Mucho se ha dicho sobre Facebook. Yo abrí una cuenta simplemente para darle más movimiento al blog. Vi parte de la película "Redes Sociales", que cuenta la historia de sus orígenes, y me disgustó el resentido plagio intelectual que existió en sus comienzos, y la actitud arrogante de esos brillantes jóvenes universitarios que no parecían darle mayor importancia a sus estudios, sino a "figurar"en Internet. Me aburrió su verborragia y sus vericuetos legales y técnicos, y no la terminé de ver. Es sólo mi opinión.
Buenos Aires está sexta en el ranking de grandes ciudades usuarias de Facebook según el diario Clarín de hoy. Es sólo un dato.
El nombre "Facebook" me remite a esas frases ochentosas que usaba como adolescente: "Hacer facha, echar rostro." Algo bastante exhibicionista y superficial, muy a tono con las exigencias de nuestra sociedad. Es "el libro de las caras, de los rostros, para hacer rostro, para figurar". Difícil de traducir... La hoguera de nuestras vanidades contemporáneas, quizás. Es interesante reflexionar sobre esta palabra "face" en inglés. Como sustantivo significa "cara, rostro", y como verbo significa "enfrentar, asumir, hacerle frente a algo", en frases tales como "to face the facts or the consequences of your actions" ,"to face a phenomenon" ("enfrentar los hechos o las consecuencias de tus actos", "hacerle frente a un fenómeno"). Y, sin embargo, quien interactúa por Facebook de algún modo evita enfrentarse al otro cara a cara, y lo hace de manera virtual.... Es sólo una reflexión.
A través de Facebook hace poco tiempo reencontré una amiga valiosa que dejé ir por esas cosas de la vida, y logré reunirme con ella "cara a cara". Porque, en mi modesto entender, Facebook no basta como forma de contacto entre los seres humanos , aunque puede ser útil en ciertas circunstancias , tales como el querer publicitar una actividad positiva, o las que impone la distancia, un forzado encierro o un reencuentro con alguien del que se ha perdido el rastro- en cuyo caso hay que dar con él a través de Facebook si uno y otro están o "figuran" allí. En otros tiempos, hacíamos más uso del teléfono , la guía telefónica, la correspondencia, y el boca a boca. Pero realmente, no sé si me hubiera animado a dirigirme a esta vieja amiga por teléfono: bastante me costó de manera virtual, a través de un mensaje que ella podría haber elegido no contestar, y ya. De otro modo, habría corrido el riesgo de que me cortara en la oreja o me dijera algo desagradable sobre mi persona que hubiese tenido que escuchar y "hacerle frente", exponiéndome mucho más...
En fin, como instrumento, admito que tiene buenos usos, aunque nos sentimos menos expuestos y más audaces, menos vulnerables en el contacto, igual que con casi todo lo que los avances tecnológicos nos han traído. Por eso mismo estimo que encierra ciertos dilemas, peligros y trampas que no me terminan de cerrar. El hecho de que mi hijo de doce años insista hace ya más de un año con que :
"Todos tienen Facebook, ¿por qué yo no?"
...es algo que me perturba y entorpece mi relación con él. Cuando le explico, no entiende que ante todo tendría que mentir su edad para que acceda como miembro, lo cuál sería un acto de total y absoluta "deseducación" que atenta contra mis principios, o debería facilitarle acceso a mi cuenta y recibir mensajes de sus 200 "amigos" y de los 400 "amigos" de sus "amigos", que a ciencia cierta nadie sabe bien quiénes son o qué intenciones tienen, y que además debería permitirle ver fotos de esos cientos de personas y tal vez hasta que él mismo se muestre en fotos en la red, ahí ya no me gusta nada - con todos los degenerados que andan por allí haciendo de las suyas. Un adulto puede decidir con quién liga, qué muestra y que ve, y allá él, ¡pero un púber de doce...! ¡Claro, en el colegio desde sexto grado le han dado "educación sexual" y lo han convencido de que "ya sabe" y de "ya es adolescente", y él lo cree : ¡pero yo convivo con un niño grande que está creciendo, un púber, y se perfectamente que aún está muy verde para estas cuestiones!
Por otra parte, preferiría que en esta etapa en la que ha comenzado a gozar de mayor libertad para ir y venir solo, para hacer amistades y pasar un rato con ellas sin que las madres estemos "digitando" a quién puede o debe invitar a casa a jugar y demás (porque eso solemos hacer las madres en la infancia), preferiría que mi hijo pre-adolescente construyera amistades reales con uno, dos o tres chicos de su edad, no con "cientos", en el mundo concreto, y que expresara sus sentimientos y opiniones de manera gestual y verbal, y no a través de mensajes indescifrables, entrecortados y deformados, que intentan aproximarse a una tibia demostración de afecto recurriendo al uso de emoticones. Como bien pronostica su papá, esta generación sufrirá un cierto grado de "afasia" (una pérdida de la palabra) a causa de este fenómeno que no podemos frenar, pero que deberíamos repensar y, señores padres : acá viene lo difícil para nuestra generación... LIMITAR en su uso, como mínimo.
Hace poco vimos en casa un video en inglés elaborado por www.e-teaching-online.com.ar que se titula "Bullying No More" ("No más patoteo o acoso estudiantil"), que consta de una serie de cortos con mensajes claros para alumnos y docentes que ilustran y musicalizan las penurias que sufren miles de adolescentes en el primer mundo a causa del acoso de ciertos compañeros, y entre sus diversas y dañinas formas, se muestra el "acoso virtual" denominado "cyberbullying", a través de las redes sociales, el celular y el chat. Se evidencia claramente como, a causa del mal uso de estas formas de comunicación, se puede llegar hasta el suicidio de un joven que no encuentra protección contra el ataque- sin duda un caso extremo, con otras cuestiones graves subyacentes.
En países como Gran Bretaña y Canadá, ante la evidencia de acoso estudiantil, se puede dar parte a la policía, que interviene, y esto se ve en uno de los clips.Y otra vez surge la necesidad de que el mundo adulto tome cartas en el asunto e imponga LÍMITES. La idea es que no hemos sido educados para hacerle frente a este fenómeno: no tenemos herramientas suficientes para "hacerle frente a Facebook" ("to face Facebook"). Nosotros, como la escuela, siempre un paso atrás de la realidad imperante.
Y otra vez resuena "Facebook" : "figurar" para no ser excluído por el grupo de pertenencia, para no ser catalogado de raro, tonto,"loser", "nerd", nene de mamá, chiquilín. etc., y así convertirse en el target perfecto para el "bully" de turno, pero sin poder "hacerle frente a las consecuencias" ( "face the music") ...
He aquí el dilema: ¿ser o no ser?, ¿estar o no estar?, o como diría Hamlet con las geniales palabras que le diera mi admirado William Shakespeare :
"To be or not to be : that is the question."
( No todos: ¡yo!)
Esa es la cuestión para nosotros como "adultos paternantes": permitir o no permitir, y si permitimos, cómo limitar y evitar daños. Esto de"adultos paternantes" lo tomo del excelente libro que estoy leyendo de Susi Mauer y Noemí May "DESVELOS DE PADRES E HIJOS" En la infancia y la adolescencia, publicado por Emecé, que obtuve gratuitamnete y dedicado de parte de Susi, a raíz de mi carta de lectores sobre un artículo de su autoría que apareció en la revista La Nación, hecho que comenté y celebré en una entrada oportunamente.
Verdaderamente, recomiendo la lectura de este libro que me ayuda en mis desvelos de madre en estos tiempos cambiantes y vertiginosos, "quitando los velos" que se echan sobre mi mirada de la realidad que me toca protagonizar en la crianza de mis hijos.
A propósito, otra madre con unos cuantos desvelos seguramente, Michelle Obama, explicó hace poco en Newsweek, Febrero 2011, por qué sus propias hijas no tendrán acceso a las redes sociales en el futuro inmediato :
"I'm not a big fan of young kids having Facebook. It's not something they need."("No soy fanática de la idea de que los chicos tengan Facebook. No lo necesitan.")
Y yo no podría estar más de acuerdo. Pero la cuestión es cómo se lo hago entender a mi hijo de doce sin que me odie y sufra por no ser uno más de los tantos, de los otros...
Y te lo digo así: a boca de jarro, Shakespereano hoy...