"Relatos Salvajes", una película argentina coproducida por los españoles Agustín y Pedro Almodóvar, habrá perdido el Oscar en la categoría Mejor película de habla no inglesa en la 87 ª edición de los premios de este año pero no deja de ser una formidable apuesta del joven y brillante Damián Szifron, quien la escribió y dirigió con la promesa de que su próxima película será hablada en inglés. Sería una pena que este talentoso cineasta dejara de plasmar la idiosincrasia argentina como lo ha hecho en esta atrapante y por momentos hilarante cinta. Se trata de mucho más que una comedia negra, como algunos se empeñan en categorizarla. Es un auténtico retrato de aquello que saca lo peor de los personajes dentro del marco de su argentinidad, plasmado en seis relatos cortos con un timing perfecto, yendo del más breve al más largo hacia el final. En cada uno, por alguna situación puntual, se desata la ira del protagonista llevándolo al borde de la locura.
No voy a adentrarme más que en un relato en particular, el que nos toca a todos siendo eso lo que lo hace especial: el cuarto de los seis de esta genial antología, protagonizado por Ricardo Darín en la piel de Simón Fisher, apodado "Bombita". Se trata de un ingeniero experto en explosivos quien, luego de tirar abajo unos enormes silos exitosamente, recibe un llamado de su esposa al celular recordándole que debe comprar una torta de cumpleaños para su hija antes de regresar a casa donde se desarrollará el festejo. Para cumplir con dicho pedido, estaciona el auto en una calle céntrica y desciende para ingresar a una confitería donde le cobran una exorbitancia por una torta de cumpleaños y le regatean el comprobante de compra, como suele sucedernos aquí cuando de comprar se trata. Al salir del comercio, descubre para su asombro que su automóvil ha sido acarreado por haber estado mal estacionado a pesar de que no había señalización alguna que advirtiera de la infracción por la cual debe dirigirse a la playa de estacionamiento de infractores en taxi para reclamar por la injusticia que se ha cometido.