jueves, 20 de junio de 2013

Historia de síndromes raros


"Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados."

Henri-Marie Beyle, Un viaje de Milán a Reggio.

  Sobre fines del año pasado se me hizo un diagnóstico presuntivo de un síndrome raro que prevalece sobre mujeres a partir de los cuarenta años, o aún antes en algunos casos menos frecuentes, como el de la mismísima Venus Williams, tenista profesional, que abandonó el circuito a partir del diagnóstico del denominado síndrome de Sjögren. El mejor sitio de información al respecto que encontré en la red es una org en inglés: Sjögren's Syndrome Foundation, cuyo slogan reza: "YOUR CREDIBLE SJÖGREN'S SYNDROME RESOURCE". Allí se proponen ideas y recursos para convivir con esta condición crónica e autoinmune caracterizada por la sequedad. Encontré testimonios reales de mujeres que en todos los casos eran mayores que yo, y que a pesar de proponer llevar adelante una vida sonriente con el Sjögren como compañero de ruta hasta la tumba, aseguran que empeora con la menopausia, cuando la sequedad glandular naturalmente se acentúa, e insisten en que quienes lo padecemos debemos aprender a vivir con coraje y difundirlo, en un intento por crear conciencia sobre su existencia y sintomatología y apoyar a la org a través de donaciones.


"Living With Sjögren’s Syndrome"
"Be BOLD for Sjögren’s Awareness!"
"Donate Today"

  De acuerdo a lo que he aprendido de los múltiples especialistas que he visitado, este síndrome, descubierto por el científico sueco Henrik Sjögren, (se pronuncia "siogren" según los médicos locales), es una enfermedad autoinmune sistémica que afecta principalmente a las glándulas exócrinas y que conduce a la aparición de sequedad. Las glándulas exócrinas son las encargadas de producir líquidos como la saliva, las lágrimas, las secreciones mucosas de la laringe, la tráquea y la vagina, fluidos que hidratan, lubrican y suavizan las partes del organismo que están en contacto con las mucosas. Es también una enfermedad de etiología reumática, ya que puede producir dolor e hinchazón en las articulaciones, y la trata un reumatólogo, quien a la vez deriva a los pacientes a especialistas de acuerdo a sus síntomas: oftalmólogo, dermatólogo, ginecólogo, odontólogo, estomatólogo y psicólogo, ya que también puede causar depresión, desgano y fatiga, etc.
    
  En la información disponible online, la terminología para clasificarlo resulta un tanto confusa, tanto como atemorizantes algunos de sus pronósticos. Algunos remarcan que es simplemente un síndrome, otros lo llaman enfermedad autoinmunitaria, de esas que están a la orden del día, sobre todo en mujeres cada vez más jóvenes, en gran medida debido al alto impacto que produce el estrés de la vida moderna bajo el color de muchas banderas. El sistema inmunitario se encarga de combatir las enfermedades al eliminar los virus y las bacterias que pueden ser dañinos para el cuerpo. Sin embargo, con las enfermedades autoinmunes, el sistema inmunitario se equivoca y ataca las partes sanas de su propio cuerpo. Los médicos aún no conocen a ciencia cierta las causas de dichos padecimientos ni han encontrado una cura, aunque se está investigando. Se cree que pueden ser causados por una combinación de varios factores que siempre escapan a nuestro control.

 Soy hija de un médico que además padece una forma leve de Sjögren, una rareza muy común en los médicos, y que me ha enseñado que esto no es una enfermedad, sino un simple síndrome, ya que existe una gran diferencia entre ambos males. Según mi padre, médico cardiólogo y enfermo cardíaco además de portador no sufriente de Sjögren, un síndrome es un conjunto de síntomas que se presentan juntos y son característicos de un cuadro patológico determinado provocado por la concurrencia de más de un factor. Una enfermedad, por su parte, es una alteración leve o grave del funcionamiento de uno o más órganos que puede conducir hasta la muerte si no se lo trata o si resulta incurable. No es el caso de este síndrome en particular, con el cual se puede convivir empleando paliativos que mejoran la secreción glandular que escasea, y que realmente mejoran la calidad de vida del paciente, reduciendo el peligro de las posibles complicaciones que se pronostican, aunque las medicinas que se prescriben para tales fines perforan cualquier bolsillo.

  Ni bien se me nombró la palabra "síndrome", pensé en todos los bienaventurados que padecen Síndrome de Down, y comprendí que en la ruleta de la enfermedad que a todos nos toca tarde o temprano en la vida, no me podía quejar, aunque estuve deprimida por meses viendo como mi pelo caía como las hojas de otoño, mis ojos enrojecían y repelían la luz por la fotofobia que causa el ojo seco, mi piel se descamaba camaleónicamente en pleno verano, se irritaba con la exposición solar aún con protección de factor alto, con los perfumes que siempre había aceptado y adorado, con el infaltable maquillaje de cada día, y hasta con cremas carísimas que se me indicaron para combatir su sequedad. Mi boca se secaba también, por lo cual se me indicó el uso de saliva artificial (un asco), mucha agua y mucho chicle sin azúcar, ya que la sequedad bucal puede producir más caries si no se realiza una limpieza cuidadosa a diario además de consultas periódicas con el odontólogo de cabecera, con las que siempre he cumplido.

  Cuando llegué al momento de definir el diagnóstico de Sjögren fue en una consulta con un estomatólogo en marzo, quien, coronado de títulos, postgrados y honores de banderas de diversos colores, me dijo muy suelto de cuerpo desde su chaqueta blanca que para tales efectos debería someterme a una biopsia de glándulas salivales. Se trata de un procedimiento quirúrgico en el que se extrae una muestra de la cara interna del labio inferior para ser biopsiada por un patólogo al que debía llevársela yo, y ya iba por la décima segunda consulta médica para entonces, todo en pleno verano porteño y sin vacaciones. Se aplica anestesia local, se toma la muestra, se sutura con la cantidad de puntos necesarios para zurcir la herida y se aguanta la hinchazón, el no poder ingerir más que helado por días para aliviar el malestar, amén de correr el riesgo de contraer una infección en una zona muy fácilmente infectable: la boca de jarro. Al salir de la consulta ese mismo día, me sentí curada de espanto del Sjögren: ¡ni loca me expondría a todo eso siendo evidente que lo padecía! Mi pelo me lo decía, mi sequedad ocular y bucal, y mi espantosa depresión, que se manifestó con un ruidoso silencio. No iba a arriesgar ni un sólo pelo más para averiguar si se trataba de un gran, mediano o pequeño Sjögren.

  Desde entonces, llevo una vida normal, mi pelo ha ido creciendo y mejorando en aspecto, mis ojos se ven marrones gracias a las lágrimas y ungüentos que aplico varias veces por día, y mi piel se estabilizó, supongo que fue porque mi casa se inundó con la tormenta del 2 de abril: me armé de baldes para sacarla, me quedé a oscuras, encendí todas las velas y me olvidé del espejo. Y cuando todo volvió a la normalidad, me di cuenta de que todo estaba húmedo en mi mundo, y el señor Sjögren me dejó en Paz.



Neuriwoman


  Un tiempo después de que salí de ese pozo, una tía adoptiva virtual muy querida y popular que de enfermedad sabe y mucho, Neuriwoman, me diagnosticó un síndrome que desconocía: el de Stendhal, (también denominado Síndrome de Florencia o "estrés del viajero"). Según Wikipedia se trata de un mal psicosomático "que causa un elevado ritmo cardíaco, vértigo, confusión, temblor, palpitaciones, depresiones e incluso alucinaciones cuando el individuo es expuesto a obras de arte, especialmente cuando éstas son particularmente bellas o están expuestas en gran número en un mismo lugar. Más allá de su incidencia clínica como enfermedad psicosomática, el síndrome de Stendhal se ha convertido en un referente de la reacción romántica ante la acumulación de belleza y la exuberancia del goce artístico. Se denomina así por el famoso autor francés del siglo XIX Stendhal (seudónimo de Henri-Marie Beyle), quien dio una primera descripción detallada del fenómeno que experimentó en 1817 en su visita a la Basílica de la Santa Cruz en Florencia, Italia, y que publicó en su libro Nápoles y Florencia: Un viaje de Milán a Reggio", de donde se toma la cita que abre esta larga entrada. Aunque se me hace un síndrome atemporal que me hace muy feliz y sana, no fue descrito como síndrome hasta 1979, cuando la psiquiatra italiana Graziella Magherini observó y describió más de 100 casos similares entre turistas y visitantes en Florencia, cuna del Renacimiento, y escribió acerca de él.





Stendhal o Henri-Marie Beyle 


  Hoy es el Día de la Bandera en mi país. Y me atrevería a decir, como alguna vez lo hicieron Sjögren, mi tía virtual Neuriwoman, Stendhal y Graziella Magherini, que los argentinos padecemos del síndrome de la bandera festiva: nos acordamos de la bandera en las fechas patrias, aunque la escarapela no nos la ponemos ni a gancho cuando terminamos la escuela, salvo honrosas excepciones, cuando juega la selección argentina y para los mundiales de fútbol sobre todo. Ahí es cuando el síndrome de la bandera festiva argentino se exacerba más que nunca y se viste la ciudad y el país entero con la albiceleste.






  Yo sueño con un mundo que padezca enteramente del síndrome de la Bandera Transparente, sin colores ni símbolos, una bandera que deje ver lo mejor de la raza humana a través de las fronteras, que haga posible lo que parece imposible, que nos hermane y nos una, que nos dé la libertad de expresar lo que pensamos y sentimos sin  ofender a nadie y sin ser atacados ni combatidos, que no necesite de himnos, mástiles ni triunfos deportivos, aunque nunca vienen mal cuando 
las victorias son celebradas con alegría y sin falso orgullo o rencor, como tampoco la pluralidad de los pueblos y sus gentes, siempre que es bien aceptada y valorada. Una bandera traslúcida que pinte al mundo multicolor de color mar, tierra, nieve, arena, verde y cielo, como lo hace este argentino que mi Stendhal me ha hecho adorar:




                      Facundo Saravia, Coplas de Olvido





A boca de jarro

domingo, 16 de junio de 2013

La historia de mi árbol hoy






Este fin de semana casi coincidieron en mi tierra el cumpleaños número 76 de mi papá y el Día del Padre. Lo celebramos anoche. Esta vez no voy a salir a decir que es un día comercial como hago siempre, porque lo viví intensamente y lo disfruté de verdad. Le ofrendé como regalo este precioso ombú bonsai, que compré y cuidé desde una semana antes del día señalado, como símbolo del árbol que él me está ayudando a componer, el de mi historia familiar y ancestral.

Se me ha dado por ligar más con mis plantas este otoño. Ellas me colman de inspiración. Con sus cambios, sus nanas, sus pestes y sanaciones a través del correr de las estaciones, siempre tan nobles, tan verdes y en pie, a pesar del implacable sol del verano, la inundación que las maltrató este otoño, los vientos y las lluvias de nuestros inviernos primaverales, fruto del cambio climático, siempre desde sus macetas en mi jardín urbano me dan buenas lecciones. Ya iban quedando algo apretadas allí, pedían más tierra y espacio. Crecieron en este último tiempo, y se me hace que hoy quieren expandirse desde sus raíces para llegar a su eje, a su centro, y cumplir por fin su sueño de ser lo que han nacido para ser, nada más y nada menos.

Me susurran al oído secretos que yo sabía de la historia de la gente que forma parte de mi árbol y que ahora cobra vida, se agiganta, se enraíza a medida que voy hurgando, traspasando de maceta, agregando tierra, abonando....

Acá va una historia rimada: la historia de mi árbol, con una súplica a mis padres por un sueño que desea cumplirse, que sueña confiado y aguarda en la savia de mi árbol...

"En mi eje, en mi centro": Un pedido rimado a mis padres

Hoy siento que estoy en mi eje,
con mi árbol empardada,
 a sus raíces unida,
 a sus troncos aferrada.

Por sus brotes savia corre
y por mi sangre, inundada,
la savia que da sustento 
a mis sueños de mañana.

Sueño con amanecer,
una dichosa mañana,
en la tierra donde la raíz
quedó una vez apretada.

Hasta mi tierra llegó
el conducto vitalicio
de aquel árbol que en España
dejó truncos a sus hijos.

Pero hoy retoñan en mí,
este otoño casi invierno,
pidiéndoles, por favor,
a mis padres, frutos bellos

Que no nos trasplanten de aquí,
de este jardín terrenal,
sin antes volver los tres
a nuestra tierra ancestral
 
A circular esta historia 
en su eje, en su centro,
que queda abierta en mi sangre,
en mi maceta, sin tiempo.

Y en mis retoños amados
que le dan su dirección,
su fuerza, su distinción
y su sentido perfecto.


  Sea acatado o no
 este pedido rimado
lo obsequió de corazón
 a quienes me dieron vida
 
Y en ella vida a los míos,
en mi eje, en mi centro,
nunca tan sabia como hoy
 la savia de nuestras vidas. 

 


"Habanera de los Ojos Cerrados", Pasión Vega, 2001


A boca de jarro: ¡Feliz Día!

viernes, 14 de junio de 2013

Otra vez la misma historia...




"Impresionante. Bomberos, policías y médicos durante el operativo que se montó en Castelar. Por el impacto, varios vagones de los dos trenes quedaron montados unos sobre otros." Clarín de hoy.


  Dicen mis mayores que en mi país la historia es cíclica. Nunca más cierto. Esta imagen que tristemente se repite a dieciséis meses de otra similar, la de aquella fatídica mañana en Once del 22 de febrero de 2012, en la misma línea ferroviaria, el Sarmiento, que dejó un saldo aún más penoso que el de ayer en Castelar, y que transporta a millones de argentinos trabajadores, estudiantes, jubilados, enfermos que se trasladan a un hospital, ciudadanos anónimos y decentes que arriesgan su vida día a día para salir a bordo del tren a hacer la vida en esta ciudad, aunque se encuentran con la muerte sobre los rieles, es la alegoría más clara y más patética de la realidad política y social de mi país. Chocamos y volvemos a chocar en la misma línea, no logramos salir del choque, aunque nuestra presidenta prefiere no llamar a las cosas por su nombre y que sea "la Justicia" la que determine cómo calificarlo, a pesar de que las imágenes hablan por sí mismas. Como la otra vez, todos los dedos oficiales y responsables se alzan apuntando al chivo expiatorio de turno: el conductor de la formación. Otra vez la misma historia... 

  Al final de una jornada laboral de catorce horas, extenuante, como la de tantos, en la que hice uso del transporte público de mi ciudad, en estado calamitoso, y en el que se nos transporta como al ganado, quiero decir,  peor, ya que somos seres humanos, para poder cumplir, como tantos, con mis múltiples obligaciones laborales, esas que me permiten subsistir en mi país, encontrarme con cosas como esta me da vergüenza ajena y hasta miedo:





CFK lamentó el choque en Castelar: "La vida es así, nada es perfecto"

La mandataria confesó que siente "un poquito de bronca e impotencia", pero justificó las "paradojas" de la vida.

Mientras celebraba un nuevo sorteo de los planes Procrear, la jefa de Estado envió un saludo a las familias de las víctimas fatales de la tragedia ferroviaria. "Sé lo que están sintiendo", aseguró, en una comparación implícita con la muerte de su esposo, el expresidente Néstor Kirchner.

(Tomado de Editorial Perfil)


   Justificar lo injustificable, la corrupción, la irresponsabilidad, la desidia, el abandono, el tirarse la pelota unos a otros sin que nadie se haga cargo de aquello que le compete, la falta de inversión que amerita el transporte público en esta megaciudad desde la que se pretendió lanzar un tren bala, y en la que se regalan planes de vivienda y de alimentación... Un tren bala sólo nos habría conducido a chocar más rápido y de manera aún más dramática. 

  Se me hace difícil hoy pensar con claridad, hilar este tren de pensamientos y sentimientos que se chocan unos con otros para no poder llegar a ninguna estación segura y me recorren y me estremecen otra vez. Pero antes de descarrilar una vez más, necesito plantear esta necesidad que nos convoca: "argentinos a las cosas", como dijera Ortega y Gasset en su momento, quien hoy me dice: "El pensamiento es la única cosa del Universo de la que no se puede negar su existencia: negar es pensar." 

  Por eso pienso mi realidad en voz alta, como salga, lo importante hoy es pensar y dejar de negarse a hacerlo. Es menester bajar de este tren, ir más despacio, mejorar la infraestructura, invertir tiempo y dinero en pensar seriamente y a corazón abierto cómo nos conducimos por la vida en esta tierra. Y esa es una tarea que nos compete ejercer a todos, cada uno desde su pequeño o gran lugar en este inmenso país, al que a pesar de todo, de tanto, yo quiero de veras, aunque me duela verlo así. Así no quiero ver a mi Argentina, donde, como en una pesadilla recurrente, parece que siempre se repite la misma historia...  


A boca de jarro

martes, 11 de junio de 2013

Historias de madres invisibles entrelazadaylazada

Para Mariela...


Dalilán Kifki, Capítulo 41, María Elena Walsh





Cuando el arte se rige por las normas del marketing, se obtienen cosas como estas:


Femme (1981), escultura de Joan Miró en la Casa de la Ciudad de Barcelona.
  Cuando el deporte se rige por las normas del marketing, Independiente se va a la B, y mi hijo lo llora sin al mundo lograr entender. Y al día siguiente, muere un hincha de Lanús, ya que el fútbol se ha corrido a horarios insólitos y se le da manija marketinera, mediática y política para tapar a Jorge Lanata, que sale los domingos a las 10 por TV abierta y tapa al "fútbol para todos y todas", destapando ollas que huelen muy mal.



Y esto sale en la sección "Deportes" del Clarín de ayer...



  Cuando la política se rige por las normas del marketing, se gastan fortunas en "fútbol para todos y todas", y se tienen que importar gas y combustibles líquidos al país porque no se ha invertido en la exploración de lo que nuestra noble tierra nos daría si trabajáramos en su explotación todos y todas, en una década a la que llaman "la década ganada"...

  Cuando en un blogcito como éste no se le da importancia a lo que, según los expertos del marketing, hay que hacer para lograr un mejor "posicionamiento" en las redes, pasan cosas como esta historia que te voy a contar mientras sigo tejiendo a dos agujas...


 "Ella es una de esas mujeres argentinas pensantes y preparadas que se siente un bicho raro. Y es además madraza. Googleando desde su angustia de mamá desesperada por el paso traumático de sus hijas en el estreno de su escolaridad formal, se encontró una noche con otra madre, bloguera, pensante y preparada, que pasó por lo mismo y escribió mucho al respecto, sin pensar en números ni en posicionamientos, sino en su necesidad vital de comunicar y ecos lograr encontrar. La mamá lectora le dejó un comentario que la bloguera encontró de madrugada. Y la bloguera sintió que había sido vista en su invisibilidad por un alma que, sin dar nombre, por fin habló fuerte y claro desde su patria querida, en la cual, según los números, es donde más se la lee  (¿?), pero menos se la sigue y se la comenta, cosa muy argentina que responde al maldito "No te metás" tan nuestro.

  Al día siguiente, la bloguera se encontró con un mail en su casilla de correo de esta mujer y madre, preparada y angustiada. Le daba su nombre completo, amén de más información y profuso agradecimiento. Se estableció un intercambio que ya lleva varias semanas, con algunos silencios y pausas porque los hijos son los que mandan. Y ellos se enferman, tienen pruebas, actos escolares y tareas, demasiadas.  Las madres hacemos viandas, sacamos punta a los lápices, ayudamos a completar o a rehacer tarea que viene bochada, bajamos fiebres, sacamos piojos, lavamos medias, limpiamos zapatos hasta de madrugada, aunque todo ésto y mucho más que hacemos no salta en los motores de búsqueda ni hace números, es invisible, pero nuestros hijos lo aprecian y lo necesitan.

  Y a veces esos "educadores" que deseducan respondiendo a las reglas del marketing educativo, y que lamentablemente abundan en nuestro paradigma educativo, nos hacen ir al colegio a asistir a una reunión, porque ellos también se rigen obtusamente por los manuales del marketing, y consideran que nuestros hijos son bichos raros porque no recortan derechito o no pintan bonito, porque no hacen "linda letra", o porque son dispersos,  "desprolijos". Ven sólo el lado vacío del vaso, no dan el sabio refuerzo positivo que como profesora aprendí que debe ser dado desde el profesorado, y los señalan con saña, mezquinándoles la nota con "plus" o "minus", "más" o "menos",  o lo que es aún peor "Rehacer" o "Do it again", sin mediar un "Por favor"... Y nos preguntamos qué es eso de nunca pintarles una carita feliz como premio al logro del camino recorrido, remando a veces con medio año de desarrollo neurológico de desventaja frente a la media, que es baja, por haber llegado al mundo muy deseados pero antes del 30 de junio. Siempre les hacen sentir que faltan 20 pa el mango. Perplejos acudimos a esas reuniones grotescas, donde hay que enseñarle a la escuela desde nuestro rol de padres a ver las cosas desde la altura del niño que todos fuimos, desde sus zapatitos que aprietan. Reuniones en las que terminamos enseñándoles desde nuestro rol de padres presentes y amorosos a estos "educadores" que las riquezas de sus alumnos no están siendo explotadas, como los recursos del país, sus verdaderas y singulares habilidades están siendo ignoradas, como las del artista cuando crea para vender. Pero el marketing propone que los hagamos adultos, que les demos "spa de princesas" para sus cumpleañitos y si no, sos un bicho muy rarito...
  
  Esta mamá le confía a la bloguera otra noche, tiempo oscuro para pensar pero bueno para enfrentar con un alma que se abre de par en par a los fantasmas de la angustia, que días pasados reía viendo los trabajitos de una de sus nenas: lectura comprensiva y preguntas al respecto. Una de piratas... La nena, cursando su primer mes de su primer grado, contestó naturalmente que el pirata buscaba un tesoro. La seño corrigió, tachó tesoro y escribió "cofre" en su impecable letra cursiva, que poco les servirá a esta generación digital, excepto para ser filtrados por expertos en marketing y psicólogos en futuras entrevistas de trabajo donde se les darán pruebas escritas luego de largas entrevistas, a pesar de años de estudio con honores, un buen currículum, experiencia laboral relevante y comprobable por referencias notables, cuando aspiren legítimamente a progresar en su trabajo... Es decir, piensa Mariela, que así se llama esta madre, pareciera que la comprensión en el colegio no apuntara al aspecto conceptual sino a la literalidad de la palabra.

  Cuenta Mariela, con total libertad, que ésto le hizo recordar una anécdota personal que la marcó como alumna, a pesar de que llegó a titularse en la universidad y a obtener una beca para seguir aprendiendo en los Estados Unidos muchos años después de ésto. Recordó que en sexto grado una seño le puso un 5 en la evaluación de mitad de año porque, de 2 problemitas, ella había hecho uno mal. Volvió llorando desconsoladamente a casa, como les pasa a sus hijas y a la mía hoy en día. Sus padres miraron el examen y le dijeron que el problema lo había resuelto bien. Y resultó que su padre era amigo de Jorge Sábato, el hermano físico de Ernesto, el gran escritor argentino que escapa a todas las normas del marketing en su genialidad literaria. Le llevó a él su prueba, y éste dijo que el problema estaba perfectamente resuelto. Había un camino fácil para resolverlo, sentenció Don Jorge, pero Mariela había llegado al mismo resultado aunque de una forma más compleja e indirecta. Sus padres la defendieron a capa y espada en la reunión escolar que solicitaran, y la seño, después de un arduo debate, se vio forzada a enmendar, a cambiar 5 por 10, y así empezar a aprender a enseñar de una buena vez. Esta experiencia fue para Mariela traumática en su momento. Recuerda haberse sentido humillada, expuesta y vulnerabilizada. Pero rescata la intervención de sus progenitores, quienes jamás antes habían ido al cole a hablar y, tal vez, gracias a ellos y al ejemplo con el que la educaron, hoy se enfervoriza con estas cosas por las que atraviesan sus hijas.
 
  Además de madre, Mariela es... ¿ casualmente?... profesora universitaria.  Cuenta que justo por esos días tuvo una reunión en la universidad por la reformulación de planes, donde ella planteó ante sus obtusos colegas  la reformulación de todos los planes para lograr una mejor estructura posible, pero el problema es que escasean docentes que se puedan correr de la transmisión de contenido, arremangarse y laburar. Plantear espacios de trabajo conjunto se hace muy complicado. Sus alumnos le enseñan que no temen hacerse cargo y tomar las riendas de sus vidas, pero los profes no lo aprendieron todavía. Tienen un sentido territorial arraigado en donde se privilegia el saber y no la construcción del mismo. 

  Cuenta Mariela que además de su problemática particular y personal, el tema de la educación le preocupa en tanto ciudadana de un país que cree bastante quebrado. Ve una desintegración social tan grande que no puede evitar pensar que es la educación la que está en la base de este penoso proceso que lleva décadas perdidas. Ella, como la bloguera, vio "La educación prohibida" y le pareció interesante. Y le deseó buena suerte a la bloguera esa noche, previa a una reunión a la que ella acudiría a la mañana siguiente con la seño de mates por un tema con su propia hija...

  -"¡Buena semana y adelante con la quijotada!", le deseó de corazón. "Quijotada": ¡Sí señora! Quijotada es defender calidad sobre cantidad, es querer luchar contra los molinos de viento que imponen en nuestro tiempo mirar los resultados sin valorar el proceso, es defender el conocimiento que no se adquiere, sino que se construye, capitalizando y no tachando el error, si es que lo hay, entendiendo que se trata de un proceso dinámico que necesita un sustrato de afecto, confianza, y empatía. Quijotesco resulta luchar sin armas más que el amor y la comprensión para impedir que pisoteen la unicidad y la riqueza individual  de nuestros hijos alumnos en pos de estandarizar hacia una media mediocre que luego falla en la universidad y que obtiene paupérrimos resultados en las mediciones regionales y mundiales de PISA. Quijotada es crear arte no para vender, sino por amor al arte, y saber disfrutarlo aún a los cinco años. Es escribir entradas tan largas como ésta desde un blogcito de poca monta, usar títulos largos y sin gancho comercial, dar opiniones jugadas, sinceras, auténticas, y es no seguir la manada. Quijotesco es pretender que quienes dirigen los rumbos de la educación no sean expertos en marketing, sino docentes con las manos ajadas de tiza y las suelas de sus zapatos gastadas de su paso por las aulas. Quijotesco es también seguir esperando que un país sea gobernado por personas con vocación de servicio que hagan lo que deben hacer porque para eso han sido votadas."

  Ojalá existieran más Quijotes en la tierra del Martín Fierro y de los premios Martín Fierro... ¿Pero quién soy yo para dar consejos, tan invisible en mi visibilidad online, aunque tan inmensamente feliz de protagonizar historias como las que termino aquí de contar, entrelazadaylazada?
 
GRACIAS, MARIELA!!!


A boca de jarro

sábado, 8 de junio de 2013

Historia de blogs entrelazados: "Un premio por unas mentiras que no lo son"








Alson del Viento
pal jarro ha soplado
y me  ha otorgado este premio 
que a boca abierta me ha dado
y que recibo gustosa
 por venir de buenas manos.

Lo cierto es que sé que apesto
escribiendo poesía, 
ese don tiene mi amiga
Marinel la poetisa.

(Todos los derechos de autor reservados...)

Este premio que me otorgara Alson hace unos días, cuando ya tenía la primera historia del mes de historias de junio en el horno, desde su blog de conciencia social, política y ecologista, entre alguna otra miscelánea rica e interesante, tanto como se me hace la personalidad de su autora, prolífica en entradas y autoría de blogs. El blog de Alson se llama Absurdeces y otras hierbas, y siempre lo visito, eso es verdad. Lo valoro por su compromiso con ideas que comparto, por su concisión, arte que ya he dicho, no me ha sido dado, y por pura empatía con su honestidad a boca de jarro.  Alson publica mucho y comenta poco, y la valoro y respeto así, tal como es. Creo que, por mucho que lo neguemos y nos mintamos al respecto, todos los bloguer@s somos seres necesitad@s de atención y aceptación, de afecto, y por algo nos exponemos y nos la jugamos en opinión tantas veces en este pequeño gran mundo de la Web 2.0 que tan entrañable nos resulta cuando finalmente aprendemos a navegar feliz y mansamente a través de sus aguas profundas, que no son otras que las aguas de las que está compuesta el cuerpo de los seres que la habitan y le dan su propia hondura. Esta es la pura verdad, según la veo y la navego a diario.

La cuestión es que el premio consiste en decir las 5 mentiras que más uses y responder 6 preguntas, para luego pasar el premio a los 5 blogs que gustes, cosa difícil de hacer sin a nadie ofender, sin olvidar de mencionar quien te lo entregó a tí primero.




*Mis mentiras:


1. "Yo nunca miento", o como dicen que decía George Washington: "I cannot tell a lie", aunque se especula que también es mentira, digo, que lo haya dicho y, si así fuese, que lo cumpliera...

2.  "La verdad es que ya a estas alturas no me sorprende nada de lo que hagan..."

3.  "No sé si realmente me interesa llegar a vieja."

4.  "Me resultará fácil dejar de fumar de nuevo."

5.  "¿Culposa yo? ¡No, nada que ver!

De las seis preguntas dadas, la consigna pide que se responda sólo una, aunque las responderé todas para no falsearle al nombre y al estilo de la casa:

1. ¿Cine o DVD cine en casa? 

DVD en casa con marido a mi lado, acurrucados en el sillón del living en pijamas y bata, con una copita de vino dulce, tipo Oporto o Marsala, té de vainilla cortado con leche y alguna golosina con dulce de leche para empujar tanto líquido y compartir durante la película (Mis disculpas, amigo Víctor....).

2. ¿Chocolate negro o blanco?

Negro, aunque acá lo llamamos "con leche", porque si no está el amargo, y ese me cae más pesado, aunque le entro también de vez en cuando. Chocolate con leche y con avellanas o almendras acarameladas. El mejor chocolate de Buenos Aires me lo voy a comer hoy a una cuadara del Teatro San Martín: las barritas rellenas de Maison Lion D´Or, en plena calle Corrientes, y esa será mi cena, aunque tal vez pique algo más, para qué lo voy a negar...

3. ¿Unitario o saga?

Unitario y/o saga, pero de que sea de calidad, no me va la cantidad per se en nada, excepto tal vez en el bolsillo, donde no abunda, pero casi que tampoco me parece imprescindible.

 4. ¿Caramelos o gomitas?


Gomitas dulces Billiken de eucalipto para invierno, absolutamente. Soy muy caramelera también, pero todo sin azúcar por órden de mi odontóloga. Y ahora me he hecho chiclera, pero sugar-free para evitar tanto torno, que verdaderamente odio...

5. ¿Película o serie?

Película y cine del bueno. Aunque algún que otro permiso con comedias pasatistas o "Iron Man", sólo por saborear al bombón de Downey Junior, me concedo alegremente y sin culpa, lo juro.

6. ¿Pizza o hamburguesa con papas?

Pizza!!! Toda la vida y todos los días, si fuese posible. Siempre ha sido mi comida favorita. La pizza argentina es una delicia mucho más que la original italiana. Y no les cuento del helado de postre: primerísima calidad, también mejor que el de Italia.



Bueno, ahora tengo que pasarle este regalo a 5 bloguer@s... Aunque, como siempre digo, y en esto no miento y lo saben, el mayor premio para mí es tener un blog. De todos modos, agradezco estos mimos y me permito jugar, que no viene nada mal de vez en cuando, ya que como decía al adusto Nietzsche:


“La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad 
con la que jugaba cuando era niño”. 
(Tomado de Eternauta)


En verdad, lo estoy estirando un poco porque me encuentro en un entuerto embarazoso, dado que sigo a más de cinco blogs que merecen ser premiados, pero les paso el obsequio a aquellos que creo conocer mejor, y a quienes espero que se concedan el derecho y el permiso de jugar este juego. Luego, ya saben: cada quien es dueño de hacer lo que quiera con total honestidad, porque de eso se trata en definitiva. Y desde ya dejo constancia de que me puedo equivocar al premiar a algunos de ellos: "Errare humanum est...", sea por que no lo acepten o sea porque luego demuestren no estar a la altura de una premiación bloguera.



Por orden alfabético:









Celebro el premio otorgado con champagne 
rosado y dulce que, en verdad, me gusta más que el verdadero franchute, aunque me digan que es porque no sé nada del verdadero buen beber...  



¡Gracias, Alson, de verdad, GRACIAS!


A boca de jarro 

miércoles, 5 de junio de 2013

Junio Mes de las Historias: "Entrelazadaylazada"




Entró junio y se viene el invierno. Rescaté mis agujas de tejer del cajón donde guardo "...aquellas pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosas", y entre lazada y lazada y con Serrat de fondo, te cuento una historia...

 "De vez en cuando la vida
nos besa en la boca
y a colores se despliega
como un atlas,
nos pasea por las calles
en volandas,
y nos sentimos en buenas manos. 

Se hace de nuestra medida,
toma nuestro paso
y saca un conejo de la vieja chistera
y uno es feliz como un niño
cuando sale de la escuela."


  Ella tenía apenas 18 años. No se creía bonita porque sus formas ondulantes y generosas no respondían a los cánones de vientres planos y piernas largas de Barbie que se imponían entonces y ahora. Pero tenía una cara muy singular y vistosa, alunada y alunarada, de ojos grandes y marrones, cabello largo, castaño, con reflejos rubios que se hacían dorados cada verano bajo el sol de alguna playa y una sonrisa dulce y tímida. Había aprendido de otros amores adolescentes a jugar con fuego sin quemarse. Pero este hombre, 11 años mayor que ella, la marcó a fuego.

  Entró por la puerta grande de su casa una noche tibia y estrellada de diciembre junto a un grupo de colegas jóvenes de su papá. Eran todos médicos residentes que querían a su jefe y venían a su casa a compartir el consabido asado de fin de año. Él vino sin vino pero con su guitarra a cuestas sobre su larga y algo desgarbada figura para embriagar a las hembras en celo de postre. Ella clavó sus ojos en su afilado rostro de pequeños, solitarios y risueños ojos verde profundo como el Atlántico sur, su cabello renegrido y su nariz aguileña, ya de hombre, marcada por un acné que había pasado ya para ambos, y en su voz descubrió la bella y honda poesía del poeta catalán que la enamoró como él, esa misma noche. Sacó ella también su viola y escondió su silueta aguitarrada detrás de ella para enamorarlo con su tímido rasgueo y su voz temblorosa de saberse descubierta como "una mujer desnuda y en lo oscuro" . Desde entonces, en sus días eternos de adolescente enamorada, "no hizo otra cosa que pensar en..." él, imaginar encuentros posibles en las cercanías del hospital al que se iba a dar una vuelta llevando como camuflaje cómplice a su mejor amiga y compinche, 3 años menor que ella,"dos pájaros de un tiro", para simplemente verlo entrar o salir de la guardia los días en que sabía que le tocaba, deseando el "hoy puede ser un gran día" y así se lo planteaba. Se colaba en los partidos de tenis para hombres en el club, y hasta empezó a tomar clases y se compró todo el atuendo para poder jugarle una partida a ese partido que nunca fue.

"De vez en cuando la vida
toma conmigo café
y está tan bonita que
da gusto verla.
Se suelta el pelo y me invita
a salir con ella a escena.

De vez en cuando la vida
se nos brinda en cueros
y nos regala un sueño
tan escurridizo
que hay que andarlo de puntillas
por no romper el hechizo."

  Ese verano sus padres eligieron una playa de la costa argentina como destino bajo el sol. Se le partía el corazón de sólo pensar que no le vería por tantos días, aunque eran unos escasos 10. Pero su sorpresa fue inmensa y le reventó la ilusión en el estómago, lleno de mariposas, cuando supo que él vendría también. "¿Cómo amigo de la familia, hijo mayor adoptivo o como pretendiente en plan de concretar en la playa?" No lo sabía bien, aunque bien sabía lo que deseaba. Jugaban al ajedrez después de la cena compartida, aunque era una partida difícil, que llevó noches que se inundaron con la marea del tedio por la inconcreción y el deseo que ella ahogaba en el mar de día, al que llegaba caminando temerosa e insegura, con su vergüenza enfundada en su enteriza, mientras las demás lucían sus vientres planos y huesudos en sus mini bikinis que siempre la hicieron sentir menos. Él le dijo entre mate y mate un atardecer en la playa que eso se arreglaba con gimnasia, y a ella se le soltó la sexta cuerda, la bordona, y la guitarra se destempló por largo tiempo, porque se dio cuenta con apenas 18 años de que la gimnasia que deseaba hacer, ahí no más, detrás de los médanos, había sido descartada de plano por resultarle muy gruesa a él también. Justamente "tú que tanto has besado, tú que me has enseñado, sabes mejor que yo que hasta los huesos sólo calan los besos que no has dado".

  Se encontró al día siguiente con dos adolescentes a quienes había conocido el verano anterior en otra playa pero junto a un río de sierra. Eran hermanos varones, híbridos y pesados, pero le insistieron con salir para ir a jugar pool y a tomar algo en algún pub del centro esa misma noche. Se calzó la ropa que había traído especialmente para cuando él la invitara y se fue con ellos. Y sus profundos ojos vedes quedaron clavados en su espalda mientras se alejaba a aburrirse con los dos plomos: "Penélope con su bolso de piel marrón y sus zapatos de tacón y su vestido de domingo". Al día siguiente, él dijo estar descompuesto, embolsó sus 3 prendas y se tomó el micro de vuelta a la ciudad. Ya nunca nada fue igual. Dejó de frecuentar su casa, y ella siguió su camino, estudiando, esperando encontrar y sin hacer ninguna gimnasia. "Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks..."

  A los 3 años de aquel verano se enteró de que había formalizado con una doctorcita recién aterrizada en la sala. Se le llenó la yugular de celos, verdes como sus ojos verdes, esos que habían recorrido tantas veces su geografía corpórea y etérea y la habían abandonado por ser muy ancha o muy verde, quién sabe ya. O por falta de coraje a pesar de ya ser hombre. Con ella había tirado el rey en su partida de ajedrez, pero esta recién llegada, delgadita y muy aireada, le había dado jaque y se lo llevó hasta el altar. Se casaron un abril en la Basílica del barrio. Ella no fue invitada a la "Fiesta", sólo sus padres. Se quedó ese sábado en casa mirando alguna película y masticando impotencia, más celos e ira. Entre iglesia y salón, se aparecieron sus padres con los padrinos de boda, que hacían un alto en su casa para ir al baño. Gente simple, de manos grandes y un tanto fuera de juego en sus atavíos de boda. Podrían haber sido los suyos, sus suegros, y aquella su casa y su baño. Pero no fue. 

 "De vez en cuando la vida
afina con el pincel:
se nos eriza la piel
y faltan palabras
para nombrar lo que ofrece
a los que saben usarla."

   Pasó vida bajo el puente. Tuvo 2 hijos varones, una casa y un buen auto. Hizo carrera y siguió jugando al tenis en el mismo círculo pero con otros tipos, y "entre esos tipos y yo hay algo personal". Un día ella se lo encontró por la calle yendo al trabajo, justo a una cuadra de su casa de casado, y se vieron distintos. El ser padres y el Amor los habían cambiado a los dos. Vaya a saber qué pensó, no se lo cuestionó. Estaba feliz con lo que la vida le había regalado después de tanto esperar. Y lo sigue estando.


  El 30 de mayo pasado se levantó tempranito a preparar una vela para soplarle a su hombre, que cumplió sus 45. Fue un día de trabajo como tantos, pero con torta y champagne, hubo blogueo matutino, corrección y diseño de evaluación. Llegó cansada al trabajo y en el camino cayó: se tragó un cordón y se raspó la rodilla que en un faldón enfundó para el festejo posterior. Quedo machucada y dolida, un tanto entumecida, pero disfrutó de sus clases y la cena afuera en familia, con regalos y una breve pero intensa sobremesa. Y a la mañana siguiente, un llamado extraviado la extrañó. Marcó el número del identificador de llamadas porque era el de su casa, el que conservan sus padres aunque ya no viven en ella. Se quedó pasmada al saber que él se había apagado, de un infarto masivo, en plena cancha de tenis y alrededor de la misma hora en la que ella había tropezado, y no hubo nada que hacerle. Su madre se lo contó con lágrimas en la voz: "No la educó, ya me hago cargo, pa' un soñador de pelo largo. ¿Qué le va usted a hacer, señora?" 

  Una muerte a destiempo, inesperada, aunque después del velorio, al que ella no asistió, porque siempre la espantó y porque esperaba encontrarlo en alguna otra ocasión, similar pero mejor por ley natural, se supo que andaba fumando mucho y un tanto desencantado con lo que el destino le había deparado. Murió a los 55, dejando viuda y dos hijos ya veinteañeros, en el mismo día en que ella celebró el aniversario 45 del nacimiento de su Amor. Esas cosas de la vida que no le parecen casuales, porque es mujer de corazonadas, de caídas que levanta y de silueta aguitarrada que por fin luce encantada gracias al cuarentón, que le enseñó, entre tantas cosas, a mirarse con los ojos del verdadero Amor. Recuerdos que se entrelazan entrelazadaylazada. "Nunca es triste la verdad... lo que no tiene es remedio."

"De vez en cuando la vida
nos gasta una broma
y nos despertamos
sin saber qué pasa,
chupando un palo sentados
sobre una calabaza..."


   " De vez en cuando la vida", Joan Manuel Serrat.



Serrat: "Es caprichoso el azar"

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