"Se como el grano de trigo que cae en tierra y desaparece,
y aunque te duela la muerte de hoy, mira la vida que crece."
Cántico de Misa.
De todos modos, para estas fechas me acerco al templo, participo de algunos ritos que me colman de paz y me invitan a la autoindagación. Además, este año me sirvió para conectarme más de cerca con la realidad que estamos viviendo como sociedad.
Había gente de distintas condiciones sociales allí rezando fervorosamente. Gente por las calles camino a la iglesia revolviendo la basura en busca de alimento o lo que sea. En la entrada al templo, escuché de refilón una conversación entre un cura muy carismático y una familia que le solicitaba la bendición especial, "Esa que Usted hace con los óleos", para un familiar de quien le dieron el nombre. El sacerdote los miró a los ojos, apoyó su mano sobre el hombro del hombre, y le dijo:
— Amigo, ésto no es magia.
Más que nunca me parece que estamos ávidos de magia, esa magia que vamos a buscar equivocada pero humanamente a la iglesia para estas fechas. Estamos huérfanos de la mirada de quienes deberían pastorearnos, huérfanos de pastores.
— Amigo, ésto no es magia.
Más que nunca me parece que estamos ávidos de magia, esa magia que vamos a buscar equivocada pero humanamente a la iglesia para estas fechas. Estamos huérfanos de la mirada de quienes deberían pastorearnos, huérfanos de pastores.
Pero más allá del duro panorama que se nos presenta como país y como mundo, la vivencia de estos días es propicia para retrotraernos a nuestro paso por aquí hasta el hoy. Pascua es "paso", y la entiendo desde la fe y mi concepción de la vida como la compleción del ciclo Vida/Muerte/Vida en el que creo sin poder encontrarle explicación racional.
El Vía Crucis que pasó por la puerta de casa es parecido al balance que muchos hacemos a cierta altura de la vida adulta si nos hemos asumido como adultos concientemente. Miramos las estaciones de nuestra vida, las caídas, los logros, los errores, las traiciones, los tramos difíciles bien llevados, los sueños que se concretaron y los que quedaron pendientes, lo que podemos transformar por nuestro bien o lo que tenemos que soportar de nosotros mismos, y cargamos con todo ello tomando la decisión psíquica y espiritual de aceptar toda nuestra historia y asumir que cada parada nos hace nuevos, que no somos ni nunca seremos quienes proyectábamos ser a los veinte años ni el año pasado, pero aquí estamos, vivos. Hemos muerto varias muertes y nacido a una nueva vida cada vez hasta llegar aquí, y sobrevivmos si elegimos no estancarnos en la amargura y el desencanto, sino conectado con la vida a pesar y más allá de todo, sabiendo que lo que nos espera al final abre la puerta a la trascendencia, no en grande, sino de la que hemos sembrado con las pequeñas semillas que plantamos en tierra día a día.
Las estaciones de nuestro vía crucis vital pueden ser hitos, heridas que cicatrizan lentamente, bendiciones. Marcan un camino de crecimiento, de ascensión hasta alcanzar al ser que hoy somos. Son momentos transformativos y purificantes que implican un paso evolutivo en nuestro crecimiento personal. Ojalá nos demos un tiempo en medio de este mundo tan convulsionado para la introspección y el hallazgo del significado de nuestro paso por la vida y la huella que va dejando.
Les deseo una Pascua así.
A boca de jarro
Amén
ResponderBorrarTus palabras son un rezo que nos conectan con apostar a la vida...
Un abrazo y que tengas unas lindas pascuas en familia!!!
Igualmente para vos y los tuyos, Moni.
BorrarUn abrazo y gracias.
Es un texto luminoso, fragante, lleno de paz. Después de leerlo me siento mejor de lo que me sentía antes. Gracias.
ResponderBorrarGracias a tí por pasar por aquí y dejar tu huella en este intercambio que es también una estación significativa para mí en mi paso por el mundo.
BorrarUn cordial saludo.
Respeto y aprecio tus reflexiones sobre la Pascua. Es un hermoso tema desde tu interpretación. Que haya sido y sea pródiga en amor y oración. Hay un hermoso poema de Unamuno que se titula La oración del ateo. Te lo transcribo:
ResponderBorrarOye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas,
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes
a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.
Cuando Tú de mi mente más te alejas,
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi ama endulzóme noches tristes.
¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande
para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
Dios no existente, pues si Tú existieras
existiría yo también de veras.
Besos desde esta Pascua.
Es un bello poema que demuestra que estamos unidos por la misma fragilidad que nos lleva a orar de una u otra forma. Yo te regalo este soneto, una de las joyas de la poesía española, sin ánimo de convertirte y con absoluto respeto hacia tu creencia de que Dios no existe:
ResponderBorrarNo me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Te mando un beso y te agradezco, porque estoy unida a ti en la humanidad que a menudo siente que es muy angosta la realidad por mucho que se expanda para abarcar la Idea.
La Fe,es como todas las incógnitas:
ResponderBorrarCuestión de Fe
Valga la redundancia.
Yo también era más creyente a pesar de que en mi casa jamás fueron demasiado de iglesia.
Con el tiempo,la vida me desbarató tantos planes,me propinó tantos mazazos,que la palabra intangible que hacía latir mi corazón pareció difuminarse en ese espacio inconsciente de la incredulidad.
Pasé por la fase de no creer en otra cosa que no fuese mi valentía para salir indemne,mi osadía para aferrarme a lo bueno y no desvirtuar un camino que nació conmigo llamado catolicismo.
Hoy ando dubitativa:
Necesito creer en ese Ser supremo que me espera al otro lado con una vida distinta,mejor en todos los sentidos y acompañada de aquellos que perdí.
Pero sigo mal disimuladamente, aferrada a la creencia de que Dios somos cada uno de nosotros y las bondades que realizamos,esa parte buena que nos hace sentir bien y que vale la pena vivir.
Sigo caminando intentando acertar el camino y si estoy equivocada,que Dios me perdone.
Besos.
Gracias por tu testimonio, Marinel. La redundancia vale. Y la necesidad de creer es tan humana como la duda. Los mazazos nos hacen aferrarnos o distanciarnos, depende de cómo y cuánto nos peguen.
BorrarPensar que Dios es cada uno de nosotros no está tan lejos de la visión cristiana del Reino de los Cielos que abarca la vida terrena, aunque a veces no parezca. Lo importante es seguir andando, siempre intentando acertar el camino, que no es otra cosa que hacer el bien.
No creo en un Dios que no perdona, no creo en un Dios que castiga. Creo en un Dios que es pura misericordia.
Besos y buena semana.
Fer, espero que hayas pasado unas FELICES PASCUAS! Me alegro de que más allá de la religión, lo vivas de la manera que contás. Yo cada vez practico menos la religión y creo en DIOS, o ser supremo, o energía. Pero en la religión que crean los hombres cada vez menos, siento que muchas veces sirven para separar a la gente y para limitarla. Aunque también reconozco que en otros casos, es una ayuda y una contención enorme. Cuestión de FE.
ResponderBorrarCambiando de tema, te mandé un mail a gmail :)
Besote!!
Espero que tu Pascua, sea como sea que la celebres, haya sido plena y feliz. Ya chequeo tu mail.
BorrarBeso y gracias, Gi!
tengo fe, y creo creo en la fe.
Borrarno creo en la religión como guía y dominación de las masas, sino como libertad.
Creo en las personas y en la magia, en su espiritualidad.
No creo en la Iglesia ni en sus proclamas ni sus lecturas sobre la realidad. En la historia de la humanidad, siempre han estado del lado de los poderosos; yo, en la breve historia de mi vida, de los débiles, de los oprimidos.
"Cuanto más avanza la ciencia, más retrocede Dios"
Un abrazo
Gracias, Diego, por compartir tu visión del tema. Jesús no estaba justamente del lado de los poderosos, sino que se sentaba a la mesa de los débiles, los oprimidos, los marginales y lo pagó con su vida. Esa fue su gran enseñanza que, desde ya, la iglesia como institución humana no refleja en todos los casos.
BorrarLa ciencia sin Dios, sin miramiento por el alma, sin espiritualidad, no me parece que avance. Es probable que esa ciencia que parece avanzar esté intentando jugar a ser Dios, y tendremos que enfrentar las consecuencias, pero no sé a quién citas ni en qué contexto se ha dicho. Para darte un ejemplo cotidiano, me pasa cuando voy a ver a algunos médicos: se remiten a una confianza ciega en los estudios de alta complejidad, al trato frío y distante del científico que coteja datos y estadísticas, pero falta la mirada a los ojos que penetra en el alma que también enferma junto al cuerpo, me falta la mano y la palabra de contención humana que es donde a veces está la sanación.
El mismísimo Benedicto declaró el año pasado que hay "un eclipse de Dios", y es posible que la ciencia y la tecnología eclipsen nuestra conexión profunda con nuestro lado más humano y asumamos así avanzar, creyéndonos todopoderosos gracias a esos avances.
Un abrazo.
Fer veo que has disfrutado a tu manera de la Pascua...que intentas encontrar un sentido a las cosas...y que la fe te ayuda en tu caminar...el poema es una joya literaria que en su día analizábamos en clase de literatura en aquella época en la que yo creía en todo eso...ahora me encuentro en la travesía del desierto de mi viacrucis particular...sin fe en ningún Dios...y con la necesidad de creer en el ser humano...intentando ser honesta conmigo misma y vivir sin hacer daño a los demás...no me preocupa que hay más allá...creo que solo tengo esta vida y tengo que luchar por que sea lo mejor posible...
ResponderBorrarun abrazo
Gracias, Julia, por compartir aquí tu travesía por tu propio vía crucis y tu desierto. Ya ves: no estás sola. Creo que somos millones quienes nos sentimos así, y como reflexiono en la entrada, lo que se palpa, lo que se ve y se oye, lo que nos toca vivir en lo personal, lo que nos sucede como consecuencia de lo que pasa en nuestros trabajos, en nuestros barrios, en nuestros países, pinta el panorama desértico que el alma transita.
BorrarEntiendo perfectamente lo que te sucede por experiencia propia, y sólo puedo decirte que del desierto se sale fortalecido, sobre todo si se tiene la buena intención y la garra que tú le pones a la lucha. Te lo digo a tí tanto como me lo digo a mí misma, porque de otro modo nos hundimos en arenas movedizas.
Un fuerte abrazo.
interesante elucubración sobre una fecha para el mundo católico
ResponderBorrarla fe es algo absolutamente personal
difícilmente alguien puede endosarle la fe al otro
pero si ser testigo de su propia gracia
desde Chile un abrazo
Te agradezco el aporte, Elisa. No se trata de una elucubración, sino de una vivencia espiritual, simplemente, y brotó desde el alma. No intento endosarle nada a nadie. Es algo absolutamente vivencial: se trata de un testimonio, como tú bien dices al final.
BorrarUn abrazo.
Resulta curioso que tu texto vaya a calificarlo,a parte de honesto y firme, de valiente. En estos tiempos de descreimientos y pasotismos varios. Donde todo elmundo parece venir de vuelta y ya nadie cree en los reyes magos, tu texto es renovador, necesario y auténticamente revolucionario.
ResponderBorrarY no debiera serlo. Yo soy uno de esos pésimos practicantes que olvidó en no se que curva del camino los principios de la fe esencial. Y que tiendo a recuperar.
Estos días me ayudan sobremanera a ver elbosque en su plenitud, apartando las ramas y la hojarasca fácil del negativismo. Gracias por tu precioso testimonio. Te lo agradezco muchísimo.Un abrazo.
Muchas gracias, Victor, por ser también un valiente entonces. Hay muchos practicantes que se saben los principios de la fe esencial y los pueden recitar de memoria, pero creo que en verdad se trata de lo que se siente y se vivencia, de ser buenas personas en el fondo, de cuestionarse y cuestionar al mundo para intentar crecer y trascender, de buscar el camino entre la hojarasca y las ramas caídas sobre los senderos del bosque. Nos encontramos en el mismo bosque.
BorrarUn cálido abrazo.