viernes, 12 de julio de 2013

Cerrado por reparaciones durante las vacaciones

                                                

 Se cierra el jarro por reparaciones de grietas y otros bollos que ha estado recibiendo últimamente, y se toma vacaciones su autora y administradora, algo cansada y agobiada, ya que sus mejores amigos no han ni siquiera recibido sus últimas actualizaciones. De todas formas, mejor. Con las cosas como están, ya ni puede comentar esta gente tan valiosa sin verse forzada a entrar por la puerta de Google+ en lugar de usar las ventanas siempre abiertas de este jarro de aguas claras. 




 Complicada es esta era de imágenes y presencia virtual: si no aparecés en pantalla, por tu casa parece que no pasa nadie a ver cómo andan las cosas...

 La autora pide disculpas por su torpeza digital y porque la estética de los comentarios de Google+ apesta, y aquí siempre se la ha cuidado con esmero y dedicación. Por más que se pida ayuda, no hay caso, no: la pobre aprendiz digital, que quiere dejar de ser inmigrante sabiendo que jamás será nativa en esta tierra compleja, como toda tierra extranjera, no le termina de encontrar la vuelta. Y los comentarios son, han sido y serán las aguas más límpidas y nutricias de este jarro que ha dejado ya de ser meramente virtual en la afectividad de su esencia.

 Ha caído mucha agua en la última tormenta. Habrá que agarrar el balde, sacar toda el agua sucia, reparar los rinconcitos por donde se filtra, llamar a algún buen plomero y ver después qué hacemos. Pero como ya lo ha hecho con su propia casa el pasado 2 de abril, se le figura que no será tan difícil volver a poner la casa en orden. Baldes sobran... Se aprovecharán las vacaciones para seguir trabajando por este jarro de barro al que ella quiere tanto, extensión de su propia casa, de su propio corazón y alma, de su propio eje y centro, que se ha descentrado un tanto por una falla absolutamente humana por la cual deberá perdonarse y ser perdonada.

 A pesar del experto consejo de un experto en el tema , quien le pasó el alarmante dato a la autora acorralada de que al abrirle el paso a la red de los plus one, se incrementa la virosidad, los comentarios seguirán abiertos para quien quiera y pueda comentar (*Editado). De virus, gusanos, perritos paseanderos sueltos, cuyos dueños no limpian sus deposiciones en las veredas vecinas, y de buitres delincuentes que amenazan con llevarla a la aprendiz digital y ciudadana, decente pero indignada, a la justicia por una deuda que ella jamás contrajo, ya han tenido bastante, tanto la autora como su jarro de barro. Pasa que cuando se pisa caca, irremediablemente queda pegada, y es menester calzarse los guantes de goma y utilizar lavandina para limpiar todo resto, cuidando mucho las manos, los ojos y las vías respiratorias, ya que es altamente tóxica, digo, la lavandina y la caca...
 
 Tengan a bien disculpar las molestias ocasionadas. Va a estar bueno el jarro, lo que no les podemos asegurar es cuándo, pero es como Buenos Aires, por lo tanto estamos a mano. 



A boca de jarro

viernes, 5 de julio de 2013

Mi voz, mi vida, mi libertad



  Muchos piensan que la poesía es cosa inaccesible, para eruditos, iniciados en la Literatura, escrita así con mayúsculas. Sin embargo, a mí últimamente la vida de todos los días me susurra poesía. Me conecté con ese fluir poético que alimentan poetas a quienes sigo con un enorme placer, por puro goce estético. Algunos de ellos merecen estar en los anaqueles de cualquier librería que se precie de tal, donde un libro de María Elena Walsh, que acabo de adquirir para mi hija, quien con sus doce años escribe y lee poesía, porque todos los niños sensibles somos poetas al fin, es una bicoca comparado con uno de Florencia Bonelli o de John Green, y uno de Hermann Hesse, inédito para mí, que acabo de comprar para mí, también lo es comparado con los de aquellos periodistas políticos que no sé bien cómo hacen para escribir ya que no saben ni hablar en su lengua materna... Hermann Karl Hesse, nacido en  Alemania, fue un escritor, poeta, novelista, ensayista y pintor alemán que recibió la nacionalidad suiza en mayo de 1924, y que fue además galardonado acertadamente con el Premio Nobel de Literatura en 1946, como reconocimiento a su trayectoria literaria y quien nos legó genialidades que me devoré y adoro, tales como Demian, El lobo estepario y Siddhartha. Éste último ejemplar que compré ayer lo encontré de casualidad, de puro curiosa que soy, porque los libros que están en primer plano en las librerías locales, y que pasan la barrera de los 200 mangos en mi país, son de escritores que poco tienen de Escritores y nada de Literatura. Cosas del mundo de las letras de hoy que superan mi entendimiento y colman mi indignación, que rebalsa.

  Mucho de este temor que sentimos al encarar poesía, como sucede con el arte, se lo debemos a aquellos que se autoproclaman "entendidos", "los críticos", varios de ellos estudiosos de los tecnicismos con nombres raros y opacos para el lego, recursos que según ellos, quienes los interpretan por nosotros, y que supuestamente deben estar presentes en una obra para considerarla Arte, se me hacen en general artistas frustrados, salvo algunas excepciones contadas con los dedos de las manos.

  Borges es un buen ejemplo de un maravilloso Poeta que resulta inaccesible para muchos buenos lectores. Hay pasajes de algunos de sus poemas que me llegan al alma, ya que puedo conectar con su sentir sin explicación mediante, porque eso es Poesía para mí, puro sentimiento plasmado en palabras bien hilvanadas. Pero sucede que cuando Borges despliega su enorme bagaje cultural, la mayoría de sus lectores, interesados en descubrir su valor literario, nos perdemos, no lo podemos seguir en sus alusiones y sus exquisitas referencias multiculturales, y es entonces cuando cerramos el libro y decimos: "Paso". Es una pena. Y es entonces también cuando se necesitaría la mano de un Maestro que nos haga de guía para esclarecer con nosotros la riqueza del universo borgiano, y aún así, me temo que el goce se perdería por el esfuerzo que implicaría, y la lectura y el sentir se verían reducidos a un trabajo de laboratorio: diseccionar la obra, ponerla bajo el microscopio, hacer referencias cruzadas, investigar otras ramas y terminar yéndonos por las ramas. Desintegramos la obra y nos perdemos su vista completa, y el goce estético que la totalidad en su conjunto habilita generalmente se evapora. A mí me va Borges con esto:


Si (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de 'rosa' está la rosa
y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'.

Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.



  Esa es la pura esencia de la Poesía: la rosa. He tenido la fortuna de tener una buena profesora de literatura inglesa contemporánea, una enamorada de James Joyce, tanto que hasta decía que se lo llevaba a la cama. Y sus alumnos le creíamos, porque pocos hombres se habrían animado a acompañar a semejante Maestra allí más que Joyce. De todas formas, a punto de terminar mi profesorado de inglés y habiendo aprobado con altas calificaciones cinco cursos anuales completos de literatura anglosajona, incluyendo una materia cuyo nombre era "Shakespeare", la más temida del profesorado de inglés por entonces, fue ella quien me enseñó realmente a leer y a apreciar la Literatura

  Hacia fines de año sentenció categóricamente una mañana gris que no íbamos a rendir examen final escrito y oral  en diciembre, como en todas las demás cursadas, para repetir como loros los apuntes que habíamos tomado de sus clases o todo cuanto habíamos leído de crítica literaria, sino que íbamos a promocionar la materia aquellos alumnos que aprobásemos un Trabajo Práctico que consistiría en escribir un ensayo de alrededor de 5.000 palabras comparando y contrastando dos historias de Dubliners a elección personal, que habíamos leído con ella como facilitadora,  además de A Portrait of an Artist as a Young Man, ya que el Ulysses lo había descartado de plano, y nos había animado a leerlo en las vacaciones de verano, una vez terminada nuestra formación como profesores de lengua inglesa, y si nos animábamos.




  Puse manos a la obra y empecé, como de costumbre, por ir a la biblioteca gigantesca y perfumada del Joaquín, entonces sin sede propia y cursando en el subsuelo del Colegio Nacional Mariano Moreno, a pedir prestados una decena de libros críticos sobre Dubliners. Me los llevé a casa, comencé el trabajo de hormiga de leer lo que otros opinaban de aquellos cuentos, subrayando y resaltando cada cita de la que me podía valer para mi ensayo, y terminé entregando a tiempo un pastiche literalista de vagas y escasas opiniones personales inferidas de las opiniones canónicas de "los que sabían", con la certeza de que vendría un diez. Mi sorpresa fue inmensa y tiñó mi rostro de rojo cuando, a la clase siguiente, mi profe me lo devolvió con tan sólo una nota sobre la carátula, tipiada en una Olivetti, que escuetamente me bochaba con un rotundo "Off-task". Me acerqué confundida y un tanto avergonzada al final de la clase a hablar con ella, para lo cual tuve que hacer cola, y le pregunté qué significaba eso. Y muy sonriente y tranquila me dijo que no había hecho lo que se me había pedido, sino que lo mío era un precioso "patchwork", comparable al "copy & paste" que hacen hoy muchos de mis alumnos cuando les planteo desafíos mucho más abarcables que Dubliners. Me explicó dulcemente que ella quería que yo diera mi opinión acerca de dos historias que por alguna razón me interesaran, y que debía explicitar en mi tesis el por qué de mi elección. Finalmente, agregó con una amplia sonrisa que no había problema en sustentar mi opinión con alguna cita erudita ocasional, pero al revés, no.



  Volví a casa apesadumbrada con un desafío sin precedentes entre manos, justo a pasos de conseguir mi título tan largamente esperado. Le dí vueltas al asunto un par de días y noches, soñé con Dubliners en inglés, como solía sucederme entonces, y una mañana que me tomé la libertad de faltar a mis clases del día, separé todos los libros que había pedido prestados, tomé a Joyce entre mis manos y elegí con libertad y criterio propio por vez primera en mi paso por esa prestigiosa casa de estudiosque tanto me ha dado, una historia de la colección de Joyce que me había fascinado y otra que no me había gustado. Comencé por plantear mis objetivos. Continué por analizar los aspectos relevantes que me habían atraído y repelido, y apoyé algunos de mis argumentos con unas cuantas citas que realmente respaldaran mis propios pareceres como lectora, dando el debido crédito y sin mediar plagio alguno. Me recé todo un rosario un día más tarde, a bordo del colectivo que me llevaba al encuentro de las manos de mi Maestra, que me habían soltado para darme alas propias, y le entregué temblorosa mi nueva versión del T.P., tipiada nuevamente en mi noble Olivetti y revisada una docena de veces para pulir el estilo. A la semana siguiente, tenía la materia aprobada con diez, y una nota dedicada que se perdió junto al T.P. cuando se inundó mi casa el 2 de abril pasado en mi Buenos Aires querido, hecho que lloré amargamente, ya que me sirvió más aquello que se inundó con la tormenta que la medalla de plata al mejor promedio de mi promoción, que me valió mucho menos en la vida que lo que esa nota a puño y letra me enseñó.

  A lo que apunto con esta historia de estudiante es que la poesía es aquello que nos llevamos a la cama para hacer el amor. Es aquello que en susurros nos dice algo que da en el clavo de nuestro sentir enclavado en una circunstancia de nuestra línea de tiempo, aquello que nos hace resonar en la empatía y que nos con-mueve, es decir, que se mueve con nuestro movimiento y nos hace mover hacia adelante. De nada sirve estudiar la rima asonante y consonante, la métrica, establecer si se trata de verso libre, soneto, remarcar los recursos estilísticos o develar sus connotaciones y alusiones, si, antes de todo eso, no logramos conectar con el sentir que el poema o la obra de arte hace resonar en nuestro interior. Poesía es conectarse con el niño que, sin la censura de la intelectualización almidonada, le sube o le baja el pulgar a aquello que nos habla directamente al corazón con absoluta libertad de criterio.

  Poesía para mí hoy es esta canción, una más, como las que cantamos tantos sin saber que es Poesía, habiendo sido iniciados al Arte o no, y que me canta exactamente lo que siento no ahora, sino desde hace años, pero que se me ha hecho tan claro por estos días como las aguas de este jarro agujereado en imágenes pero intacto en su esencia y en su transparencia desde que arranqué en mi desorientación allá por enero del 2011. Y me animo a desafinar al tranferirla del Portugués do Brasil al castellano que yo hablo, intentando emular la alegría del povo brasileiro que tanto sabe disfrutar da poesía musical, da praia e o mar, das garotas de Ipanema, de os morros, as fabelas, a samba, seu danzar, seu Carnaval, sua camisa amarela, da caipira, que no es otra cosa que la Poesía de la vida.

"Minha Voz, Minha Vida" de Caetano Veloso



Minha voz, minha vida/ Mi voz, mi vida
Meu segredo e minha revelação/ Mi secreto y mi revelación
Minha luz escondida/ Mi luz escondida
Minha bússola e minha desorientação/ Mi brújula y mi desorientación
Se o amor escraviza/ Si el amor esclaviza
Mas é a única libertação/Pero es la única liberación
Minha voz é precisa/ Mi voz es precisa
Vida que não é menos minha/ Vida que no es menos mía 
que da canção/ que de la canción
Por ser feliz, por sofrer/ Por ser feliz, por sufrir,                       
Por esperar, eu canto/ Por esperar, yo canto
Prá ser feliz, prá sofrer/ Para ser feliz, para sufrir     
Para esperar eu canto/ Para esperar, yo canto
Meu amor, acredite/ Que mi amor crea             
Que se pode crescer assim prá nós/ Que se puede crecer así para los dos
Uma flor sem limite/ Una flor sin límites
É somente por que eu trago/ Sólo porque yo traigo 
a vida aqui na voz/ la vida aquí en la voz

domingo, 30 de junio de 2013

Mi cumple 45!!!

 

¡Feliz cumpleaños Fernanda! (Google doodle en mi escritorio de hoy)




  La verdad, que siempre digo, (bueno... casi siempre, de mentiras ya hemos hablado), es que no iba a publicar nada sobre el día de mi cumpleaños después del ataque de los gusanos y la pata que me mandé, de puro paranoica que ando, borrando fotos que tendré que recuperar una por una, revisando las 318 entradas hasta hoy publicadas.

  Ando tan acelerada que hasta los otros días me enojé con Don Google, y le dije que si no me cuidaba bien, iba a exportar el jarrito a Wordpress: ¡soy fiera cuando me enojo, debo reconocer! Hoy a la madrugada, estrenando llena de sueños mis flamantes 45, les pedí ayuda a los muchachos de Buzz, porque las imágenes tan artesanalmente posteadas en muchas de mis entradas y en mi escritorio adorado habían desaparecido, y el jarrito parecía, como aportó Dr. Krapp en su último comentario, un Gruyere con agujeritos. Yo pensé que eran gusanos, pero si bien fueron ellos los que me pusieron loca, la pata me la mandé yo, de puro paranoica. 

Los muchachos de Google se comunicaron conmigo y me dejaron el siguiente mensaje:


"Es posible que la visibilidad de tus Álbumes Web de Picasa esté configurada como privada. 

Toda la información sobre cómo cambiarla en el Centro de Ayuda: 

http://support.google.com/picasa/answer/39551/?hl...

Es posible que aparezca una señal de stop o un signo de exclamación también como consecuencia de la eliminación de tus fotografías en tu móvil o los álbumes de Google+. Acuérdate que las fotografías que subes a tu blog se albergan en tu Cuenta de Google a lo largo de dos servicios: Google+ (si tienes un perfil creado) o Álbumes Web de Picasa (si no dispones de un perfil de Google+). 

Aconsejamos máxima prudencia a la hora de modificar álbumes y eliminar fotografías para que tus lectores no puedan visualizarlas con normalidad." 

  ¡Máxima prudencia! ¡Qué buen consejo! Se los agradezco tanto en el día de mi cumpleaños. Los agujeritos seguirán apareciendo, hasta tanto pueda taparlos, trabajando como siempre, desde casa y a todo pulmón, pero un poco más despacio, porque no es cosa de dejar ningún órgano en este intento vital de escribir sobre mi realidad. Me hace falta descansar un poco más, dormir en vez de escribir de noche, y dejarme de andar velando, porque si viene otro ataque, es mejor estar descansado. Me advirtieron, cada cual a su modo, quienes me quieren bien hoy, precisamente, que las peores decisiones que toman nuestros dirigentes son esas que se hacen trasnochadas, luego de extensas jornadas de trabajo sin descanso, de reuniones y debates. Y el ejemplo viene bien para aplicar a la vida, ya que se trata de una realidad universal: hay que trabajar para vivir y gozar, y no vivir para el trabajo, porque no sólo se pierde claridad, sino que además se pierde el gozo. Y eso es lo más espantoso que nos podría pasar.

  Así es que aclaro los tantos y les canto las 40 hoy, a mis 45: la culpable de los agujeritos fui yo, que, presa de mi paranoia, metí la pata cambiando la configuración de fotos en Google+, donde me he convertido en contribuidora pesada... Como siempre digo, aprendiendo de Eduard Punset, un valiosísimo divulgador de conocimientos plurilingüe, yo no soy nativa ni tampoco analfabeta digital: simplemente una aprendiz. Y me entusiasma aprender de tanta gente que me enriquece en este nuevo espacio que ha generado Google, quien tal vez hasta me conteste. ¿Por qué no? Si tenemos un Francisco que contesta cartas de madrugada a puño y letra: doy fe. Lo ha hecho con una amiga, así que tal vez lo haga conmigo también, porque carta le mandé.

  Me ha llenado de alegría el giff que me regaló Don Google y del que me avivé recién al mediodía, cuando tuve que cerrar para el festejo familiar. Ellos saben cuántas horas de este día a este blog le he dedicado para que luzca como me gusta, y creo que se figuran cuán feliz soy cuidándolo y compartiéndolo.
  
  Y después de lo de Assange, ¿qué más se le puede pedir a este noble y laburador equipo de gente para que nos cuide de gusanos mucho menores que ese? Seguiremos trabajando, Google y yo, codo a codo, para hacer de éste un lugar de libertad y respeto, de creatividad y valoración al mérito y de difusión de lo que nos ayuda a crecer como raza humana. Esa es de corazón la verdadera intención: es simplemente preservar la esencia de la rosa. Y es también lo que le pedí a Francisco, el Obispo de Roma, en mi breve misiva: que nos ilumine a todos en esta bendita Tierra para trabajar por el Bien, que tanta falta nos hace. Veremos si me contesta, pero esa es cuestión privada.

  Gracias, Don Google, por permitirme y asistirme al escribir, que es lo que más me hace feliz después de mi bella familia, con quien pienso compartir todas las tortas del giff y soplar cada velita para pedir los deseos que yo misma intentaré cumplir, pero un poquito más tranquila, con la ayuda de los Buenos, que aunque a veces no parezca, abundan en este mundo.

  Y gracias a todos aquellos que me enseñan, que me nutren, que me marcan un camino y que me desean un feliz día no sólo hoy, cada día.  ¡Les retribuyo a todos y cada uno tantas muestras de cariño! Les regalo yo esta canción, una de mis favoritas en la voz del Brasil:
  A veces pasa que cuando además de cumplir años, se crece, se tiende a darse una el permiso de desafinar sin vergüenza, ya que se autohabilta el derecho a conectar con lo que se siente, con la subjetividad pura, ya no tanto con lo que se piensa, sino con la música de la vida. Es como si los 45 me hubiesen traído ese tema que he cambiado aquí en el jarro: ahora deseo intentar sentir la realidad que me toca vivir en voz alta. Y se hace una más sensible al conectarse con la emoción pura. Este Stendhal me tiene a mal traer, será por eso que hoy, de regalo, recibí unos pensamientos. Aunque al menos este síndrome, que me tiene "rara como encendida", ha desterrado al de Sjögren, que no es poca cosa. Lo esencial siempre, y más que nunca a mi edad, es lograr el equilibrio, que no es fácil, pero se debe intentar. Afortunadamente en el mundo hay muchas personas que acompañan el trabajo de crecimiento personal en el que hace años estoy embarcada, aunque siempre sigo midiendo tan sólo un metro cincuenta y seis de estatura y tengo los pies firmes sobre mi puerto porteño y bien argentino, y desde aquí hacia los mares del mundo.


¡Muchas gracias por ser y estar todos los días!


A boca de jarro

sábado, 29 de junio de 2013

Historias de rosas y gusanos digitales


"Without contraries is no Progression" 
William Blake from The Marriage of Heaven and Hell, 1790-1793.


  Julian Assange, nacido el 3 de julio de 1971 en Townsville, Australia, programador, periodista y activista de Internet, y conocido en el mundo por ser el fundador, editor y portavoz del sitio web WikiLeaks, acusa a la Argentina de "vigilancia agresiva" sobre sus ciudadanos. Dice la noticia de InfoBAE.com del jueves:

"El fundador de Wikileaks aceptó dialogar con Infobae. Desde la Embajada de Ecuador en Londres, donde se encuentra recluido a la espera de un salvoconducto que lo libere del pedido de captura realizado por la Justicia de Suecia, el hombre que filtró secretos de Estado de varios países, escribió un libro y también se anima a analizar la situación de América Latina.(...) Criticó duramente que los pasaportes del país cuenten con un control biométrico, así como la cantidad de empresas internacionales que cumplen tareas de vigilancia y control sobre los consumos digitales ." Clarín lo tituló ayer: "Argentina tiene el régimen de vigilancia más agresivo de Latinoamérica".

 Lo cierto es que esta agresividad en los controles a la libertad de expresión se siente aún en los pequeños blogs, que somos víctimas de ataques constantes. Que lo diga el gusano de Assange no lo redime de su condición de gusano, a pesar de haber destapado a otros gusanos que se erigen en el nombre de la rosa. De todas formas, toda la cuestión refuerza el trastorno paranoide del que soy presa en estos últimos tiempos.


William Blake, Portrait


  William Blake, poeta, pintor, grabador, místico y enorme artista inglés, quien siempre ha estado en el altar de mis favoritos, pasó por esta vida mayormente como un desconocido, como tantos otros genios del Arte, así, con mayúsculas y en negritas, aunque en la actualidad su obra cuenta con una alta consideración y ha pasado a entronizar el podio del canon literario de todos los tiempos. Por la relación que su fenomenal producción poética mantiene con sus soberbios grabados suele ponerse a Blake como ejemplo del "artista total", y sin duda alguna,  desde que lo descubrí, lo ha sido para mí, y su poesía me ha marcado a fuego con el brillo fulgurante de su Luz perenne. Según el periódico The Guardian, citado por Wikipedia, "William Blake es con gran margen el mayor artista que Gran Bretaña ha producido", y a pesar de que me tira Shakespeare y mucho, comprendo que son dos rosas distintas y que El Guardián Británico en este caso no se equivoca en su juicio y da en la espina de mi sentir.

 Considerar los logros de Blake en poesía o en las artes visuales por separado sería menoscabar la magnitud de su obra: Blake veía poesía y pintura como un universo espiritual amalgamado, y ambos aspectos de su febril producción artística son inseparables para apreciar cabalmente su trabajo y su legado a la humanidad. Dice Wikipedia también, muy acertadamente: "Por esta razón, las ediciones ilustradas de la obra de Blake no habían sido especialmente valoradas en el pasado, hasta que los avances en las técnicas de impresión han permitido una mayor difusión, al hacerse éstas más accesibles.

  ¡Ay, los avances, cuánto retroceso humano traen también: son las paradojas del arte en la era digital!

  Hay un poema en particular que en esta ocasión se me viene al sentimiento paranoide que acompaña mis insomnios por estos días. Está tomado de Songs of Experience y fue publicado en 1794, aunque, como todo clásico, aplica a las circunstancias actuales y atemporales, además de la propia. He aquí la belleza del ensamble pictórico y poético de Blake en el original en inglés:
   


  Si bien me parece herejía traducir poesía, me permito compartir una versión más o menos aceptable que transmite la esencia de este bellísimo poema con el aval del buen Blake, a quien conozco muy bien, ya que hasta trabajé para él, y quien, desde su experiencia, que sobrevino a su inocencia, como en mi caso, me daría el permiso encantado, no tengo dudas, para ilustrar el punto al cual busco llegar hoy, que es el centro de la rosa misma:
                                                                         
"La rosa enferma", William Blake

"¡Oh, rosa, estás enferma!
El insecto invisible
que en la noche vuela
al rugir la tormenta

ha encontrado tu lecho
de gozo carmín
y su amor secreto, perverso,
a tu vida da fin."

  En la experiencia de mi paso por este bosque virtual, que hoy se me hace una selva, hay mucho gusano suelto enfermando nobles rosas que sólo pretenden ser rosas, porque han nacido para serlo. Durante siglos se ha establecido una analogía entre la rosa y la vida: la metáfora alude a que en esta flor carmesí, o de cualquier color, hay belleza y hay espinas. Y hay gusanos que penetran su virgen y vaginal forma de flor con aroma singular para robarle su esencia. Es justo allí donde radica la belleza de esta flor, tan difícil de cuidar hasta para expertos jardineros: en su esencia. No son ni sus pétalos aterciopelados, ni sus colores fuertes o pálidos, ni su aroma embriagador, ni su forma vaginal, ni siquiera sus espinas, que tanto tienen que enseñar, sino la esencia misma de la belleza natural de la vida en libertad. Es el elixir que hace que recuperemos la esperanza en tiempos de desprotección ante tantas amenazas. Aquella que nos impulsa a seguir adelante a pesar de los gusanos que nos penetran como enfermos violadores, cambiando nombre e identidad, disfrazándose de alguien que en realidad no son, y que logran que terminemos por desconfiar ya de todos, alimentando con cada ataque nocturno nuestra paranoia en lo más profundo de nuestra humana esencia de rosas. Esa esperanza que encarnan figuras como William Blake, gracias a su experiencia, y que hace que se nos haga claro como al contemplar sus grabados que no son los grandes peces, ni el Gran Hermano de Orwell, otro genio visionario, quienes intentan destruir la esencia de nuestra preciada rosa, sino los simples y pegajosos gusanos que se arrastran sobre su propio vientre para robarnos la inocencia con la que exponemos con impensada ingenuidad nuestra vida, que es la rosa, en esta selva de las redes de la era digital.





 A fines del siglo XX, con la debacle de los tiempos sólidos que se han hecho líquidos y tan poco transparentes, existieron hombres empecinados en crear rosas sin espinas, pensando que de ese modo la rosa podría ser puro aroma y belleza. Pero me temo que la existencia enseña que una rosa, que es la vida, sin las espinas que hacen que ganemos experiencia y nos protejamos del mal que acecha a nuestro alrededor, no deben ser suprimidas de la entidad que es la rosa. Son los momentos difíciles y pinchudos como espinas los que más nos fortalecen y sacan a relucir lo mejor nuestro, nuestra mayor fortaleza, y le dan cabida a otras rosas del mismo rosal que salen a protegernos y a regalarnos su aroma y su caricia aterciopelada arropada en generosos pétalos de un color distinto al nuestro, pero siempre propagando la esencia pura, que es vida, con sus espinas carnosas.

  Así es que agradezco también los ataques de los gusanos digitales, porque no hacen más que confirmar el valor de ésta, mi rosa, la alegría de ocupar el pequeño lugar que tiene en el jardín de las redes y la conciencia que abren al violarnos tan vilmente desde la más cobarde oscuridad desde la cual somos también humanos, en esencia y en espinas ganadas en cada herida del gusano pestilente. Conciencia que se hace Luz al final de largos días y noches en los que he estado un tanto ausente de mi jardín virtual y el de ustedes, ya que es menester protegerse cuando intentan arrebatarnos lo más sagrado de todo, que es nuestra inocente transparencia, nuestra noble ingenuidad y nuestra sagrada privacidad y derecho inalienable a la expresión de sentires que pueden resultar en ocasiones un tanto espinosos, pero que van destinados siempre al bienestar de la esencia sagrada de la rosa.


A boca de jarro

lunes, 24 de junio de 2013

Historia reeditada: "Todos podemos brillar"







  Hoy, comienzo de una ardua semana de pruebas decisivas para nuestro porvenir como familia, necesito reeditar esta historia como homenaje a un grande de la cultura contemporánea cuya luz jamás se apagará, y como un recordatorio a mí misma, a los míos y a todos los que tienen a bien leer este blog de nuestro inmenso valor como personas protagonistas de la historia que nos toca vivir y moldear. El texto no es de Mandela, pero sí su ejemplo de vida. Vaya a él mi homenaje en estos días en los que está peleando su última batalla pacífica por la dignidad de la VIDA.


                                                                     8 de mayo del 2012



                                                                                                                
  Esta es una de esas perlas del collar de los escritos que atesoro que me regaló desde su blog, “Despertar y Crecer”, María Guadalupe Buttera, quien además entabló una abierta y franca relación de cercana amistad virtual conmigo y yo con ella. Mantiene el clima que intenté generar a través de las últimas entradas, cierra y abre bien una semana, que fue intensa, y fue para mí un texto muy movilizante en el momento en que lo recibí. Hoy necesito recordarme estas palabras, y de paso se las recuerdo a  María, y las transmito porque valen y empujan hacia adelante:

 "Todos podemos brillar"  de Nelson Mandela

"Nuestro miedo mas profundo no es creer que somos inadecuados.
Nuestro miedo más profundo es saber que somos poderosos más allá de la mesura.
Es nuestra Luz, no nuestra Oscuridad, lo que más nos asusta.
Nos preguntamos: ¿Quién soy yo para sentirme brillante, atractivo, talentoso, fabuloso?
Pero en realidad ¿quién eres tú para no serlo?
Tú eres un niño de Dios.
Tu juego a ser insignificante no sirve al mundo.
No hay nada de iluminación en hacerte menos, con el fin de que otras personas no se sientan inseguras a tu alrededor.
Todos podemos brillar, tal como lo hacen los niños.
Todos nacimos para manifestar la Gloria de Dios que se encuentra en nuestro interior.
Esta Gloria no está dentro de unos cuantos, está dentro de todos nosotros.
Y cuando permitimos que nuestra propia Luz brille, inconscientemente damos la oportunidad a otras personas para hacer lo mismo.
Conforme nos vamos liberando de nuestros miedos, nuestra presencia libera a otros automáticamente."

 

¡Y lo dice así: A boca de jarro!        



* FE DE ERRATAS del 16 de mayo del 2012.


Buscando el texto en inglés, me encontré con esto en la web:

*Esta cita inspiradora es de Marianne Williamson, tomada de su libro A Return to Love: Reflections on the Principles of "A Course in Miracles", Capítulo 7, Sección 3 (pág. 190-191), Harper Collins, 1992. 


*Nota acerca de la autoría del texto de Nelson Mandela

Esta cita se encuentra a menudo en Internet incorrectamente acreditada a Nelson Mandela en su discurso de inauguración presidencial de 1994, especialmente la última frase de la msima: "A medida que nos liberamos de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente libera a otros." 

Como referencia, aquí están los enlaces a dos sitios oficiales del gobierno de África de 1994:


*Texto original en inglés:

"Our Deepest Fear"


Our deepest fear is not that we are inadequate. Our deepest fear is that we are powerful beyond measure. It is our light, not our darkness that most frightens us. We ask ourselves, "Who am I to be brilliant, gorgeous, talented, fabulous?" Actually, who are you not to be? You are a child of God. Your playing small does not serve the world. There is nothing enlightened about shrinking so that other people won't feel insecure around you. We are all meant to shine, as children do. We were born to make manifest the glory of God that is within us. It's not just in some of us; it's in everyone. And as we let our own light shine, we unconsciously give other people permission to do the same. As we are liberated from our own fear, our presence automatically liberates others.
 
¡A boca de jarro hoy!

viernes, 21 de junio de 2013

Historia del Solsticio de Invierno 2013




  Este invierno no será el de mi descontento, sino el de mi alegría, que se ha pintado de verde. Este invierno no se me hará el Solsticio la noche más larga del año. Terminamos de arreglar nuestro bello jardín urbano, de curar a nuestro árbol y encendimos una vela. Pedimos nuestros deseos al Dios de la Naturaleza. El Solsticio, que significa "Sol Quieto" me ha puesto en movimiento un Sueño. Y lo ví claro en la noche, bajo un cielo estrellado, con el aire helado acariciando mi rostro. Cielo y Tierra, Dios y yo, nos encontramos anoche en este Espacio Sagrado, protegido del bullicio de todo el ruido mundano. Y pude escuchar Su Voz, que me susurró una Misión, que es la Mía, lo entendí. Y me llegó al Corazón. Ahora la debo acatar y realizar.

  En el momento en el que el Sol está más alejado del Ecuador, yo me encuentro en mi eje, en mi centro y luminosa como la noche estrellada más larga de todo el año, que fue la vivida anoche, aunque a mí se me hizo corta. En esta noche helada un deseo que tenía guardado dentro, muy dentro mío, se Encendió, cobró Vida, tomó Forma y Germinó. Habrá que hacerlo Brotar, Abonarlo, Alimentarlo, Podarlo de vez en cuando, darle Calor y Regarlo con las aguas de mi Jarro hasta que por fin Florezca. Habrá que tener Paciencia, Coraje y Dedicación.  Habrá que protegerlo celosamente del Viento, de la Lluvia, de las Pestes, de las Babosas Pegajosas que emergen durante la Noche Invernal y perforan a sus Hojas, tan Rebeldes e Impiadosas como las Fuerzas del Mal. Habrá que seguir tejiéndole Historias para contarle al oído en las noches de este Invierno.

Google celebra el solsticio de invierno con un doodle (garabato) interactivo. Consiste en un guante tejido para dar la bienvenida al "Primer día de invierno 2013" en el hemisferio sur.

                         
 El anhelo es Trascender y lograr por fin llegar al Centro de los Misterios de mi Esencia Terrenal, esa cuya Revelación me fue consagrada Anoche, justo allí donde se encuentra La Puerta que comunica con mi auténtico Ser Primordial. Hoy el Tiempo se detiene y el Presente se me hace Eternidad. Hoy una Mujer piadosa llevó mi Sueño hasta Salta, a presentarle mi Ofrenda a la Virgen, la del Cerro. Y cerca de allí, en Jujuy, una Multitud de Hermanos se dio cita para pedirle Energía al Sol tibio del Solsticio de este Invierno en la Argentina, para pedir LUZ para los Pueblos dolidos. Con ofrendas de dulces, con grabados religiosos, con grasa animal y Sullu de llama y vicuña, con Khoa del altiplano, de un aroma penetrante, con incienso perfumado y con lanas de colores, se agradeció al Fuego y a la Madre Tierra por todo lo brindado durante lo que va del año. Y se pidió por el Buen Vivir para todos los Pueblos del Mundo. Con mi vela yo me uní a esa noble Ceremonia, tan alejada de aquí, aunque cerca en el Sentir y presente en la Memoria.

 Hoy, como los Masones, busco Paz y Prosperidad, como también dedicarme a que mis Seres Amados alcancen aquello que anhelan desde lo más noble de su Corazón Humano.

  Hoy, como los Quechuas, Aymaras, Kollas, Rapanui y Mapuches de mi tierra,  celebro el año nuevo que marca este Solsticio como Tiempo Bendito y Preciado de Purificación para TODOS. Lo Comparto con USTEDES

¡Enciendan sus velas hoy y únanse a la Oración al Sol de la Creación!

A boca de jarro

jueves, 20 de junio de 2013

Historia de síndromes raros


"Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados."

Henri-Marie Beyle, Un viaje de Milán a Reggio.

  Sobre fines del año pasado se me hizo un diagnóstico presuntivo de un síndrome raro que prevalece sobre mujeres a partir de los cuarenta años, o aún antes en algunos casos menos frecuentes, como el de la mismísima Venus Williams, tenista profesional, que abandonó el circuito a partir del diagnóstico del denominado síndrome de Sjögren. El mejor sitio de información al respecto que encontré en la red es una org en inglés: Sjögren's Syndrome Foundation, cuyo slogan reza: "YOUR CREDIBLE SJÖGREN'S SYNDROME RESOURCE". Allí se proponen ideas y recursos para convivir con esta condición crónica e autoinmune caracterizada por la sequedad. Encontré testimonios reales de mujeres que en todos los casos eran mayores que yo, y que a pesar de proponer llevar adelante una vida sonriente con el Sjögren como compañero de ruta hasta la tumba, aseguran que empeora con la menopausia, cuando la sequedad glandular naturalmente se acentúa, e insisten en que quienes lo padecemos debemos aprender a vivir con coraje y difundirlo, en un intento por crear conciencia sobre su existencia y sintomatología y apoyar a la org a través de donaciones.


"Living With Sjögren’s Syndrome"
"Be BOLD for Sjögren’s Awareness!"
"Donate Today"

  De acuerdo a lo que he aprendido de los múltiples especialistas que he visitado, este síndrome, descubierto por el científico sueco Henrik Sjögren, (se pronuncia "siogren" según los médicos locales), es una enfermedad autoinmune sistémica que afecta principalmente a las glándulas exócrinas y que conduce a la aparición de sequedad. Las glándulas exócrinas son las encargadas de producir líquidos como la saliva, las lágrimas, las secreciones mucosas de la laringe, la tráquea y la vagina, fluidos que hidratan, lubrican y suavizan las partes del organismo que están en contacto con las mucosas. Es también una enfermedad de etiología reumática, ya que puede producir dolor e hinchazón en las articulaciones, y la trata un reumatólogo, quien a la vez deriva a los pacientes a especialistas de acuerdo a sus síntomas: oftalmólogo, dermatólogo, ginecólogo, odontólogo, estomatólogo y psicólogo, ya que también puede causar depresión, desgano y fatiga, etc.
    
  En la información disponible online, la terminología para clasificarlo resulta un tanto confusa, tanto como atemorizantes algunos de sus pronósticos. Algunos remarcan que es simplemente un síndrome, otros lo llaman enfermedad autoinmunitaria, de esas que están a la orden del día, sobre todo en mujeres cada vez más jóvenes, en gran medida debido al alto impacto que produce el estrés de la vida moderna bajo el color de muchas banderas. El sistema inmunitario se encarga de combatir las enfermedades al eliminar los virus y las bacterias que pueden ser dañinos para el cuerpo. Sin embargo, con las enfermedades autoinmunes, el sistema inmunitario se equivoca y ataca las partes sanas de su propio cuerpo. Los médicos aún no conocen a ciencia cierta las causas de dichos padecimientos ni han encontrado una cura, aunque se está investigando. Se cree que pueden ser causados por una combinación de varios factores que siempre escapan a nuestro control.

 Soy hija de un médico que además padece una forma leve de Sjögren, una rareza muy común en los médicos, y que me ha enseñado que esto no es una enfermedad, sino un simple síndrome, ya que existe una gran diferencia entre ambos males. Según mi padre, médico cardiólogo y enfermo cardíaco además de portador no sufriente de Sjögren, un síndrome es un conjunto de síntomas que se presentan juntos y son característicos de un cuadro patológico determinado provocado por la concurrencia de más de un factor. Una enfermedad, por su parte, es una alteración leve o grave del funcionamiento de uno o más órganos que puede conducir hasta la muerte si no se lo trata o si resulta incurable. No es el caso de este síndrome en particular, con el cual se puede convivir empleando paliativos que mejoran la secreción glandular que escasea, y que realmente mejoran la calidad de vida del paciente, reduciendo el peligro de las posibles complicaciones que se pronostican, aunque las medicinas que se prescriben para tales fines perforan cualquier bolsillo.

  Ni bien se me nombró la palabra "síndrome", pensé en todos los bienaventurados que padecen Síndrome de Down, y comprendí que en la ruleta de la enfermedad que a todos nos toca tarde o temprano en la vida, no me podía quejar, aunque estuve deprimida por meses viendo como mi pelo caía como las hojas de otoño, mis ojos enrojecían y repelían la luz por la fotofobia que causa el ojo seco, mi piel se descamaba camaleónicamente en pleno verano, se irritaba con la exposición solar aún con protección de factor alto, con los perfumes que siempre había aceptado y adorado, con el infaltable maquillaje de cada día, y hasta con cremas carísimas que se me indicaron para combatir su sequedad. Mi boca se secaba también, por lo cual se me indicó el uso de saliva artificial (un asco), mucha agua y mucho chicle sin azúcar, ya que la sequedad bucal puede producir más caries si no se realiza una limpieza cuidadosa a diario además de consultas periódicas con el odontólogo de cabecera, con las que siempre he cumplido.

  Cuando llegué al momento de definir el diagnóstico de Sjögren fue en una consulta con un estomatólogo en marzo, quien, coronado de títulos, postgrados y honores de banderas de diversos colores, me dijo muy suelto de cuerpo desde su chaqueta blanca que para tales efectos debería someterme a una biopsia de glándulas salivales. Se trata de un procedimiento quirúrgico en el que se extrae una muestra de la cara interna del labio inferior para ser biopsiada por un patólogo al que debía llevársela yo, y ya iba por la décima segunda consulta médica para entonces, todo en pleno verano porteño y sin vacaciones. Se aplica anestesia local, se toma la muestra, se sutura con la cantidad de puntos necesarios para zurcir la herida y se aguanta la hinchazón, el no poder ingerir más que helado por días para aliviar el malestar, amén de correr el riesgo de contraer una infección en una zona muy fácilmente infectable: la boca de jarro. Al salir de la consulta ese mismo día, me sentí curada de espanto del Sjögren: ¡ni loca me expondría a todo eso siendo evidente que lo padecía! Mi pelo me lo decía, mi sequedad ocular y bucal, y mi espantosa depresión, que se manifestó con un ruidoso silencio. No iba a arriesgar ni un sólo pelo más para averiguar si se trataba de un gran, mediano o pequeño Sjögren.

  Desde entonces, llevo una vida normal, mi pelo ha ido creciendo y mejorando en aspecto, mis ojos se ven marrones gracias a las lágrimas y ungüentos que aplico varias veces por día, y mi piel se estabilizó, supongo que fue porque mi casa se inundó con la tormenta del 2 de abril: me armé de baldes para sacarla, me quedé a oscuras, encendí todas las velas y me olvidé del espejo. Y cuando todo volvió a la normalidad, me di cuenta de que todo estaba húmedo en mi mundo, y el señor Sjögren me dejó en Paz.



Neuriwoman


  Un tiempo después de que salí de ese pozo, una tía adoptiva virtual muy querida y popular que de enfermedad sabe y mucho, Neuriwoman, me diagnosticó un síndrome que desconocía: el de Stendhal, (también denominado Síndrome de Florencia o "estrés del viajero"). Según Wikipedia se trata de un mal psicosomático "que causa un elevado ritmo cardíaco, vértigo, confusión, temblor, palpitaciones, depresiones e incluso alucinaciones cuando el individuo es expuesto a obras de arte, especialmente cuando éstas son particularmente bellas o están expuestas en gran número en un mismo lugar. Más allá de su incidencia clínica como enfermedad psicosomática, el síndrome de Stendhal se ha convertido en un referente de la reacción romántica ante la acumulación de belleza y la exuberancia del goce artístico. Se denomina así por el famoso autor francés del siglo XIX Stendhal (seudónimo de Henri-Marie Beyle), quien dio una primera descripción detallada del fenómeno que experimentó en 1817 en su visita a la Basílica de la Santa Cruz en Florencia, Italia, y que publicó en su libro Nápoles y Florencia: Un viaje de Milán a Reggio", de donde se toma la cita que abre esta larga entrada. Aunque se me hace un síndrome atemporal que me hace muy feliz y sana, no fue descrito como síndrome hasta 1979, cuando la psiquiatra italiana Graziella Magherini observó y describió más de 100 casos similares entre turistas y visitantes en Florencia, cuna del Renacimiento, y escribió acerca de él.





Stendhal o Henri-Marie Beyle 


  Hoy es el Día de la Bandera en mi país. Y me atrevería a decir, como alguna vez lo hicieron Sjögren, mi tía virtual Neuriwoman, Stendhal y Graziella Magherini, que los argentinos padecemos del síndrome de la bandera festiva: nos acordamos de la bandera en las fechas patrias, aunque la escarapela no nos la ponemos ni a gancho cuando terminamos la escuela, salvo honrosas excepciones, cuando juega la selección argentina y para los mundiales de fútbol sobre todo. Ahí es cuando el síndrome de la bandera festiva argentino se exacerba más que nunca y se viste la ciudad y el país entero con la albiceleste.






  Yo sueño con un mundo que padezca enteramente del síndrome de la Bandera Transparente, sin colores ni símbolos, una bandera que deje ver lo mejor de la raza humana a través de las fronteras, que haga posible lo que parece imposible, que nos hermane y nos una, que nos dé la libertad de expresar lo que pensamos y sentimos sin  ofender a nadie y sin ser atacados ni combatidos, que no necesite de himnos, mástiles ni triunfos deportivos, aunque nunca vienen mal cuando 
las victorias son celebradas con alegría y sin falso orgullo o rencor, como tampoco la pluralidad de los pueblos y sus gentes, siempre que es bien aceptada y valorada. Una bandera traslúcida que pinte al mundo multicolor de color mar, tierra, nieve, arena, verde y cielo, como lo hace este argentino que mi Stendhal me ha hecho adorar:




                      Facundo Saravia, Coplas de Olvido





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