"Las
relaciones entre el cuerpo y el ambiente son los ingredientes de la
evolución."
Charles Darwin.
Rachel Armstrong, bióloga inglesa y
docente, miembro del grupo de la comunidad TED, diseñó un plan de arquitectura
ecológica basado en la biología sintética para frenar el hundimiento de una de
las más bellas ciudades creadas por el hombre que amenaza con perderse bajo el Adriático: Venecia. El proyecto se denomina Saving Venice Project,
y a diferencia de otros intentos arquitectónicos, como el proyecto MOSE
(Moisés), se trata de un emprendimiento que utiliza materiales
metabólicos con capacidad de regenerarse para crear arquitectura, como si
se tratara de organismos vivientes en construcción- protocélulas, que
a pesar de no poseer ADN esencial como para considerárselas "vivas",
son capaces de responder a estímulos como la luz y la oscuridad. Sin ser ni
plantas ni bacterias, sino algo intermedio, su química les permitiría captar
dióxido de carbono y metano para producir energía que generaría una suerte de
roca marina en el fondo de los canales venecianos, formando algo así como
arrecifes de apoyo que se autorreparen cuando estén dañados y que sirvan de
soporte a la ciudad, hoy en peligro debido al deterioro de los pilotes de
madera a los cuales las protocélulas se aferrarían.
Según un artículo de
la revista de Clarín, Viva, de hoy, en unos 20 años el proyecto sería sustentable y viable a
la vez que resultaría económico, ya que sus ingredientes básicos son agua,
aceite y sal. Y según las estimaciones investigativas, su impacto
ambiental sería positivo tanto para el ecosistema marino como para las
personas, ya que tendría un efecto regenerativo frente a la actividad humana
que tiende a degenerar el medio ambiente e inclusive, al producir luminiscencia
en las enturbiadas aguas de los famosos canales, mejoraría el humor humano.
Mi fuerte nunca fue
la ciencia, pero esta señora rubia de 42 años, a quien se la ve bastante regenerada
por cierto, luciendo como una treintona actriz de Hollywood, sería capaz de
regenar al planeta. Y después de las noticias del salvataje de cien mil
millones de euros para España, cuarta en la eurozona en recibir un rescate
en medio del naufragio económico, el panorama de estanflación (estancamiento
o reseción económica más inflación) en la Argentina, y la visión del mundo
en general, salvo pocas y honrosas excepciones donde no nos abren la puerta así
no más, se me ocurrió que sería maravilloso proponerle a Rachel
Armstrong, de brazo fuerte y apellido célebre, que intentara aplicar
este tipo de manipulación sintética para salvarnos de hundirnos o sacarnos a
flote, según sea el caso: nunca se sabe, aquí nos dicen nuestras autoridades
que los diarios mienten...
Si todo lo que se
percibe es tan real como se siente y efectivamente ya nos llegó el agua al
cuello como a Venecia, si se pudrieron los pilotes de la economía, de la
política y de la malla social que deberían sostenernos, no habría nada mejor que
apelar a elementos sencillos como agua, aceite y sal para
trabajar codo a codo con la naturaleza, esa dama a la que hemos maltratado por siglos, para
lograr cambiar la química global, mutar y regenerarnos como especie. Tendríamos
que apelar a la arquitectura biológica, lograr la transición que envisiona Armstrong
entre lo inerte y lo vivo y desarrollar una nueva casta de políticos
protocelulares. ¿Cómo les va la idea de apuntalar los cimientos de nuestras
resquebrajadas estructuras con billones de protocélulas a base de lo que todos
tenemos en la cocina de casa: agua, aceite y sal? ¿Les parece que
la inglesa Armstrong, súpercapacitada en Oxford y Cambridge, se animará? Aquí les
dejo la charla de Ted para ver qué opinan.