Este poema brilla con luz propia, interpolado como fuera por el mismo Benedetti en su novela Gracias por el fuego, y da debida cuenta de uno de los grandes fuegos de este autor emblemático de las letras rioplatenses: el amor.
Les comparto lo que a mí modo de ver es la mejor forma de disfrutar de la poesía, la versión cantada, ya que, en palabras de Borges, "... el verso exige la pronunciación. El verso siempre recuerda que fue un arte oral antes de ser un arte escrito, recuerda que fue un canto". Así doy por concluida mi participación en este reto agradeciendo vuestra compañía en la lectura.
Vincent Van Gogh, Trees in the Garden of Saint Paul Hospital
"Deberíamos vivir tantas veces como los árboles que,
pasado un año malo
echan nuevas hojas y vuelven a empezar".
José Luis Sampedro
Me doy el permiso
Me doy el permiso
de saber amarga,
de andar por la vida
un tanto agitada
así, desbordada,
fuera de mi aguja
de enhebrar palabras,
perdiendo los puntos
en este tejido,
perdiendo la trama
que quedó zurcida
con hilos al alma.
Me doy el permiso,
cedo la premisa,
ya algo más ligera y desenfadada,
como descocida,
luciendo mi facha
de porteña fiera,
siempre con apuro.
En un laberinto
desando madejas:
¡qué cesen la rachas de marea baja!
Siento un plenilunio
en las avenidas de vías cortadas,
de caras vacías,
de manos peladas,
de suelas gastadas,
de agujas torcidas, de tamangos rotos,
de hallazgos esquivos,
de esperanzas tibias,
de preguntas vastas
y respuestas cortas.
Un día de estos,
tal vez, quién lo viera,
puede ser mañana,
hago las valijas,
me mando, chiflada,
a esas callejuelas
de sendas grisáceas, rifo aún más libros, tiro los trofeos,
pongo la luz alta,
me topo, extrañada,
con mi mejor cara. Me cedo el permiso,
lanzo una chapita,
cae boca arriba, celebro descalza la angustia desnuda, la piel sosegada, la mirada nueva
sobre el entramado de un árbol reseco
que tejí inspirada
cuando de mis venas
brotaban madejas
en los años locos,
en las ramas altas,
en las esperanzas de una vida llena de raíz profunda, del agua de savia, de sangre violácea,
de verdor de trébol,
de espesor certero, de canción amada, de piano y guitarra, de danzante magia.
Me doy el permiso de una vida nueva, tiro las agujas, abro las ventanas, entinto mi historia, ¿quemo la nostalgia? Zarpo a media asta, gozo el aguacero que roza lo etéreo, que brota en las gotas con sabor a infancia sobre una cuchara.
Estos derroteros
hoy cruzo callada escuchando atenta el rumor fantasma. Cruzo sin cautela, salvando distancias,
recojo las velas, aprieto los puños, sujeto el timón
asiendo las olas, sirenas varadas y anclas a babor.
"¡Ah, no, así no!
Llorar es demasiado fácil.
Eso ya lo he hecho yo mil veces
y no sirve de nada.
¡No te pido lágrimas!
¡Lo que quiero son árboles!" Alejandro Casona
Vincent Van Gogh, Branches of an Almond Tree in Blossom
"Sin utopía la vida sería un ensayo para la muerte"
"Se echó al monte la utopía perseguida por lebreles que se criaron en sus rodillas y que al no poder seguir su paso, la traicionaron; y hoy, funcionarios del negociado de sueños dentro de un orden son partidarios de capar al cochino para que engorde.
¡Ay! Utopía, cabalgadura que nos vuelve gigantes en miniatura. ¡Ay! ¡Ay, Utopía, dulce como el pan nuestro de cada día!
(...)
Quieren prender a la aurora
porque llena la cabeza de pajaritos;
embaucadora
que encandila a los ilusos y a los benditos;
por hechicera
que hace que el ciego vea y el mudo hable;
por subversiva
de lo que está mandado, mande quien mande."
Joan Manuel Serrat
Entre mis libros favoritos se encuentran las distopías: "1984" y "Rebelión en la granja" de George Orwell, "Un mundo feliz" de Aldous Huxley y "La guerra de las salamandras" de Karel Capel, quien acuñó a palabra "robot" en este humano mundo robotizado. Sin embargo, me atrae, como a todos, la utopía. La única versión de "Utopía" que conocía hasta hoy es la del Nano Serrat pero esta mañana radiante de domingo de Ramos descubrí ésta, y es un deber, diría hasta una obligación, compartirla y difundirla, porque lo bueno ha de ser compartido. La utopía me sabe a eso, ¿saben? Me sabe a pan compartido:
"Comparto y parto el pan para el alma
que, con alegría y esperanza,
comparto humildemente hoy contigo.
Bendito sea el pan partido, bendito el pan compartido, bendita sea la utopía que sabe a pan compartido."
Fernopoeta
La Utopía por Eduardo Galeano
¿Qué tal si deliramos por un ratito,
qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia
para adivinar otro mundo posible?
El aire estará limpio de todo veneno que no provenga
de los miedos humanos y de las humanas pasiones.
En las calles los automóviles serán aplastados por los perros,
la gente no sera manejada por el automóvil,
ni será programada por el ordenador,
ni será comprada por el supermercado,
ni será tampoco mirada por el televisor.
El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia
y será tratado como la plancha o el lavarropas.
Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez
que cometen quienes viven por tener o por ganar
en vez de vivir por vivir no más,
como canta el pájaro sin saber que canta
y como juega el niño sin saber que juega.
En ningún país irán presos los muchachos
que se nieguen a cumplir el servicio militar,
sino los que quieran cumplirlo.
Nadie vivirá para trabajar
pero todos trabajaremos para vivir.
Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo,
ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.
Los cocineros no creerán que a las langostas
les encanta que las hiervan vivas.
Los historiadores no creerán que a los países
les encanta ser invadidos.
Los políticos no creerán que a los pobres
les encanta comer promesas...
La solemnidad se dejará de creer que es una virtud,
y nadie, nadie
tomará en serio a nadie
que no sea capaz
de tomarse el pelo.
La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes,
y, ni por defunción ni por fortuna,
se convertirá el canalla en virtuoso caballero.
La comida no será una mercancía,
ni la comunicación un negocio,
porque la comida y la comunicación son derechos humanos.
Nadie morirá de hambre
porque nadie morirá de indigestión.
Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura
porque no habrá niños de la calle.
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero
porque no habrá niños ricos.
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla
y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla.
La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas,
volverán a juntarse bien pegaditas espalda contra espalda.
En Argentina las locas de Plaza de Mayo
serán un ejemplo de salud mental
porque ellas se negaron a olvidar
en los tiempos de la amnesia obligatoria.
La santa madre iglesia
corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés
y el 6to mandamiento ordenará festejar el cuerpo.
La iglesia dictará tambien otro mandamiento
que se le había olvidado a Dios:
"Amarás a la naturaleza de la que formas parte".
Serán reforestados los desiertos del mundo
y los desiertos del alma.
Los desesperados serán esperados
y los perdidos serán encontrados
porque ellos se desesperaron de tanto esperar
y ellos se perdieron por tanto buscar.
Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan
voluntad de belleza y voluntad de justicia,
hayan nacido cuando hayan nacido
y hayan vivido donde hayan vivido,
sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo.
William Blake, El cuerpo de Abel descubierto por Adán y Eva, 1825, acuarela sobre madera.
"Si las puertas de la percepción
quedaran depuradas,
todo se habría de mostrar al hombre
tal cual es: infinito"
WILLIAM BLAKE
Con este epígrafe del visionario, poeta, grabador, artista plástico inglés e inspirador de muchos artistas famosos tales como Jim Morrison, William Blake — quien, a pesar de su genialidad, se consideraba a sí mismo simplemente un artesano y sufría enormemente debido a su personalidad compleja y a sus percepciones de un futuro apocalíptico para la humanidad —, abre el libro Las puertas de la percepción de Aldous Huxley, cuyo título original es Doors of Perception. Se trata de un ensayo escrito en 1954 por el autor de la genial distopía Un mundo feliz (Brave New World), obra que despertó mi admiración tanto como las novelas orwellianas. La novela precedió al ensayo de Huxley, el cual ahonda sobre los efectos de las drogas alucinógenas. Huxley describe sus propias experiencias con el principio activo del peyote, denominación mejicana del cacto o cactus, venerado como deidad por los indios de Méjico y del sudeste de los Estados Unidos, y muy conocido por sus alcaloides psicoactivos, entre ellos la mescalina, principal sustancia responsable de sus efectos psicodélicos. La mescalina posee una larga tradición de uso tanto medicinal como ritual entre los indígenas americanos y está extendida mundialmente como enteógeno y complemento de diversas prácticas, entre las que se encuentran la meditación y la psicoterapia psicodélica. Huxley asume que el cerebro humano filtra la realidad y no permite pasar todo el espectro de impresiones e imágenes que percibe bajo los efectos de alucinógenos como el que él ingiere. Así es como se logra abrir "las puertas de la percepción" que, según él, sólo se le habilitan de manera natural a los grandes artistas como Blake, a los místicos o a los iluminados, y comienza a notar que los objetos cotidianos adquieren una relevancia e interés inusuales. Espacio y tiempo son nociones que se vuelven irrelevantes y la percepción aumenta llegando a ser sobrecogedora. Huxley propone una serie de preguntas interesantes luego de hacer una contundente afirmación acerca de la percepción: "Vernos a nosotros mismos como los demás nos ven en un don extremo conveniente. Apenas es menos importante la capacidad de ver a los demás como ellos se ven. Pero ¿qué pasa si los demás pertenecen a una especie distinta y habitan un universo radicalmente extraño? Por ejemplo, ¿cómo puede el cuerdo llegar a saber lo que realmente se siente cuando se está loco? O, a menos que también se haya nacido visionario, médium o genio musical, ¿cómo podemos visitar los mundos en los que Blake, Swedenborg o Johann Sebastian Bach se sentían como en su casa?" A toda persona ordinaria le despierta interés y curiosidad la vida de aquellos que trascienden por algún motivo en particular, dado que todos compartimos ese genuino deseo de trascender. No obstante, como bien apunta Huxley en otra parte de su ensayo: "La mayoría de los hombres y mujeres llevan vidas tan penosas en el peor de los casos y tan monótonas, pobres y limitadas en el mejor, que el afán de escapar, el ansia de trascender de sí mismo aunque sólo sea por breves momentos es y ha sido siempre uno de los principales apetitos del alma." A continuación, el autor hace una lista de lo que él mismo denomina "modificadores de la conciencia", en la cual incluye al arte, la religión, los carnavales, los saturnales, el baile, el alcohol, el tabaco y las drogas prohibidas en Occidente. Ya en Mundo feliz Huxley presenta al soma como laúnica forma de soportar esa realidad aplastante del mundo de los personajes de la genial novela distópica, tal como hicieran los brahmanas en la época védica en la India.
Como lectora no siento que Huxley intenta hacer una exaltación del empleo de sustancias tóxicas como forma de escapismo. Sí me interesa el despliegue de su amplia cultura a través de ricas alusiones a diferentes artistas de diversos géneros y la exploración sin filtros ni tapujos que el brillante escritor realiza de esas experiencias sensoriales que, como adultos, todos buscamos de la manera que escogemos. Lo cierto es que el síndrome de la avestruz (no veo, no oigo, no hablo), está ampliamente extendido en nuestras sociedades, ese terrible miedo a enfrentar la verdad de lo que somos como comunidad y quienes somos como individuos y este no es el caso de Huxley, quien se muestra con total transparencia.
Una potente y esclarecedora lectura que coincide con un momento de apertura de las puertas de la percepción y de la búsqueda de la verdad por parte de una sociedad, la mía, indignada y harta ya de tanta impunidad y mentiras provenientes de las más altas esferas del poder. ¡Qué sean abiertas las puertas de la percepción por nuestro bien y el de nuestro porvenir!
A boca de jarro
The Marriage of Heaven and Hell ,William Blake, 1793.
"Si las puertas de la percepción se depurasen, todo aparecería a los hombres como realmente es: infinito. Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna."
William Blake from The Marriage of Heaven and Hell, 1790-1793.
Julian Assange, nacido el 3 de julio de 1971 en Townsville, Australia, programador, periodista y activista de Internet, y conocido en el mundo por ser el fundador, editor y portavoz del sitio web WikiLeaks, acusa a la Argentina de "vigilancia agresiva" sobre sus ciudadanos. Dice la noticia de InfoBAE.comdel jueves:
"El fundador de Wikileaks aceptó dialogar con Infobae. Desde la Embajada de Ecuador en Londres, donde se encuentra recluido a la espera de un salvoconducto que lo libere del pedido de captura realizado por la Justicia de Suecia, el hombre que filtró secretos de Estado de varios países, escribió un libro y también se anima a analizar la situación de América Latina.(...) Criticó duramente que los pasaportes del país cuenten con un control biométrico, así como la cantidad de empresas internacionales que cumplen tareas de vigilancia y control sobre los consumos digitales ."Clarín lo titulóayer: "Argentina tiene el régimen de vigilancia más agresivo de Latinoamérica".
Lo cierto es que esta agresividad en los controles a la libertad de expresión se siente aún en los pequeños blogs, que somos víctimas de ataques constantes. Que lo diga el gusano de Assange no lo redime de su condición de gusano, a pesar de haber destapado a otros gusanos que se erigen en el nombre de la rosa. De todas formas, toda la cuestión refuerza el trastorno paranoide del que soy presa en estos últimos tiempos.
William Blake, Portrait
William Blake, poeta, pintor, grabador, místico y enorme artista inglés, quien siempre ha estado en el altar de mis favoritos, pasó por esta vida mayormente como un desconocido, como tantos otros genios del Arte, así, con mayúsculas y en negritas, aunque en la actualidad su obra cuenta con una alta consideración y ha pasado a entronizar el podio del canon literario de todos los tiempos. Por la relación que su fenomenal producción poética mantiene con sus soberbios grabados suele ponerse a Blake como ejemplo del "artista total", y sin duda alguna, desde que lo descubrí, lo ha sido para mí, y su poesía me ha marcado a fuego con el brillo fulgurante de su Luz perenne. Según el periódico The Guardian, citado por Wikipedia, "William Blake es con gran margen el mayor artista que Gran Bretaña ha producido", y a pesar de que me tira Shakespeare y mucho, comprendo que son dos rosas distintas y que El Guardián Británico en este caso no se equivoca en su juicio y da en la espina de mi sentir.
Considerar los logros de Blake en poesía o en las artes visuales por separado sería menoscabar la magnitud de su obra: Blake veía poesía y pintura como un universo espiritual amalgamado, y ambos aspectos de su febril producción artística son inseparables para apreciar cabalmente su trabajo y su legado a la humanidad. Dice Wikipediatambién, muy acertadamente: "Por esta razón, las ediciones ilustradas de la obra de Blake no habían sido especialmente valoradas en el pasado, hasta que los avances en las técnicas de impresión han permitido una mayor difusión, al hacerse éstas más accesibles." ¡Ay, los avances, cuánto retroceso humano traen también: son las paradojas del arte en la era digital!
Hay un poema en particular que en esta ocasión se me viene al sentimiento paranoide que acompaña mis insomnios por estos días. Está tomado de Songs of Experience y fue publicado en 1794, aunque, como todo clásico, aplica a las circunstancias actuales y atemporales, además de la propia. He aquí la belleza del ensamble pictórico y poético de Blake en el original en inglés:
Si bien me parece herejía traducir poesía, me permito compartir una versión más o menos aceptable que transmite la esencia de este bellísimo poema con el aval del buen Blake, a quien conozco muy bien, ya que hasta trabajé para él, y quien, desde su experiencia, que sobrevino a su inocencia, como en mi caso, me daría el permiso encantado, no tengo dudas, para ilustrar el punto al cual busco llegar hoy, que es el centro de la rosa misma:
"La rosa enferma", William Blake
"¡Oh, rosa, estás enferma!
El insecto invisible
que en la noche vuela
al rugir la tormenta
ha encontrado tu lecho
de gozo carmín
y su amor secreto, perverso,
a tu vida da fin."
En la experiencia de mi paso por este bosque virtual, que hoy se me hace una selva, hay mucho gusano suelto enfermando nobles rosas que sólo pretenden ser rosas, porque han nacido para serlo. Durante siglos se ha establecido una analogía entre la rosa y la vida: la metáfora alude a que en esta flor carmesí, o de cualquier color, hay belleza y hay espinas. Y hay gusanos que penetran su virgen y vaginal forma de flor con aroma singular para robarle su esencia. Es justo allí donde radica la belleza de esta flor, tan difícil de cuidar hasta para expertos jardineros: en su esencia. No son ni sus pétalos aterciopelados, ni sus colores fuertes o pálidos, ni su aroma embriagador, ni su forma vaginal, ni siquiera sus espinas, que tanto tienen que enseñar, sino la esencia misma de la belleza natural de la vida en libertad. Es el elixir que hace que recuperemos la esperanza en tiempos de desprotección ante tantas amenazas. Aquella que nos impulsa a seguir adelante a pesar de los gusanos que nos penetran como enfermos violadores, cambiando nombre e identidad, disfrazándose de alguien que en realidad no son, y que logran que terminemos por desconfiar ya de todos, alimentando con cada ataque nocturno nuestra paranoia en lo más profundo de nuestra humana esencia de rosas. Esa esperanza que encarnan figuras como William Blake, gracias a su experiencia, y que hace que se nos haga claro como al contemplar sus grabados que no son los grandes peces, ni el Gran Hermano de Orwell, otro genio visionario, quienes intentan destruir la esencia de nuestra preciada rosa, sino los simples y pegajosos gusanos que se arrastran sobre su propio vientre para robarnos la inocencia con la que exponemos con impensada ingenuidad nuestra vida, que es la rosa, en esta selva de las redes de la era digital.
A fines del siglo XX, con la debacle de los tiempos sólidos que se han hecho líquidos y tan poco transparentes, existieron hombres empecinados en crear rosas sin espinas, pensando que de ese modo la rosa podría ser puro aroma y belleza. Pero me temo que la existencia enseña que una rosa, que es la vida, sin las espinas que hacen que ganemos experiencia y nos protejamos del mal que acecha a nuestro alrededor, no deben ser suprimidas de la entidad que es la rosa. Son los momentos difíciles y pinchudos como espinas los que más nos fortalecen y sacan a relucir lo mejor nuestro, nuestra mayor fortaleza, y le dan cabida a otras rosas del mismo rosal que salen a protegernos y a regalarnos su aroma y su caricia aterciopelada arropada en generosos pétalos de un color distinto al nuestro, pero siempre propagando la esencia pura, que es vida, con sus espinas carnosas.
Así es que agradezco también los ataques de los gusanos digitales, porque no hacen más que confirmar el valor de ésta, mi rosa, la alegría de ocupar el pequeño lugar que tiene en el jardín de las redes y la conciencia que abren al violarnos tan vilmente desde la más cobarde oscuridad desde la cual somos también humanos, en esencia y en espinas ganadas en cada herida del gusano pestilente. Conciencia que se hace Luz al final de largos días y noches en los que he estado un tanto ausente de mi jardín virtual y el de ustedes, ya que es menester protegerse cuando intentan arrebatarnos lo más sagrado de todo, que es nuestra inocente transparencia, nuestra noble ingenuidad y nuestra sagrada privacidad y derecho inalienable a la expresión de sentires que pueden resultar en ocasiones un tanto espinosos, pero que van destinados siempre al bienestar de la esencia sagrada de la rosa.