miércoles, 21 de marzo de 2012

¡Quién pudiera encontrar el norte para llegar a Islandia!

Vista satelital de Islandia

Llegan noticias del norte sobre Islandia, tierra de hielo. Nos cuentan que va tomando temperatura luego de una crisis financiera en el 2008 que, según informa el periódico, fue causada por la ambición desmedida de sus banqueros y la ilusión de alcanzar una riqueza repentina. Esa película ya le he visto. El país nórdico casi choca contra el iceberg de la bancarrota total, de la que ahora resurge. Según la visión del periodista del diario El País John Carlin, este choque fue evitado gracias a un nuevo liderazgo dominado por las mujeres en casi todos los órdenes y guiado por un concepto clave: la sustentabilidad.

Ya hemos escuchado sobre esta idea hasta el cansancio, aunque los ejemplos de países que la ponen en práctica no abundan. Mientras tanto aquí, en el polo opuesto del mundo, los analistas políticos nos aseguran que hemos perdido el norte. Y, naturalmente, dan ganas de encaramarse al norte y encontrarlo. Según explica el autor del artículo que me ha dejado pensando el cambio ha llegado de la mano de las mujeres:

"Lo que ha ocurrido es que las mujeres se han hecho cargo del país y lo han arreglado. (...)
... esa mujer simboliza una tendencia en Islandia, o, más que una tendencia, una revolución, un golpe de Estado. Desde que se produjo la crisis, y como reacción directa y deliberada ante ella, las mujeres se han adueñado de las palancas del poder, y lo han hecho en los ámbitos que más importan, en los que más influencia se ejerce sobre el destino nacional: el gobierno, la banca y, en creciente medida, las empresas."

Una pequeña isla de apenas unos 320.000 habitantes que ocupaba el primer puesto en el Indice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas enfrentó la bancarrota poniendo al timón a una Primer Ministro mujer, lesbiana declarada, casada y con dos hijos: la primera mujer en la historia de Islandia en ocupar el cargo, Jóhanna Sigurdardóttir. También se resolvió la dimisión del Gobierno establecido, la nacionalización de la banca, la convocatoria de un referéndum que permitió a la población intervenir en las decisiones económicas más trascendentes, la encarcelación de los responsables de la crisis, la modificación de la constitución (llevada a cabo por los propios ciudadanos), y la Iniciativa Islandesa Moderna para Medios, destinada a proteger la libertad de expresión y de información.


Según da cuenta el artículo, marcadamente sexista en favor del poder femenino de planificar a largo plazo, enraizar medidas tendientes al bienestar y velar por el porvenir de los ciudadanos, lo que los islandeses han aprendido desde el 2008 es que, si desean construir, deben ser capaces de vislumbrar el futuro no inmediato, es decir,  los próximos 10 o 20 años, lo cual no parece un gran sacrificio: las mujeres y los hombres al poder hoy podrán disfrutarlo y de hecho ya lo están haciendo.


El ejemplo más visible de dónde ponen el acento a la hora de valorar su patrimonio es la culminación de la construcción de la nueva sala de conciertos de Reykjavik, símbolo de la nueva Islandia. Se trata del primer auditorio nacional de conciertos en la historia de un país con una tradición musical admirable, donde la compañía nacional de ópera representa por estos días La Bohème, de Puccini. La ministra de Ciencia y Cultura, Katrin Jakobsdottir, de apenas 36 años, acaba de reincorporarse de su licencia por maternidad de su tercer hijo, y fue  quien tomó la decisión de seguir adelante con este espléndido edificio de cristales refractarios cuando, al momento de irrumpir la crisis, sólo contaba con los cimientos. Y decidió solventar la obra con fondos públicos, haciendo recortes presupuestarios que implican que hoy la gente trabaje más y gane menos.

No me deja de asombrar la pulcritud: ¡no hay  basura en el piso, ni pintadas, ni rejas!

Por aquí la palabra crisis es moneda corriente desde que tengo memoria. Se nos prometen obras que jamás se ponen en marcha, como el tren bala, pero tenemos trenes que matan como las balas, y todo proyecto queda supeditado a la emergencia del momento, echándole la culpa al que estuvo antes y pasándole la pelota al que viene después. Y esto es cosa de hombres y de mujeres. ¿Cuál es el por qué de seguir adelante con la hazaña  islandesa que la señora Ministra esgrime? 

"En parte, porque había 600 personas involucradas en la obra, en parte, porque llevábamos 40 años hablando de construir una sala de conciertos para nuestra orquesta sinfónica y pensamos que, si no lo hacíamos ahora, nunca lo haríamos, pero también porque pensamos que no seguir con el proyecto daría a la gente la sensación de que se prolongaba la crisis." 

En los países nórdicos, tanto mujeres como hombres ostentan los más altos estándares educativos, producto de profesores rigurosamente capacitados que gozan de una alta estimación y prestigio social por su tarea. Se asumen como países pequeños que necesitan comunicarse, por lo que aprenden idiomas, sobre todo, inglés. Los adultos entre los 25 y los 64 años continúan formándose con algún tipo de curso, con la idea de la formación siempre ligada al progreso, y, como si todo esto fuese poco, son los mejores países para ser padres, con indicadores óptimos de salud y bienestar y con el derecho a permiso por baja maternal paga durante el primer año de vida del menor y 10 semanas de la baja reservadas específicamente para el padre. Los padres nórdicos pueden elegir entre usar un total de 46 semanas de permiso maternal pago, con un goce del 100% de su sueldo, o 56 semanas, con el 80% del sueldo. Y hablamos de sueldos del primer mundo...


Son países donde se concibe al Estado como al gran impulsor de la economía. El nivel de desarrollo económico mantiene el equilibrio del bienestar social con bajas tasas de desempleo. Además, el grado de compromiso social es muy alto, por lo cual le hacen frente a los estragos del capitalismo depredador con una concepción de modernidad cuyos baluartes son la cultura y la educación.

Existen también los lados oscuros: las mujeres encabezan las estadísticas de muertes por violencia de género, a pesar de ser líderes en la lucha por la igualdad de derechos; si bien los derechos en legislación de licencias por maternidad y paternidad son generosos comparados a los de otras latitudes, la tasa de natalidad es baja; Islandia acusa niveles de felicidad relativamente altos, pero también ocupa los primeros puestos en las cifras de suicidios, y tienen que tolerar bajísimas temperaturas y falta de luz por meses.

Así y todo, me hace ilusión la idea de vivir en un lugar como Islandia y regalarme una velada nocturna en el auditorio de Reykjavik, cuando parece reflejar el efecto de una aurora boreal, para disfrutar del arte de La Bohème. Mientras tanto, seguiremos viendo como aquí, ni mujeres ni hombres en el poder encuentran la fórmula para resurgir de las cenizas como el Ave Fénix, porque hemos perdido el norte.


A boca de jarro

22 comentarios:

  1. Hola Fer, Islandia tan lejos, tan frio, tan hermoso. Y nosotras, que decir, mujer orquesta y me quedo corta. Besos.

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  2. Ellos pensaran lo mismo del polo opuesto, pero seguro que un artículo sobre nosotros no dice nada parecido a lo que me maravilló de éste.

    Para orquesta, la filarmónica en el auditorio vidriado islandés. Y si hay que hacer de mujer orquesta, que sea con los beneficios y los sueldos del primer mundo. Es un sueño, Vero, y soñar es lo único que se puede hacer gratuitamente....

    Te mando un beso y gracias por el comentario.

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  3. leí el artículo y me gustó. me encanta John Carlin. Leyendo cosas así uno se da cuenta de por qué hay países más hundidos que otros. En España sería impensable eso. Los partidos están corrompidos y son opacos y nadie puede entrar, es todo tan tradicional y arcaico que está oxidado, y no se da paso a corrientes nuevas ni a jóvenes.
    Desde luego, cada uno tiene lo que se merece, porque la sociedad se pasa horas y horas viendo mierda en la televisión.
    Un abrazo

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    1. Yo creo que no todos merecemos lo mismo a pesar de lo que nos rodea, Diego. Yo me levanto todos los días a las 6:30 y hasta las 11 trabajo en casa y afuera, no milito en política, no cago a nadie y no miro mierda por TV. Tampoco me identifico con el voto mayoritario, aunque los que voto no me convencen. Aquí también el milagro islandés es simplemente impensable. Pero nací aquí. Y sueño con algo mejor aunque sea para mis hijos. Por eso me atrapó este artículo y aprendí mucho componiéndolo.

      Gracias por tu aporte y un abrazo.

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  4. Yo vivo en una ciudad aledaña a Barcelona que tiene 90.000 habitantes. Entre Barcelona y Cornellà hay otra ciudad llamada Hospitalet que tiene 400.000 habitantes. Sobrepasa a los habitantes que tiene Islandia que son 320.000. Su gobierno es prácticamente municipal pero la realidad es que es estatal. Es un país nórdico. El clima nos condiciona. No se puede ser rico en el trópico, Fer. Mira la estadísticas de desarrollo y verás que los países con climas tropicales o ecuatoriales no están entre los más ricos del mundo, salvo las repúblicas islámicas del golfo de Arabia. Islandia es uniforme, no hay migración externa. Tiene una homogeneidad que no poseemos otras sociedades más al sur. Carecen de serias contradicciones migratorias y sociales. Me enorgullece cómo han reaccionado ante la crisis y me maravilla el papel de las mujeres pero no es exportable en modelo. Islandia es Islandia, Finlandia es Finlandia, y Argentina es Argentina con su pasado, con sus migraciones. Y además tiene una presidente que se dirige a sus conciudadanos diciendo "argentinos y argentinas" o algo parecido. Entiendo que si las mujeres tomaran el rumbo totalmente a todos nos iría mejor. La inteligencia sería más real y práctica. O emotiva. No sé. Hay países del Africa como Sierra Leona que están presididos por una mujer. Siento como tú tal vez. Las mujeres aportan un plus de inteligencia emocional que no podemos aportar los hombres. En España son las mujeres siempre platos de segunda mesa. Nunca ha sido una mujer presidente de gobierno, ni en Francia, ni en Italia. Pero pienso que el modelo islandés es muy particular, y que no nos sirve.

    Besos.

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    1. Argentina es Argentina, Islandia es Islandia, pero déjame soñar un poco. Yo no estoy tan segura como Carlin que las mujeres al poder seamos la solución a todos los males del mundo: basta mirar lo que sucede aquí para probar que esto no es cierto... Y lo digo con muchísimo dolor. Este es el país donde nací y donde elegí vivir cuando se me presentó la oportunidad de emigrar.

      Aquí en ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires somos 14.000.000 de almas, de argentinas y argentinos que no sabemos qué va a pasar en los próximos meses en ningún aspecto de los que hacen a nuestra vida de todos los días de los que dependen de algún modo del Estado.

      Puede ser que el modelo nórdico no sea aplicable aquí o en España, pero al menos deberíamos aprender de su ejemplo: en un momento de crisis, se aferran a un proyecto cultural que quedará como símbolo de tesón y confianza en el presente y el futuro. Eso hace crisis sea cambio, pasajera y no crónica, como sucede aquí.

      Y en cuanto a tu teoría climática, tengo ciertas dudas: ¿acaso los Incas, los Mayas y los Aztecas de América no prosperaron en el trópico? ¿Y si te traigo más cerquita de mí: qué me cuentas de Brasil hoy, un país tropical, comparado con nosotros o con ustedes?

      Un beso y gracias, Joselu.

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  5. No sé si Islandia es un país a seguir... Además, no creo que sea un cuestión de género, pero resulta interesante la perspectiva que propones.

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    1. Yo tampoco creo que sea una cuestión de género: esa es la visión del periodista. Tengo una presidenta, no te olvides.

      Si Islandia no es un modelo a seguir, tú cuál propones?

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  6. Fer veo que te salió la vena pesimista...y eso que las noticias sobre la economía de tu país no son tan malas como por aqui...imaginate como estamos nosotros...hemos perdido no solo el norte...algo más importante,la ganas de pelear...estamos en un fase de resignación bastante preocupante esperando que alguien nos venga a rescatar...mirando al cielo a ver si se produce el gran milagro...aunque sabemos que los milagros no existen...
    interesante lo de Islandia...
    Yo creo que el país hay que llevarlo como una casa...y las mujeres de eso sabemos mucho...pero no nos dejaran hacerlo...
    Ya no escucho las noticias...me deprimen...y no quiero ser infeliz...ya se que es egoísta...pero no corrupto...
    vivo y dejo vivir sin malversar...es lo que hay...
    un abrazo

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    1. Yo no me defino como pesimista: creo que soy realista, lo cual a muchos les parece latoso. No sé qué noticias recibes, querida Julia, sobre la Argentina, pero si quieres te informo algo, ya qua aquí vivo.

      TenEmos una inflación sobre la cual el ente estatal que la mide nos miente sistemáticamente. No se han aumentado sueldoS acorde al índice inflacionario real. Hay escacez de algunos productos de la canasta básica y medicamentos, por ejemplo, por tener cerrada la importación. Falta ahora el combustible. Hay piquetes y protestas de todo tipo continuamente. El transporte público apesta. Hay desempleo y trabajo en negro. Y existen serias restricciones a la libertad de prensa, por lo cual no sé si este blog no será censurado y mejor me callo la boca.

      No escuchar las noticias o ver la realidad porque deprimen es una evasión facilista. Ser conciente de lo que sucede, agradecer por lo que uno tiene y fortalecerse con lo que nos falta es también una forma de ser feliz.

      Te mando un abrazo islandés.

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  7. Tú no te identificas, pero la mayoría sí. Tenemos lo que la mayoría quiere. Ya sé que la gente de esa mayoría quizá no tenga conciencia de ser esa mayoría, pero a los hechos nos remitimos. Hace tiempo aprendí que uno es lo que hace, no lo que dice que es.
    Un abrazo fuerte

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    1. Vale, eso yo también lo aprendí hace tiempo... La mayoría no sabe ni dónde queda Islandia, ni cómo se vive allí, y compra los sueños que se venden en cuotas por TV.

      Gracias, Diego. Un beso y buen finde.

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  8. A pesar de todo no les envidio porque no puedo soportar el frío y me dan escalofríos cuando veo esos paisajes helados. Ahora en serio, un estupendo artículo que me ha hecho reflexionar, como siempre.

    Un beso!

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    1. Gracias, Antonia. Yo también soy terriblemente friolenta, pensándolo bien...

      Un beso y buen fin de semana.

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  9. Necesitamos saber que en alguna parte de este globo hinchado y pretencioso las cosas pueden ser diferentes. Lo necesitamos ahora, en tiempos donde pretenden transportarnos como ganado por una única cañada. Lo necesitamos aunque tengamos el convencimiento de que todo paraíso siempre será un paraíso perdido.

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    1. Absolutamente de acuerdo con usted, Doctor.

      Es como el efecto placebo: tomamos la medicina de la ilusión de alguna vez ser en algo semejantes al primer mundo y nos produce ciertos síntomas de alivio, aunque no cura el mal del que padecemos.

      Ha captado usted perfectamente la esencia y la necesidad terapéutica de esta entrada. Se lo agradezco enormemente. Espero que sus honorarios no sean en euros, por favor, tenga piedad: ¡que el sur también existe!

      Gracias y un cordial saludo.

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  10. A mi si me parece un modelo a seguir y si me gustaría vivir en un país donde las cosas funcionen. Siempre interesante leerte Fer.

    Un abrazo,

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    1. Has regresado:¡qué bueno!

      Ya mismo voy a leer tu última entrada.

      Gracias y un abrazo.

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  11. Tu interesante lección magistral ha incrementado, si cabe, mi interés por conocer este singular país. Gracias
    Un abrazo

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    1. Gracias, Luis Antonio: por favor, cuéntame cuando llegues a ese norte.

      Un abrazo dominguero.

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  12. La verdadera razón por la que Islandia salió adelante es simplemente porque los paises escandinavos (especialmente Noruega que es petrolero) financiaron totalmente a este pequeñisimo pais, y eso nada tiene que ver con las mujeres. Por otro lado otras de las cosas en las que es lider islandia es en deesintegración familiar, divorcios, madres solteras y violencia de género, que también son medallas que se ha ganado debidamente.

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    1. Gracias, David, por darme tu visión del asunto. Mi reflexión se basa en un informe que leí en La Nación (está hecho el link en la entrada), y que por cierto me pareció bastante sexista. No me considero una experta en política internacional ni mucho menos. Algunos de los lados oscuros de esa sociedad son enumerados en la entrada, pero el punto de mi entrada es otro. Me focalizo en una cantidad de cuestiones que los islandeses tienen resueltas y que aquí resultan preocupantes: la economía, la seguridad, la salud, la educación, la cultura, la estabilidad laboral, la seguridad jurídica, el acceso a la vivienda, etc. Aquí, por ejemplo, las estadísticas hablan de que se producen dos asesinatos a diario, a veces nos matan por sacarnos un vehículo, y los criminales entran y salen de las cárceles con una facilidad pasmosa. Reconozco que es posible que nuestros valores familiares sean aún bastante fuertes, pero están comenzado a darse cuestiones que atentan contra la integración familiar aquí mismo que también me preocupan, justamente porque soy una mujer con un fuerte arraigo a la familia.

      Un saludo.

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