¡qué bien lo has dicho!
Una mujer madura
logra por fin des-enfadarse
con Dios y con el Diablo:
los dos me habitan
y vienen de visita
los jueves por la tarde.
Agendalos.
El buen Dios
con su potente mano
enciende mi deseo
y lo transforma en risa,
y a pura carcajada
una mujer madura
El viejo Diablo
al oído me susurra:
"¡Desnudalo!"
Yo lo miro y le digo:
"Señor Diablo,
sin quitarle la ropa
mis ojos lo han desnudado."
Entonces Dios, el Diablo
y esta mujer madura
se van los tres a la cocina
a hacer de este convite
un desenfado:
quemamos las recetas del amor
y simplemente improvisamos.
Estás invitado.
quemamos las recetas del amor
y simplemente improvisamos.
Estás invitado.
A boca de jarro