cuando publicó su post, que tenía que ver con un cuestionamiento genuino por no entender a la Sordo, la felicité. Estimo que es muy importante que seamos muy cuidadosos con toda persona que se ponga en posición de darnos consejos y recetas de cómo hacer las cosas bien como padres. Hay centenares de este tipo de personas que se dedican a escribir libros y dar charlas "sermoneandonos", como antes hacían los sacerdotes, que han perdido bastante público, sobre cómo criar a nuestros hijos, sobre cómo educarlos, sobre lo que "se debe" y lo que "no se debe" hacer cuando se deviene padre. Siempre me pregunto si los hijos de esta gente serán felices. Siempre me gustaría saber cómo han hecho para criarlos, cuán presentes han estado en realidad o cuánto han "tercerizado" la crianza, porque no es lo mismo. Desde ya, todo padre moderno, o postmoderno, está ávido de consejos, sobre todo, mujeres y hombres urbanos que nos hemos capacitado para el mundo laboral, que hemos estudiado una carrera, y que creemos, en lo más profundo de nuestro ser, que los libros nos enseñan todo lo que necesitamos saber. Pero a ser padres nadie nos puede enseñar: es un arte difícil y arduo que se aprende a fuerza de prueba y error, en el día a día, entre lágrimas y sonrisas y criando a nuestros hijos con toda nuestra humanidad y nuestra historia a cuestas. Por lo menos, así lo vivo yo. Y sin embargo, he leído muchos libros de crianza, y pocos han sido realmente esclarecedores. Sobre todo, me han servido los menos prescriptivos y los más respetuosos de mi propia capacidad de ir aprendiendo a maternar siendo madre de mis hijos.
  Todo esto va como preámbulo para presentar a este hombre que realmente me parece una genialidad. Primero, me parece que es una característica nuestra tener baluartes como él entre nosotros, y traer gente de afuera a darnos cátedra de cómo lidiar con nuestros adolescentes. El Doctor Roberto Rosler es, entre varias otras cosas, argentino, hombre de barrio, padre de adolescentes, docente universitario en el Hospital Italiano de Buenos Aires y en la Facultad de Medicina de la UBA, de la cual egresó con honores, y médico especialista en neurobiología, quien además trabaja en el Hospital Británico de Buenos Aires, donde se desempeña como neurocirujano. Nadie mejor que alguien que conoce nuestra realidad y la vive como padre, docente y profesional de la salud para decirnos algunas verdades "a boca de jarro" con base científica y buen humor criollo, de cómo son nuestros adolescentes, y para darnos algunas pautas a docentes y padres de cómo manejarnos con ellos. Por eso los invito a escuchar esta charla de febrero del 2011 que el Dr. Rosler dio en el Colegio Marín de Buenos Aires ante un auditorio lleno de docentes a punto de largar el año lectivo frente a sus cursos, en la que habla precisamente sobre la adolescencia de hoy y nuestro posicionamiento frente a ella: no se la pierdan, les recomiendo que se hagan el tiempo que dura la charla (52 minutos aproximadamente) y lo escuchen, ya que vale mucho más la pena que todo lo que escribe  Pilar Sordo sobre adolescentes, en mi modesta y respetuosa opinión. 


JUREC 2011 Dr Roberto Rosler Adolescencia




A boca de jarro

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Otra de psicología pura y sentido común



 Estoy leyendo este periódico especializado, "Actualidad psicológica", que a veces me hace guiños desde el kiosco de revistas con el título no más, como este mes, con "Sufrimientos actuales".  La verdad es que me hace sentir bien confirmar que los buenos psicólogos y psiquiatras son muy amplios, muy comprensivos, y que más allá de toda su jerga psicoanalítica que muchas veces se me escapa, entiendo que contemplan las circunstancias de toda vida, y que se resisten a la tendencia de los malos profesionales de etiquetar y recetar la pastillita mágica para encontrar la solución rápida e indolora para los padecimientos de nuestros tiempos, que conocen bien, por experiencia de consultorio, y que muchas veces admiten que los sobrepasan desde lo teórico que han estudiado en profundidad, por lo novedoso y lo complejo de los malestares actuales. Pero siguen aprendiendo y creciendo como personas que han elegido ayudar a quienes sufren.                                                      
  Me sorprende un artículo como el de Luis Horstein, "Sufrimientos y algo más", por lo abarcativo de su temática y por reflexiones tan empapadas de sentido común, como cuando dice:

                         "El hombre actual sufre por no querer sufrir"

  Y explica que el sufrimiento es parte natural de la vida, es el polo que resignifica la dicha, la alegría, la felicidad, y que estamos inmersos en una cultura que tiende a negar el sufrir, a reprimirlo, y abusa de la " La dictadura de la euforia" que "sumerge en la vergüenza a los que sufren". Una cultura que nos impone "el pum para arriba" todo el tiempo y a toda costa. Como escribe Mario Pergolini, que también tiene su ensayo publicado en el periódico, titulado "Si no lo fuera parecería ser cruel", cuando estás pasándola mal, la gente te dice, "CÓMO NO SOS FELIZ!!! CON TODO LO QUE TENÉS?? CON LA FAMILIA PRECIOSA QUE CONSEGUISTE!!! Y TU TRABAJO, MILES MATARÍAN POR TENER ESE LABURO!!! SE FELIZ INFELIZ!!!" Así lo escribe Pergolini, y su testimonio, si bien no se luce en estilo o corrección sintáctica, es válido como un exponente de alguien que uno imagina hiper-feliz porque "lo tiene todo". Y sin embargo pasó por el pánico y la depresión, según cuenta. Y aunque parece haberse recuperado, su visión es bastante derrotista al sostener que no es posible ser feliz más allá de las ráfagas, de los flashes, de los atisbos, de los fugaces momentos: "... nunca vamos a ser felices porque sencillamente NO PODEMOS SERLO"... "Es una vida tan cruel que de tan cruel parece hermosa.", concluye categórico.


 Me gusta mucho el aporte de Hugo Lerner, "Felicidad, sufrimiento, realidad", y me quedo con lo que importa según él:

"Lo que importa es ir olfateando el desamparo que la realidad nos impone y recurrir a nuestras herramientas yoicas para sortear los escollos."

 Genial: un psiquiatra que entiende que nos sentimos desamparados en esta realidad del siglo XXI, y que ésto no es razón suficiente para sentirnos patológicos. ¡Qué alivio que lo digan ellos! Además dice, lisa y llanamente, que, en el caso concreto de los duelos, sobre los que todos profundizan como parte integral de la vida, ,"Tenemos dos caminos: o transitamos por ellos y los elaboramos, o tratamos de eludiros con pociones mágicas." Y el concepto de duelo que dan estos especialistas es bien amplio, abarcando todo un arco de pérdidas esperables y naturales, no sólo las que ocasiona la muerte de nuestros seres queridos, sino duelos tales como los que acarrea un despido, una pérdida material significativa, un cambio físico, un embarazo (o la imposibilidad de lograrlo, agregaría yo, conociendo el paño femenino), o el pasaje de una etapa de la vida a otra. Lerner cierra su brillante contribución admitiendo que:

" Freud (...) nos advirtió acerca del sufrimiento humano y nunca nos prometió, ni como seres humanos ni como psicoanalistas, "un jardín de rosas"."
Sigmund Freud.
           
 Estos son profesionales que desconfían, como uno, que toca de oído en ésto, de las simplificaciones y reduccionismos de las etiquetas del DSM, (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), de esa "clasificación ateórica y descriptiva porque sólo hace un inventario de síntomas", y que sostienen que "La psicopatología es tan sólo un bosquejo que ayuda a aprehender algo de una realidad que se resiste al intento de encasillamiento." , como explica Horstein, que no comulga con la urgencia de poner etiquetas y recetar pastillas así no más.


 El ensayo que más me hizo pensar, y se lo agradezco, es el aporte de María Cristina Rother Hornstein, quien elige una cita de Miguel de Unamuno para abrir su escrito, y me conmueve:
  
"Quien así quiso y fue querido
nació para la vida;
sólo pierde la vida su sentido
cuando el amor se olvida"
Miguel de Unamuno, "Cuando duerme una madre junto a un niño"

  Y me interpela como madre e hija con su pregunta : "¿Hay sufrimientos propios de la vida y otros propios de conflictos mal tramitados?" ¡Qué buena pregunta! Y un poco más adelante en su exposición del sufrimiento escribe:

"La angustia es producto del desvalimiento psíquico del lactante (S. Freud, 1926). En los comienzos de la vida toda ruptura del equilibrio es vivida como displacer. "Una madre suficientemente buena" que compensa ese displacer con la acción específica no sólo calma la necesidad sino que agrega ese plus libidinal que transforma el displacer en una vivencia de satisfacción."

  
  Y vuelve a citar a Unamuno:

"No te vayas de mi lado,
cántame el cantar aquél.
Me lo cantaba mi madre;                        
De mocita lo olvidé,
cuando te apreté a mis pechos
Contigo lo recordé"



  Siempre he pensado que Freud se ha encargado de cargar las tintas en lo que los vínculos primarios dejan como impronta en nuestro psiquismo, pero yo soy lego en la materia. Ahora, siendo madre, repienso a mis padres y a mi propia biografía, y debo hacer un esfuerzo por adoptar una mirada compansiva del rol materno y paterno. Más allá de toda teoría, que ayuda y esclarece, me parece que "los buenos padres" hacemos lo mejor que podemos con nuestros propios desamparos y los de nuestros hijos desde que nacen hasta el lejano día, cada vez más desplazado en la línea del tiempo de la sociedad postmoderna, en el que se van de nuestro lado para hacer su propia historia. Mientras criamos, por más que hayamos deseado traer hijos al mundo con el alma y los amemos más que a nuestra propia vida, hay una historia personal que se llena de autorenuncias y autopostergaciones, que queda entre paréntesis por largo rato, y ésto genera sufrimiento inevitablemente, un sufrimiento del que parece muchas mujeres se sienten incómodas de experimentar o de verbalizar: parece que sólo evaluamos el sufrimiento que inconscientemente le causamos a nuestros hijos al sufrir. 




 Siento que como adultos paternantes tenemos la responsabilidad de mirar para atrás, observar el árbol familiar, "el alma de nuestra familia", las relaciones vinculares y los lugares de luz y sombra que cada figura del árbol ocupó y ocupa en nuestra vivencia de ese árbol, para hacernos conscientes de que, más allá de lo que se impone como parámetro o pauta de comportamiento esperable de nosotros, somos nosotros, en el aquí y ahora, los que debemos elegir cómo recrear eso roles y eso vínculos en nuestra propia historia. Eso es lo que yo entiendo como salud mental, como crecer y hacerse adulto. Además, implica ir más allá de los errores, de las ausencias de mirada, de lo que faltó, para ver lo que sí estuvo, lo que sí se nos dio, lo que sí se nos nutrió como mejor se pudo. En definitiva, nosotros hacemos lo mismo con nuestros hijos. Ésto se dice más fácilmente de lo que se logra. Uno tiende a echarle el fardo de sus sufrimientos a los que están en el piso de arriba... Creo que es un reduccionismo más, como el de pretender etiquetar y medicar a quien padece un sufrimiento para evitarle el tener que confrontarse con su propio infierno, y emerger más humano, más entero, más "yo" que antes. 
  Ojalá se publicara un "Actualidad Psicológica" dedicado a la problemática de la mujer que deviene madre en el siglo XXI: tal vez sería un record de ventas ahora que en octubre se viene el "Día de la Madre". Podríamos aprovecharlo para salir de los lugares comunes y bucear en los complejos vericuetos de la maternidad en la "era de la depresión". Se los podría dejar como propuesta de una ávida y agradecida lectora a esta gente que me ha nutrido y "maternado" tanto este año.

A boca de jarro

Buscar este blog

A boca de jarro

A boca de jarro
Escritura terapéutica por alma en reparación.

Vasija de barro

Vasija de barro

Archivo del Blog

Archivos del blog por mes de publicación


¡Abriéndole las ventanas a la realidad!

"La verdad espera que los ojos
no estén nublados por el anhelo."

Global site tag

Powered By Blogger