Jonathan Wolstenholme |
Me impactó días pasados, estando en clase de gimnasia en el parque polideportivo al que concurro hace años, donde todos nos conocemos aunque sea de vista, la noticia de que Eva, una mujer de alrededor de 50 años, había muerto de manera rápida a causa de un cáncer de pulmón fulminante, tal como lo describió la profesora. Pero en verdad lo que más me escandalizó fue la reacción de algunas de las personas presentes. Ante la pregunta: "¿Fumaba?" y la respuesta afirmativa que esperaban para alzar un dedo condenatorio, comenzaron los comentarios por lo bajo: " Y sí... a todos los que fuman les pasa, tarde o temprano... o de pulmón, o de garganta, pero se lo agarran..." Sumado a la conmoción ante la noticia, el tenor de los comentarios me revolvió las tripas, no sólo por el nivel de insensibilidad y soberbia absoluta que manifiestan sino por el acuciante grado de ignorancia en términos de lo que debería ser tratado como parte natural de la vida: la enfermedad. Conclusión: una oportunidad para fomentar la salud y prevenir enfermedades terminó enfermándome...
Hay médicos en mi familia que se han cansado de diagnosticar cáncer de pulmón y de otras tantas etiologías en personas que jamás tocaron un cigarrillo ni fueron siquiera fumadoras pasivas. No quiero decir con esto que el cigarrillo no sea responsable de esta y otras patologías en muchos casos, pero no es la única causa. Hay factores genéticos, ambientales y otros, la mayoría de los cuales, muy a nuestro pesar, escapan toda explicación que se intente dar acerca de una enfermedad tan traicionera como el maldito cáncer. Existen agujeros negros en el universo de la enfermedad y de las causas de la muerte, y es siempre nuestra soberbia, esa que según el relato Bíblico nos condenó a ellas, la que intenta penetrarlos por temor a ser succionados por uno de ellos. La enfermedad sigue siendo un misterio que nos excede, y, como todo misterio, intentamos explicarlo para combatirlo
cuando, en realidad, siempre nos confrontamos con nuestros propios límites y nuestros propios temores al hacerlo.
En la última semana también, dos personas que me ven esporádicamente por cuestiones laborales me han confiado que sus esposos padecen de esta enfermedad. A una de ellas la noté desencajada. Sabía que su marido había sido operado y tratado, pero pensaban que el cáncer había quedado atrás. Ahora se enteraron de que hay metástasis pulmonar. Y la otra no había podido pegar un ojo en toda la noche anterior a nuestro encuentro porque se acababa de enterar de que su esposo tenía un tumor prostático. Hoy mismo, camino de vuelta de la salida del colegio con mi hija menor, nos cruzamos con una chica de unos treinta años pasada de flacura y con un pañuelo cubriéndole la cabeza. Y hasta me hija notó lo que le sucedía y expresó su pena. Acto seguido, me preguntó lo que dio lugar a esta reflexión: "¿Por qué se tapa la cabeza, má? ¿Le da vergüenza estar enferma?"
No
es la primera vez que siento que la enfermedad en nuestros tiempos ha pasado a
ser entendida en buena medida como responsabilidad de quien la padece e inclusive produce cierta vergüenza admitirla o mostrarse en público luciendo sus signos "antiestéticos",
fundamentalmente por la reacción que genera en los demás. Y esta reacción suele
darme vergüenza ajena. La idea subyacente e inmediata que se
desata en ciertas mentes al enterarse de un padecimiento de este tipo parece
ser "Ah... por algo será. Algo habrá hecho mal para
tenerlo." Un caso paradigmático de lo que intento exponer ha
sido lo que le sucedió al mediático Doctor Alberto Cormillot,
famoso por hacer perder peso a obesos e híperobesos a través de su programa
médico y televiso y marca registrada como garantía de salud; todo un ícono de
la vida saludable.
Yo misma le he escuchado decir que almorzaba cereales con yogur y frutas cada día en pos de su salud intestinal y para conservarse en peso, siendo él mismo un obeso recuperado. Y hasta hoy asegura que no se permite jamás una Coca Cola por tenerla "fuertemente identificada con el daño". Muchos de los comentarios de los foristas al pie de la nota donde es entrevistado por La Nación al confesarse públicamente como víctima del cáncer dan vergüenza ajena. El lego se aventura a aseverar que Cormillot tuvo un cáncer por consumir aspartamo, presente en los edulcorantes que consumió y vendió a lo largo de su vida, o por resentimiento, aunque ha sido un hombre existoso en términos de lo que hoy consideramos "éxito". Los gurúes de la "autosanación New Age" se encargan de adscribir emociones negativas como causas del cáncer, agregando una razón más para hacer que quien enferma se sienta aún más infeliz por la gama de emociones negativas que a todos nos habitan y de las que muchas veces no somos ni siquiera plenamente concientes. Y la gente que cree en todo esto a pie juntillas ahora también diagnostica y enjuicia.
En mayo le descubrieron un cáncer de colon, a pesar de que era el pregonero de la prevención de la misma enfermedad, instando a los hombres mayores de 50 años a realizarse un estudio anual para detectarlo precozmente. Se operó inmediatamente, pero al principio no se animó a contar lo que le pasaba. Según confesó meses después a la prensa, tuvo que pensarlo mucho antes de decir la verdad. Sus motivos: "Porque no sabía cómo comunicarlo. Recién el día que salí de la internación, decidí que lo iba a decir. Durante 48 años, construí un vínculo con los medios, con los periodistas. Y si yo no decía la verdad sentía que estaba rompiendo la confianza."
Es claro que la confianza que se rompe en este caso es la de él mismo en toda una forma de vida y un mensaje que ha hecho público. La prevención a base de cuidados permanentes, controles y sacrificios no basta como garantía de una salud inquebrantable. He aquí el misterio, he aquí el límite con el que debió confrontarse. Evidentemente, la confrontación y la aceptación pública de una verdad a la que le dio batalla por años le hizo sentir vergüenza. La idea posmoderna de que existe un seguro para protegernos de todo daño no aplica a la salud, por más que la medicina haga esfuerzos denodados por ganarle la pulseada a la enfermedad con el énfasis en la prevención.
Fue el genial Aldous Huxley, autor de una distopía que cada vez parece tener más puntos de contacto con nuestra realidad, titulada Un mundo feliz, quien alguna vez dijo: "La investigación de las enfermedades ha avanzado tanto que cada vez es más difícil encontrar a alguien que esté completamente sano."
Y fue Paracelso, el gran médico del siglo XV, quien apuntó que "El
médico sólo es el servidor de la naturaleza, no su amo. Por
consiguiente, a la medicina incumbe seguir la voluntad de la
naturaleza." Tengo la fuerte sospecha de que nos curamos de muchos males al acatar esa voluntad sin ninguna vergüenza. Y esa voluntad es y seguirá siendo un hondo
misterio que nos hace simplemente más humanos.
A boca de jarro
Buena reflexion para un peliagudo tema que a nadie le gusta tratar ni oir, pero que esta en boca de todos a cualquier hora del dia, y por desgracia en mas sitios....
ResponderBorrarUn abrazo.
Justo estaba a punto de publicar cuando me encontré con tu comentario de la entrada anterior. Es cierto: pretendemos barrer estos temas debajo de la alfombra, pero hacen polvareda. A mí también me da la impresión de que cada vez es mayor el número de personas que se enferman de cáncer.
ResponderBorrarOtro abrazo y muchas gracias!
Hola Fer! la enfermedad en todas sus formas hace al ser humano conciente de su mortalidad y es algo que a nadie le gusta ver,sentir cerca. Este creo que es uno de los factores por los que las personas reaccionan mal frente a los enfermos,se sienten con poder para opinar,para juzgar, tratar de encontrar un factor que los aleje a ellos mismos del "estigma" de la enfermedad. Además el ser humano es opinologo por naturaleza y sentirse el dueño de la verdad es un mal muy comun,lamentablemente.
ResponderBorrarbeso grande!
Es cierto, Maru, y agradezco tu reflexión. Es triste que ante el miedo que nos mete el tema no reaccionemos más desde la compasión que desde el juicio o la opinión, reforzando así creencias que nos hacen sentir a salvo, aunque dejando al descubierto un buen grado de insensibilidad hacia el padecimiento del otro. Lo más triste es que esta postura se refuerza cada vez que hay opinólogos por TV o vendiendo libros sobre "Cómo sanar tu cuerpo". Lo paródogico es que el mismo Cormillot opinó sobre muchos personajes públicos cuando enfermaron, pero hay distintas formas de hacerlo, y él, desde ya, lo hace desde su condición de médico.
BorrarUn beso!
Fer como siempre muy acertadas tus reflexiones...creo que debemos ser conscientes de que somos mortales...y de que por mucho que lo intentemos a veces la enfermedad nos gana la partida...
ResponderBorraren estos momentos tengo a un amigo en un hospital porque se cayó de la bici...y aun no sabemos si quedará tetraplejico...el que lucho por una vida de deporte...sana y sin tabaco...
Se que algún día estaré muy enferma...y que moriré...solo espero que sea lo más tarde posible...y que sepa afrontarlo cuando eso ocurra...
un abrazo
Julia: espero que tu amigo se recupere. Los accidentes son esas fatalidades para las que tampoco encontramos explicación. ¡Y fíjate qué ironía! Me llena de pena, pero así es la vida, por eso debemos valorar la salud y enfrentar la enfemedad con templanza. Yo creo que podemos aprender mucho de ella, tanto de la propia como de la de quienes queremos, por eso hablo de la enfermedad como un camino de crecimiento y búsqueda de sentido. Desde luego nadie la desea, pero es simplemente la otra cara de la salud y es parte de lo que nos puede tocar transitar en nuestro fugaz paso por este mundo.
Borrar¡Un fuerte abrazo y gracias por compartir tu pena conmigo!
Cuánta razón tenés!!!
ResponderBorrarA mi tambien me da vergüenza ajena!!
Con el tema de mi mamá, todo esto está a flor de piel...
Varias veces ella me comentó algo que le molestaba de la gente...mientras estaba con su tratamiento de quimio, cuando se encontraba con alguien que sabía por lo q estaba pasando y la veía bien de ánimo y de semblante le decían asombrados:"-Ahhh!! Pero estás bárbara!!!!" con un tono que no sé explicar...entre incrédulo y socarrón... Frente a lo cual mi mamá se quedaba pensando " Y qué quieren...??? Verme hecha pelota???"
Más de un conocido me dejó deslizar que lo q le pasó tenía que ver con su carácter, o con su trabajo excesivo, o con haberse hecho nervios cuidando a mi abuela, o por no haberse hecho controles médicos, etc... pero de compasión por el momento q atravesábamos...nada!! cada uno se sentía con derecho a dar su opinión sobre el origen de su tumor...
Gracias a Dios, a pesar de tener sus efectos ya conocidos, que no viene al caso enumerar... mi mamá tiene un espiritu muy particular, imaginate que cuando se enteró nos dijo:"Si tanta gente tiene cancer...porque no me iba a tocar? le puede pasar a cualquiera!! Ahora es cuestión de sacarlo de encima!!"
En fin... me fui por las ramas, pero es la primera vez que escribo esto que te cuento y me salió así ...Debería haber ido a mi blog no?
Te aprecio mucho Fer, y te agradezco por tus palabras sentidas y el espacio que nos das para pensar y comentar!!
Besos
Yo te agradezco profundamente a vos, querida Moni, que me confíes algo tan importante y tan arduo de sobrellevar para vos y para tu mamá: nada más ni nada menos que parte de la historia de sus vidas, incluida la de tu abuela. Al menos siento que pongo la oreja y en algo puedo ayudarte, Moni.
BorrarEs natural que no nos animemos a hablar y menos a escribir sobre el tema dando pelos y señales, por como reacciona la gente en general: o hay morbo o hay rechazo y negación. Yo tengo en la familia a un personaje que cuando le comentás de algún problema de salud te dice:"Bueno, ahora ya está." Ya está nada, lo que sucede es que no quiere escuchar más nada al respecto...
Evidentemente, la enfermedad nos hace humildes, nos ubica, nos hace sabios. Tu mamá tiene toda la razón: ¿por qué no me va a tocar a mí si le pasa a tantos?
No es cuestión de pasarse la vida temiendo que nos suceda, pero frente a la persona que me lo comunica, me conmuevo, porque me resulta natural ponerme en sus zapatos y pensar que a cualquiera de los míos o mí misma me puede pasar. Y trato de reaccionar como me gustaría que lo hicieran conmigo si se los confiara.
Dejar salir todo esto, Moni, sea que nos pase o que vemos que pasa, tanto la enfermedad misma como las reacciones, todas humanas pero a veces inapropiadas que se generan, es bueno, nos hace bien, nos hace crecer. Animarse a decir lo que le pasa a tu mamá con el cáncer y darle pelea es bueno, Moni. Por eso siempre insisto con que la enfermedad es un padecimiento inevitable que puede sacar lo mejor y lo peor de nosotros. Hay que aprender a quedarse con lo mejor.
Te mando un fuerte abrazo, besos y mucha fuerza!!!
Mil gracias por tus palabras y tu contención!! Un gran abrazo!!!
BorrarHola Fer, te has explayado con tu natural sinceridad y claridad sobre una variedad de temas que dan para comentar; no digo criticar porque si bien hay una manera correcta de hacer las cosas, es difícil no desviarse en el diario vivir y puedo asegurar que soy el menos indicado para arrojar la primera piedra.
ResponderBorrarPara comenzar, se percibe en el grupo de ejercicio al que te refirieras, poco compromiso personal con alguien con quien se compartió algo de tiempo a través de los años. No es una crítica al grupo, tal vez lo sea a un tipo de sociedad que evita el involucramiento y que cada vez es más renuente a acciones solidarias, aún a las que no le requieren ningún esfuerzo.
Tratar de responsabilizar al enfermo, más que un acto cruel e injusto es una forma de defensa, porque avala la falsa creencia que si tenemos una conducta saludable estaremos exentos de enfermedades.
Si bien, “de algo hay que morir” supongo que estadísticamente debe haber costumbres que son más perjudiciales a la salud que otras, aunque tales afirmaciones son válidas únicamente a nivel global y por lo tanto incluyen todas las excepciones que podamos imaginar. Personas con vidas muy poco ordenadas son extraordinariamente longevas y otras, ejemplo de conductas saludables, mueren o enferman en forma prematura.
Pero cuando la desgracia se vive en carne propia, poco sirven las estadísticas, las consideraciones y las explicaciones generales.
No abro juicios juicio respecto al médico que nombraras porque considero que como lo que él está defendiendo es un negocio particular, sus palabras y acciones están alineadas (tal vez inconscientemente) con el resultado de ese negocio.
Celebro tu capacidad de análisis y profundidad de visión, pero por sobre todo, que sos una mujer sincera y comprometida.
Un beso grande
Coincido en que el grupo tiende a relacionarse de manera superficial. Eso sí, James, para los cumpleaños con torta se anotan todas...
BorrarLo de Cormillot es cierto: hay negocio, mucho dinero de por medio y eso ha de haber tenido mucho que ver a la hora de dudar sobre cómo comunicar la enfermedad inocultable. El mensaje de una vida contrasta flagrantemente con el resultado obtenido: ¿cómo sigo vendiendo? Absolutamente. De todos modos, le podía pasar. La gente es cruel e impadiosa, aún más en el caso de Cormillot, que hizo dinero. Lo tildan de resentido porque se sospecha que tenía aspiraciones políticas, como el Dr. Zin...
Te agradezco el concepto positivo que tenés de mi persona: intento ser sincera en esto de pensar en voz alta.
Un beso grande!
No creo que nadie esté exento de padecer cualquier mal,como bien dice Huxley,tanto hemos avanzado...que las enfermedades lo han hecho con nosotros e incluso de manera más rápida,con lo cual,ya tenemos las de perder.
ResponderBorrarMi hermana intermedia, murió hace unos años a consecuencia de un cáncer de pulmón. Se lo diagnosticaron a los treinta y ocho y días después de los treinta y nueve, murió.
Meses duró librando batalla contra una enfermedad que le era ajena y que al no fumar jamás y llevar una vida sanísima, era impensable se le alojase.
Hastiada acabé de explicar que no fumó nunca e ignoraba cómo le pudo suceder esto...
Esta maleza interna, se nos apodera misteriosamente-en realidad está siempre al acecho-sin saber muy bien a qué atenernos frente a ella.
Nunca está de más cuidarse, pero no por ello,estamos a salvo, por duro que resulte asumirlo.
Lo de la gente,qué decir...podemos-me incluyo por si acaso-llegar a ser absolutamente irrespetuosos, crueles e insensibles.
Es este un tema del que aún me cuesta hablar sin que se me anuden la garganta y el corazón.
Besos.
Me comentaba lo mismo una alumna que estudia medicina días pasados. Probablemente se encuentre una cura para el cáncer, pero inevitablemente aparecerán nuevas enfermedades o las que conocemos mutarán. Es una lucha loable pero no tendrá fin.
BorrarLamento lo de tu hermana, tan joven, Marinel. Es justamente el tipo de caso que se me viene a la mente: alguien que vivó sanamente y sin embargo, enferma y tan precozmente. ¿Qué explicación hace falta dar? No es de buena gente andar preguntando, hay que solidarizarse y punto.
Te mando un fuerte abrazo y te agradezco que me confíes esta parte de tu vida, querida Marinel.
Besos!
Es cierto, que en el tema de la salud las cosas no son tan sencillas,cuenta y mucho el factor genético, al ambiental, factores de riesgo que no podemos controlar muchas veces y que se suman en el desencadenante de una enfermedad. Nosotros en Venezuela tuvimos también, el caso del doctor Penzini Fleury, divulgador de los buenos hábitos alimenticios , maratonista y farmacéutico, un día nos quedamos perplejos ante la noticia de su muerte,a consecuencia de un cáncer de médula.
ResponderBorrarSomos servidores de nuestra propia naturaleza, no sus amos, sabias palabras de Paracelso.
Un abrazo, Fer
Estos casos son paradigmáticos. Se puede ser el colmo de la salud, pero la ley de esta vida es que un día eso se termina y si bien la medicina preventiva y los buenos hábitos son importantes y dan una mejor calidad de vida mientras estamos sanos, cuando la naturaleza arrasa con todo o que prolijamente hemos venido haciendo una vida, quedamos perplejos y caemos en la cuenta de nuestra imperfecta y finita naturaleza humana.
BorrarUn abrazo y muchas gracias por tu aporte desde Venezuela, ¡qué gusto!
No estoy de acuerdo con tu punto de vista o al menos no en su totalidad aunque hay verdad en lo que dices. Cuando se dice de alguien con cáncer que es fumador, que bebe o que come muchas grasas etc.. no es por considerarlos responsables de su padecimiento, no. Lo que se busca en realidad es una explicación lógica a una enfermedad que cuando se ceba en personas "a salvo de pecado" parece especialmente caprichosa y cruel.
ResponderBorrarEl cáncer es un criminal y como a cualquier criminal lo que le pedimos es que sus actos delictivos respondan a una razón comprensible y no a un indeterminismo brutal y sin sentido.
Necesitamos pensar que una alimentación sana, dejar de fumar o protegernos de los rayos del sol son una garantía de que la enfermedad pase de largo. Lo necesitamos pensar y por eso es un alivio poder decir: claro fumaba, claro bebía, claro llevaba una mala vida...
Buscamos respuestas plausibles a algo que no entendemos y que sin ellas es especialmente atroz.
Un abrazo.
Es posible que sea una forma más piadosa de verlo, Doc. De todos modos, creo que en estos tiempos más que nunca no nos permitimos aceptar la noción de indeterminismo y el sinsentido a los que haces referencia en relación a cuestiones de salud y enfermedad, y es allí donde encuentro la falla.
BorrarEs como buscar un chivo expiatorio para el mal que es ni más ni menos que la propia víctima. Acordamos en la idea de que la enfermedad es un fenómeno que no entendemos cabalmente, por eso digo que es un misterio que nos supera, y entiendo esta humana necesidad de encontrarle alguna lógica. Pero comentarios tan infundados, insensatos e insensibles me conmocionan. La enfermedad es atroz, de acuerdo, pero también lo es esta forma de reaccionar frente al enfermo.
Un abrazo y gracias.
Hola Fer!
ResponderBorrarYo crero que no hay que enojarse tanto, siempre cuando se escucha de muerta tràjica o ràpida, la gente se desespera por saber que pasó, solo para concluir con "aaaa, a mi no me va a pasar", puesto que a mi no me va a pasar el otro es diferente a mi, porque si me identifico me voy a angustiar y solidarizar. Por supuesto que nadie está excluido de tener cancer de otra cosa ya que todos estamos constantemente expuestos a toxicos medioambientales que son dañinos para la salud quiza se sepa en muchos años y quiza jamàs, ahi es donde la ciencia hace agua. Sin embargo el cigarrillo produce un daño a la salud inmediata, a largo tiempo puede provocar cancer, pero a corto tiempo tambièn reduce la calidad de vida. Pero obvio el enfermo jamás es el culpable hay que ayudarlo y contenerlo, y el fumador es un adicto. En fin, te mando saludos!!
No es enojo, Caro: es vergüenza ajena, indignación, conmoción. La gente siempre murió de cáncer, aún sin tanta toxicidad en el ambiente. También se buscan explicaciones para las adicciones que van desde factores genéticos hasta psicológicos. Ese es el punto: tocamos todos de oído en estas cuestiones, Caro, pero nos creemos capacitados para dar explicaciones que considero ante el hecho consumado están de más. Dejemos que la ciencia se ocupe, aunque como bien decís, muchas veces hace agua: mirá si no el ejemplo de la tiroides de nuestra presidenta...
BorrarSaludos y gracias!
no sè si hace agua, sino mas bien que la gente espera demasiado de la ciencia y se olvida que està hecha por el cerebro humano y tiene limitaciones como tal. Hay muchas preguntas que aùn se escapan y así va a seguir siendo por siempre ya que no hay cerebro humano que pueda saber todo sobre algo. Por eso los médicos le pifian a los diagnósticos, porque no saben todo sobre eso, la ciencia de la medicina es tan grande que no alcanza la vida de ellos para conocerla. Por otro lado es cierto, siempre se trata a los enfermos tan mal, como si se merecieran eso que tienen, y ni te cuento si llegar a cierto estado por no seguir la "regla estricta" que el mèdico le dió.
BorrarEso es precisamente lo que digo en el post, Caro: que nos confrontamos con nuestros propios límites en la lucha loable pero finita e imperfecta contra la enfermedad. Eso quiero decir cuando tal vez use mal la expresión "hacer agua". Errar es humano. No espero que la ciencia sea infalible, no lo puede ser. Pero tampoco me va esta postura de omnipotencia que exhibimos al opinar libremente sin siquiera ser especialistas acerca de por qué se enferma quien enferma.
BorrarGracias por este diálogo, Caro.
Un beso.
¿Fumaba?...No. Trabajaba.
ResponderBorrarSolo de vivir se muere.
El que nunca ha vivido es inmortal, fume o no fume.
¿Acaso es vida la de la salud del cuerpo?
Nos engañan mil veces haciéndonos creer que en el cuerpo está la vida.
Amén.
Besos de un fumador moderado.
Desde luego: vivir te mata, por lo tanto deberíamos prevenir los peligros de vivir y pensar seriamente en las consecuencias de hacerlo en plenitud y disfrutando de lo que la vida nos regala.
ResponderBorrarAsí es como tienes gente que va por la vida tapándose del sol para no contraer cáncer de piel, con barbijo para no aspirar gérmenes, haciendo yoga y meditación para manejar la ansiedad por el riesgo coronario y cerebrovascular del estrés, cuidándose de no tomar helados ni comer cosas sabrosas por el colesterol y la grasa que tapa las arterias, cuyos corazones dejan un buen día de latir como el del resto de los mortales, o aún antes que el de muchos, por otras causas más inverosímiles y por querer eternizarse. Un buen ejemplo es el de Michael Jackson.
Siempre que hablo de estos temas recuerdo a mis abuelos inmigrantes españoles que desde ya no pomgo como ejemplo de nada, pero es lo que conozco. Sus vidas eran vidas sedentarias en términos modernos: cero ejercicio aeróbico y demasiado trabajo. Sus dietas eran a base de pan con manteca, café con leche, empanada gallega, tortilla de patatas con chorizo colorado, fabada y natillas. Y llegaron tres de cuatro a los ochenta años. Claro, al final se enfermaron. Pero no tomaban ni la mitad de la medicación que la generación de sus hijos ha debido tomar a partir de los 50. Misterios de la era de la prevención...
Estoy absolutamente de acuerdo contigo, desde el convencimiento más irracional pero más contundente, de que la vida no está en el cuerpo. Y nadie me convencerá jamás de lo contrario: Amén.
Besos de una ex-fumadora, que a veces todavía extraña el humo.
El discurso universitario como amo,segùn Lacan,va perdiendo espesor,segùn un querido profesor mio.
ResponderBorrarQuiero decir que el cientificismo tiene lìmites que nos hacen ver como seres "finitos",en contraposiciòn a la idea omnipotente de la ciencia de que todo lo puede.
Espectacular tu post.
Lo estaba pensando y vos lo escribiste!
Yo me sometì durante años a la tiranìa de dietas,incluso a Cormillot que me dijo a los 14 años que yo hubiera sido una belleza en el renaciemiento,hijo de p...
Y a mi edad,cuarenta y...estoy mejor que nunca y sin dietas.
Solo disfruto la vida y eso me llena.
Y si quiero comer lo hago sin culpa,y eso no engorda.
Besos!!!
La verdad es que el comentario de Cormillot tuvo tan poco de médico... ¿Se trata entonces de salud o de belleza? Ese es otro límite que se desdibuja mucho en nuestra sociedad y por el que se paga un altísimo precio con salud y con una idea de belleza antinatural, dañina y, en mi criterio, fea.
BorrarMuchas veces lo escuché a Cormillot hablar de "sobrepeso estético": ¿de qué libro de medicina lo sacó? O tenés sobrepeso en términos de salud o estás dentro del rango que se considera saludable. Pero vivimos en Buenos Aires, Argentina: capital mundial del turismo estético...
Me acuerdo de una época en la que incorporaba al programa Cuestión de peso una sección de mujeres que se mostraban en bikini y que se sometían a una breve dieta primaveral para llegar "divinas al verano" porque estaban disconformes con lo que ellas consideraban "gordura". Los obesos del programa, y calculo que mucha gente sensata que lo veía por falta d algo mejor en ese horario, se rascaban la cabeza. Pero no abunda el sentido común y no es precisamente lo que te hace mediático y millonario.
También me da vergüenza ajena lo que me contás de tus padecimientos y esta mentalidad tilinga, superficial y dañina que nos hace infelices a tantos. Hasta que un día algunos afortunadamente crecemos, maduramos, nos asumimos, nos aceptamos como diferentes a las modelos de TV, que no son en general naturales, y logramos acatar la voluntad de la naturaleza también para con nuestra propia imagen corporal.
Buenísimo tu aporte: da para otro post.
Besos y mil gracias por pasar y comentar!