Existe el código penal, el código civil, el código rojo y el código Da Vinci. Todas las tribus urbanas tienen ciertos códigos mayormente implícitos a los que adhieren sus miembros. Pensemos en los surfers, skaters, floggers, gamers, hasta los hackers... Nosotros, los bloggers, somos una tribu del ciberespacio relativamente nueva, no nos caracterizamos por un gesto que usamos como saludo o cierto tipo de vestimenta que nos identifica por la calle, pero siento que somos una tribu en pleno desarrollo y expansión. No es fácil poner en papel ciertos códigos de etiqueta blogger, tampoco se si es necesario, pero siento que podríamos, que nos haría bien. No será tarea fácil, y seguramente habrá polémica debido a la enorme diversidad de blogs y bloggers imperante, hecho que celebro, ya que el blog es un fenómeno fenomenal que, al menos a mí, me cambió la vida para hacerla más plena.
Complica hasta la autodenominación: ¿se es blogger, bloggera, bloggero o bloguer@? Además, complejiza el hecho de que hay bloggers que son autores de sus bitácoras, hay otros que son simplemente visitantes, lectores, seguidores, y que tal vez siguen blogs en forma anónima, sin participar como seguidores ni comentando - lo que en la jerga se denomina "lurkers"- mientras que otros se hacen seguidores de uno o varios blogs, y comentan, y además estamos los "mixtos", que somos bloggers en autoría y también seguimos y comentamos otros blogs, o algunos que eligen solamente escribir el suyo, dando o no la opción a comentarios de los visitantes. Todo esto a su vez aporta una gran variedad a la naturaleza blogger. Hay mucha diversidad en esta tribu, y eso la hace muy interesante y promisoria. En verdad, hay tantos estilos bloggers como cantidad de blogs.
Este año, se me dio la posibilidad de colaborar para un blog chileno. Me pareció que sería una experiencia enriquecedora, no en lo material, pero sí en el intercambio con lectores de un país hermano, afín aunque diferente en muchos aspectos sobre los que me proponía aprender. Pensé también que me proyectaría como bloguera en ese país y en otros, ya que el blog reunía mujeres de habla hispana de diferentes nacionalidades. Desde que empecé a bloguear hace unos años, primero como lectora anónima, después como seguidora pública y comentadora entusiasta y activa, y finalmente como autora de blog, mi principal objetivo ha sido el ligar con almas afines, el compartir esta necesidad vital de pensar la vida en voz alta.
Resultó un tanto decepcionante para mí el hecho de que mis comentadores en el blog chileno fuesen casi exclusivamente mis co-blogueras, sobre todo la bloguera-in-chief, y algunos de los que entonces no ascendían a más de catorce seguidores de mi jarrito. Más decepcionante aún me pareció el hecho de que nadie de Chile se sumara como seguidor a mi blog ni comentara mis entradas en el jarro. Esto me llevó a pensar que algo no estaba bien: o yo había proyectado expectativas elevadas o poco realistas sobre el efecto de mi participación allí, o los códigos de algunos bloggers no eran los mismos que los míos. Comencé a pensar en que todas las redes sociales se manejan con ciertos códigos, implícitos o explícitos, bastante claros. No así los blogs. Entonces, decidí dedicar dos extensas entradas, como es mi costumbre - por algo no tengo Twitter- a intentar asentar una suerte de protocolo que en mi modesto entender debería ser observado en esta actividad. Tuve la mala idea entonces de hablar de "reglas", y casi me comen cruda del otro lado de la cordillera... Veremos qué pasa ahora, y prometo no usar esa palabra urticante.
Los principios fundamentales de lo que para mí hacen el código de etiqueta de los bloggers son:
*1: Es deseable y esperable contestar los comentarios recibidos. Quien se ha tomado la molestia o el gusto, y el tiempo de escribir, reaccionando ante algo escrito por vos, merece una devolución personalizada. De no ser así, un blog se convierte en algo así como Narciso mirándose en el reflejo de las aguas del estanque, un regodeo egocéntrico, un monólogo. Se pierde mucha riqueza que los demás aportan a través de su reacción a lo escrito. Me es familiar la satisfacción que
produce como seguidora y comentadora de varios blogs el encontrarme con que su autor/a me ha tomado en cuenta, me agradece el comentario, me llama por mi
nombre y me devuelve su propia reacción a la mía: ¡es plenificante,
porque allí reside la verdadera comunicación! Y la idea que
subyace todo medio de comunicación es precisamente la de interactuar con
un otro, el no quedar enfrascado en ese constante
rumiar de pensamientos que se generan en la mente del escritor y del
lector frente a un texto.
1. ¿Contestarás comentarios siempre? |
*2: Cuando no simplemente un lector sino ya un autor de blog te lee y te comenta, es apropiado devolverle
la gentileza comentando en su blog. Y si se hace seguidor de tu blog, o
no, pero espías su blog y te gusta, es pertinente hacerte seguidor de
su blog. Y así se potencia la riqueza del arte, porque se
valora a otro blogger como a un par, y se le da el mérito que se gana por
llevar adelante lo propio, aunque siempre distinto en su unicidad. Se
anula la competencia, y se crea una especie de "hermandad bloguera"
muy reconfortante, como la que existe en todos los círculos artísticos
en general. El artista se alimenta de sus pares, igual que lo debería
hacer el blogger, que es a su modo un artista también, al validar a otro
blogger en su escritorio con su seguimiento permanente y, de ser
posible, apropiado y merecido, público. Un blogger aprende mucho de
otros, y esto se debe agradecer. En mi modesto
entender, la manera más directa y sencilla de hacerlo es haciéndote
seguidor de ese blog o enlazarlo, mostrarlo en tu página, entrelazado, enlazado, emparentado,
hermanado en la gran familia de los blogs con el tuyo.
2. ¿Seguirás a tus seguidores y lectores activos? |
Sin embargo, más allá de lo que tenga buena llegada y repercusión, pienso que el blog debería ser el fiel reflejo del estilo personal y la esencia misma de su autor o autores.
De esa manera, quien lo visite verá y se sentirá como en la casa del
artista. Creo que es conveniente prestar atención a lo que transmite "tu casita" en la blogosfera, desde su nombre, que marca un rumbo,
una tendencia, hasta la estética que le imprime a tu casita la elección
de imágenes, videos, música, etc., y, sobre todo, el mensaje que uno
transmite a través de lo que escribe o publica, ya sean textos, fotos,
obras de arte, citas, viñetas, poemas, fragmentos literarios, canciones
etc., o la combinación de todos estos. También se puede optar por el eclecticismo, o sea, nutrirte de fuentes diversas y variar en temática y estética: así el blog será como un caleidoscopio, y eso puede resultar atractivo. Habrá que ser consistente con esa amplitud y variedad.
4. ¿Ser fiel a un estilo o prestarle atención a los números? |
*4: ¡Comunicar! ¡Comunicarse! ¡Comunicarnos! Esto para mí es lo fundamental. Krishnamurti, en su maravilloso libro "La libertad primera y última", dice:
"Comunicarnos
unos con otros, aún conociéndonos bien, es en extremo difícil, pues,
por ejemplo, puedo usar palabras que para vosotros tengan diferente
sentido que para mí. La
comprensión sólo llega cuando nosotros (...) nos encontramos en el
mismo nivel al mismo tiempo y ocurre tan sólo cuando existe verdadero
afecto entre las personas (...) Esa es la verdadera comunión. (...)
Resulta muy arduo establecer comunicación unos con otros de forma fácil,
eficaz y completa. (...) Existe un arte de escuchar. Para escuchar de
veras, habría que abandonar o rechazar todos los prejuicios,
concepciones previas y formas cotidianas de vivir. (...) Pero,
desgraciadamente, la mayoría de nosotros escucha a través de un filtro
de resistencia. (...) Todo lo escuchamos a través del filtro. De ahí que
en realidad sólo escuchamos nuestro propio ruido, nuestro propio sonido,
no lo que se dice".
Maravilloso: ¿no es cierto? ¡Y qué cierto! ¡Y qué arduo! Creo
que este es el gran desafío que hay que enfrentar y la meta que hay que
intentar conquistar para llegar a ser un buen blogger: aprender y
evolucionar constantemente en el arte de comunicar y de escuchar sin
filtros, los de nuestros prejuicios, lo que los demás tienen para
comunicarnos. No es nada fácil, ni siquiera para este genial sabio
hindú. No se trata de acatar un catálogo de dogmas o normas, sino más
bien de observar un repertorio de principios que nos permitan
trascender, conectar, llegar al alma de nuestro interlocutor, y así
alcanzar esa libertad que Krishnamurti denomina como "la primera y última", que es la de ser quien se es sin
tener que pedir perdón por serlo, ni intentar ser aceptado por todos,
mostrarse así al mundo, comunicar esa esencia; y aprender a escuchar sin
filtros a través de un mensaje que debería ser claro, auténtico, veraz,
y fundamentado, si es posible, en el pensamiento de otros pensadores
que nutren o en fuentes que informan, o bien simplemente en lo que emana
del corazón propio con total honestidad, aunque no parezca muy "compartible".
A veces al escribir he sentido la necesidad de comunicar ideas sobre
la enfermedad, el desempleo, la desorientación, la realidad del mundo en que vivimos, la angustia y hasta la muerte. Estos son
temas que tal vez no tienen la mejor prensa, pero creo que si uno siente
la legítima necesidad de abordarlos, hay que hacerlo, más allá de que
guste o no. Y tal vez nos sorprenda descubrir cuánta gente sintoniza con
esos temas a los que posiblemente el editor de una revista "exitosa"
les bajaría el pulgar. Estos temas son las realidades que más nos
conectan humanamente, que hacen que vibremos en sintonía muchas veces a
un nivel más profundo que lo que se difunde en los medios masivos de
comunicación. Sospecho que de ahí proviene el gran éxito de los blogs como nuevos medios de comunicación, como un nuevo género artístico plural y multimedia, un
medio de comunicación al fin, que se basa en la unicidad del autor o
los autores, más allá de las reglas del mercado de consumo.
*5: Es por todo esto menester cuidar a un blog como quien cuida a una ser vivo, elegir bien su alimento, higienizarlo, es decir, escoger las palabras, las citas, los temas, las imágenes, y lograr el patchwork que resulta del esmero artesanal. Y de parte de quien entra en el mundo de otro blogger, es imprescindible hacerlo, en la medida de lo posible, sin el filtro del prejuicio. Uno puede gustar o no, sintonizar o descubrir que no sintoniza, quedarse o huir despavorido, pero siempre intentar escuchar el mensaje respetuosamente, ya que de no ser así, como dice el genial Krishnamurti:
"Somos
simples extraños que miran, y hemos perdido la capacidad creadora.
Queremos, por lo tanto, entender y participar. Si no hacéis más que
mirar, si sois meros espectadores, os perderéis por completo el
significado de esta charla (...) seguir tanto y tan profundamente como
podamos las revelaciones, las respuestas de nuestros propios
sentimientos. Os ruego, pues, que averigüéis cuál es vuestra respuesta a
este proceso (...); no cuáles son las palabras de otra persona, sino
cómo respondéis vosotros mismos. (...)
La
verdad no puede dárnosla nadie. Tenéis que descubrirla; y para
descubrir es preciso que haya un estado mental en el que exista la
percepción directa. (...) Saber exactamente lo que es, lo real, lo efectivo, sin interpretarlo, sin condenarlo ni justificarlo, es sin duda, el comienzo de la sabiduría."
Krishnamurti,"La libertad primera y última", Introducción, Editorial Kairós.
5. ¿Deberás cuidar y alimentar tu blog y ser respetuoso al visitar el de otros? |