sábado, 27 de junio de 2015

The Unending Rose

"Rosa Meditativa", Salvador Dalí, 1958



The Unending Rose



A los quinientos años de la Hégira 
Persia miró desde sus alminares 
la invasión de las lanzas del desierto 
y Attar de Nishapur miró una rosa 
y le dijo con tácita palabra 
como el que piensa, no como el que reza: 
Tu vaga esfera está en mi mano. El tiempo 
nos encorva a los dos y nos ignora 
en esta tarde de un jardín perdido. 
Tu leve peso es húmedo en el aire. 
La incesante pleamar de tu fragancia 
sube a mi vieja cara que declina 
pero te sé más lejos que aquel niño 
que te entrevió en las láminas de un sueño 
o aquí en este jardín, una mañana. 
La blancura del sol puede ser tuya 
o el oro de la luna o la bermeja 
firmeza de la espada en la victoria. 
Soy ciego y nada sé, pero preveo 
que son más los caminos. Cada cosa 
es infinitas cosas. Eres música, 
firmamentos, palacios, ríos, ángeles, 
rosa profunda, ilimitada, íntima, 
que el Señor mostrará a mis ojos muertos.



Jorge Luis Borges, La rosa profunda, (1975).




A boca de jarro

Buscar este blog

A boca de jarro

A boca de jarro
Escritura terapéutica por alma en reparación.

Vasija de barro

Vasija de barro

Archivo del Blog

Archivos del blog por mes de publicación


¡Abriéndole las ventanas a la realidad!

"La verdad espera que los ojos
no estén nublados por el anhelo."

Global site tag

Powered By Blogger