Otro de los conceptos claves y más escalrecedores de su pensamiento es sin dudas la noción de la sombra que nos habita. La sombra está compuesta "por
los rasgos del hombre en parte reprimidos, en parte no vividos del
todo, que desde el principio fueron mayormente excluídos por motivos
morales, sociales, educativos o de otra índole y por eso cayeron en la
represión, es decir, en la desolución." Somos seres polares y cada
polo tiene su contrapolo así como sucede en el universo. Cada cualidad
tiene su contracara, y ambas se complementan y conforman un todo, son
dos aspectos de la misma unidad, interdependientes en su existencia. Esto significa que lo que vemos como opuestos es
simplemente un producto de nuestra consciencia.
La sombra es la zona que no está incluída en la luz de lo que asumimos
conscientemente como propio, y se des-cubre a través del conocimiento de uno mismo, sin que medie nuestro ego que aprueba o desaprueba lo que emerge.
Según
Anselm Grün, benedictino alemán, maestro espiritual, psicólogo y autor prolífico que se apoya en el pensamiento jungiano, la confrontación con la sombra que nos habita suele coincidir con lo que él denomina "la crisis de la mitad de la
vida", cuando dejamos atrás la cumbre y nos encontramos en el valle
donde comenzó la ascención de la curva psicológica y biológica de la
vida. Y si bien estamos hablando de psicología profunda, constato en mis encuentros con amigos de mi edad, gente que está transitando su cuarta década, que hay mucho de cierto en lo que la psicología dice con respecto a cómo nos sentimos plantados frente a la vida en este tramo. Muchos parecemos habernos quedado como estancados, mirando un pasado que ya fue y añorándolo, aunque la vida nos convoca a plegarnos al paso del tiempo y seguir adelante, pero sentimos que hemos perdido la brújula.
Al respecto, Jung afirma: "A partir de la mitad de la vida permanece vivo solamente aquel que quiere morir con la vida. Así como hay un gran número de hombres jóvenes que, en el fondo, tienen un angustioso pánico ante la vida y que, sin embargo, la desean vivamente, hay también muchos hombres mayores que sufren el mismo temor ante la muerte.(...) Descalabros psicológicos de la naturaleza, perversos e incongruentes. Un joven que no lucha y vence ha derrochado lo mejor de su juventud y un viejo que ante el misterio de los arroyos que descienden sonoros de la cumbre no sabe escuchar es un sinsentido, no es nada más que un pasado anquilosado."
Al respecto, Jung afirma: "A partir de la mitad de la vida permanece vivo solamente aquel que quiere morir con la vida. Así como hay un gran número de hombres jóvenes que, en el fondo, tienen un angustioso pánico ante la vida y que, sin embargo, la desean vivamente, hay también muchos hombres mayores que sufren el mismo temor ante la muerte.(...) Descalabros psicológicos de la naturaleza, perversos e incongruentes. Un joven que no lucha y vence ha derrochado lo mejor de su juventud y un viejo que ante el misterio de los arroyos que descienden sonoros de la cumbre no sabe escuchar es un sinsentido, no es nada más que un pasado anquilosado."
Para Jung, la vida es lucha, y la realización personal reside en luchar a favor de ella: "En
la lucha a favor de la vida debemos confrontarnos profundamente con
nuestras pasiones, con nuestra propia propensión a las adicicciones, con
nuestra tendencia a dejarnos llevar y ser vividos en lugar de vivir
nosotros mismos (...) Ni Prometeo, ni Fausto, ni Zaratustra, sino ser
el benevolente hospedero de la realidad."
Sus pensamientos son hallazgos del sentido común en la
psicología que construye a pesar de que no ofrece recetas sencillas. Sobre todo, me conmueve este texto, en el que
le habla directamente al alma, esa con la que no conectamos, no escuchamos, no tomamos en cuenta, esa a la que Carl Gustav Jung invariablemente
nos conduce:
"Yo hallé el camino correcto, me condujo hacia ti, a mi alma.
Regreso, moderado y purificado.
Entonces yo estaba totalmente absorto en el espíritu de los tiempos
y pensaba en forma diferente que el alma humana.
Pensaba y hablaba mucho acerca del alma; sabía muchas palabras eruditas acerca del alma;
la juzgaba y hacía de ella un objeto científico.
No consideré que el alma no puede ser objeto de mi juicio y conocimiento.
Mucho más son mi juicio y mi conocimiento el objeto de mi alma.
(...)
(...)
Sin el alma no hay forma de salir de este tiempo."
Carl Gustav Jung
( En Recuerdos, sueños, pensamientos, obra póstuma autobiográfica, 1963.)
Cuentan
que el 6 de junio de 1961 falleció después de una breve enfermedad en
su casa de Zúrich. Se encontraba leyendo. En el mismo instante en el que
su vida llegó a su fin, un rayo partió el árbol donde solía descansar.
“La
persona sabia no es la que está serena y cansada, sino la que ya no
puede ser abatida por el viento y, cuando es necesario, golpea como el
rayo”. Roberto Assagioli. |
A boca de jarro