"Noche Estrellada", Vincent Van Gogh.
Ya sé que hoy es domingo, es un día para descansar y no para trabajar... Pero cuando el sostén económico de tu familia, sobre todo, de tus hijos, fue despedido, como ya comenté oportunamente celebrando el Día del Trabajo por el despido y la pronta posibilidad de encontrar un nuevo empleo part-time de mi esposo, y por la repercusión que el hecho tuvo y tiene sobre nosotros como familia, se hace difícil hacerle entender a nuestro cerebro que descanse. Por eso estoy con insomnio: me despierto temprano, me desvelo, y entonces me pongo a escribir. También soy reiterativa cuando digo que mi blog me desvela, que esto es terapéutico, en tanto me permite trabajar, elaborar el duelo que este despido conlleva y que hacemos mucho por superar, y seguir en la búsqueda de caminos.
Dormir también es un tema del que ya escribí, y en realidad creo que merece un libro entero... Mi hija padeció insomnio el pasado año, y yo, naturalmente, ya padecí insomnio en otras circunstancias puntuales de mi vida, y se que ésta es una más, y que pasará, y que vendrán otras. Me amigué con el insomnio, lo trato amable y pacientemente, lo llevo lo más creativa y silenciosamente posible (digo esto en voz bajita, porque intento no despertar a nadie de los tres que duermen mientras yo escribo...), y dejarlo que esté hasta que un día se vaya, como ya pasó otras veces, sabiendo que inevitablemente volverá. Procuro tratarlo con siestas, arte y vida. Trato de pensar en todos los laburantes que se despiertan a estas horas de la madrugrada, como mis vecinos, el panadero, el diariero, el colectivero que pasa por la esquina, y me siento una laburante del alba más, que ya está despuntando en mi ventana.
Además del insomnio, el despido hizo que yo reabriera un blog que consistía de una sóla entrada, y que produjo muchas más, y que crece fecundo y se agiganta ante mi asombro: es claro que no estoy sola en mis desvelos. Por una razón u otra, la vida adulta nos genera variados motivos para perder el sueño bastante seguido, y hay que tomarlo con calma: es el mundo en que nos toca vivir, y así siempre fue el mundo.
Me gustaría poder charlar hoy con familiares ya idos, pero vivos en mí, sobre este tema; preguntarle a mi abuela paterna, mi abuela Maruja, que emigró de su Galicia natal recién casada y dejando a gran parte de su familia directa allí, que perdió a su primer hijo bebé después del viaje en barco, y años más tarde, a su esposo, ya siendo madre de tres hombres en pleno desarrollo de sus carreras y vidas jóvenes, cómo hizo para seguir durmiendo después de todo eso y más que la vida le trajo, y qué tan bien dormía. Me resulta paradójico ver lo que está pasando hoy en España, la tierra de mis ancestros: ¡cuántos desvelos habrá por allí ahora, muchos de los cuales, en aquel entonces, decidieron emigrar a mi tierra!
De chica me asustaba un poco la casa de esa abuela, colmada de imágenes religiosas; y ahora, sin embargo, mi casa se parece bastante a aquella, en la abundancia de esas imágenes que acompañan y encienden la luz de la esperanza, así como también en la cantidad de plantas y el cuidado que les dispenso, igual que ella hacía, seguramente como terapia. Mi abuela cocinaba muy bien, sobre todo ricos postres y tortas: lo mío es escribir y "cocinar clases" para mis alumnos, como si fuesen ricas y nutricias tortas. Mi abuela era también muy musical, y cantaba muy bien, y yo hago lo mismo cada vez más, aunque en tiempos en los que sentí una sensación de mayor estabilidad laboral y bonanza económica, dejé de hacerlo: paradojas de lo que creemos "felicidad", y otra de las tantas bendiciones con las que nos colmó este despido que seguro, erróneamente, asociamos con "infelicidad".
El pensar en las vicisitudes de las vidas de mis abuelos y en sus formas de encararlas también me ayuda a minimizar las mías: no hay vidas sin problemas, no hay vidas sin desvelos...
Pero, como hoy es domingo, e insisto en la creatividad de mi insomnio, y en traer VIDA Y ESPERANZA al hogar en forma de plantas, buenos libros, buenas películas, este fin de semana va dedicado a la música, a la que le llegó el turno a través de la mínima inversión en un minicomponente que no tuvimos por años. El último había muerto a causa de los dedos toquetones de mi hijo mayor que terminaron con su vida útil, y finalmente decidimos reemplazarlo por uno nuevo, haciendo buen uso del dinero,y dándoselo como regalo de cumple 13 al "destructor de aparatos domésticos" que amamos. Entonces, voy a llenar estas horas de oscuridad con el destello del brillo de esta canción que nombré ayer de Sting: "Fields of Gold". Una vez más, otro grande se me viene a la mente: Carl Jung, y su fabulosa definición de la sombra que nos habita, y que debemos ACEPTAR Y BLANQUEAR para vivir en la luz.
Y con respecto a esta canción, como siempre pasa con los grandes escritos, siento que me habla a mí, ahora, en mi circunstancia. Me gusta el video porque deja ver con absoluta claridad que Sting, el grande, se nutre de los artistas que elige para que lo acompañen, y les da el lugar que merecen: NO LOS DEJA A MERCED DE SU SOMBRA.
P.D. ESTA BELLA CANCIÓN VA DEDICADA A MI EX-ALUMNA LUCÍA, HIJA DE MI ENTRAÑABLE COMPAÑERA GRACIELA, QUE AYER FUE MAMÁ DE UN "LEÓN", QUE VA A RUGIR FUERTE... ¡MUCHAS FELICIDADES, GENTE QUERIDA!
¡Me la regalo, y se las regalo!
A boca de jarro
A boca de jarro