Según Piaget el pensamiento concreto se desarrolla a partir de los 7 años, cuando el niño puede conocer la realidad que lo circunda y pensar sobre ella estableciendo relaciones a partir de sus sentidos. Los niños de esta edad pueden de este modo comprender que son capaces de agrupar objetos por colores o tamaños, jerarquizarlos de menor a mayor o por orden alfabético, encontrar los opuestos, realizar operaciones matemáticas sobre elementos observables (objetos, ábacos o contadores), etcétera, pero siempre deberán tener presente el objeto a estudiar o a analizar. Esta etapa concreta se extiende hasta los 11 años, momento en el cual comenzará a lograrse el pensamiento abstracto. Durante ella es recomendable que todo lo que se pretenda enseñar al niño pueda ser vinculado con su propia experiencia o, de no ser posible, a partir de imágenes (láminas, videos, películas, etcétera).
No obstante, a alumnos de cuarto grado de entre 8 y 10 años de edad, se les pide que realicen descomposición de cifras en decenas de mil, unidades de mil, centenas, decenas y unidades. Por lo tanto, se les da una cifra tal como 24.957 y el niño deberá reescribirla como 2 decenas de mil, 4 unidades de mil, 9 centenas, 5 decenas, y 7 unidades. ¡Fantástico! Pero, ¿dónde entra el pensamiento concreto?
Será simple concretizar la noción de unidades y decenas, posible la idea de centenas. ¿Cómo hacer concreta, tangible y sensorial la noción de unidades de miles y de decenas de miles? ¿Cómo logramos que este aprendizaje sea significativo para la mente de un niño en etapa del pensamiento concreto?
Mamá quiere ayudar a aprender esto a su niña de 8. ¿Qué hace mamá? Ni videos, ni láminas, ni películas. ¡Eureka: billetes! Mamá toma el dinero que está en casa, y hace pilas de billetes de cien para mostrarle a su inteligente hija, aunque aún pensadora concreta, lo que es una unidad de mil. Pero a mamá le resultará imposible mostrarle lo que son 24 decenas de mil con el efectivo en casa. Si esto fuese posible, no importaría tanto que a la niña le vaya bien y aprenda mucho en la escuela para asegurarle un buen puesto de trabajo en el futuro por el cual reciba como pago decenas de miles de billetes por mes...
Por lo tanto, papá y mamá profesores, que estudiamos a Piaget, lo dejamos a un lado este fin de semana y apelamos a Pavlov para entrenar a nuestra amada hija a resolver sus cuentitas ignorando las etapas del pensamiento en las que creemos porque las constatamos a diario. Vamos entonces a resolver cuentitas que carecen de toda relevancia, sentido y propósito para la vida infantil de mi hija hoy, un domingo soleado de marzo a sus 8 años, cuando está deseosa de jugar en la plaza y andar en su bici al aire y libre.
Hoy mismo, mientras adiestramos a nuestra pensadora concreta por la mañana, repasamos los diarios del domingo el padre y yo y nos encontramos con un interesante artículo en la revista dominical de Clarín, Viva, sobre homeschooling: educación en casa. Se trata de un movimiento bastante controvertido que abarca a un pequeño porcentaje de familias mundialmente, aunque en expansión (se calcula que dos millones de niños son educados así en el mundo hoy, mayormente en Canadá y Estados Unidos), que optan por instruir a sus hijos en casa siguiendo programas prediseñados principalmente por sistemas de derecha cristianos. Según se informa, "el homeschooling reúne corrientes de pensamiento divergentes y hasta incompatibles." En sus comienzos, en la era hippie de los 70, el movimiento reflejaba una pedagogía de corte humanista y liberal, y de hecho las fotos que acompañan al artículo muestran niños y madres que se asemejan en aspecto a aquellos hippies setentosos. Se los ve distendidos, rodeados de materiales concretos, coloridos y atractivos, en salas hogareñas especialmente acondicionadas para el aprendizaje y llenas de sol, acompañados por sus madres, quienes aparentemente se dedican a instruirlos en lugar de llevar adelante sus carreras. Se levantan más tarde que los escolares, al menos cuando ya hay luz solar, y dedican tantas horas al estudio como les demande o les entusiasme, para luego cortar por la tarde y unirse a talleres fuera del hogar de música, arte o costura y clubes deportivos. Para responder a los mandatos legales y recibir el reconocimiento oficial de su aprendizaje, estos niños rinden exámenes libres y, según los testimonios, su rendimiento es bueno. Hay algunos que se adhieren a programas para niños dotados como el diseñado por la prestigiosa Stanford University. Sus padres sostienen que sus hijos reciben educación de calidad de las mejores manos, padres sabios y cariñosos que los conocen en profundidad, y dicen estar "muy en contra de la marea."
Terminamos de leer el artículo y nos ponemos a corregir escritura de números en letras, tema sobre el que tenemos serias dudas lingüísticas a nuestros 43 años y de aplicabilidad a los 8 años, corregimos las multiplicaciones por dos cifras y las divisiones, apelando a la calculadora sin que nuestra pequeña nos pille, y terminamos con un dictado de números al cual le vemos nulo propósito antes de disponernos a preparar el almuerzo familiar del domingo. Después de almorzar, nos tomamos un breve recreo antes de la plaza, la bici y el planchado de uniformes que han de estar listos para mañana a las 6:45 a.m., cuando la tiranía del despertador nos hace saltar de la cama para que nuestros escolares se levanten, se vistan, desayunen y vayan al colegio en nuestra compañía sin llegar más tarde de las 7:25 a.m., y nos preguntamos concretamente si nosotros no hemos también estado haciendo homeschooling part-time por años sin la ayuda de Piaget para que nuestros hijos sean escolarizados en un colegio privado de la ciudad de Buenos Aires al mejor estilo Pavlov.
Muy justo tu post, hace poco se generó debate en un grupo de amigas mías sobre los diferentes tipos de educación. Aclaración: todas somos parte de la marea,enviamos a nuestros hijos a colegios tradicionales, doble jornada, bilingues y además, extra escolar, nuestros hijos hacen otras actividades deportivas tipo futbol, tenis, etc. Se contó el caso de una madre conocida nuestra que está buscando la manera de implementar para sus hijos el homeschooling y de otra que optó este año por un colegio Waldorf. Hubo reacciones enfrentadas, algunas horrorizadas, otras a medio camino pero todas llegamos a una conclusión: nuestro mayor miedo si tuvieramos que optar por algunos de estos métodos de enseñanza sería el después, la manera en que nuestros hijos se insertarían a un mundo "real" al concluir su educación. Si podrían entender los códigos, si no se quedarían afuera de muchas cosas que se "perdieron" por que nosotras como madres decidimos que ellos no fueran como la mayoría.
ResponderBorrarBeso!
Sí, Maru. Yo tendría las mismas dudas con respecto a estos métodos de enseñanza alternativos. Y al mismo tiempo me agarro la cabeza al ver cómo la enseñanza tradicional ignora los principios pedagógicos más básicos que los docentes estudiamos como parte de nuestra formación.
BorrarY como madre, veo que de hecho, hago mucho apoyo escolar en casa y estoy un poco cansada de que se nos demande tanto a los padres y todo tan apresurada y desprolijamente.
Creo que el miedo es algo compartido por todos los padres y madres a la hora de reflexionar sobre cómo aprenden nuestros hijos y proyectar sus futuros. En otras épocas, creo que los padres no estaban tan encima, a nosotros se nos dejaba ser niños por más tiempo, sin agendas tan cargadas, sin tantas evaluaciones, no se tenía tanta preocupación por el futuro de los chicos en el mundo laboral desde tan temprano, que además hoy resulta muy incierto para nosotros mismos.
En fin... Con o contra la marea, todos tenemos que remarla.
Un beso y gracias por tu aporte.
Mis hijas estudian demasiado en una prolongación de la jornada escolar que les lleva a estar cuatro o cinco horas cada día. Estamos en trance de cambiar a mi hija pequeña (doce años) a otra escuela menos demoledora. No tienen amigas en el barrio, pues la escuela está lejos y hay que ir en coche. Su única forma de conexión con el mundo es el teléfono, el mail y las redes sociales. Además hay clases particulares de inglés y matemáticas. El capitalismo y nosotros como padres y sus agentes estamos acabando con el concepto de tiempo libre. Yo tuve mucho en mi niñez, en mi pubertad y adolescencia. Ahora se tiene mucho miedo a que salgan a la calle y no la pisan. Yo viví una socialización mucho más intensa participando en clubes juveniles a partir de los catorce años. Allí no juntábamos docenas y docenas de jóvenes que teníamos tiempo para charlar, hacer una revista, hacer excursiones, cantar, jugar a las cartas… y sobre todo perder el tiempo, elemento esencial en la conformación de una conciencia. Queremos que nuestros hijos preparen su futuro y los tenemos en ello desde que son pequeños. El neoliberalismo les tiene preparado un futuro totalmente precario. Aquí hay un paro del cincuenta por ciento entre los jóvenes y los únicos salarios que hay son de miseria por preparados que estén los jóvenes, por más que tengan carreras universitarias, idiomas, grados, másteres… Y sí es cierto nosotros tuvimos más tiempo para ser niños. Si puedes aligera a tus hijos. El futuro es más que oscuro y nosotros somos los peores agentes del capitalinos salvaje convirtiendo a nuestro hijos en máquinas de producir.
ResponderBorrarBesos.
Igual que tú, yo perdía más el tiempo, que en verdad creo que significa jugar y socializar, y se me enseñaba todo esto más lenta y gradualmente, y aquí estoy. No creo ser una superdotada ni una ignorante. Para lo que tengo que hacer en la vida lo que aprendí me basta.
BorrarIntentamos ayudar a los niños, sobre todo a la más pequeña, pero la sobredemanda está establecida como norma escolar pensando que asegurará un mejor futuro. Al igual que tú, creo que el futuro es precario o al menos incierto, y no creo que se defina exclusivamente por manejar más conocimientos.
La socialización que le da la escuela es lo que ella más disfruta, como si en eso se amparara de tanta instrucción mecánica y aburrida, y confío en que pueda hacer uso de otros tipos de inteligencia que no se toman en cuenta en la escuela de hoy para forjarse un porvenir.
Un beso y gracias, Joselu.
Para pensar y pensar... Está tan lejos de la realidad la escuela tradicional!!
ResponderBorrarBesos
Al menos lo pensamos, y así vamos poniendo algo en movimiento.
BorrarAl menos, nuestra capacidad de pensamiento abstracto.
Besos y gracias, Moni: ¡buena semana!
Hola Fer, hoy vi esa nota en Viva. Me pasaria como a muchos, me daria un poco de temor la posterior insercion en la sociedad. Se que la sociedad no algo "envidiable", pero la realidad es que en el mundo existe otra gente (afortunadamente!) y uno de los casos que lei en la nota era una nena cuya mama le enseñaba en casa y vivia en un country, despues iba a un taller de costura. No se, homeschooling mas country me parece demasiado aislamiento. Quizas sean prejuicios, pero la realidad es que mis mejores amigos y muchos de mis mejores momentos fueron gracias a mi escolarizacion, mas alla de los metodos pedagogicos y demas.
ResponderBorrarMi hija es chiquita, pero este año debo ponerme en campaña para ver escuelas, opciones, etc., ya que a veces si va a jardin de 3 o de 4 a determinada escuela, despues tiene asegurado un lugar en la primaria. Pero bueno, ya andamos con mi marido cuestionandonos miles de cosas, desde escuela publica, privada, bilingue, cerca, lejos... Que decision!! Bah, como todas las referidas a nuestros hijos...
Interesante el tema! Un besote!
Es cierto, Gi. Nada es ideal, como en el mundo adulto. Tendremos que seguir haciendo homeschooling en casa después del cole...
BorrarYa lo creo que no es fácil elegir escuela, y nunca se está del todo seguro de haber elegido bien. Pero hay que pensar en muchas cosas prácticas que no son poca cosa.
Gracias y un besote!
La enseñanza es muy importante, escoger el colegio idóneo para los hijos es cosa de investigar y de comprometerse, no soy próximo a la idea de la enseñanza en casa, creo que se tiende a una cierta falta de disciplina; y aunque creo en la libertad, mucha de ella hace seres humanos muy volubles y menos definidos aunque por otro lado les da fuerza interior. El equilibrio sería el camino, entre un orden establecido y una innovación. Besos.
ResponderBorrarEscoger el colegio idóneo para los hijos, estimado Mario, sobre todo cuando uno es docente y mira todo con ojo muy crítico, es una misión bien difícil si tomamos en cuenta los estándares de educación actuales en mi país, lamentablemente.
BorrarExisten además otras variables tales como el costo de la educación, la articulación de la escolaridad de los hijos con los horarios de trabajo de los padres, la distancia al domicilio (que no es un tema menor), el grupo socio-econónomico al que se asocia al colegio... En fin, una larga lista de factores que limitan la elección y hacen que optes por lo que puedes optar.
De todos modos, me gusta pensar en la escolaridad de mis hijos en voz alta porque creo en la crítica constructiva. Es la única forma en la que puedo aportar mi humilde visión sobre lo que percibo más allá de charlarlo con familiares, otros padres que ven lo mismo y amigos.
Con respecto a la enseñanza en casa, es algo que en la Argentina es muy nuevo y reducido, no está extendido ni tampoco conocemos tanto del tema como para que dé mi opinión sobre si funciona o no. Por eso leí y cito el artículo que me informó algo ayer.
Sobre lo que intento hacer un poco de hunor en la entrada es que, de hecho, nosotros como padres de niños escolarizados hacemos mucho para la educación e instrucción de nuestros hijos en casa, es decir, hacemos bastante homeschooling, aunque van al colegio. En el ejemplo que doy de mis formas de buscar métodos para transmitirle conocimientos a mi hija que se le imparten en la escuela a la que asiste y sobre los que necesita refuerzo porque con lo que se le da en el colegio y su etapa madurativa no le basta para captarlos, estoy intentando ilustrar que enseñamos en casa de modo similar a los padres que optan por esa modalidad como forma exclusiva para sus hijos.
Estoy de acuerdo contigo en que la escuela tal como la conocemos debe aggiornarse, y esta opinión es compartida por grandes pensadores contemporáneos como Ken Robinson y Eduard Punset, importantes referentes en el tema.
Gracias por tu aporte, Mario. Besos.
Tratas un tema esencial y de base como es la formación,la educación como soporte de una sociedad civilizada. O que se tenga a si misma por tal.No se cual es el modelo ideal.Pero desde luego entiendo que los aportes deben ser variados y distintos, de forma que el enriquecimiento sea mayor y plural. El ejemplo es una buena forma educativa que en ocasiones se olvida. Un saludo.
ResponderBorrarGracias por tu aporte, V. En verdad, la entrada fue un intento de abordar el tema, que suelo tocar a menudo, con un poco de humor, por eso la referencia a Pavlov. A veces, cansa hacer tanto en casa por la escolaridad de los niños, sobre todo un fin de semana de calor y sol, cuando en lo último en lo que pensamos todos es en ponernos a repasar y a estudiar. Pero tienes toda la razón: debemos educar con el ejemplo.
BorrarUn saludo.
Hola, yo he llegado acá por casualidad. Un saluod desde España. Me ha llamado la atención como hablan del homeschooling como si fuera cosa de excentricos... no me siento así. Tengo dos hijos de 20 y 19 años que dejaron la escuela a los 10 y 11 años... y están bien, son simpáticos, divertidos e inteligentes (que puedo decir yo). El mayor es un emprendedor, su forma de ser le hace imposible trabajar para otros, de modo que esta poniendo en marcha sus sueños. El pequeño es más introvertido, quiere ser un hombre muy culto, de modo que se va a matricular en la Open University ahora que ya domina el ingles y que se siente capaz de viajar con su francés. Prefiere seguir estudiando a distancia por que se duerme en clase... supongo que todo es cuestión de habito. Muchos de sus amigos le dicen que no se atreverían a estudiar una carrera sin recibir las explicaciones de un profesor, y eso que ya todos son adultos.
ResponderBorrarLa vida es un continuo tomar decisiones y riesgos. Yo estoy contenta con nuestra decisión, aunque eramos los únicos de nuestra región en educar así, de modo que todos/as los amigos/as de nuestros hijos iban a la escuela, sin embargo a todo el mundo le parecía normal que ellos no fueran, y a ellos les parecía normal que fueran los demás. Es curioso pero esto nunca trajo problemas, en cambio otros detalles como llevar o no llevar ropa de determinadas marcas, o las limitaciones a la hora de ver tal o cual película, o de jugar tal o cual videojuego... eso si hacia que los molestaran, tanto antes de dejar la escuela, como después.
No las entretengo más. Gracias por el post y los comentarios
Te agradezco el riquísimo aporte, Carmen y te doy la bienvenida. Realmente, es un privilegio recibir un comentario de alguien que sabe del tema porque lo ha elegido como opción para educar a sus hijos.
BorrarPara mí no es excéntrico, simplemente algo desconocido, por eso me informé del tema ayer a través de una extensa nota publicada en la revista que acompaña al periódico de mayor tirada del país, que deja ver que los resultados de este tipo de instrucción son muy buenos.
La ley argentina no contempla este tipo de modalidad sin permisos especiales y sin rendir exámenes para acreditar nivel. De otro modo se considera desescolarización.
Yo reflexiono con algo de humor sobre todo el "homeschooling", el apoyo en casa, que de hecho hacemos a pesar de que nuestros hijos asisten a una escuela. Pero debido a que no se contemplan sus etapas evolutivas o la pobreza generalizada de los niveles de enseñanza en nuestro paradigma, nos vemos en la encrucijada de intervenir por el bien de ellos, aunque además trabajamos dentro y fuera de casa. Me imagino que para llevar adelante la educación de tus hijos en casa debes dedicarte a ello con cierta exclusividad.
Creo que cada familia debe hacer su opción no sólo en lo que concierne a educación sino en todo, como tú bien dices: eso es la vida. Y ojalá algún día yo pueda decir como tú "Yo estoy contenta con nuestra decisión." Por ahora hay bastantes cosas que no decido, como qué y cómo aprenden mis hijos, por eso intervengo aunque se haga arduo.
Un afectuoso saludo desde Buenos Aires, Carmen.
Fer comprendo perfectamente lo que viven. Para nosotros era así también. Acá, en mi rincón del Estado español, el horario escolar es de 9 a 14h, después almuerzo y a las 17 comienzan las actividades extraescolares (música, informática, otras lenguas, ...) y nuestra rutina era... almuerzo, comiendo de las tareas, extraescolares, continuación de las tareas, cena... y a veces, continuación de las tareas. Y todo se complicaba con que los niños no querían ir al colegio, se levantaban llorando, y después de todo el esfuerzo no escribían, ni leían... (el colegio no detecto la dislexia, simplemente los tachaba de vagos) de modo que antes de saber que eran dislexicos, y viendo que en casa trabajaban bien, contentos y en realidad tenían una memoria increíble (les leías una vez y ya lo hacían suyo) nos lanzamos a la aventura.
BorrarY fue un descanso tremendo. Mi esposo y yo pactamos trabajar un año cada uno para que ninguno llevara la carga de la casa o de los niños, y luego la vida se fue encargando de poner las cosas en su sitio. He Leído en un comentario que los niños en la casa son menos disciplinados, pero no es esa mi experiencia. Mis hijos se hicieron super responsables, pero además estaba tan contentos... se levantaban riendo, fue un cambio muy positivo. Y buscando soluciones, llegamos a descubrir que las dificultades tenían una causa y pudimos trabajar sobre ellas.
Sobre la ley, bueno en España no es legal esta opción educativa, la ley no la contempla en ningún caso, y los exámenes libres para lograr el primer titulo (que si vas a la escuela es a los 16 años) los puedes hacer a los 18 años.
En Alemania es peor, esta prohibido por la ley, pero aún así hay muchas más familias que en España que lo practican, y allá te multan dos veces, y si persistes en tu decisión... hay cárcel.
Nosotros matriculamos a nuestros hijos en una escuela norteamericana, de modo que tiene un titulo de USA, por eso lo de entrar en la Open University.
Como ves es un tema extenso y complejo.
Gracias por la amable respuesta.
Muchísimas gracias a tí por este testimonio de una forma de vida posible. Estoy muy familiarizada con lo apresurado de los diagnósticos y etiquetas que vienen de la mano de la escolarización, a veces de adultos especializados, Carmen.
Borrar¿Me creerías que ayer mismo descubrí que Einstein, Bill Gates y Anthony Hopkins, el gran actor británico, tienen en común el ser disléxicos? Y Einstein fue catalogado como un fracaso escolar... Las escuelas convencionales deben cambiar y abrir la cabeza a mucha diversidad y riqueza, a todos los tipos de inteligencia, pero es un cambio al que se resisten. Por eso creo que la opción de que quienes mejor conocen y aman a sus hijos los instruyan y eduquen es una opción viable. Ya lo creo que hay mucha tela para cortar en temas de educación...
En cuanto a ser disciplinado o no, comparto contigo que es relativo. La escuela argentina, al menos, tiene una gran cuenta pendiente con el tema de la disciplina y los límites escolares.
Te mando otro saludo y un especial agradecimiento por tu jugosa y generosa contribución al tema.
Muy pedagógica tu entrada. Gracias por enseñarnos cosas del mundo de la docencia en el que también estoy inmerso desde hace unos cuantos años.
ResponderBorrarUn abrazo
Siempre hay que sacar la cabeza de lo que nos tiene sumergidos y mirar el horizonte para aprender un poco más. Yo también intento aprender como mamá y docente cada día al vertiginoso ritmo de los cambios que se imponen, Luis Antonio.
BorrarUn abrazo y gracias por tu contribución.
En efecto, siempre es bueno levantar la cabeza y procurar tener una perspectiva amplia sobre las cosas. Excelente entrada, que sirve para la reflexión sobre todas las dificultades que existen en la educación, incluso de los propios hijos.
ResponderBorrarYo te diría, si me lo permites, sobre todo de los propios hijos. Son ellos quienes más me han enseñado de pedadogía, sin dudas.
BorrarGracias por tu aporte, Pedro. Te mando un saludo en tu primavera floreciente.