martes, 28 de junio de 2011

La luz se oye: ¡Por favor, tocar!

                                                                    
  Este sublime video de lo que lleva adelante una ONG israelita a través de las grandes capitales del mundo en forma de un espectáculo interpretado por ciegos y sordos es sublime, como la crítica internacional lo califica. Como se dice en el video, que está subtitulado al español, y en el que se escuchan varias lenguas, incluyendo el lenguaje universal de los gestos y los signos,que es nuestra "lengua madre", parece descabellado llevar a la escena a ciegos y sordos, ya que concebimos al teatro como "el arte de la comunicación", pero entendemos la comunicación desde un lugar muy pobre. La obra se llama "La luz se oye" y el nombre de la ONG es :
                 Na Laga'at (Na Lagaat)   (en Hebreo)   :   "Por favor, tocar"
  Lo que se escenifica son ni más ni menos que los sueños de estas personas con capacidades diferentes, que son en esencia parecidos a los de todos, y algunos son muy particulares. Algunos desean  ir a comprar queso al super y poder ver la fecha de vencimiento del producto, o llevar a una hermosa mujer a un restaurante y lograr ordenar el menú.
  Me quedo con la idea sobre la que siempre insisto como educadora de niños y jóvenes "normales"
      "LAS POSIBILIDADES DEL SER HUMANO SON ILIMITADAS"
   .... siempre que no nos dejemos apresar por el miedo de ser nosotros mismos, de mostrarnos al mundo tal cual somos.
  Y yo, al igual que la directora del espectáculo, pienso y agradezco a la vida el haber descubierto y encontrado todo esto en el momento preciso y el lugar adecuado:

             ¡GRACIAS DORITA E ISAAC POR COMPARTIRLO CONMIGO!



                                               http://youtu.be/467Y-yzB2bs

A boca de jarro.

lunes, 27 de junio de 2011

Desprolijidad



           
  Una vez más, voy a dejar salir un poco de humo de mi pava hirviendo, porque el agua no me sirve para cebar ricos mates una vez que hierve: ¡una pena!  Mejor me vendría tomarme el tiempo para la hermosa ceremonia del compartir unos mates relajados y charlados con mis seres queridos, como dice un escrito muy lindo de Lalo Mir que me llegó hoy por mail, y que reenvié a los que más quiero, que hacerle frente una vez más a la tarea y a lo que genera en mi hija de ocho años, una niña, no una "adulta pequeña", haciendo referencia al maravilloso poema de Silvia Beatriz Zurdo que publiqué hace tiempo en este blog: "Día del Niño". 

  Mi hija hoy salió malhumorada del colegio. Lunes. Día de mucho frío en la ciudad. El fin de semana hubo que hacer lo que se nos mandó. Lo muestro para ahorrar en palabras y ser "prolija":

             
  

  A mi hija y a los chicos de su clase se les exige "prolijidad en las presentaciones". La maestra de grado avisó a principios de año que iba a insistir mucho en esto, y que iba a hacerles transcribir todo aquello que estuviera "desprolijo".

En esta oportunidad, no voy a ir al diccionario a buscar el significado del vocablo "prolijidad"Sería demasiado "prolijo" de mi parte. Me voy a remitir a los ejemplos que tenemos alrededor, que educan, o des-educan, mucho más que las palabras.

En los últimos días, hemos visto muchos, demasiados, diría yo, ejemplos de "desprolijidad" en todos lados: en la política, en la justicia, en lo social, en lo económico, en los medios, en lo laboral, en el comportamiento de cada ciudadano en la sociedad y en la vía pública, en las redes sociales, en el fútbol (¡!), y la lista podría seguir ad infinitum, lamentablemente. Y a los educandos se les exige exactamente lo que los adultos paternantes no enseñan con el ejemplo de sus vidas. Y se los castiga. No veo que se castigue a todos aquellos que se desempeñan con "desprolijidad" en los escenarios  de la vida adulta que están a la vista de todos, al menos, no de un modo ejemplificador. Y la "desprolijidad" en ese plano tiene consecuencias graves.

En cambio, la "desprolijidad" en el trabajo de un niño normal y capaz es un síntoma de varias cosas. En el caso de mi hija, está muy claro, para ella tanto como para mí: hay hastío, aburrimiento de prácticas mecanicistas y carentes de sentido pertinente, exceso en cantidad en lugar de mesura y calidad (porque la foto muestra sólo una parte...), y sobre todo, esta manía defectuosa de ver siempre el lado vacío del vaso, la falta de iniciativa para estimularlos desde lo que sí logran, lo que sí pueden. 
Hoy vino refunfuñando porque una maestra le dijo que se atara los cordones de las zapatillas, y ella todavía no puede sola: "¡Oh,horror!". Respuesta del docente: "En tercer grado una nena ya debe saber atarse los cordones". Y salió de la escuela con los cordones desatados y con un humor de perros. ¡Cuánta falta de mirada por el ser humano al que se tiene adelante! ¡Y es un colegio donde se predican los valores Cristianos!

Yo no recuerdo bien cuándo exactamente logré aprender a atarme los cordones de las zapatillas. No creo que se trate de un hito madurativo trascendente, y su hermano mayor desestimó el acontecimiento, mortificante para ella, diciéndole: "No te preocupes, yo no me los até hasta los 9, y acá estoy...".  Y creo que todo tiene que ver con algo que esta docente desconoce por completo: el desarrollo de la motricidad fina. Esa motricidad en desarrollo en una niña normal que no entra "con sangre", que no se vende en frasquitos, que no se impone desde afuera, y que se cansa de copiar y copiar, para venir hoy, lunes, a casa, con cuatro tareas, y que naturalmente expresa su cansancio en la "desprolijidad" y el malhumor

La "desprolijidad" es un signo de nuestros tiempos: vivimos de un modo desprolijo, nos relacionamos desprolijamente, y así arremetemos contra la armonía personal y el bien común. En el caso de los chicos, perdemos un bien superior en pos de un requisito estético que no es más que el síntoma de la enfermedad que nos agobia como sociedad toda. Y que se cobra en autoestimas pisoteadas y, lo que es peor, en vidas, valiosas vidas malogradas.

Ayer hacía mucho frío en Buenos Aires. Soplaba un viento helado. El país estaba pendiente de lo que le pasaba a River, que terminó en drama. Yo salí a caminar emponchada por las calles desiertas a disfrutar de un rato de sol en soledad. Y ví mucha "desprolijidad" en las pocas cuadras que caminé. Ví calles sucias y rotas, caca de perro por doquier, y lo que es mucho peor, ví seres humanos acostados sobre papeles de diario y tapados con andrajos y cartones, con changuitos tomados de supermercados, abarrotados de pertenencias inútiles que van "cartoneado" por ahí, para conseguirse un dinero para comida chatarra y vino del más barato. Pensé en la noche que se venía, con temperaturas bajo cero, y me rasqué la cabeza: "¿qué hacer?" Haga lo que haga, será un acto más de verdadera "desprolojidad". 

Y escribo la palabra de este modo porque debería aplicar adjetivos calificativos mucho más altisonantes, categóricos y "a bocajarro". Pero me voy a cebar unos mates, e intentar hacer la tarea del día con mi hija menor, para tratar de enseñarle con un simple ejemplo de vida imperfecto, como todos los que le puedo dar, lo que sibgnifica (así pronunciado por ella...) la palabra "PROLIJIDAD".

  
 A boca de jarro

domingo, 26 de junio de 2011

Otra repercusión de mi última carta a La Nación Revista.

                                                 
   ¡Qué gusto! Ya van muchas respuestas favorables que me llegan por mail a lo que expreso con total honestidad y profundo conocimiento, no por ser Licenciada en Psicología, sino por ser madre y ejercer como tal todos los días hace ya trece años. La comparto con Uds. porque es sencillamente conmovedora:


             ¡Gracias Dora e Isaac!



Estimada Maria Fernanda, me permito  molestar tu atencion, pues al leer en la REVISTA de la NACION del 12 de Junio, en   YO LECTOR,  cuyo titulo NIÑOS Y PADRES, nos surgio una duda a mi esposo y a mi y este es el motivo de esta.
              Somos un matrimonio  mayor   mi esposo  80 años y yo  77 años, pero siempre consideramos que podemos aprender  algo, que  quizas pueda servir, para comentarles a nuestros hijos, y ellos aplicar en nuestros nietos.
              Nuestra pregunta es , tu dices al comienzo de tu  nota, en     La  Crianza, que es un libro o alguna otra carta de lectores, que quizas no hemos leido?.
       Si es asi, te agradeceriamos nos indiques , pues compartimos tus palabras, te imaginamos una mama  joven, y citas  a Norberto Levy, que no sabemos quien es, y si es algo que podemos adquirir en las librerias, nos gustaria leerlo, pues coincidimos contigo, en todo lo que dices en tu ultima frase de dicha carta.
                 A pie de la presente te mandamos nuestro correo, y esperamos con muchisimo gusto tu respuesta, mientras  te saludamos cordialmente, hasta pronto  Dora  e  Isaac
                                                                        
                                                            domingo   26  de junio   2011.

  Desde ya, todas las dudas de estos divinos abuelos con ganas de aprender para seguir transmitiendo aprendizajes a su familia han sido debida y cálidamente contestadas.

                                                    ¡GRACIAS!
A boca de jarro.

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