Si dices que desafino, amor mío Que sepas que eso en mí provoca un dolor inmenso Sólo los privilegiados tienen un oído igual al tuyo Yo poseo apenas el que Dios me dio Si insistes en clasificar Mi comportamiento de anti-musical Yo mismo, mintiendo, debo argumentar Que esto es bossa nova, esto es muy natural...
Es más que natural desafinar a esta altura del año. Esto es la bossa nova de la vida en la urbe hirviente...
El síndrome de fin de año llega inexorablemente todos los años a esta altura, y nos encuentra cansados, ojerosos, somnolientos, pasados de rosca, ávidos de unas vacaciones, que se fantasean en los colectivos calientes, humeantes y rechinantes que aceleran sobre el asfalto brillante. Todo para luego entrar en las desaceleración de dos meses de parate estival en los que se vacía la ciudad.
Los grandes entramos irremediablemente en el frenesí de la carrera contra reloj, de las entregas pendientes, las liquidaciones, las reuniones de fin de año, porque aunque no te hayas visto en todo el año:
- Che, antes de fin de año nos tenemos que juntar a comer, ¿no?
- Che, antes de fin de año nos tenemos que juntar a comer, ¿no?
Vienen los excesos, las trasnochadas, la agenda que explota de cosas por hacer antes del 31 de diciembre, esas que prolijamente escribimos en una lista el 1ero de enero y que hay que cancelar. Pero el mundo, para bien y para mal, siempre continúa el 1ero de enero.
Los jóvenes están con sus fiestas de egresados en días de semana, celebrando un hecho que aún no se ha consumado, haciendo maratones de horas sin dormir, yendo a las fiestas para salir de allí y asistir a sus últimas clases, rendir sus exámenes finales...
¡No hay cuerpo, joven ni no tan joven, que aguante!
Y desafinamos.
Desafinamos en el trato con los demás, en la polución sonora que causamos con las reuniones en la calle a horas en las que quienes viven frente al simpático local gastronómico que pone mesas en el frescor de la vereda nocturna tienen que dormir para no desafinar al día siguiente.
Desafinamos en los estruendosos fuegos artificiales que ya se han comenzado a explotar por las callles, los bocinazos enloquecidos de quienes comenzamos a correr para intentar estar en todas partes, las comilonas, el alcohol, los regalos, el estrés.
Desafinamos.
El día sigue teniendo 24 horas. Y amanece más temprano en el hemisferio sur: olvidamos que no por mucho madrugar...
Escuchá esta canción: hay que desafinar afinadamente para cantarla bien. Así es la vida, "meu amor".
Desafinamos para percibir la armonía del remanso añorado. Por estos días, se me da por escuchar música de Brasil. Y fantaseo que estoy en una "praia", "na beira do mar", caminando bajo el sol, y que me tiendo en la arena y me basta con un "milho cozido"... Tal vez una "caipirinha" a la caída del sol. Unas buenas vacaciones. Aunque seríamos insolventes en el exterior: hay restricciones para comprar los dólares que hacen falta para viajar. Y ni hablar de los pesos que hay que ahorrar para irse con toda la familia a una playa de Brasil.
Definitivamente debería ir sola.
¿La costa argentina?: ¡carísima! Aprovechando que la Patagonia está enterrada bajo un espeso manto de ceniza y piedra volcánica, los precios se van a ir a las nubes en la costa Atlántica. Mejor seguir soñando despierta al ritmo de esta canción...
Tendremos que aprender a desafinar estoicamente, como los bellos griegos, como los portentosos personajes de la tragedia Shakesperiana. Y a emerger hidalgos del entripado, sin huir como cobardes para agudizar la falta en un letal intento por redimirla.
Me gusta esta voz, esta presencia de una MUJER en escena, me gusta Gal Costa.
La bossa nova, la cadencia que susurra que ningún error es tan grave, que no hay por qué dramatizar, que está llegando el fin de año, el verano, y así y todo, el mundo seguirá desafinando el 1ero de enero en nuestra voz.
¡Permítaseme desafinar en paz!
Joao Gilberto – Desafinado
Se você disser que eu desafino, amor
Saiba que isso em mim provoca imensa
dor
Só privilegiados tem ouvido igual ao seu
Eu possuo apenas o que Deus
me deu
Se você insiste em classificar
Meu comportamento de
antimusical
Eu, mesmo mentindo devo argumentar
Que isso é bossa nova, que
isso é muito natural
O que você não sabe, nem sequer pressente
É que
os desafinados também tem coração
Fotografei você na minha
Rolleiflex
Revelou-se a sua enorme ingratidão
Só não poderá falar
assim do meu amor
Este é o maior que você pode encontrar, viu!
Você com a
sua música esqueceu o principal
Que no peito dos desafinados,
No fundo do
peito, bate calado...
No peito dos desafinados
¡Também bate um
coração!
Es que los desafinados también tienen un corazón.
Tú con tu música olvidaste lo principal
Que en el pecho de los desafinados
En lo hondo del pecho, late callado...
Que en el pecho de los desafinados
¡También late un corazón!
Desafinado - Gal Costa :http://youtu.be/JMbCeM0Ro1A
A boca de jarro