"Sin tener en cuenta los detalles más concretos,
lo que da sabor a la vida es estar profundamente implicada en ella."
Jean Shinoda Bolen
Lo que para algunos ha sido el evento del año, por todo la burbuja en el
que lo envolvemos, para mí resultó un acontecimiento profundamente revelador de
una crisis vital más de tantas, en el sentido positivo de cambio, que
simplemente intensifica mi sensibilidad y me da una mirada clara y honda de lo
que he logrado hasta hoy y lo que es mi vida en el ahora.
A
través de los símbolos externos del vestido blanco, el moño y los zapatitos
perlados, levantarme el día de la Comunión de mi hija y abocarme a la ancestral
tarea de la mujer iniciada en el arte de transmitir algunas tradiciones de nuestra
femineidad al vestirla, peinarla y sostenerla en su mutación a un nuevo ser
al que el rito de pasaje da origen fue movilizador. La imagen de las dos frente
al espejo, ya listas para el ritual, trajo a mi memoria lo poco que leí de esta
mujer, Jean Shinoda Bolen. En especial, su idea de que un espejo común y
corriente refleja la apariencia superficial, pero hay espejos en los cuales
vemos reflejadas cualidades intangibles que tienen que ver con el alma. En eso
espejo nos miramos y nos encontramos mi hija y yo el sábado pasado.
Quienes
han estudiado los ritos explican que están vinculados con cambios
físicos, psíquicos o sociales del individuo Esta clase de ceremonias hacen notorio que el individuo
cambia su estatus y es reconducido a un nuevo estado. En este caso, vi
claramente que mi hija deja una etapa atrás igual que yo, que se inicia ya a su pubertad y yo a mi madurez, y que
nuestros roles ahora han cambiado: ella se ocupará de representar la fertilidad
y la continuación de mi linaje, y yo estaré encargada de brindarle la sabiduría de vida
que me ha sido transmitida por las mujeres que me precedieron: mi madre y mis
abuelas.
A Bolen le interesan las mujeres maduras mucho más que a nuestra sociedad. Según explica en uno de sus trabajos, la
madurez evoca humedad y jugosidad, sabor y placer, en su justa medida: "En
la naturaleza, la vitalidad (el estar vivo) significa que existe una fuente de
agua que alimenta un nuevo crecimiento y conserva la vida, que es húmeda. La
humedad metafórica y el fluir, tanto para la salud física como para el
bienestar emocional, también son esenciales. Los sentimientos genuinos y su
expresión sin trabas son húmedos. (...) Implicarse en la vida y comprometerse
con ella es una proposición madura. Cada mujer madura recurre a una fuente o a
un acuífero profundo lleno de significado..." Y
se refiere además concretamente a las lágrimas como manifestación de esta humedad que brotan
naturalmente en estos y otros acontecimientos vitales.
Bolen
declaró en una entrevista ampliamente difundida que: "A
partir de los 40 años empieza lo mejor si eres capaz de darte cuenta de la
cantidad de cualidades potenciales que hay dentro de ti. Entonces te entran
ganas de convertirte en bruja (...) una bruja es una persona con poder
personal. Las brujas sabias dicen la verdad con compasión, y no comulgan con lo
que no les gusta, pero no tienen la rabia de las mujeres más jóvenes. Algunos
hombres excepcionales pueden llegar a ser brujas, los que tienen compasión,
sabiduría, humor y no están supeditados al poder. Las brujas sabias son capaces
de mirar hacia atrás sin rencor ni dolor (...) Primero aprenden a amar lo
que hacen, luego alientan a otros al crecimiento. Saben reconocer lo frágil y
lo que tiene valor, y también lo que debe ser podado."
Así
me sentí en medio de este rito iniciático de mi hija que ya ha dejado de ser
pequeña: una bruja madura fluyendo y dándole a beber de los secretos
que ahora ella necesita aprender de mí, que la materno desde un
lugar más sutil pero igualmente físico y concreto, como el de la
madre de aquella niña pequeña que ahora observa con mayor distancia aunque con igual devoción como se transforma el fruto con
asombro, orgullo y alegría. Se me hizo conciente la necesidad, ahora más que nunca, de ser yo misma en esta implicación madura con la vida en pos de mi propio fluir y para
acompañar el fluir de mi hija en su camino de creación de su propia identidad.
Embelleciéndola
para entregarla al paso hacia una nueva etapa de su fresca vida sentí que
estábamos en nuestro eje, cumpliendo con una misión que todas las mujeres
del árbol de la vida del que formamos parte cumplieron para con aquellas que las
sucedían. Y todas se hicieron una en nosotras, como alineadas, gracias a lo que devela el rito. La revelación me sacudió
y me embriagó de satisfacción.
Los ritos y las costumbres cambian con los tiempos y las generaciones ...si estos ritos son artificiales. Pero en el desarrollo natural de la vida - nacer, crecer, reproducirse y morir - la trasmisón de valores es lo importante, no como rito, sino como legado a las nuevas generaciones, que ya se encargarán de tamizar, modificar y adaptar a los tiempos que les toque vivir.
ResponderBorrarLos padres, y las madrazas como tu, siempre quieren lo mejor para sus hijos, pero poco pueden hacer contra los nuevos acontecimientos.
Mis padres sufrieron una guerra civil y otra mundial, que mis abuelos nunca hubiesen querido para sus hijos. Y ellos me dejaron una posguerra y una crisis económica de medidas desproporcionadas que tampoco quisieron para mi.
bssosss.
Se transmiten valores, tal cual. Luego que recreen los hijos las tradiciones como les plazca. En eso intentaré ser abierta y no obcecada como algunos que aún insisten en llevar a cabo estas ceremonias como a ellos les parece. Y si optan por no seguir con la tradición de los ritos, será decisión de ellos y la respetaré. Procuraré no cometer los errores que se han cometido con nosotros como hijos.
BorrarEn cuanto a lo que uno como padre quiere para la vida de los hijos, pues es natural: queremos lo mejor. Pero según he estado leyendo, mi generación será más pobre que la de mis padres, lo cual ya es palpable, aunque a mis padres les fue mejor en términos generales que a mis abuelos, porque pudieron estudiar más y progresar en la escala social siendo hijos de inmigrantes quienes emigraron debido a la guerra civil española, perdiendo a varias figuras familiares importantes por ello, así como tierras y propiedades, además de que trabajaron como burros en Argentina para morir casi en la miseria si no hubiese sido por la ayuda que les pudieron brindar mis padres. Ni que hablar de cómo añoraron siempre el terruño y jamás pudieron volver ni viajar demasiado lejos. Pero fueron felices a su modo, contentándose con las pequeñas cosas de la vida.
Cada generación tiene su cuota de dolor que enfrentar y atravesar. El legado puede ayudar o desfavorecer pero en definitiva creo que mucho depende de la mirada con la que valoremos nuestro paso por el mundo lo que lo resignifica y le encuentra un sentido más allá de las circunstancias favorables o adversas.
Gracias por compartir también parte de la historia de tu árbol familiar.
Besos.
Atravezar las etapas de la vida es una realidad insoslayable, asumir el paso ya no es tan automático, y aceptar las responsabilidades inherentes a la nueva etapa es toda una decisión. Por lo que leo, estás protagonizando los roles que te corresponden, el personal de tu propia evolución y el de apoyo y guía de tu de tu hija. En particular no soy demasiado afecto a los ritos ni a la liturgia en general, no obstante aprecio su valor simbólico, útil especialmente para aquellos menos conscientes que, claro está, no es tu caso.
ResponderBorrarCelebro tu alegría y compromiso.
Un beso grande
Asumir el paso del tiempo no es fácil, tal vez ahora menos que nunca. El síndrome de Peter Pan arrasa con la idea de aceptar la madurez y cumplir el rol que nos compete en la constelación familiar que hemos creado. Soy conciente de amabas cosas y me niego a dejarme arrastrar por lo que se impone como norma, porque creo que deja huérfanos a nuestros hijos y nos impide crecer a nosotros como personas.
BorrarGracias por celebrar conmigo: ¡un brindis a tu salud, querido James!
Un beso.
Va a ser que me gusta Shinoda,sí.
ResponderBorrarEs sabia y seguramente,habrá pasado por todos esos ritos cuyo principal cometido es centrarnos,casi despertarnos a una realidad inequívoca para toda mujer.
Ver a una hija dar un paso que dimos,darle la mano,guiarla tal vez hacia ese su propio camino ligado al nuestro,es como si nos viésemos reflejadas en el espejo,solo que ahora, somos nosotras las que nos ponemos al otro lado.
Es emocionante,apasionante y digno de ser vivido.
Lo que hace una comunión,¿verdad?
Muy hermosa entrada,me ha encantado.
Besos.
Shinoda dice cosas interesantes, sobre todo sobre la madurez y la ancianidad femeninas. Es muy feminista y muy psicoanalítica, muy jungiana. Trabaja sobre los arquetipos y las diosas con las cuales según ella se identifica cada mujer. No adscribo a todo lo que dice, pero algunos conceptos me llegan.
BorrarY el momento ha sido verdaderamente emocionante e intenso: una comunión de almas y de generaciones.
Me alegro que te haya gustado, querida Marinel.
Un beso grande y gracias!
Fer me gusta leer tus entradas...porque siempre me hacen reflexionar o pensar sobre algo...y está me ha encantado...porque sin conocer a esa señora...coincido con ella en que la madurez es la mejor etapa para la mujer...o al menos para mi lo esta siendo...mis amigas se ríen de mi cuando digo que nunca he sido más feliz que ahora...ellas prefieren sus 30 años...
ResponderBorraryo ahora me siento plena...libre de hacer y de pensar...de elegir con quien y donde quiero estar...y de ir detrás de mis sueños...
espero que tu entrada en este periodo sea igual de fructífera...
Me alegro de que vivieses ese momento especial con tu hija el día de la comunión...y espero que pasarais un bonito día en familia...estoy segura que la guiaras en su etapa de adolescente...pero recuerda ella es una persona diferente a ti...y tendrá que vivir su propia vida...
Me anoto el nombre de esta autora para leer alguno de sus libros...ya te contaré cuando lo haga...
No sabes cuanto me gustaría poder tomarnos un café o un mate(nunca lo he probado) y charlar sobre lo divino y lo humano...
no es lo mismo hacerlo a través de una maquina...pero es mejor que nada...
al menos nos ha dado la oportunidad de conocernos...
un abrazo...mujer madura
Muchas gracias, Julia. Es cierto: pienso mucho, pero también conecto con los sentimientos y las emociones, como sucedió el sábado.
BorrarUna de las cosas que dice Shinoda es que las mujeres sabias ríen mucho y hacen lo que sienten ganas de hacer. Yo estoy gradualmente entrando en esta etapa. Sobre todo, empecé a darme cuenta en lo referente a cómo visto, mi peinado, los colores que elijo, mi estilo, incluso mi forma de celebrar: ya no me importa lo que marca tendencia. Elijo de acuerdo a mi propio gusto y no me interesa no estar a la última moda. No estoy tan pendiente del qué dirán y conecto mucho más con lo que me gusta y me identifica, con el buen cine y la buena lectura, no lo que recomiendan los críticos, el que me gusta a mí, con la fantasía y la creatividad. Retomé proyectos que planifico concretar aunque los daba por perdidos o los tenía entre paréntesis. En fin, por todo eso ¡es maravilloso pasar los 40! No me gustaría volver el tiempo atrás: no envidio a las de treinta.
Si te interesa esta autora, te dejo un link a la entrevista de la cual cito mayormente, ya que tiene publicados varios libros y hay material en youtube: Las mujeres pueden cambiar el mundo. Cuéntame luego qué te parece, por favor.
Me encantaría a mí también tener el privilegio de conocerte, compartir una charla y reírnos juntas como dos mujeres sabias y maduras, dos brujas en el sentido en que Shinoda nos denomina, que fluyen con el correr de la vida. Quién sabe, Julia. La vida siempre puede sorprendernos. Mientras tanto, valoro muchísimo nuestros intercambios virtuales pero enormemente valiosos para mí.
Un fuerte abrazo!
Extraordinaria esa capacidad para salir fuera de campo y reflexionar sobre esa escena frente al espejo dela que no obstante, tu también eres protagonista.
ResponderBorrarNo todo el mundo posee esa capacidad para dar cuerpo a cada paso vital, a nuestras propias metamorfosis,sobre todo cuando estamos viviendo en primera persona esa mutación constante.
Es lo que tienen los ritos, que nos llevan al pasado,pues de una forma u otra ya vivimos otros, bien como testigos o como protagonistas. Enhorabuena por significarlo.Ya sabes que hoy vivimos un mundo tan vertiginoso que hay quien ni se entera, o no se quiere enterar de estas cosas. Enhorabuena y un abrazo.
Gracias por alegrarte con mi alegría: eso para mí es comunión, mi querido Víctor. No hace falta más. Esto de pasar por los blogs queridos, leer y comentar es en sí mismo un ritual cotidiano para quienes lo hacemos por puro gusto. Claro que los rituales ceremoniales, los cumpleaños, los aniversarios, los funerales, esos ritos son de pasaje y hay siempre un antes y un después, marcan un cambio que muchos se empeñan en no querer ver tapándolo con la pompa característica que conllevan. Pero creo que ese tipo de ceguera tiene un costo a la larga, ya que no hay peor ciego que el que no quiere ver...
BorrarNo puedo evitar esa mirada que me lleva por debajo de la superficie. En ocasiones preferiría quedarme más plácidamente allí, ya que mirar hondo resulta movilizador. Imagino que quienes quedan en el festejo y los detalles más concretos, como dice la cita que abre la reflexión, probablemente la pasen mejor que yo. Pero es algo que no puedo evitar, que me hizo pensar que era un poco rara o anormal cuando más joven, y ahora me amigué con esta forma de ser, "profundamente implicada", como diría Shinoda, y escribo sobre lo que verdaderamente descubro en cada cosa que me toca vivir.
Y te diré como buena bruja que tú me pareces uno de esos hombres a los que Shinoda considera del mismo modo: "Algunos hombres excepcionales pueden llegar a ser brujas, los que tienen compasión, sabiduría, humor y no están supeditados al poder."
Un abrazo grande y gracias por tu calidez!
Me encanta esta relación que hace esta mujer, Bolen, con respecto al agua y la vitalidad, la vida, nunca lo había pensado así, pero los seres humanos somos fundamentalmente agua, un elemento imprescindible y un símbolo.
ResponderBorrarPor supuesto todo lo relacionado con brujas también me llega: las mujeres somos expertas en percibir y tener sensibilidad hacia los otros, quizás porque siempre nos hemos ocupado del cuidado de los que nos rodean.
Me alegra ver esa especie de "comunión" entre tu hija y tú en ese día tan mágico para ella. A lo largo de los años vas viendo cómo cambian, vas delegando en ellos, es al tiempo bello, duro y vital. Yo creo que notaba grandes cambios en mi hijo con motivo de los cursos escolares. A veces son pequeñas cosas que a ellos les hace sentir que han cambiado, que han dado un paso imprtante haia algo. Recuerdo cuando empezó en el instituto y los mayores no les dejaban jugar con los balones, se los quitaban todos y se las apañaban con el albal de los bocadillos, hacían una bola grande y así jugaban al fútbol en los recreos. Hasta que con el paso del tiempo los pequeños llegaron a ser mayores y a tener balón porque se lo quitaban a otros más pequeños. A mí me hacía mucha gracia porque al final todos jugaban, toods seguían siendo niños pero habían marcado sus propias diferencias. En fin, la vida misma, que nos va recolocando a todos, a ellos y a nosotros. Yo , francamente, espero con impaciencia el siguiente rito de paso: su Erasmus. I can´t wait!
Un beso, Fer.
¿Te diste cuenta de que además venimos del agua, que vivimos en líquido durante nuestra gestación en el vientre materno? Y luego alimentamos a nuestra cría con líquido, leche. Es maravilloso, Angie, pensar en nuestra femineidad como un fluir en la liquidez. Shinoda es sumamente feminista y asegura que las mujeres tenemos el poder de cambiar el mundo. Hay un sociólogo brillante, Zygmunt Bauman, que describe a nuestra modernidad como líquida. Tal vez Shinoda no se equivoque y en tiempos líquidos seamos nostras quienes estemos mejor capacitadas para cambiar el rumbo de las cosas para nuestro bien. No lo sé. No me defino como feminista, pero creo que podríamos tener nuestra oportunidad.
BorrarHabla también de los ciclos regidos por nuestros flujos hormonales, también líquidos o secos por falta de líquido: la menarca, la menstruación y la menopausia. Es interesante. Tal vez considere leer algo más de su autoría.
Cada comienzo y fin de ciclo, cada cumpleaños, cada "Día de..." puede ser un rito, claro, si te pones a observar como buena bruja sensible y sabia más allá de lo detalles concretos, como lo hiciste con el juego de fútbol. Y me permito darte un consejito de bruja un poco más madura (te imagino más joven que yo, que tengo 44): Just you wait, dear Angie! Saborea todo lo que te haga estar "profundamente implicada" con la vida de tu hijo y la vida en general y ya llegará el paso de su Erasmus para que lo disfruten en plenitud.
Un beso y gracias por tu comunión conmigo!
Me encanta encontrar a alguien como tú que todavía no se ha abandonado a esta vida rumiante y racional en la que todo tiene que tener una explicación inmediata y plausible. Que puedas ver ver ritos de iniciación donde los demás son incapaces de traspasar la cáscara del puro convencionalismo.
ResponderBorrarHas roto una barrera que muy poca gente se atreve a traspasar y has comprendido de forma espléndida el significado de la herencia y de esa especie de permanencia en el mundo que esa herencia nos permite asumir. Esa asunción del tiempo y del papel que nos corresponde en cada momento de nuestras vidas no solo es un lenitivo ante la conciencia de nuestro progresivo deterioro si no que además nos permite resituar nuestras vidas en el territorio que legítimamente les corresponde, es decir, formando parte de una red de seres que viene desde el pasado, se hace realidad en nuestro presente y se prolongará cuando ya no estemos aquí.
Besos
Gracias, Doc! Estoy segura de que hay mucha gente por ahí que puede ver un poquito más allá: tú, por ejemplo. De hecho hay pensadores que nos iluminan el camino, como esta mujer, Jean Shinoda Bolen, por citar sólo un ejemplo.
BorrarHace tiempo que he revalorizado el legado de mis ancestros. No me han dejado fortuna, ni propiedades, ni renombre. Eran seres anónimos que me dejaron un ejemplo de vida simple, de trabajo, de contento con lo cotidiano, de agradecimiento por tener lo necesario y de fortaleza ante todas las adversidades que pasaron como tantos otros millones de seres. Sería egoísta y torpe de mi parte no transmitirle eso a mis hijos porque es también lo mejor que yo podré dejarles como herencia, a pesar de que no cotiza en la bolsa.
Un beso grande!
Comparto tu filosofia en rescatar y continuar su transmisión, en valorar esos ritos que en estos tiempos se descartan por el solo hecho de serlos. Un abrazo.
ResponderBorrarEs cierto, se han descartado, aunque noto con asombro que hemos adoptado algunos que nos son totalmente foráneos, como Halloween o San Valentín. En fin, el rito resultó ir mucho más allá de lo que significa en sí, y estoy muy contenta de haberme percatado de su valor intrínseco y su profundo significado tanto para mi hija como para mí.
BorrarGracias por tu visita, siempre bienvenida, y un abrazo grande.