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lunes, 5 de junio de 2017

Yo te cielo... Ciélame

"Estuary In Summer", John Miller



"¿Se pueden inventar verbos?
Quiero decirte uno: 
Yo te cielo,
así mis alas se extienden enormes para amarte sin medida."

Frida Kahlo




"Ciélame, móndame, 


miamórame, mivídame, 


amanéceme, lamparéame,


gerúndiame, núblame, 


omblígame, alcoholízame, 


pellízcame, arranca estos días de mí, 


acurrúcame, tóseme, 


respírame, entíbiame, 


báñame, péiname, 


escúrrete en mi noche, 


piméntame, azúlame, 


azucárame, desnúdame, 


bésame con las manos, 


ensalérame, vérbame, 


arbólame, líbrame, 


cierra la puerta tras de ti, 


cuélame, cálame, 

tóntame, 

trae del olvido el olvido, 


arrúllame, piénsame, 


cántame una canción de cuna, 


articúlame, léeme, 


acaríciame las nalgas, 


siénteme, ábrete, ciérrate,


tuéstame, agilibíame


tráeme del viento la luz, 


delírame, arrebátame, 


ceféame, lluéveme, 


apriétame, lúname, 


estréllame, floréame, 


si he de morir, peréceme, 


águame, anochéceme, 


minóviame, ojéame, 


cómeme, bébeme, 


viájame, acolúmbrame, 


maréame, cuélame, 


manoséame con la boca, 


pestañéame, cervecéame, 


respírame en la nariz, 


escríbeme, 


lámeme, miélame, 


bárcame, avíspame, 


seme, déjame ser en ti, 


púnzame, sacúdeme, 


si he de vivir, víveme, 


acalámbrame, arrúllame, 


arróllame, ríeme, muérdeme, 


regálame tu risa bella, 


méceme, rízame, 


fúmame, tuérceme, 


viernésame, 


ámame, otóñame, 


dame tu risa, huye, 


cúrame, sálvame, 


vísteme, 


pronómbrame, 


llévate de mí toda la oscuridad, 


poémame."



 Martha Rivera-Garrido, Los amantes del inbox de papel, 2016.





A boca de jarro

lunes, 2 de enero de 2017

Digresión filosófica en elegía




Pintura: “Digresión filosófica”, Edward Hopper , 1959.




Elegía 1938


Trabajas sin alegría para un mundo caduco, 
donde las formas y las acciones no encierran ejemplo alguno.
Practicas laboriosamente los gestos universales,
sientes calor y frío, falta de dinero, hambre y deseo sexual.
Los héroes llenan los parques de la ciudad en que te arrastras,
y preconizan la virtud, la renuncia, la sangre fría, la concepción.
Por las noches, si llovizna, abren paraguas de bronce
o se recogen entre los volúmenes de siniestras bibliotecas.
Amas la noche por el poder aniquilador que encierra
y sabes que, durmiendo, los problemas te exoneran de morir.
Pero el terrible despertar prueba la existencia de la Gran Máquina
y te repone, diminuto, ante indescifrables palmeras.
Caminas entre muertos y con ellos conversas
sobre cosas del futuro y asuntos del espíritu.
La literatura arruinó tus mejores horas de amor.
Al teléfono perdiste mucho, muchísimo tiempo de sembrar.
Corazón orgulloso, tienes prisa en confesar tu derrota
y aplazar para otro siglo la felicidad colectiva.
Aceptas la lluvia, la guerra, el desempleo y la distribución injusta
porque no puedes, tú solo, dinamitar la isla de Manhattan.


Del poemario "Sentimiento del Mundo",1940.

Carlos Drummond de Andrade (1902-1987), Brasil.
   
Homenaje al poeta Carlos Drummond de Andrade en 
la Playa de Copacabana, Río de Janeiro.


Elegia 1938

Trabalhas sem alegria para um mundo caduco, 
onde as formas e as ações não encerram nenhum exemplo.
Praticas laboriosamente os gestos universais,
sentes calor e frio, falta de dinheiro, fome e desejo sexual.
Heróis enchem os parques da cidade em que te arrastas,
e preconizam a virtude, a renúncia, o sangue-frio, a concepção.
À noite, se neblina, abrem guarda-chuvas de bronze
ou se recolhem aos volumes de sinistras bibliotecas.
Amas a noite pelo poder de aniquilamento que encerra
e sabes que, dormindo, os problemas te dispensam de morrer.
Mas o terrível despertar prova a existência da Grande Máquina
e te repõe, pequenino, em face de indecifráveis palmeiras.
Caminhas entre mortos e com eles conversas
sobre coisas do tempo futuro e negócios do espírito.
A literatura estragou tuas melhores horas de amor.
Ao telefone perdeste muito, muitíssimo tempo de semear.
Coração orgulhoso, tens pressa de confessar tua derrota
e adiar para outro século a felicidade coletiva.
Aceitas a chuva, a guerra, o desemprego e a injusta distribuição
porque não podes, sozinho, dinamitar a ilha de Manhattan.



Del poemario «Sentimento do Mundo», 1940.
Carlos Drummond de Andrade (1902-1987), Brasil.

lunes, 19 de octubre de 2015

Días de alto vuelo



Hay días en los que arde magia,
en los que llueve alegría,
en los que la vida emana
su claridad meridiana
y se me florece su mejor profecía.

Hay días en los que atisbo
la luz en mi propio abismo,
en los que todo es promesa,
en los que siento certeza,
días que libran la piedra.

Hay días en los que tus manos
crean un teclado
 y tocan para mí
aquella melodía
que sabía mía.

Días en los que camino a ritmo.
Días que se me hacen cluecos
pero de los huevos
de empollar los versos
dentro de mi pecho.

Días en los que me río
del revés del reino,
en los que no freno
si me pega el viento,
días de alto vuelo.




A boca de jarro

lunes, 5 de octubre de 2015

Sirena de las Palabras

Siren song series by Victor Nizovtsev




Como en olas Ella llega, 

en puntillas, espumada, 

a tientas, de madrugada,

cuando oteaba mi partida,

besa mi orilla, la limpia,

y de pleamar me empapa.



Me despierta, extrañada.

¿Es por mí que has venido,

es por mí, que estoy vacía, 

es por mí, que estoy varada, 

sin barca, sin luz, sin mapa,

sin mar, sin ruta, sin atlas?




¿Cómo podré yo servirte,

cómo podré conducirte,

cómo podré yo cantarte,

cómo sabré traducirte?

Yo tan solo amo las lenguas

y quiero volver a casa.



Mi alma te doy, entera,

igual la daba por muerta,

te entrego mis torpes dedos,

mis ojos y mis orejas,

te doy este par de remos

y te concedo mi Itaka.




Pero ella no me contesta,

solo me mira intrigada

y preguntándose por qué

quedé así tan marchitada,

tan seca, tan deshojada,

tan mustia, tan encallada.




Tómame entera, te ruego,

Sirena de las Palabras,

alza mis velas ahora,

aunque es de madrugada,

llévame donde tú quieras

que yo ya no pierdo nada.




A boca de jarro

lunes, 31 de agosto de 2015

Retoños del Árbol de Diana

Yo no sé de pájaros, no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas.
Alejandra Pizarnik

He dado el salto de mí al alba.
He dejado mi cuerpo junto a la luz
y he cantado la tristeza de lo que nace.

Sólo la sed
el silencio
ningún encuentro

cuídate de mí amor mío
cuídate de la silenciosa en el desierto
de la viajera con el vaso vacío
y de la sombra de su sombra.


por un minuto de vida breve
única de ojos abiertos
por un minuto de ver 
en el cerebro flores pequeñas
danzando como palabras en la boca de un mudo


ella se desnuda en el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
de sus visiones
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe


Salta con la camisa en llamas
de estrella a estrella,
de sombra en sombra.
Muere de muerte lejana
la que ama al viento.


ahora
          en esta hora inocente
yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de mi mirada.



Memoria iluminada, galería donde
vaga la sombra de lo que espero. No es
verdad que vendrá. No es verdad que
no vendrá.


explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome



Alejandra Pizarnik, Árbol de Diana, 1962 (Fragmentos)



A boca de jarro

sábado, 1 de agosto de 2015

Al patrón de la vereda: Lluvia y luna




Al patrón de la vereda que se fue ayer:

Lluvia y luna

Te fuiste con la lluvia de ayer por la mañana,
las nubes se corrieron cuando llegaste al cielo
y ya en el ocaso sopló un viento vecino,
amigo, él te abrió paso, te dio la despedida
de este invierno infame, del barrio, que hoy te duela,
que trunco se ha quedado, vacío de tus pasos.
Ayer fue luna llena, perfecta en su bravura
de ser ya la segunda en sólo una treintena:
a mí hoy me parece que la lluvia te anuncia,
que la luna te vela, que los cielos nos hablan
de aquello que tememos caiga como aguacero
sobre los campos ciegos que hacen nuestras vidas,
sobre eso que, cobardes, llamamos derrotero 
y que duele en el alma porque no conocemos.

A boca de jarro

miércoles, 8 de julio de 2015

No sé, sí sé



"El recuerdo viene a mí,
filtrado rayo de luna,
y me conmueve la cuna
humilde donde nací."




Jesús Orta Ruiz 
(Indio Naborí)








No sé, sí sé



"No sé si he podido ser 

Lo que él soñó que yo fuera"

Pero sí sé que voy a hacer

Todo lo que sé hacer

Para simplemente ser

Sólo quien yo quiero ser

Por vez primera, tal vez,

En toda mi vida entera.











Mi abuelo llegó en un barco, pero se trajo la luna
dibujada en un pañuelo que un día colgó en mi cuna.
La inmensa luna diamante era la mejor fortuna
que acompañó al emigrante de aquella España lorquiana y dura.

Cantaba con ese acento que tanto lo distinguía,
risueño me revelaba la copla que así decía:
"Niña, nunca te enamores si hay luna cuarto menguante
que puede robarte el sueño un asturiano emigrante".

No sé si he podido ser lo que él soñó que yo fuera,
lo cierto es que, mire usted, mi abuelo fue mi primera escuela,
puso raíz en el puerto y estrenó bajo una ceiba 
las alas del papalote que me llevaban hasta su tierra.

Mi abuelo tejió mi hamaca con los hilos de la luna, 
abuelo pintó mi infancia con un verdor aceituna.
Se puede viajar el mundo en los ojos de un abuelo
que nos regala la luna dibujada en un pañuelo. 

Un día llegué a su tierra y allí me estaba esperando
la luna de aquel dibujo que desde el cielo iba pregonando:
"Niña, nunca te enamores si hay luna cuarto menguante
que puede robarte el sueño un asturiano emigrante". 




CORO
(Niña, nunca te enamores si hay luna cuarto menguante,
que puede robarte el sueño un asturiano emigrante.)


Trajo la gaita asturiana y el paso doble elegante
pero se quedó conmigo entonando "De dónde son los cantantes"

Abuelo tejió mi hamaca con los hilos de la luna,
artesano de mis alas, carrusel para la altura. 

Su sonrisa desafiaba el trueno y el aguacero.
Cuánta ternura cabía bajo las alas de su sombrero.

Mi abuela besó a mi abuelo en luna cuarto menguante;
mi abuela bebió el misterio bendito del asturiano emigrante.

No sé si he podido ser lo que él soñó que yo fuera,
lo cierto es que, mire usted, mi abuelo fue mi primera escuela,
puso raíz en el puerto y estrenó bajo una ceiba 
las alas del papalote que me llevaban hasta su tierra.

Mi abuelo llegó en un barco, pero se trajo la luna
dibujada en un pañuelo que un día colgó en mi cuna.





A boca de jarro

sábado, 27 de junio de 2015

The Unending Rose

"Rosa Meditativa", Salvador Dalí, 1958



The Unending Rose



A los quinientos años de la Hégira 
Persia miró desde sus alminares 
la invasión de las lanzas del desierto 
y Attar de Nishapur miró una rosa 
y le dijo con tácita palabra 
como el que piensa, no como el que reza: 
Tu vaga esfera está en mi mano. El tiempo 
nos encorva a los dos y nos ignora 
en esta tarde de un jardín perdido. 
Tu leve peso es húmedo en el aire. 
La incesante pleamar de tu fragancia 
sube a mi vieja cara que declina 
pero te sé más lejos que aquel niño 
que te entrevió en las láminas de un sueño 
o aquí en este jardín, una mañana. 
La blancura del sol puede ser tuya 
o el oro de la luna o la bermeja 
firmeza de la espada en la victoria. 
Soy ciego y nada sé, pero preveo 
que son más los caminos. Cada cosa 
es infinitas cosas. Eres música, 
firmamentos, palacios, ríos, ángeles, 
rosa profunda, ilimitada, íntima, 
que el Señor mostrará a mis ojos muertos.



Jorge Luis Borges, La rosa profunda, (1975).




A boca de jarro

miércoles, 17 de junio de 2015

En cada solitario instante


Holanda, Leiden"Ciudad-Llave"


Llegué a Borges,
 entré,
cerré con llave,
derribé los muros
 - ¡tantos! -,
con las manos desnudas,  
de rodillas, 
 implorando,
 me encontré
- ¡por fin! -,
 a mí
sola,
agonizando
en cada solitario instante,
en ese laberinto del espejo,
harta ya de Arquetipos y Esplendores,
me llené bien la sangre  
de aquel verdor perdido
perfumadito de eucaliptos
y llegué,
- ¡en buena hora! -,
  justo al lugar que la garganta angosta
cuando el sol se pone arrebolado
 de nubes y de sombras en mi boca.
Desenterré aquel sueño no nombrado,
 a paso firme, 
sí, 
- ¡al fin! -
salí....
Detrás de todos los efímeros reflejos
yo  
 sé por fin 
que este Poeta
 para siempre 
me ha salvado.


Borges, Hôtel des Beaux Arts, París, 1969.



El Ápice



No te habrá de salvar lo que dejaron

Escrito aquellos que tu miedo implora;
No eres los otros y te ves ahora
Centro del laberinto que tramaron

Tus pasos. No te salva la agonía
De Jesús o de Sócrates ni el fuerte
Siddharta de oro que aceptó la muerte
En un jardín, al declinar el día.

Polvo también es la palabra escrita
Por tu mano o el verbo pronunciado
Por tu boca. No hay lástima en el Hado

Y la noche de Dios es infinita.
Tu materia es el tiempo, el incesante
Tiempo. Eres cada solitario instante.


Jorge Luis Borges


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