Hay una mujer que parece que anda sintiendo las ganas de crear círculos de mujeres, y que cita a otra sabia mujer que describe maravillosamente lo que los círculos femeninos generan. Si quieren ver de quiénes y de qué se trata por favor lean:
http://expansionpersonal.blogspot.com/"Reúne a las mujeres; salva al mundo" J Shinoda Bolen
http://expansionpersonal.blogspot.com/"Reúne a las mujeres; salva al mundo" J Shinoda Bolen
Yo siento que aquí, alrededor de un jarro lleno de agua cristalina, pura y purificante, del que cada vez más mujeres bebemos en comunión, compartiendo nuestras vivencias y nuestros sentimientos con absoluta honestidad, simpleza y valentía, se ha gestado un círculo.
Y al menos a mí, este círculo, aunque sea, como le dije a Xime, un círculo virtual y no presencial, pero con una fuerte presencia, aunque no sea apabullante en números, pero muy significativa y relevante en intensidad, entrega y poder de sostén, este círculo me nutre y me refresca, le da alas a mi alma, caricias a mi corazón y aire fresco a mis pensamientos. Es un círculo de elementos femeninos: de agua, de luz, de fuerza creativa y sanadora, de sostén y apoyo, un círculo nutricio como la leche materna, que da calor, que acompaña, que potencia, que "da a luz". Un círculo en el que irremediablemente se filtra la sombra que nos habita, porque somos luz y sombra, como decimos siempre, pero ahora la sombra está asumida, está aceptada, la luz se amigó con ella y la conoce, la ilumina...
Casi siempre comparto lo que me pasa desde el conflicto. Hoy quiero celebrar el hecho de que el círculo alrededor de este jarro, esta vasija que se asemeja a un vientre materno de alguna manera, este círculo me aporta soluciones, abre los caminos que seguramente ya estaban allí antes de que mis ojos los pudieran ver a plena luz del día, y que se des-cubren y se comienzan a andar gracias a esa luz que el círculo de mujeres irradia. Hoy quiero agradecerles por estar en mí círculo, y hacerles saber que yo estoy en el de ustedes y que pueden contar conmigo.
"Y una mujer habló, diciendo "Háblanos del dolor".
Y Almustafa dijo:
Tu dolor es la ruptura del caparazón
que encierra tu entendimiento.
Así como el hueso del fruto debe romperse
para que su núcleo pueda exponerse al sol,
así tu debes conocer el dolor.
Y si pudieras mantener tu corazón maravillado
ante los milagros diarios de tu vida,
tu dolor no te parecería menos maravilloso que tu alegría.
Y aceptarías las estaciones de tu corazón,
así como siempre has aceptado las estaciones
que pasan sobre tus campos.
Y observarías con serenidad
a través de los inviernos de tu sufrimiento.
Gran parte de tu dolor es tu propia elección.
Es una poción amarga
con la que el médico que hay en tí cura tu ser enfermo.
Por lo tanto, confía en el médico,
y bebe su remedio con silencio y tranquilidad:
porque su mano, aunque pesada y dura,
está guiada por la mano tierna de lo invisible,
y el cáliz que trae,
aunque quema tus labios,
ha sido hecho del barro
que el Alfarero ha humedecido
con Sus propias lágrimas sagradas".
Fragmento de "El Profeta" de Khalil Gibran, tomado de "El libro de la mujer: Sobre el poder de lo femenino", 2: La historia del hombre, Osho, Aura DeBols!llo, 2006.
¡Gracias por estar en el círculo alrededor de mi jarro, mujeres!
*Xime, recordá:
A boca de jarro