A continuación, dos extraordinarios poemas de la ítalo-brasileña Marina Colasanti:
De carne líquida
Mis senos toman la forma
del momento que los contiene.
Si tomados por la boca,
se estira el pezón que arde.
Si apretados en la mano,
incorporan a su propia curva
la curva dulce de la palma.
Si sueltos al viento
en mi cuerpo que corre,
flamean
como agua en la cuenca.
De carne líquida
Meus seios tomam a forma
do momento que os contém.
Se colhidos pela boca
alon-gam ardidas pontas. Se aprisionados na mâo
acrescem à própria curva
a curva doce da palma.
E quando soltos ao vento
no meu corpo em correria
ondejam
como a maré que a agua faz na bacia.
Frutos y flores
Mi amado me dice
que soy como manzana
cortada al medio.
Tengo las semillas,
es cierto.
Y las curvas simétricas.
Tuve cierto rubor
en la piel lisa
que no sé
si aún conservo.
Pero si en abril florece
el manzano,
yo manzana hecha
ya madura,
todavía me desbordo
en flores blancas
cada vez que su cuchillo
me traspasa.
Frutos e flores
Meu amado me diz
que sou como maçâ
cortada ao meio.
As sementes eu tenho
é bem verdade.
E a simetría das curvas.
Tive um certo rubor
na pele lisa
que nâo sei
se ainda tenho.
Mas se em abril floresce
a maceira
eu maçâ feita
e pra lá de madura
ainda me desdobro
em brancas flores
cada vez que sua
faca
me traspassa.
A boca de jarro