Anduve visitando librerías estos últimos días, buscando libros para enviarles a mis sobrinos patagónicos y averiguando sobre los de Alice Munro para adquirir algún ejemplar para mí. Me resulta inevitable, antes de ingresar a estas boutiques de libros porteñas, pararme frente a la vidriera para echar un vistazo a lo que allí se exhibe y, sobre todo, a los precios, que cada día espantan más por acá. Ha sido una experiencia muy interesante ya que me ha llevado a descubrir personajes muy dignos de conocer y a aprender de ellos.
La primera vez fui de corrida a una librería que abrió no hace mucho en mi barrio. Buscaba libros para colorear y clásicos de la literatura infantil. Encontré lo que buscaba rápidamente y a un precio razonable, tomando en cuenta que para un niño un libro es un juguete más que un objeto de culto, como lo es para mí. Mis sobrinos, como lo hicieron mis hijos, harán sus dibujos sobre los ilustraciones impresas, su madre les leerá el breve texto a pie de página, y terminarán destrozados, libro y madre, porque los dibujos llegarán a las paredes y los libros perecerán todos pisoteados sobre el piso, indefectiblemente.
Al cerrar la operación en caja, no puedo evitar entablar conversación con el librero. Tiene un ejemplar de Alejandro Casona sobre el mostrador, junto a su atado de cigarrillos y su encendedor plástico. Estaba marcado con un señalador vistoso, y aún parada de frente y viendo el título al revés, reconocí el ejemplar que leí en mi adolescencia: Prohibido suicidarse en primavera, una pieza de teatro de la que guardo el recuerdo de los versos de Santa Teresa que la encabezan:
"Ven, Muerte, tan escondida
que no te sienta venir
porque el placer de morir
no me vuelva a dar la vida".
Cualquier lector que esté leyendo semejante clásico de la literatura española en plena primavera porteña merece conversación. Nos ponemos a intercambiar opiniones, le pregunto el precio del ejemplar de Casona y luego no puedo con la indignación que me brota. Todos los libros expuestos en la vidriera salen por lo menos el doble, y ninguno de sus autores le llega ni a los talones a Casona. Pero así es la industria del libro, aquí y en todo el mundo. Coincidimos en que algunos de los libros más vendidos deben ser escritos por escritores fantasmas. Somos así de desconfiados los porteños para estas cosas: defecto de bicho orillero. Extiende el brazo a un estante más alto, saca a relucir un bello y breve libro de su autoría y me deja sin habla, porque caigo en la cuenta de que estoy hablando con un escritor. Le confieso mi afición por escribir y nos entendemos. Pero me voy descorazonada del local. Es una pena que tanto escritor aficionado e ignoto, aunque talentoso, no logre traspasar la barrera de los cien ejemplares que paga por publicar y que termina repartiendo entre amigos y familiares.
Días más tarde, voy a la calle Corrientes por trabajo. Reincido en varias librerías, ahora en franca cacería de algún ejemplar de Alice Munro. No hay caso: todo agotado. Ya sobre la hora de ir a hacer lo que tenía que hacer, entro a un local que sólo tiene buenos autores en la vidriera, como suele suceder en las vinerías, donde se exhiben los buenos vinos y licores para enganchar al cliente. Sin tiempo que perder, me mando directo al señor librero. Lo mismo: no queda ninguno, entrarán con la próxima tanda de importación. Pregunto para orientarme, y nuevamente me sorprende la respuesta del experto en la materia:
- "Yo leí ocho títulos de Munro. Es una narradora excelente. Pero se los llevaron todos cuando le dieron el Nobel."
Es por lo menos interesante analizar el efecto post Nobel en el boom de ventas de un buen autor, en este caso una escritora prolífica definida como "la maestra del relato breve contemporáneo" y "la Chéjov canadiense". Pero a mí Alice Munro me interesa, más que por ser buena escritora y Nobel, por el hecho de que se trata de una ama de casa que se dedicaba a escribir tanto como a limpiar, cocinar y maternar, y aún así llegó a trascender en su aventura en las letras.
La Revista Ñ publicó varias notas sobre esta escritora canadiense y extraigo algunos datos que me resultan inspiradores:
"En una entrevista que concedió al New Yorker, la escritora canadiense Alice Munro dijo: “Durante años y años pensé que mis relatos sólo eran tentativas para escribir la Gran Novela, pero descubrí que lo mío eran las narraciones breves”. La circunstancia doméstica que la llevó a ajustar la extensión de sus escritos a la duración de las siestas de sus hijas no le impidió convertirse en una de las más grandes escritoras en lengua inglesa –autora de doce colecciones de cuentos y una novela–, varias veces candidata al Nobel."
En mayo de este año, Alice Munro anunció que dejaba de escribir para dejar de sufrir con las siguientes palabras, que tomo de la misma fuente en otra de sus entregas:
“Me siento un poco cansada, pero agradablemente. Tengo una sensación agradable de ser como cualquier otra persona”, le dijo a The New York Times. Agregó, sin embargo: “También significa que me he quedado sin la cosa más importante en mi vida. No la cosa más importante. La cosa más importante era mi marido, y ahora se han ido los dos.
(...)
Sobre su computadora, en su departamento en Nueva York pegó un Post-It que decía: “La lucha con escribir se ha terminado.” En una entrevista, también con The New York Times, dijo: “Miro ese apunte toda las mañanas y me da una gran fortaleza.”
Es un éxito escribir y llevar una vida normal paralela, es un éxito sentirse como cualquier otra persona siendo premiada y alabada a nivel mundial, el no terminar en la hoguera de las vanidades del escaparatismo y del cholulismo de los medios que indagan sobre los detalles íntimos de la vida de un escritor para convertirlo en un producto masivo, y es un gran éxito no terminar publicando sólo para satisfacer las demandas del mercado. Por algo Salinger pasó a la historia con una sola novela.
Le confieso a este librero, fanático de la Munro, tanto como yo lo soy de Salinger, que la quiero leer porque soy una ama de casa con el sueño de escribir, sueño que me quita horas de sueño, y que deseo aprender de su técnica. Circunspecto, categórico y contundente, como todo buen porteño, el librero me mira por encima de sus anteojos y declara:
-"La técnica no se aprende. Eso se trae de fábrica."
Los otros días me encontré con una frase hecha, de esas que circulan por todos lados en las redes, de autor desconocido y sacada de todo contexto, que hacía referencia al "éxito" y a la envidia y la crítica que despierta en los demás por "haber llegado a algo". Y cuestiono estas frases hechas, porque las he oído mil veces en boca de seres que deberían alentar los sueños y los proyectos personales de quienes aman, ya que el éxito no reside en llegar a ningún lado ni en despertar la envidia de nadie. El éxito pasa por concretar esos sueños más allá de lo que suceda, más allá de ser criticado o alabado, recompensado por la sociedad de consumo o totalmente ignorado por ella. El éxito no pasa por figurar en las vidrieras de las boutiques de libros: pasa por hacer realidad un anhelo personal en medio del cuestionamiento del valor de ese hecho en pos de su trascendencia para uno mismo y el crecimiento personal que conlleva, desde las trincheras de una cocina doméstica, entre ollas y cucharas, en medio de la limpieza cotidiana - tal como escribo esta reflexión poco exitosa para lo que el mundo considera "éxito"-, ajustándose a los tiempos de lo que resulta prioritario para cada ser humano en particular, como lo ha hecho Alice Munro y tantos otros cuyos nombres jamás figurarán en los escaparates de las boutiques de libros.
A boca de jarro
Días más tarde, voy a la calle Corrientes por trabajo. Reincido en varias librerías, ahora en franca cacería de algún ejemplar de Alice Munro. No hay caso: todo agotado. Ya sobre la hora de ir a hacer lo que tenía que hacer, entro a un local que sólo tiene buenos autores en la vidriera, como suele suceder en las vinerías, donde se exhiben los buenos vinos y licores para enganchar al cliente. Sin tiempo que perder, me mando directo al señor librero. Lo mismo: no queda ninguno, entrarán con la próxima tanda de importación. Pregunto para orientarme, y nuevamente me sorprende la respuesta del experto en la materia:
- "Yo leí ocho títulos de Munro. Es una narradora excelente. Pero se los llevaron todos cuando le dieron el Nobel."
Es por lo menos interesante analizar el efecto post Nobel en el boom de ventas de un buen autor, en este caso una escritora prolífica definida como "la maestra del relato breve contemporáneo" y "la Chéjov canadiense". Pero a mí Alice Munro me interesa, más que por ser buena escritora y Nobel, por el hecho de que se trata de una ama de casa que se dedicaba a escribir tanto como a limpiar, cocinar y maternar, y aún así llegó a trascender en su aventura en las letras.
La Revista Ñ publicó varias notas sobre esta escritora canadiense y extraigo algunos datos que me resultan inspiradores:
"En una entrevista que concedió al New Yorker, la escritora canadiense Alice Munro dijo: “Durante años y años pensé que mis relatos sólo eran tentativas para escribir la Gran Novela, pero descubrí que lo mío eran las narraciones breves”. La circunstancia doméstica que la llevó a ajustar la extensión de sus escritos a la duración de las siestas de sus hijas no le impidió convertirse en una de las más grandes escritoras en lengua inglesa –autora de doce colecciones de cuentos y una novela–, varias veces candidata al Nobel."
En mayo de este año, Alice Munro anunció que dejaba de escribir para dejar de sufrir con las siguientes palabras, que tomo de la misma fuente en otra de sus entregas:
“Me siento un poco cansada, pero agradablemente. Tengo una sensación agradable de ser como cualquier otra persona”, le dijo a The New York Times. Agregó, sin embargo: “También significa que me he quedado sin la cosa más importante en mi vida. No la cosa más importante. La cosa más importante era mi marido, y ahora se han ido los dos.
(...)
Sobre su computadora, en su departamento en Nueva York pegó un Post-It que decía: “La lucha con escribir se ha terminado.” En una entrevista, también con The New York Times, dijo: “Miro ese apunte toda las mañanas y me da una gran fortaleza.”
Es un éxito escribir y llevar una vida normal paralela, es un éxito sentirse como cualquier otra persona siendo premiada y alabada a nivel mundial, el no terminar en la hoguera de las vanidades del escaparatismo y del cholulismo de los medios que indagan sobre los detalles íntimos de la vida de un escritor para convertirlo en un producto masivo, y es un gran éxito no terminar publicando sólo para satisfacer las demandas del mercado. Por algo Salinger pasó a la historia con una sola novela.
Le confieso a este librero, fanático de la Munro, tanto como yo lo soy de Salinger, que la quiero leer porque soy una ama de casa con el sueño de escribir, sueño que me quita horas de sueño, y que deseo aprender de su técnica. Circunspecto, categórico y contundente, como todo buen porteño, el librero me mira por encima de sus anteojos y declara:
-"La técnica no se aprende. Eso se trae de fábrica."
Los otros días me encontré con una frase hecha, de esas que circulan por todos lados en las redes, de autor desconocido y sacada de todo contexto, que hacía referencia al "éxito" y a la envidia y la crítica que despierta en los demás por "haber llegado a algo". Y cuestiono estas frases hechas, porque las he oído mil veces en boca de seres que deberían alentar los sueños y los proyectos personales de quienes aman, ya que el éxito no reside en llegar a ningún lado ni en despertar la envidia de nadie. El éxito pasa por concretar esos sueños más allá de lo que suceda, más allá de ser criticado o alabado, recompensado por la sociedad de consumo o totalmente ignorado por ella. El éxito no pasa por figurar en las vidrieras de las boutiques de libros: pasa por hacer realidad un anhelo personal en medio del cuestionamiento del valor de ese hecho en pos de su trascendencia para uno mismo y el crecimiento personal que conlleva, desde las trincheras de una cocina doméstica, entre ollas y cucharas, en medio de la limpieza cotidiana - tal como escribo esta reflexión poco exitosa para lo que el mundo considera "éxito"-, ajustándose a los tiempos de lo que resulta prioritario para cada ser humano en particular, como lo ha hecho Alice Munro y tantos otros cuyos nombres jamás figurarán en los escaparates de las boutiques de libros.
A boca de jarro
Escritores, pintores, fotografos, y muchos otros artistas nunca seran un "exito" pero siguen desarrollandose y creciendo. Creo que siempre sera necesario expresar nuestra vision y desarollar nuestro lado mas creativo.
ResponderBorrarMuchas gracias por la deferencia de dejar un comentario, Eduardo. Yo humildemente creo que ya somos un éxito al desarrollarnos y al crecer a través de nuestro arte y al expresar nuestra visión y creatividad sin esperar más recompensa que el placer de compartir eso que hacemos con quien tiene a bien recibirlo, como me sucede a mí contigo.
BorrarUn abrazo y a seguir viajando, fotografiando, escribiendo y compartiendo ;)!
Fer
No sé si te lo he comentado alguna vez, pero soy escritor, principalmente de poesía. No obstante escribir requiere un esfuerzo titánico, y si es para vivir de ello supone además hacerlo sujeto a mil cadenas: Una forma demasiado dura de ganarse la vida.
ResponderBorrarEl éxito.., el éxito consiste en conseguir vivir la vida justo en la forma que siempre la has querido vivir. No creo que exista nada más sencillo, ni más complicado a un tiempo.
Me encantaría leer tus versos, Manuel. No deja de sorprenderme la cantidad de personas que me confiesa que tiene una afición artística que no comparte. Eso nos pasa cuando nos hacemos adultos: de niños, todos somos artistas sin ninguna vergüenza. Los adultos hacemos difícil todo lo sencillo...
BorrarSé cuánto trabajo da esto de escribir. Y de vivir de esto, ni que pensarlo...
Tu definición de éxito es perfecta, mi estimado Desastre manifiesto: ¡adhiero 100%!
Gracias por tu presencia de siempre y un fuerte abrazo, Manuel!
Fer
Consciente.
BorrarNo estoy hecho de valor.
De despojos me sustento
sin encontrar en mí aliento
ni remedio sanador.
A los buitres me brindo.
¡Vedlos mi carne arrancar!
que alma no van a enontrar
pues mi cuerpo yermo rindo.
¿Para qué sirve vivir?
No tiene razón alguna
mi vida desde la cuna
que el nacer para morir.
Es lo malo instintivo.
¿Que daño puede infligir
por más hecerme sufrir
el recuerdo de estar vivo?
Desolación
Cuanto tenía se fue,
¿Por qué ha de volver?
El presente ya pasado
en este verso se queda
y, condición de su ser,
el futuro nunca llega.
¿Si condenada la alma es
a ocupar tiempo cualquiera
y veo que los tres tiempos
en mi vida son quimera?...
¿Donde voy, donde me ubico
si ningún sitio me queda?
.................................................
.................................................
Errante en la noche oscura,
perdida en la fría niebla
va la triste alma desnuda
a la que nadie consuela.
Y aquí te dejo más: http://piratademilmares.blogspot.com.es/search/label/poesías
http://piratademilmares.blogspot.com.es/search/label/cousas de crios e mozos
Canción del corsario.
BorrarI
Bravo hijo soy del viento,
corsario curtido en sal
de espléndido sentimiento
si muy fiero más cabal.
No busco presa cualquiera
ni mil riquezas sin par;
que es tan sólo una quimera:
en libertad navegar.
Aún me niega la patente
quien en celda me quisiera;
mas no es nacido el valiente
que a mi caza se atreviera.
Me tildan de traicionero,
tanto lo soy como el mar
que al rüin filibustero
harto está ya de avisar.
Río yo de la Inglaterra,
del mar dueña quiere ser;
me declare eterna guerra
que eterna la he vencer.
Mas error tuve muy cierto,
que aún lo estoy a pagar:
dejé mi jabeque en puerto,
por otras mieles probar.
Y fue espíritu tan noble
en busca de la deidad,
lo mismo que en fuego roble
abrasado sin piedad.
Cual Ave Fénix huí
de aquella llama voraz;
en mi jabeque partí
rumbo a la mar y su paz.
II
El odio la consumía
-Verme adentrar en la mar-
Y al diablo juró un día
no morir sin me colgar.
Su cristal me ha cortado,
mas sin poderme envenenar...
Por tanto mar navegado
tanto vos puedo contar:
De Medusa pasé al lado
de hito en hito el mirar;
no fui yo petrificado,
¡sí, ella se pudo helar!
Hidra lanzó sus cabezas
buscándome acongojar;
de cada tres hice trenzas,
mansa la pude peinar.
¿Quién amazonas mandó
a de mí se deshacer?
No hubo lucha que bastó
la arrogancia de mi ser.
Siento en mi frente la espada
que pende sobre el poder;
y río yo a carcajadas
viendo a Damocles correr.
No inicie nadie aventura
en darme captura en mi mar.
Venga en popa que me apura
darle castigo ejemplar.
En mi jabeque partí,
rumbo a la mar y su paz...
Me dejas absolutamente maravillada, mi estimado Manuel. Escribir poesía es lo más difícil en el arte de escribir y tú lo haces de manera galana y fluida. Mis congratulaciones. Pasaré a visitar a esos Piratas de mil mares en breve.
BorrarUn honor el que hayas tenido la deferencia de compartir tus bellos versos conmigo en este jarro: te agradezco profundamente.
Te mando un abrazo, poeta!
Fer
Los Rolón, Paluch, Bonelli, Brown incluyendo la Christie fueron y son máquinas de publicar lectura de superficie. Lo inaceptable es que coticen más alto que Unamuno y Borges, en otros rubros el talento es más objetivamente establecido y un buen malbec mendocino sale más que una berretada en tetra brick. El marketing ha logrado transformar en productos exitosos a figuras mediáticas carentes de ideas y talento pero con equipos de cautivar ingenuos. Para los que afirman que los números de ventas hablan por sí solos les contrapongo la frase del genial Unamuno "El talento no está sujeto a comicio".
ResponderBorrarComo buen porteño, bicho orillero y compañero de ruta, sos desconfiado, crítico, agudo, contundente y a boca de jarro. Los mandaste a varios al frente con nombre y apellido, aunque te quedaste corto, justo la vez que yo no me jugué dando ningún nombre porque estoy harta de que se me vengan a la yugular cuando lo hago. Impecable la cita Unamuno, en todo sentido. Unamuno es un grande de todos los tiempos, Javier. Por eso habita nuestra biblioteca en edición de cuero rojo ;)!
BorrarMuchas gracias por el apoyo incondicional, por creer en mí y besos desde el jarro también ;)!
Fer
...El éxito pasa por hacer realidad un anhelo personal en medio del cuestionamiento del valor de ese hecho en pos de su trascendencia para uno mismo y el crecimiento personal que conlleva...
ResponderBorrarY dice él :
La técnica no se aprende. Eso se trae de fábrica.
Fer, aprender de ti y contigo llena mi ser.
Besos muchos ♥♥♥
Y tú le das sentido a mi ser, Teresa. El tuyo es el único comentario que tengo fuerza para responder hoy, pero quiero que sepas que puedes contar conmigo siempre, que yo aprendo de ti mucho más de lo que puedo enseñarte, que estoy para acompañarte y para sentirme acompañada. Es todo un ida y vuelta que hace de nuestro paso por la vida un éxito trascendental, aunque pocos se enteran ;)!!!
BorrarMuchos besos para ti y los tuyos de ♥ a ♥!
Fer
Entrada muy ilustrativa Fer, siempre buscando aprender, eres admirable. Debieras publicar porque tienes un estilo muy consecuente y no pierdes el hilo, cuando tienes una historia que contar.
ResponderBorrarun bsazo.
Muchas gracias, amigo Spaghetti. Tú eres un gran éxito admirable y te he dicho a ti también, en más de una oportunidad, que eres absolutamente publicable ;)!
BorrarBsazo!
Fer
Desde luego que merezco una reprimenda...que olvidada te tenía...Y solo puedo decir que yo melo he perdido, aunque iré recuperando. En ocasiones falta tiempo...no ganas.
ResponderBorrarA mi eso de la maestra del relato breve y sobretodo lo de la "Chejov canadiense" me da una risa que no puedo reprimir...Me parece una forma como cualquier otra de etiquetar lo que no debe ser etiquetado. Y además no lo comparto. Ni una cosa ni la otra. Conste que me parece una buena escritora, pero hasta ahí.
Por lo demás el hecho de que sea una ama de casa con sus labores seguro que le habrá aportado mucho en su capacidad de observación, que la tiene...Está bien lo de indagar en las librerías. Mis mejores deseos y un abrazo.
No mereces ninguna reprimenda, mi querido Víctor, es sólo que extraño tus aportes a mis reflexiones porque siempre me hacen ver las cosas desde un lugar nuevo e interesante. Yo también estoy corta de tiempo para bloguear a mis anchas, así que estamos empardados en eso.
BorrarMe gusta tu risa, y, si observas con atención, verás que la foto que elegí para esta reflexión no es casual: es la misma mujer que parece estar riéndose de lo que tantos andan diciendo y escribiendo de ella por ahí. Esa es para mí la actitud que define el éxito: no creérsela nunca, sentirse uno más con los demás y hacer lo mejor que te sale de adentro, sin que te importe un comino lo que suceda luego.
Gracias por la visita, el aporte y los buenos augurios, mi querido amigo Víctor.
Un abrazo.
Fer
Hola de nuevo Fer,
ResponderBorrarPienso que el éxito es tan necesario para un escritor como para cualquier persona que desarrolle una labor, es sentir que lo que haces además de satisfacerte personalmente llega a los demás.
Sin duda el baremo del éxito para un escritor/a y para una ama de casa p. e. es diferente, el llegar al escaparate y los estantes de una librería o el que te digan “que buena está esta tortilla”. Pero el fin en ambos casos es dar algo propio. Una opinión muy personal jeje
Por aquí venden libros hasta en el súper de la esquina, en la gasolinera, . . . Me resisto aunque sea algo más barato porque parte del placer es buscar entre los estantes y las mesas de la librería, preguntar a alguien que entienda –no al chico que te llenó el depósito- aún tenemos dos librerias en las que se pueden pasar un buen rato pero no hay que esperar encontrar nada por menos de 18 – 20 - 25 €. En formato electrónico sale más baratito y ya hay una oferta muy amplia así que voy combinando.
No conocía a Alice Munro hasta el premio, cuando encuentres algún libro espero que nos cuentes que te ha parecido.
Un petó,
Con mucho gusto lo haré, mi querida Rosa. Escribir bien es tan meritorio como cocinar bien, y en ambas cosas se siente una realizada si el fruto de ese esfuerzo es disfrutado, tanto al hacerlo como al compartirlo. Yo siempre digo que lo que mejor me sale en la cocina es escribir...
BorrarMuchas gracias.
Un petó!
Fer
Mi primer trabajo, allá por el jurásico :), lo desempeñé en una librería que ya no existe, aquí en Barcelona. En ese momento, era una de las más importantes, que al estar ubicada en una zona muy de moda entre los intelectuales de la época, era frecuentada por grandes plumas, plumas y plumillas... Era esa época, en la que aquí, el mundo editorial, estaba en su pleno apogeo. Y te diré, aún a riesgo de parecer presuntuosa, aunque esas vivencias aún hoy me satisfacen y mucho! que ese trasiego casi diario de escritores, lejos de intimidarme, me hizo 'destronarles' y llegué verlos como lo que al final somos todos: seres humanos con sus glorias y miserias. Desde la cordialidad y sencillez del gran Cortázar, al envaramiento, (aunque muy correcto) de Vargas Llosa o la cercanía y simpatía de Donoso, amén de otros autóctonos como Marsé, Goytisolo o Moix... y algunos más de los que mejor no opinaré...
ResponderBorrarLos lectores empedernidos y recalcitrantes, entre los que te adivino... llega un día en que nos damos cuenta, de que escribir es un grado de 'creación', que más allá de la calidad o el interés que despierten nuestras letras... compartimos todos! los que garabateamos nuestros sentimientos y pensamientos en una u otra forma. Y el gran Carlos Barral, que aquí lo fue todo en 'edición' además de ser un pedazo de escritor, me dijo una vez algo que no se me olvida y repito a menudo: 'el mejor manuscrito del mundo, se está pudriendo en algún cajón', probablemente rechazado por algún 'plumilla' de tres al cuarto, que se cree más sabio que el resto del mundo. Por no hablar de casos como el de Kafka, que sólo publicó de forma póstuma y porque el amigo al que encomendó destruir sus cuadernos, tuvo las luces suficientes como para valorar muy bien lo que tenía entre manos. O el mismo Van Gogh... que en otra rama del arte, tuvo que morirse primero para triunfar... Ah... que gran conversación tendríamos sobre este tema, Fer...
Tú escribe! y como lo haces, con las tripas, con el corazón y con esa cabeza bien amueblada que tu dios te ha dado. Lo de publicar, es solo cuestión de moverse, buscar un agente, enviar originales etc etc seguro que ya sabes... y... como en todo, el factor suerte y oportunidad acostumbra a ser definitivo para esta y casi toda cuestión crematística. Y no cejar en ello. Cree en ti, porque los sueños necesitan de ello para cumplirse :))
Por lo demás, confieso que me he rendido al e-book hace tiempo, por un problema evidente de logística y espacio, pero debo decir, que seguiré comprando 'papel' aunque no sea tan a menudo... me niego a renunciar a esas librerías de lance o de viejo,- desconozco como las llamáis ahí- porque para mí, descubrir, abrir, oler, hojear, dar el primer vistazo... y finalmente disfrutar de la lectura de un libro, siempre será uno de los placeres de mi vida.
Se me quedan un montón de cosas en el tintero, querida, pero esto ya está extenso y copado... así que, sólo me resta decirte, que me encantó tu entrada y dejarte un graaaan abrazo****
Mi querida Cristal: me alegro mucho de que te haya encantado mi entrada porque a mi me ha encantado tu comentario, que demuestra que eres escritora hasta la médula: palabras tales como "trasiego", "envaramiento", "cresmática", "cejar", o imágenes como "plumilla del tres al cuarto", "cabeza bien amueblada", etc., me las apunto en una libretita, como lo hago cuando leo un buen libro, para incorporarlas a mi repertorio ;)!
BorrarYo de ti aprendo tanto o más que de todos esos que nombras y a quienes en algunos ni siquiera he leído.
Yo escribo, como lo haces tú, Cristal, con las tripas, con el corazón y con esta cabeza que Dios me dio, y a Dios le encomiendo mi destino, intentando creer en mí, como no la han hecho aquellos que podrían haberme apoyado para formarme en esto y hacerme allanarme de alguna manera el camino. Pero no reniego del camino recorrido, no responsabilizo a nadie por lo hecho y por lo que no fue hecho antes, y le pongo el pecho al camino que queda por recorrer. En casos como este, en estas encrucijadas del destino, se me vienen las palabras que aprendí de colegiala, allá por el jurásico, en la escuela primaria, que pronunciara el General San Martín:
"Serás lo que debas ser, si no no serás nada."
Luego, de grande, leí un poco más sobre este hombre, tan amado como cuestionado por mis compatriotas, y me quedo ahora con otra de sus célebres frases:
"Si hay victoria en vencer al enemigo, la hay mayor es cuando el hombre se vence a si mismo."
Un fuerte abrazo y un millón de gracias, mi querida escritora Cristal!
Fer
Fer yo no estoy muy de acuerdo con que no se pueda aprender a escribir...es verdad que el talento es importante para muchas cosas, pero creo que los grandes escritores son obreros de las palabras y estoy segura que muchos de ellos dedicaron cientos de horas para realizar alguno de sus relatos...asi que no desistas de tu sueño de escribir, quiza solo hagas una gran novela como El guardian entre el centeno o quiza no...pero creo que no debes cejar en tu empeño...que tengas exito comercial ya es otra .
ResponderBorrarNo creo que Santa Teresa pretendiera transcender con sus poemas, solo queria expresar sus sentires y seguro que Cervantes estaria sorprendido del exito de su Quijote...
Escribe para tu placer,por se fiel a ti misma y a un sueño, que luego nos guste a los demas es secundario.
Un abrazo
Gracias, mi querida flamante y radiante abuela Julia: ¡así lo hago y así lo haré!
BorrarUn fuerte abrazo!
Fer
No sé si buscarías alguna obra de Alice Munro en inglés, su lengua original, o en traducción. Por aquí no es difícil conseguirla. Yo me hice con una edición de su colección de cuentos "Demasiada felicidad", que acabo de leer hace una hora, y me ha dejado un buen sabor de boca. Tengo que releer algunos relatos en los que aparecen personas aparentemente triviales pero que van adquiriendo dimensión en el transcurso de la narración. Es una espléndida narradora, y desde luego, sus cuentos no son productos de la siesta de sus hijos. Son fruto de gran elaboración y una cuidadosa selección en la que van desarrollándose caracteres y situaciones marcadas por la elipsis narrativa en la que la autora es una maestra. Vemos fragmentos de vida que se imbrican en una vida completa, y la autora va saltando de momento a otro momento de la vida de los personajes. Tengo que leer más, pero este primer libro me ha gustado. Un cordial saludo.
ResponderBorrarHola, Joselu! Tanto tiempo: qué alegría!!! Agradezco tu experta opinión. En inglés encontré extractos para ir viendo, algo así como "sneaky peaks". Me saldría más caro todavía comprar su obra en inglés en papel, pero es posible que lo haga. Me gustaría más leerla en el original en inglés. Sólo por intuición, empezaría con "La vida de las mujeres" o "Mi vida querida", pero todo depende de lo que encuentre. Voy a tomar en cuenta tu recomendación y tus observaciones, desde luego. No me acostumbro al e-book, no hay caso. No me resulta lo mismo.
BorrarUn abrazo y muchas gracias!
Fer
Joselu: el librero de la calle Corrientes me recomendó justamente el título que acabas de leer además de "El amor de una mujer generosa" y "Escapada". Acabo de encontrar la tarjeta en la cual me lo anotó.
BorrarUn abrazo y gracias de nuevo: tengo en claro que jamás seré Alice Munro ...cuando mis hijos me dejan, duermo la siesta y ese es el mejor poder de elipsis literaria que conozco ;)!
Fer de nuevo
No creo que exista literatura de 1°, 2° y 3° nivel, creo que cada lector encuentra su autor o su libro, ¿cuál sería la autoridad de una persona para decir que Faulkner es más que Sheldon? Es todo una cuestión de gustos, hay discusiones adamantinas, hasta innecesarias. Imaginate a alguien queriendo demostrar que el amarillo es mejor que el rojo, ¿por qué?, ¿desde dónde? Creo que podemos caer en la trampa (a mi modo de ver, peligrosa) de que si yo sé lo que es una frase bien armada tengo más derecho que un tipo que diga que un libro le gustó porque le gustó.
ResponderBorrarEn relación con el Nobel, sólo había leído un cuento de Munro, así que mucho no puedo opinar, lo que sí puedo decir que estos premios están muy politizados, se evalúa no sólo la calidad del autor, sino su nacionalidad, su nivel de compromiso con ciertas creencias, esas cosas. Los últimos autores que leí después de haber ganado semejante galardón me aburrieron muchísimo, con Orhan Pamuk lo intenté con dos libros, el segundo no pude terminarlo, también me sucedió con Coetzee, del cual apenas me gustó 'Desgracia'.
En fin, temas complejos, en lo personal no me inquieto si vende más X que Y, como tampoco lo hago si se vende más fideos que arroz.
Un beso, Fernanda.
HD
Muchas gracias por tu opinión, Humberto.
BorrarUn beso.
Fer
Hola María Fernanda,
ResponderBorrarAhora entiendo más tu reacción a la imagen de Google+ comparto tu idea del éxito, esa en la que cada persona busca desarrollar o alcanzar esos sueños y no buscar agradar a otras personas o a la sociedad ni aparentar cosas que no.
Te confieso que cuando leí tu mensaje abajo de la imagen en G+ quise ver que había de fondo, en tu comentario se podía leer entre lineas un cierto enojo pero con respeto, el cual te agradezco.
El éxito se tiene que buscar día a día trabajando duro y mucho esfuerzo para alcanzar aquello que anhelamos y con lo cual nos haga sentir realizados y a gusto con nosotros mismos.
Con respecto al comentario de la técnica pues en caso de no trabajar en pulir dicha técnica seguramente uno no alcanzará los objetivos deseados, es otras palabras, se hace y mejora la técnica de acuerdo a cuanto lo practiquemos....la práctica hace al maestro.
Un gran abrazo y excelente entrada.
Pero dicho éxito se tiene que trabajar poco a poco y no por el
Muchas gracias, estimado Gerardo, por la deferencia de llegarte hasta aquí a dejar un comentario. El "enojo" en verdad proviene de figuras centrales en mi vida que me han dicho cosas parecidas a las de esa frase mil veces:
Borrar-¿A dónde quieres llegar con eso del arte?
Pues a ninguna parte. Simplemente es lo que me gusta, lo que me ha sido dado como don, aunque jamás seré un Nobel, y quiero desarrollarlo. Pero como no hay seguridad en que conduzca al "éxito" entendido como rédito económico, entonces te bajan el pulgar.
Nunca es tarde cuando la dicha es buena, la práctica hace al maestro y hablando la gente se entiende: esas son frases de autor desconocido que sí tienen sentido y funcionan: ¡ya lo ves!
Un fuerte abrazo y gracias de verdad por tu exitoso gesto ;)!
Fer
En contra rotalmente de la opinión del librero, se aprende con los escritos, con las hojas arrugadas en la papelera, con las lecturas de los maestros, de los noveles, de blogs, de comics...
ResponderBorrarY tú narras que es un primor leerte, así que adelante.
Como siempre excelente y amena tu entrada.
Un abrazo
Muchas gracias, Josela. Mi vida se hace primorosa al narrarla y al saber que amenizo la de algunos pocos de aquellos que leen lo que narro tal como lo vivo, lo siento y lo pienso. Eso en sí mismo es para mí todo un éxito.
BorrarUn abrazo!
Fer
Hola Maria Paz:
ResponderBorrarMe ha gustado mucho esta publicación y siento las mismas inquietudes que tú: la de escribir. No estoy de acuerdo con el librero. La técnica para escribir no viene de fabrica, se aprende. Lo que si viene de fabrica es el talento. ese no lo podemos aprender. A escribir se aprende escribiendo y leyendo. Mucha suerte y sigue escribiendo. Un saludo.
Hola, Lumy! Gracias por llegarte hasta al jarro a dejar tu visión del tema. La tendré en cuenta. Lo que me resulta difícil es lograr encontrar mi propio estilo al intentar aprender la técnica de aquellos a quienes leo. Me tira el imitarlos porque los encuentro fascinantes. Es cierto que cuanto más escribimos más mejoramos: ese es un hecho que constato al hacerlo con asiduidad.
BorrarTe agradezco mucho los buenos deseos y sí, en efecto, seguiré escribiendo por pura necesidad vital más que por talento.
Un saludo.
Fer