"The very ingredients that nurture love — mutuality, reciprocity, protection, worry, responsibility for the other — are sometimes the very ingredients that stifle desire."
"Los mismos ingredientes
que alimentan al amor, el compañerismo, la reciprocidad, la protección, la capacidad
de confiar en el otro, la preocupación, la responsabilidad, son a veces
exactamente los mismos ingredientes que apagan el deseo."
Esta cita resume el concepto básico
que sustenta una charla de casi veinte minutos de duración dada por Esther
Perel, psicoterapeuta, sexóloga y antropóloga belga que seguramente muchos considerarán
atractiva sexualmente a pesar de — o, más probablemente, gracias a —, la evidente artificialidad estética que
disimula su edad cronológica. Perel, conferencista en Ted Talks New York, investiga
los secretos del deseo sexual y el erotismo en sus expresiones multiculturales
basándose mayormente en sus viajes por el mundo y en su práctica de consultorio
de apoyo a parejas en crisis en Nueva York, ciudad donde reside actualmente. Es además autora del libro Inteligencia Erótica y Mating in Captivity: Reconciling the Erotic and
the Domestic. Me
resultó interesante escucharla por el sentido común que avala todo lo que
afirma en un inglés fluido, que maneja además de otras ocho lenguas. No viene a
decirnos nada nuevo a quienes estamos en relaciones de pareja hace años. Lo que
resulta novedoso e indudablemente efectivo como gancho comercial para vender es
el acuñamiento del término "inteligencia erótica", ya que
estamos más o menos familiarizados con la idea de inteligencias múltiples,
pero ésta no aparecía en la lista que confeccionó el poco erotizante
Howard Gardner, y que hasta podría llegar a considerarse como un
aspecto ligado a la inteligencia interpersonal, aunque el erotismo no implica
necesariamente el trato con otro u otros. Perel insiste en el rol central de la
imaginación y el juego en el deseo, a tal punto que sentencia que el sexo no es
algo que hacemos sino un lugar al cual nos transportamos.
La idea es reconciliar lo que a primera vista parece
irreconciliable: el amor que perdura a través del tiempo, dentro del marco de
la pareja monogámica — especie en extinción según los expertos —, que en
nuestros tiempos convive el doble de años que aquella para la cual el
matrimonio era un pacto económico cuya principal función era la procreación,
con una vida sexual plena y satisfactoria. La pregunta que ella misma
hace e intenta responder es cómo se logra reconciliar estos dos aspectos: el
amor y la realización sexual por años. Como respuesta, da pautas un tanto vagas, que no
contemplan ni la naturaleza del ciclo de la vida ni la realidad de millones de
seres, especialmente la de los habitantes del siglo XXI, en mi humilde entender. Describe
acertadamente lo que sucede con respecto a lo que esperamos quienes nos
embarcamos con amor y pasión en esta aventura actualmente. Cuando decidimos
vivir en pareja es porque buscamos un lugar de pertenencia más allá del hogar
paterno, alguien que nos ofrezca seguridad y respaldo, tanto económica como
afectivamente, un cierto estatus social, permanencia, responsabilidad,
protección, una familia, todo aquello que consideramos y asociamos con la
noción de "hogar". Y al mismo tiempo, sentimos una fuerte
necesidad erótica alimentada por lo que percibimos como la adrenalina de "el
viaje": la aventura, la novedad, el misterio, el riesgo, el peligro,
lo prohibido, la transgresión, todo ese cosquilleo que nos brinda un amante
fogoso, que a su vez es un confidente, un compinche con cierto grado de
atrevimiento sexual que alimenta el erotismo. Pero todo esto lo buscamos en
esa misma persona de la que pedimos familiaridad y estabilidad, con quien
compartimos la cotidianeidad y con quien solemos traer hijos al mundo
("El sexo hace bebés y los bebés destruyen el deseo", dice Perel,
logrando complicidad risueña con su mayormente joven audiencia en un momento de
su exposición). Razones por las cuales el misterio deja de serlo en poco
tiempo y hace que se marchite el deseo sexual, que era un elemento fuerte en
los comienzos de la relación. Es entonces cuando la pareja puede salir en busca
de ayuda profesional como la que Perel ofrece o a comprar sus libros, sintiéndose
disfuncional, como diagnosticarían muchos psicoterapeutas.
El dilema, según ella, reside en
compatibilizar el amor de pareja con una vida sexual satisfactoria
dentro del marco de la monogamia con hijos, aunque ya no tantos como antaño, y
a largo plazo, algo inaudito en la historia de la humanidad. Estos son los
dilemas que nos plantea el amor erótico en nuestros tiempos según esta señora,
donde parece haber una crisis del deseo. Esperamos que la pareja cubra
necesidades de las que antes se encargaba el clan o la aldea. Y sin embargo,
ella insiste en que es posible lograr reconciliar esas dos realidades, la del
sentido de protección y el de aventura que foguea la pasión con una misma pareja. "Amar es tener, mientras que desear es querer",
afirma, y eso implica cierta distancia cómoda desde la que podemos vislumbrar a
nuestra pareja en su propia salsa, fluyendo en su medio y alejado
prudencialmente de nosotros, radiante y vibrante haciendo aquello que como
individuo lo enciende. Y es gracias a esa visión del otro conocido que vemos con
ojos nuevos que el deseo surge o resurge en nosotros. Al ver a quien me resulta
tan familiar bajo la luz de lo novedoso, en ámbitos que no solemos compartir
pero que alimentan su individualidad, dice Perel, nos excitamos: cuando lo
vemos "en escena", en su medio, lleno de autoconfianza y asertividad,
cuando lo vemos en una reunión o en una fiesta siendo requerido y codiciado por
otras u otros, por ejemplo, es cuando logramos ver lo conocido como un misterio
atractivo que deseamos porque sentimos que se ha alejado, que se ha salido del
ámbito de lo que tenemos o de lo que dependemos o necesitamos. "No hay
necesidad en el deseo, hay simplemente un querer poseer al otro sexualmente",
explica. Y al verlo distante, aunque conviva conmigo, me sorprende lo inusual de la
visión y se enciende la pasión. Y cita a Proust para no dejar dudas: "El
misterio no es viajar a lugares nuevos sino mirarlos con ojos nuevos."
Me pregunto para qué tipo de
personas esta disquisición puede llegar a resultarle trascendente en tiempos en los que sentimos que flotamos a la deriva en muchos ámbitos, incluido el sexual. Para los millones que luchan por sobrevivir en un mundo en donde hay
hambre, guerras, crisis de todo tipo, despersonalización y que nos deja solos y desprotegidos
en tantos aspectos, creo que no. Para aquellos que aceptan con madurez el ciclo
natural de la vida, esa explosión hormonal que caracteriza a una etapa que
luego da paso a otra en la que las hormonas se acomodan, si se crece y se
evoluciona adultamente acorde con el calendario, y las prioridades cambian, aún amando a nuestra pareja y manteniendo una intimidad sexual satisfactoria, y
prevalece el compañerismo, el diálogo, la toma de decisiones compartidas con
respecto a lo que esa pareja ha construido por y a través del deseo, me parece
que tampoco. Hay poco espacio para la imaginación y lo lúdico en el mundo
porque así se nos impone la realidad a los ciudadanos de estos tiempos
líquidos, como los describe agudamente el brillante y galardonado sociólogo, filósofo y ensayista polaco Zygmunt
Bauman de 87 años.
No sé qué pensarán ustedes, pero personalmente, después de casi veinte años de compartir mi vida y mi cama con el mismo compañero, el secreto del deseo en nuestra relación se encuentra en la risa cómplice, en su mano sobre mi hombro y sus dedos deslizándose por mi espalda al caminar juntos por la calle, sus caricias tangibles y etéreas, las del alma, sus gestos de caballerosidad amorosa, sus ojos, donde siempre veo al hombre a quien elegí y sigo eligiendo y veo el reflejo de aquella que fui y a quien él eligió y sigue eligiendo, porque me miran desde las profundidades de un amor que ha recorrido un camino intenso, nuestros códigos secretos, que sólo tienen sentido para nosotros susurrados apenas al oído, nuestra historia en común. Contrariamente a lo que afirma Perel sobre los bebés, los hijos que trajimos al mundo me han erotizado profundamente, e intuyo que me han hecho mucho más inteligente eróticamente, aunque la idea de esta inteligencia según su explicación no termina de cuajar para mí. Contrariamente a su opinión de que "Cuidar del otro es un poderoso anti-afrodisíaco", a mí me erotiza cuidar de los míos, porque el erotismo es un océano que se sale de los cauces de la sexualidad e inunda el cuerpo, el amor y la vida toda cuando es vivido en plenitud. La maternidad y la paternidad, sanamente entendidas y ejercidas, sin perverciones que lamentablemente abundan y dañan profundamente, son sumamente erotizantes, en el sentido del erotismo que esta mujer no contempla y que va mucho más allá de la genitalidad a la que ha quedado reducida en este siglo la compleja, rica y cíclica sexualidad humana, a quienes muchos intentan emplear como objeto de estudio para generar aún más insatisfacción con la vida que llevamos y así vendernos soluciones facilistas que no aplican a la individualidad, la marca más distintiva de nuestra especie. Y les digo más: me juego a que simplemente el título de esta entrada atraerá muchísimas más visitas al blog que todo lo que he venido escribiendo últimamente, que tiene mucho más que ver con la realidad de tantos, porque el sexo se ha convertido es un dios que ocupa el vacío que ha dejado ese Otro que ha quedado eclipsado, entendamos la divinidad como sea que la entendamos. Les dejo el video de la charla en inglés con acento francés y subtitulada al español para quien quiera escucharla.
A boca de jarro
No sé qué pensarán ustedes, pero personalmente, después de casi veinte años de compartir mi vida y mi cama con el mismo compañero, el secreto del deseo en nuestra relación se encuentra en la risa cómplice, en su mano sobre mi hombro y sus dedos deslizándose por mi espalda al caminar juntos por la calle, sus caricias tangibles y etéreas, las del alma, sus gestos de caballerosidad amorosa, sus ojos, donde siempre veo al hombre a quien elegí y sigo eligiendo y veo el reflejo de aquella que fui y a quien él eligió y sigue eligiendo, porque me miran desde las profundidades de un amor que ha recorrido un camino intenso, nuestros códigos secretos, que sólo tienen sentido para nosotros susurrados apenas al oído, nuestra historia en común. Contrariamente a lo que afirma Perel sobre los bebés, los hijos que trajimos al mundo me han erotizado profundamente, e intuyo que me han hecho mucho más inteligente eróticamente, aunque la idea de esta inteligencia según su explicación no termina de cuajar para mí. Contrariamente a su opinión de que "Cuidar del otro es un poderoso anti-afrodisíaco", a mí me erotiza cuidar de los míos, porque el erotismo es un océano que se sale de los cauces de la sexualidad e inunda el cuerpo, el amor y la vida toda cuando es vivido en plenitud. La maternidad y la paternidad, sanamente entendidas y ejercidas, sin perverciones que lamentablemente abundan y dañan profundamente, son sumamente erotizantes, en el sentido del erotismo que esta mujer no contempla y que va mucho más allá de la genitalidad a la que ha quedado reducida en este siglo la compleja, rica y cíclica sexualidad humana, a quienes muchos intentan emplear como objeto de estudio para generar aún más insatisfacción con la vida que llevamos y así vendernos soluciones facilistas que no aplican a la individualidad, la marca más distintiva de nuestra especie. Y les digo más: me juego a que simplemente el título de esta entrada atraerá muchísimas más visitas al blog que todo lo que he venido escribiendo últimamente, que tiene mucho más que ver con la realidad de tantos, porque el sexo se ha convertido es un dios que ocupa el vacío que ha dejado ese Otro que ha quedado eclipsado, entendamos la divinidad como sea que la entendamos. Les dejo el video de la charla en inglés con acento francés y subtitulada al español para quien quiera escucharla.
Uf, aunque estoy deacuerdo con esta señora en muchas cosas; hay también un sinfin de matices y tal cantidad de condicionantes según los casos, que me resulta imposible decir que en este tema se puede hablar de una generalidad gloval; así lo que esta señora predica creo que es válido sólo para un determinado grupo de parejas que comparten iguales peculiaridades.
ResponderBorrarEl deseo, desde mi humilde opinión, es perenne, no muda ni desaparece, y tampoco va más allá. LO que modula la obediencia a este es el conjunto de los demás sentimientos que poseemos: amor, integridad, afecto, respeto, etc...
Un abrazo y buen finde.
Ya lo creo que hay matices, estimado Manuel, tantos como parejas en este mundo. Por eso su charla me suena a autoayuda que vende como pan caliente. No puedo tomar demasiado en serio a una señora que habla de inteligencia erótica sin mostrarse al natural: sin tanta tintura, cambios de look, cirugía estética y embellecimiento dental.
BorrarEl erotismo bien entendido comienza por asumir el propio cuerpo tal como es, sin pasar por el quirófano para "mejorarlo" y sin intentar borrar los signos de una vida sexual bien vivida que se refleja también en la valoración positiva de los hijos y del cuidado de la persona que amamos. Ella sólo parece quedarse en la apología de la excitación sexual permanente más que en los frutos del verdadero amor.
Un abrazo y gracias por comentar.
Está buena Esther Perel...
ResponderBorrarVuelvo hoy o mañana y no me vengas a decir que a mí me atrajo el título. La verdad me atrajo, pero igual vengo siempre.
Besos & abrazos
Sí, da con la imagen de la hembra, de la que alguna vez me hablaste.Y sus ideas condicen con ese arquetipo. Veremos qué opinás de lo que dice. Es cierto que vos no venís por el título y sabés que lo valoro mucho.
BorrarBesos!
Yo creo que es razonable lo que dice esta señora, muy razonable, más allá de eso cada persona es un mundo y una pareja, que es la combinación de dos personas, una galaxia.
BorrarMe encantan estos temas y son muy esclarecedoras las cosas que dice la gente que sabe, como la buena de Esther, no obstante a mi exclusivo juicio, el verdadero valor de sus ponencias es el hacernos saber que las diferencias de comportamientos existen, son normales y son comunes. Que no está mal ser de determinada manera, que no todos somos iguales. Trato de explicarme, en esto del sexo, el deseo, la atracción sexual, etc., cada pareja es particular, las hay muy sexuales y las hay pocos sexuales, y en el medio todas las variantes, por lo cual necesariamente van a vivir el sexo de distinta forma; estarán las que festejan los años de casados en un telho y los que preparan una fiesta familiar. El problema está cuando uno de los integrantes quiere y el otro no, solamente ahí hay conflicto, si no, está todo bien. Está también el tema de la edad, a los veinte años “si es mujer, mejor…”, jajjaj, no para tanto, pero algo así, de grandes las hormonas no funcionan igual –por suerte- y eso hace que la libido apunte hacia otros horizontes. Permitime dos ejemplos, que no pretenden ilustrar nada, pero que son divertidos –creo- y sobre todo reales. Ambos se refieren a dos personas bastantes mayores; a uno le dicen “viejo ¿todavía se te para?”, y el tipo contesta “no querido… un problema menos”, el otro es un hombre de unos 68 –ahora- y aún muy “picaflor”, él me decía con un dejo de tristeza, “mis amigos hablan de los nietos, y yo sigo mirando minas”. Yo creo que cierto nivel de deseo no va bien con la edad, desentona, como si vemos a un señor de 80 años con el pelo recontra negro, sin canas.
Coincido que el conocimiento conspira contra las ganas sexuales y lo mismo la confianza y los problemas. El tiempo de conocimiento jode un poco, en ese aspecto, aunque es maravilloso en todos los demás. Hay algo que se cumple en todos los aspectos inexorablemente: “la duración conspira contra la intensidad”.
Un beso grande
Interesante visión, sobre todo porque es una visión muy honesta que viene de un hombre y encima argentino. Que un argentino admita que puede haber y que de hecho hay parejas que no son muy sexuales es casi un milagro. Yo conocí una pareja que se amaba profundamente y que vivenciaban su erotismo a su modo, porque él quedó hemipléjico a los 54 años. ¿Qué consejo le daría esta mina a esta bendita pareja que fue un ejemplo de amor de verdad hasta que la muerte los separó y que tardó trece años en llegar? Ella dice que cuidar del otro es anti-afrodisíaco, mirá vos. Me parece tan superficial todo su discurso, tan líquido, en los términos en los que Bauman describe nuestros vínculos: sin compromiso, sólo por placer y hasta que se nos pase la calentura.
BorrarMe imagino que en conversaciones entre hombres en nuestro país todos la tienen de 25 centímetros, no necesitan viagra y la ponen todos los días tres... Acá mi marido acota a modo de chiste que la ponen todos los días tres: tres de enero, tres de febrero, tres de marzo, pero jamás lo confesarían. Y te manda un saludo, James. Los chistes que me dejás son excelentes, aunque el segundo no es joda, es tal cual.
Gracias, James, por volver y dar tanto de vos en cada aporte!!!
Fer pues esa señora será muy ducha en su materia, cosa que no dudo...pero no estoy de acuerdo con ella, creo que cada pareja es un mundo...
ResponderBorraryo llevo muchos años con marido...y el deseo puede que se haya adaptado al ciclo hormonal propio de la edad, pero aun está ahí...y se disfruta de otro modo menos pasional pero más cómplice...
y la pareja es algo más que sexo, porque si solo fuese eso ¿como llenar el vacío de la horas sin el?...
No pienso leer ese libro aunque se traduzca al español...jejeje...
Un abrazo y feliz semana
Pues no podría estar más de acuerdo contigo y te agradezco la honestidad, Julia querida. Yo tampoco le compro ni le leo el libro a esta señora experta en sábanas, aunque me temo que Inteligencia erótica es una patraña que ya ha sido traducida, quizás a más de un idioma. No te quepa dudas de que se convertirá en best seller. Sigamos pensando en la posibilidad de publicar nuestro propio libro, Julia. Con tantos comentarios y entradas publicadas ya tenemos ambas un buen acopio de material, sobre todo gracias a todo el agua que ha pasado bajo nuestros puentes (lo digo con una connotación sexual implícita, respetuosa y cómplice, entre mujer y mujer ;)).
BorrarGracias, buen fin de fin de semana y comienzo de la próxima y abrazo!
Solo hay una solución para la crisis sexual de la pareja en su convivencia y crianza de los hijos. Imaginación. Imaginación. Es cierto que la convivencia en pareja en la cotidianidad y las complicaciones de los hijos pululando por ahí hacen más difícil mantener la erotización de la pareja, y lo cierto es que pierde en intensidad especialmente cuando llega la adolescencia de los hijos en que estos se hacen visibles a todas horas y en todos los sitios y en cualquier circunstancia. Solo la imaginación puede vadear esta situación de deserotización evidente y cierta. Aunque haya que romper tabúes y abrirse a situaciones no previstas en el guion. Hay que convertir a la compañera sensata, madre de tus hijos, ejemplo de cotidianidad y normalidad en nuevamente en ese objeto oscuro del deseo. ¿Cómo? Buena cuestión, pero hay muchos que no lo logran. Eso es verdad y estoy en líneas generales de acuerdo con esta sexóloga… pero eso no quiere decir que no se pueda quebrar imaginativamente esa situación.
ResponderBorrarEn veinte minutos de charla, ella da sólo un puñado de ideas que me suenan bastante estrambóticas para las parejas con hijos como las que tú describes y que de hecho tenemos. Eso es lo que no termina de cerrar en su exposición, ya que lo que dice acerca de la realidad de la baja del deseo con el tiempo y la rutina no es ninguna novedad y lo admito: en eso tiene razón, chocolate por la noticia. Salirse del libreto suena bien, pero si eso implica que tenga que ir a ver a mi pareja cuando realiza las actividades que lo hacen vibrar como persona para excitarme, como ser "espiarlo" cuando está en su trabajo, haciendo lo que le gusta, o jugando tenis con sus amigos, o ir a una fiesta donde hay gente que se le acercará para celarme e imaginar que están flirteando y así erotizarme, o tendrá que irse más a menudo de viaje para extrañarnos y para que el reencuentro sea "hot", pues no lo veo muy aplicable a la realidad de la mayoría de las parejas normales y satisfechas que conozco. Tal vez se trate de que tenemos sobrevaluado el sexo, que esperamos demasiado de nosotros mismos y del otro, que se ha convertido en un objeto más de consumo, un dios más de nuestro lamentable consumismo que cada vez hace más hondo el vacío de nuestra existencia y a quien hay que rendirle culto por sobre otros principios vinculares muy importantes pero subestimados en nuestros tiempos. O simplemente quizá todo se reduzca a que la intención de esta sexóloga, como la de otras que publican libros que conozco, excepto una, María Luisa Lerer, psicóloga clínica y sexóloga argentina a quien realmente me sirvió leer, es que le compres el libro para obtener aún más recetas, si no salen de tu propia imaginación, para mantener vivo el deseo como cuando éramos veinteañeros, para ser "forever young" en la cama también y sobre todo allí. Por eso digo que hasta el acuñamiento del término "inteligencia erótica" me parece un buen gancho comercial y por eso sí la aplaudo. Se convertirá en un best seller de supermercado muy pronto.
BorrarMuchas gracias por tu opinión y testimonio, Joselu.
No sé si ha salido ya. Probablemente sí. Es un fenómeno curioso los libros de Cincuenta sombras de Grey, ominosos estilísticamente, infumables literariamente, recurrentes y abominables, que han llegado a millones de amas de casa que se han sentido estimuladas. Y lo más curioso es que maridos los están regalando a sus mujeres no sé bien con qué objeto. Tal vez sea precisamente para buscar una erotización de la relación desde otros presupuestos. Probablemente la deserotización se desarrolla porque creemos conocer demasiado a nuestra pareja y ya no nos ofrece distancia o sorpresa, pero ¡tremenda sorpresa, porque nadie conoce a nadie! Y la persona que tenemos a nuestro lado es un misterio, sigue siéndolo, pero nos suscita menos interés, menos pasión, menos atractivo… Tal vez, la erotización sea volver a convertir en desconocida a esa persona que creemos conocer tanto y que ya no nos suscita especial interés. Pero esto es difícil, muy difícil, porque la costumbre nos lleva a la mirada anodina, que no ve.
BorrarEn todo caso, existe una potente industria en internet que te llevan a tener aventuras en tu propia ciudad extraconyugales y sin compromiso, precisamente para lograr aguantar el tedio de la pareja. Eso sí, he conocido a algunos que lo han practicado y no está exento de riesgos. He visto parejas que han acabado precisamente por estas aventuras de internet.
Jamás leería ese libro, ni aún con toda la publicidad que tiene, o precisamente debido a ella. Como afrodisíaco me basta un chocolate, un buen pote de helado o una buena comida con un buen trago. Aunque los libros cumplen su función, ya verás.
BorrarLo de las aventuras extraconyugales, sean por vía virtual o en el plano de lo real son otro asunto que esta sexóloga no contempla, aunque lo que dice da para pensar que no rechazaría la propuesta swinger, también muy de moda en ciertos círculos. Tengo una conocida divorciada que busca citas por internet y siempre termina desilusionada. Se miente mucho, tal vez sin malas intenciones, sino como una forma de presentarse a uno mismo, y bajo el amparo de la virtualidad. Pero resulta que cuando las personas se conocen en el mundo real nada es como lo que la imaginación había fantaseado incitada por lo que se dice y se muestra desde la virtualidad.
Gracias por ampliar y advertirme acerca de las sombras del gris éste. Estoy preparando el material para mis cursos, que arrancan ahora en marzo, y voy a leer The Secret Life of Bees, ( La vida secreta de las abejas), de la norteamericana Sue Monk Kidd. No sé si la habrás leído. Creo que es más para mujeres, aunque viene con buenas recomendaciones. Seguro algo escribiré cuando la termine, e intentaré ver la película homónima del 2008.
Ya ves, Joselu, mi vida está muy alejada de aventuras extramaritales y fiestas swingers. Lo mío es mucho más simple. A la cama cada uno con su libro al fin del día o a la siesta del fin de semana, y cuando nos aburrimos de leer, pues revoleamos el libro y listo. Hay que tener cuidado con los chicos, eso sí. Todo se hace lo mejor que se puede, con amor y a pura intuición.
¿Qué pasa que ya no me dejas ni un saludo de despedida?
¿Acaso también nuestro vínculo bloguero se ha enfriado?
Yo te mando un beso sin ninguna doble intención, que conste ante tu señora esposa. Y sabes muy bien que en eso no bromeo.
Soy de la opinión que si cultiváramos más el amor que el deseo otro orgasmo nos cantaría..
ResponderBorrar(peeeero, cada cual sea feliz como pueda)
Un abrazo
Total y absolutamente de acuerdo contigo, Alson.
BorrarAbrazo y muchas gracias!
Sinceramente mis deseos de información sexual del tipo pedagógico constructivo se pararon tras el deslumbramiento que sentí al leer a aquellas viejas glorias llamadas Master y Johnson con algunas pinceladas de Kinsey y Shere Hite. Aprendí el manual y me llegó. A partir de entonces me muevo en el puro terreno del autodidactismo deebrozando esa selva oscura de las emociones, la intimidad y el deseo como buenamente puedo.
ResponderBorrarDesconfío de los cánones al uso y de las nuevos codigos emocionales permitidos en esta temporada otoño/invierno, ahí primavera/verano. Sobre todo cuando se forman a base de viejos retales recombinados. La sexualidad progresista nacida en los 60 reconducida a las ideas morales de las viejas estructuras burguesas. El deseo ya no es un pecado pero hay que limpiarlo de excrecencias parea que no suene escandaloso.
Coincidimos. Creo que para estos menesteres, como para tantos otros trascendentales y esenciales en nuestras vidas, no hay maestros ni escuela. Es el autodidactismo, como bien lo defines, lo que vale, y el aprender a conectar como mejor podemos con lo que nos hace vibrar a cada uno y a quien tenemos y deseamos por compañera o compañero. Mi escrito destila desconfianza justamente por estos motivos.
BorrarGracias Doc.
Un saludo.
A mi me hizo más efecto Gabo, con "el amor en los tiempos del cólera" que 100 citas con psicoterapeutas que bla, bla bla, mucha palabra pero lo que hay que hacer es sentir.
ResponderBorrarbssooss Fer
Muy cierto: sentir es la clave, dejarse inundar por el sentir, y con tanta intelectulaización y psicologización del tema lo único que se consigue en desconectarnos del sentimiento más básico y natural.
BorrarBssooss, amigo, y muchas gracias!
Hola Fer!!, me deleité (y con eso me quedo) con tu descripción de la forma del amor y del erotismo en tu pareja... si tenes todo eso con tu hombre, con tu gran compañero de la vida, con el padre de tus hijos!!! tenes un gran tesoro!!! Estoy pensando seriamente que tu corazón, ese que unos posteos atrás decía haber perdido el "sol", tiene que mirar mejor a su alrededor y se daría cuenta que el sol lo está envolviendo todos los días!!
ResponderBorrarQué lindo todo lo que escribiste!.
Beso grande y disfrutá de tus bendiciones.
Gracias, Lore. Tenés razón. El sol está ahí todos lo días brillando: son los ojos nublados los que a veces no lo perciben claramente, pero su calor se siente siempre.
BorrarBeso grande y tomo tu consejo, siempre dado con tanta dulzura, para guardármelo en el corazón!
Interesante término: "inteligencia erótica".
ResponderBorrarUn beso María Fernanda
Seguramente venderá mucho, sí, desde ese punto de vista, será muy interesante.
BorrarGracias, Sofya.
Un beso.
He descubierto tu blog desde tu saludo en el de Alson, ahora solo un vistazo rápido me gustarà volver con más tiempo.
ResponderBorrarUn petó,
Serás muy bienvenida. Espero que te guste lo que encuentres en este espacio que realmente adoro.
BorrarUn saludo cordial, Rosa!
P.D. ¿Qué significa "petó"? Disculpa mi ignorancia, por favor.
Y muchas gracias por tu visita y tu comentario.
Discúlpame tu a mi, no se porque pensé que eras de por aquí. Ya he visto que nos bañan mares diferentes, a mi el Mediterráneo en Catalunya y petó en mi lengua materna es beso.
BorrarTambién llevo muchos años compartiendo días y noches con la misma persona y la alegría y desenfado de la juventud a dejado paso a otros muchos matices a otro tipo de erotismo desde la madurez y el pleno conocimiento de la pareja.
Una abraçada (un abrazo) ;-)
Muchas gracias por regresar a dar aún más tetimonio de tu vivencia personal y enriquecedora de un tema sobre el cual resulta complejo teorizar y a enseñarme algo más sobre tu lengua, que no me resulta indiferente, sino que me llega muy hondo, porque amo a tu tierra, a su gente y, desde luego, al Nano Serrat. Y adoro vivir para aprender, sobre todo si de lenguas se trata.
BorrarUna abraçada y un petó, Rosa ;)!!!
Una entrada espléndida, muy bien armada y muy interesante. Me ha encantado. Descubrí a Howard Gardner a través de los documentales de Eduardo Punset y su trabajo me parece espléndido.
ResponderBorrarYo también creo que lo importante es sentir y dejarse llevar.
PD: Por cierto: petó significa beso en catalán ;)
Me alegro de que te haya gustado el planteo del tema y de que coincidamos. Eres muy bienvenido. Y gracias por aclararme el significado de algo tan dulce en la bella lengua de uno de mis cantautores y poetas favoritos, el Nano Serrat.
BorrarPetó entonces, y muchísimas gracias por la visita y el comentario!
Bueno yo es que tengo dos preguntas... pero para la conferenciante. Si hubiese estado presente se las hubiera hecho, supongo que ante el abucheo general. Vamos con la primera:
ResponderBorrar"señora Perel, siendo como soy un básico ejemplo de comportamiento sexual y como no alcanzo a determinadas sutilezas inteligencias ni emocionales ni sexuales sino que me guío por instintos primarios, dígame ¿como es posible que pese a todos sus estudiados movimientos de melena, su sonrisa prefabricada, sus aparentemente irresistibles miradas pícaras, su contínuo contoneo y su forma de apartarse el pelo de la cara, no me despierte usted ningún apetito ni deso sexual, como es posible, cuando está claro que su conferencia se basa más en la seducción de la conferenciante que en las erroneas tesis que expone?
Como supongo que aperlará a que estamos ante una tesis basada en el intelecto y la reflexión sobre la sexualidad y las emociones y no ante zafios comentarios de bar de carretera le tengo preparada una segunda pregunta.
¿se basa usted en el conocimiento empírico o elabora sus tesis a la luz de una vela apagada? Me inclino por esta segunda opción. Esta conferencia es como tratar de explicar la fé a través de fórmulas matemáticas. Es imposible.
Sin embargo Fer, tu aproximación al contacto amoroso y al deseo prolongado más allá de los hijos, si me convence. Absolutamente. Igual es debido a que hay mucho sentimiento detrás cuando lo expones. Bravo por ti.
Lo de y definir el deseo, la emoción, el afecto y los años y meterlo todo en compartimentos estancos como hace la conferenciante es tener muy poco conocimiento de lo complejo de la naturaleza humana. Señora, una misma caricia puede ser a la vez afectuosa y tener un componente erótico, y trazar la línea no es ni conveniente ni necesario. Ambas manos que se rozan lo saben muy bien. Y ese tacto especial no se puede razonar en una conferencia. Es único e irrepetible. La próxima caricia será nueva y distinta. Un abrazo
Tu comentario es simplemente magistral, querido Víctor. No tengo absolutamente nada que agregar. Deberías haber escrito esta entrada tú sin todo el sentimentalismo con que la he rociado por ser mujer y no poder permitirme decir que esta otra mujer en primer lugar me cae mal porque lo que está haciendo es mostrando cuán artificialmente "bonita" es, cuán sexy y experta en la cama es ella, cuán buena amante. Sonaría pacato o como una observación de una madre deslucida y frígida, llena de envidia ante los placeres que se pierde por llevar una vida de familia simple y no andarse con tanta vuelta a la hora de hacer el amor. Ya el hecho de hablar de "hacer el amor", cosa que ella jamás menciona en su pobre exposición del tema, a la que tampoco le veo sustento, suena anticuado y aburrido.Demasiado sólido para nuestros tiempos líquidos. Por eso elegí imágenes de rostros, porque hay rostros que dicen más que mil palabras, como el de Perel y el de Bauman.
ResponderBorrarTe agradezco enormemente el lúcido aporte y te mando un abrazo.
Sólo en una cuestión estoy de acuerdo con la señora Perel, en eso de que en el deseo es muy importante la imaginación y el juego. Y me gusta lo de que "el sexo no es algo que hacemos sino un lugar al cual nos transportamos". Aunque ese lugar esté dentro de nuestra mente.
ResponderBorrarPero en todo lo demás, estoy de acuerdo contigo, Fer. Sobre todo cuando nos cuentas lo siguiente: "...personalmente, después de casi veinte años de compartir mi vida y mi cama con el mismo compañero, el secreto del deseo en nuestra relación se encuentra en la risa cómplice, en su mano sobre mi hombro y sus dedos deslizándose por mi espalda al caminar juntos por la calle, sus caricias tangibles y etéreas, las del alma, sus gestos de caballerosidad amorosa, sus ojos, donde siempre veo al hombre a quien elegí y sigo eligiendo y veo el reflejo de aquella que fui y a quien él eligió y sigue eligiendo, porque me miran desde las profundidades de un amor que ha recorrido un camino intenso, nuestros códigos secretos, que sólo tienen sentido para nosotros susurrados apenas al oído, nuestra historia en común". Lo cual contradice las teorías de Perel.
Gracias por esta entrada, amiga. Un abrazo.
Nada que agradecer. Te anuncio, y espero que no te moleste, estimado y respetado Antonio, que, a menos que no estés de acuerdo, me gustaría mucho citar una idea que comparto de tu última reflexión, acreditando la fuente, desde ya, en mi próximo escrito, para terminar de reflexionar sobre éste y otros temas que vengo desarrollando.
BorrarGracias por dejar aquí tu huella.
Un fuerte abrazo.
Mi querida Fer!!!!
ResponderBorrarBueno, en estos temas no estoy muy puesta y no he leído nada sobre ello, es la primera vez que escucho el nombre de esta señora y solo puedo hablar de mi experiencia personal, que tampoco va a ninguna parte, jaja,o sea que este comentario puedes llevarlo directamente a la basura.
Me gusta cómo lo has expuesto Fer, yo creo que dentro de un matrimonio o de la convivencia de una pareja, que están juntos muchos años, hay tiempo para todo, para el deseo, el éxtasis, la complicidad, el sexo, la imaginación...puede que con los años nos acomodemos, donde antes regía el deseo sexual ahora se acomoda tranquilamente el sofá y estar juntos tapados con la manta, jaja, es cierto, pero es muy bonito, que después de tantos años, baste con una mirada para comprender lo que quiere tu pareja, esos guiños de complicidad, como tú dices esa mano que te pasa por la espalda, el cuidar el uno del otro, no hay nada mejor, compaginar todo, el deseo inicial con el compañerismo, con la confianza, con el amor...no nos olvidemos del amor, no es fácil ni creo que conveniente (cosas de la edad, jaja).
De todas formas cada pareja es un mundo, y la imaginación es libre...la intensidad, la fogosidad...se apaga, para encender, el afecto, el cariño, la comprensión, el respeto y la confianza, aunque puede que no siempre ocurra así, a veces quedan ascuas que se pueden reavivar de distintas maneras, diferentes deseos que se transforman en nuevas ilusiones inofensivas pero que crean nuevas chispas.
Es igual, no sé si me comprendes, es que no sé explicarme.
Lo dicho este comentario no sirve, para nada, jaja.
Pero te doy un abrazo que sí es lo más importante de todo esto.
Cuídate mucho, por favor!!!!
Te comprendo perfectamente, querida Estrella, y creo que tu aporte sirve y reivindica la naturaleza cíclica y multidimensional de la convivencia de una pareja, sobre la cual no se puede ni se debe hacer simplificaciones o intentar vender fórmulas mágicas que reaviven la llama del deseo, que, según esta señora, se apaga cuando llegan los hijos.
BorrarMuy poco se habla de la sexualidad en la vejez, por ejemplo, cuando los hijos se han ido, cuando ya no hay riesgos de embarazos no deseados y se tiene más tiempo y privacidad. Se piensa que el envejecimiento atenta contra el deseo y la potencia sexual, que eso está reservado para la juventud, y estas son las ideas más nocivas que atentan contra la vivencia plena del sexo en parejas de larga duración. Por supuesto, como todo en los vínculos, lo sexual va pasando diferentes etapas, mutando, pero insisto, hay muy poca bibliografía o testimonio de la sexualidad en la vejez y esta señora se dirige a un público paradójicamente joven, que no debería necesitar recetas afrodisíacas para encender la llama.
Tal vez gente madura, bien plantada y asumida en la belleza de la autenticidad de sus arrugas, de sus canas y de su piel plegada, a diferencia de esta estirada sexóloga, cuya intención parece ser calentar calzones y disimular su verdadera edad para no pecar de vieja poco deseable, esa gente debería ser la que nos contara cuánto gozan lo que hacen, sin describir los pormenores íntimos particulares de cada pareja, ni cuantificarlo, ni compararlo con lo que hacían a los 20 o los 30, porque todo cambia. Por ende, es natural que el sexo también se transforme. Aunque insisto, creo que para ésto no hay recetas ni maestros más sabios que nuestros propios instintos. A propósito, caí en la cuenta que Perel tiene un aire a Sharon Stone, la de "Bajos Instintos", ¿recuerdas? Y yo que soy muy mal pensada, creo que no es casual.
Muchas gracias, Estrella amorosa.
Un abrazo y cuídate tú también!!!
Gracias cariño por comprenderme, y tienes razón, no existe una fórmula específica para el deseo y el sexo en pareja, cada uno tiene la suya personal, además como bien dices, con el paso de los años también existe ese tipo de relación sin el peligro de quedarse embarazada,cuando los hijos ya se han ido del hogar y se tiene más privacidad, entonces la complicidad y el cariño lo llena todo al hacer el amor.
BorrarLe da un aire a Sharon Stone, es cierto, pero me gusta más la actriz, por cierto a esta buena señora se le olvidó pasar por la peluquería, para tintarse esa raya que delata sus canas, antes de dar esa conferencia,jajaja!!, uy!!!! perdón...qué mala que soy, jajaja!!!!
Un beso y que tengas un buen domingo, preciosa!!!!
Como todo en esta vida, necesita sustento, alimentarlo a conciencia, todos los dias.
ResponderBorrarCuidarlo, el esmero, la paciencia... como quien limpia su cada para sentirse cómodo y aparta el polvo absorbiéndolo como una esponja.
El amor, la amistad... todo necesita cuidados, porque si no, como bien dices en la frase acabará por destruir lo que ha creado.
Besos mediterráneos.
Besos y gracias, Gala!
BorrarHola Mafer, me gusta tu exposición, y las personas antiguamente no necesitaban de tantas cosas que nos ofrece el mercado actual (en este caso: técnicas de sexología para salvar matrimonios). Justo hoy estaba escribiendo un párrafo de una novela, en la que abordo el tema de una hija no premeditada y que sería una de las causas por las que pierde brillo el amor inicial que tuvo la pareja. Pero tus argumentos salen del alma y se muestran hermosos, valederos, que puestos en la balanza con los de Perel, la dejas desvalida. Por ello tendré que replantearme la estrofa a la que aludo.Abrazos
ResponderBorrarHola, Alejandra. Te agradezco tus palabras. De todas formas, no creo que debas replantearte nada con respecto a los personajes de tu novela. Los individuos somos cada uno un universo diferente, mas aun en la ficción. Yo, en este caso, hablo desde mi individualidad y la unicidad de la pareja que construimos los dos que la conformamos hasta el día de hoy. Creo que los "errores" en los que se puede llegar a caer es el dejarse influir por esas estadísticas. Muchas veces la realidad escapa a los datos estadísticos y nos depara gratas sorpresas, sobre todo en el amor.
Borrar¡Muchas gracias por la lectura y el comentario, y adelante con tu proyecto!
Un abrazo.
Fer
Comparto lo que la antropóloga Helen Fisher dijo sobre el amor romántico: "Todo es química. Cada vez que producimos un pensamiento, o tenemos una motivación, o experimentamos una emoción, siempre se trata de química. Sin embargo, se pueden conocer todos y cada uno de los ingredientes de un pastel de chocolate, pero todavía nos gusta sentarnos y comerlo".
ResponderBorrarTú, sí que sabes escribir. Felicidades.
Brillante acotación la de Helen Fisher. Todo un pastel de chocolate ;)!
BorrarMuchas gracias por tus cálidas palabras, por la lectura y la presencia, Marybel.
Un fuerte abrazo.
Fer