Más allá de la noche que me cubre,
oscura cual abismo insondable,
doy gracias mi a dios fuere quien fuere
por mi espíritu siempre inconquistable.
(...)
Ya no importa cuál fuere mi camino
ni cuántas culpas se acumulen a mi paso.
Soy el dueño de mi propio destino.
De mi alma el capitán y único amo.
William Ernest Henley "Invictus", 1875, Extracto.
(Traducción propia)
Conocí este poema por la película tal vez o por el gran cubrimiento que se hizo con motivo de la muerte de Mandela. Y es que, sin duda, hay una sensación de poder que se expande por el ánimo del ser humano cuando piensa y cree que es el dueño y el señor de su destino y de su alma. Me gustaría pensar que es así, que nuestra vida es nuestra nave que podemos poner camino del destino que hemos elegido. En el caso de Mandela fue así efectivamente, pero asistimos a una vida grande, a una vida épica en que eso se confirma. No sé si en el caso del ser humano normal hay esta posibilidad de ser el dueño del alma y del destino porque en tal caso pequeñas almas y cortos destinos son los forjados por los capitanes de las naves. Creo que hay vidas y vidas. Vidas enteras y vidas mediocres y que cada uno elija y sepa dónde está.
ResponderBorrarUn beso.
También así lo conocí yo. Y poco sé de su autor, es más, ahora ya casi ni quiero enterarme de qué dicen los críticos acerca de un poeta, de su obra o de su biografía. Me guío por lo que me transmite la obra. Me pareció un desafío ponerme a traducir apenas este extracto. Siempre pensé que no se debe traducir poesía a menos que estés listo para reinventar el poema en la lengua a la cual traduces y eso es lo que he intentado hacer apenas con este extracto. Las barreras son grandes: hallo al inglés más sonoro y apto para la rima y el ritmo que el español, pero siento que ambas lenguas son sin dudas, cada una a su manera, los mejores medios para la literatura en general y sobre todo para la poesía.
BorrarEn cuanto a lo que dice este poema, no creo que seamos dueños de nada, estimado Joselu, mucho menos de algo tan irreal como el destino. No creo ya que exista tal cosa: sólo existe el presente, y francamente no me siento dueña ni de mi propio cuerpo en este presente. Crees ser dueña de tu cuerpo y no hace más que mutar contra tu voluntad, gastarse, enfermarse, envejecer, morir un poco día a día... Crees ser dueña de lo excepcional y la mediocridad se apodera irremediablemente de tu alma que se refleja impiadosamente en el reflejo de tu cuerpo. De nada somos los dueños.
Un beso y muchas gracias.
Fer
Buenos versos.
ResponderBorrarEstoy de acuerdo. Son muy buenos.
BorrarUn saludo y gracias.
Fer
Qué grandioso seria sabernos certeramente, capitanes de nuestro navío, con el poder absoluto de virar el timón hacia las latitudes apetecidas sin temor a obstáculo alguno...
ResponderBorrarSin embargo, ya sabemos que eso, por mucho que debamos pensarlo y sentirlo, no suele ser así...la vida ya se encarga de ponernos sobre el guión que está escrito sin que podamos esquivarlo. No siempre al menos, aunque me gusta pensar que sí en más de una ocasión y por ellas, vale la pena capitanear...
:)
Besos muchos.
Seria fantastic!!!
Borrar"All the world's a stage
And all the men and women merely players..."
Vale la pena capitanear, ya lo creo... ("Oh captain, My Captain"), y jugarle una buena pulseada a brazo partido a eso que llamamos "destino". El vocablo anglosajón es maravilloso: "fate". Denota fatalismo y tiene mágicos ribetes trágicos.
Besos desde el frío. miles, y gracias, totales!!!
Fer
Me gusta el tono que emplea y la contundencia con que asevera ser dueño de su destino y capitán de su alma. Debe de ser una sensación muy dichosa. Envidia me da ese espíritu inconquistable!!
ResponderBorrarUn fuerte abrazo y gracias por darnoslo a conocer.
Si ves la película homónima, "Invictus", verás que sí lo conoces, Marybel, estoy segura: este es el poema que rezaba Mandela, como un mantra fortificante, durante sus largos y penosos años de presidio. Envidia da, claro que sí, ser el dueño de un espíritu tan noble y fuerte. Muy pocos tienen ese privilegio de los dioses o de los verdaderos héroes.
BorrarUn fuerte abrazo y muchas gracias!
Fer
Por suerte hay muchos espíritus inconquistables, de ellos aprendemos aquellos que nuestra percepción consigue extraer.
ResponderBorrarBesos muy grandes,
tRamos
Es cierto: hay muchos, aunque sean ilustres ignotos ;)!
ResponderBorrarBesos y gracias mil tRamos.
Fer
Precioso poema, Fer :) Así debería ser siempre: dueños de nuestro destino y capitanes de nuestra alma.
ResponderBorrarGracias por compartirlo!!
Un abrazo de miércoles.
Así es: debería ser. Muy amable, Julia.
BorrarUn abrazo de miércoles!
Fer