Todos somos eso: Vida y Muerte.
Vida y Muerte nos habitan.
Son un misterio que nos excede.
A ciertas alturas del cauce de una
es preciso ir irrigando la otra,
ir abriendo camino para que las aguas confluyan
en armonía,
regando la vida que continuará
fluyendo hacia el mar de la existencia.
en armonía,
regando la vida que continuará
fluyendo hacia el mar de la existencia.
Solo aquellos que tienen la certeza de estar cerca de su propia muerte saben cuáles son aquellas pequeñas cosas por las que vale la pena vivir la propia vida.
Un verdadero aprendiz de su propia muerte sabe dar
valiosas lecciones acerca de cómo vivir la propia vida.
valiosas lecciones acerca de cómo vivir la propia vida.
Es posible que sea más fácil aprender a morir
que aprender a vivir.
Reflexiones suscitadas por la película "Truman".
que aprender a vivir.
Sería buenísimo que la muerte nos sorprendiera tan gratamente como me ha sorprendido el libro, el tono, el ritmo y el final de esta buenísima película que es "Truman", del director catalán Cesc Gay. Sería buenísimo que todos pudiéramos ser tan sensatos cuando nos llegue la hora del último viaje como es Julián, el personaje que interpreta, de manera soberbia, Ricardo Darín. Sería buenísimo que tuviésemos la lucidez de decidir cómo queremos vivir nuestros últimos días sin joderle la vida a nadie y que arreglásemos nosotros mismos lo que deseamos se haga con nuestros restos mortales, aun siendo incapaces de concebir esa última transformación. Sería buenísimo que todos intentáramos acompañar a nuestros amigos y seres queridos en el abordaje de la partida como lo hace el sobrio y medido Tomás, interpretado por un brillante Javier Cámara, un ser que irradia todos sus sentimientos a través de la mirada y que, desde el amor y la admiración, respeta y ennoblece la inobjetable lucha de su amigo por morir con dignidad. Sería buenísimo que en nuestra propia película vital pudiésemos hablar a bocajarro de nuestra propia muerte como propone adultamente Gay, sin dramatismo, con una pizca de humor, con honestidad y sin pasar facturas impagas a nadie, mucho menos a nosotros mismos. "Truman" es una película buenísima, una de esas rarezas cinematográficas de inusitada belleza donde lo mejor es que el perro es protagonista sin comerse la película.
Reflexiones suscitadas por la película "Truman".