miércoles, 21 de septiembre de 2011

Otra de psicología pura y sentido común



 Estoy leyendo este periódico especializado, "Actualidad psicológica", que a veces me hace guiños desde el kiosco de revistas con el título no más, como este mes, con "Sufrimientos actuales".  La verdad es que me hace sentir bien confirmar que los buenos psicólogos y psiquiatras son muy amplios, muy comprensivos, y que más allá de toda su jerga psicoanalítica que muchas veces se me escapa, entiendo que contemplan las circunstancias de toda vida, y que se resisten a la tendencia de los malos profesionales de etiquetar y recetar la pastillita mágica para encontrar la solución rápida e indolora para los padecimientos de nuestros tiempos, que conocen bien, por experiencia de consultorio, y que muchas veces admiten que los sobrepasan desde lo teórico que han estudiado en profundidad, por lo novedoso y lo complejo de los malestares actuales. Pero siguen aprendiendo y creciendo como personas que han elegido ayudar a quienes sufren.                                                      
  Me sorprende un artículo como el de Luis Horstein, "Sufrimientos y algo más", por lo abarcativo de su temática y por reflexiones tan empapadas de sentido común, como cuando dice:

                         "El hombre actual sufre por no querer sufrir"

  Y explica que el sufrimiento es parte natural de la vida, es el polo que resignifica la dicha, la alegría, la felicidad, y que estamos inmersos en una cultura que tiende a negar el sufrir, a reprimirlo, y abusa de la " La dictadura de la euforia" que "sumerge en la vergüenza a los que sufren". Una cultura que nos impone "el pum para arriba" todo el tiempo y a toda costa. Como escribe Mario Pergolini, que también tiene su ensayo publicado en el periódico, titulado "Si no lo fuera parecería ser cruel", cuando estás pasándola mal, la gente te dice, "CÓMO NO SOS FELIZ!!! CON TODO LO QUE TENÉS?? CON LA FAMILIA PRECIOSA QUE CONSEGUISTE!!! Y TU TRABAJO, MILES MATARÍAN POR TENER ESE LABURO!!! SE FELIZ INFELIZ!!!" Así lo escribe Pergolini, y su testimonio, si bien no se luce en estilo o corrección sintáctica, es válido como un exponente de alguien que uno imagina hiper-feliz porque "lo tiene todo". Y sin embargo pasó por el pánico y la depresión, según cuenta. Y aunque parece haberse recuperado, su visión es bastante derrotista al sostener que no es posible ser feliz más allá de las ráfagas, de los flashes, de los atisbos, de los fugaces momentos: "... nunca vamos a ser felices porque sencillamente NO PODEMOS SERLO"... "Es una vida tan cruel que de tan cruel parece hermosa.", concluye categórico.


 Me gusta mucho el aporte de Hugo Lerner, "Felicidad, sufrimiento, realidad", y me quedo con lo que importa según él:

"Lo que importa es ir olfateando el desamparo que la realidad nos impone y recurrir a nuestras herramientas yoicas para sortear los escollos."

 Genial: un psiquiatra que entiende que nos sentimos desamparados en esta realidad del siglo XXI, y que ésto no es razón suficiente para sentirnos patológicos. ¡Qué alivio que lo digan ellos! Además dice, lisa y llanamente, que, en el caso concreto de los duelos, sobre los que todos profundizan como parte integral de la vida, ,"Tenemos dos caminos: o transitamos por ellos y los elaboramos, o tratamos de eludiros con pociones mágicas." Y el concepto de duelo que dan estos especialistas es bien amplio, abarcando todo un arco de pérdidas esperables y naturales, no sólo las que ocasiona la muerte de nuestros seres queridos, sino duelos tales como los que acarrea un despido, una pérdida material significativa, un cambio físico, un embarazo (o la imposibilidad de lograrlo, agregaría yo, conociendo el paño femenino), o el pasaje de una etapa de la vida a otra. Lerner cierra su brillante contribución admitiendo que:

" Freud (...) nos advirtió acerca del sufrimiento humano y nunca nos prometió, ni como seres humanos ni como psicoanalistas, "un jardín de rosas"."
Sigmund Freud.
           
 Estos son profesionales que desconfían, como uno, que toca de oído en ésto, de las simplificaciones y reduccionismos de las etiquetas del DSM, (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), de esa "clasificación ateórica y descriptiva porque sólo hace un inventario de síntomas", y que sostienen que "La psicopatología es tan sólo un bosquejo que ayuda a aprehender algo de una realidad que se resiste al intento de encasillamiento." , como explica Horstein, que no comulga con la urgencia de poner etiquetas y recetar pastillas así no más.


 El ensayo que más me hizo pensar, y se lo agradezco, es el aporte de María Cristina Rother Hornstein, quien elige una cita de Miguel de Unamuno para abrir su escrito, y me conmueve:
  
"Quien así quiso y fue querido
nació para la vida;
sólo pierde la vida su sentido
cuando el amor se olvida"
Miguel de Unamuno, "Cuando duerme una madre junto a un niño"

  Y me interpela como madre e hija con su pregunta : "¿Hay sufrimientos propios de la vida y otros propios de conflictos mal tramitados?" ¡Qué buena pregunta! Y un poco más adelante en su exposición del sufrimiento escribe:

"La angustia es producto del desvalimiento psíquico del lactante (S. Freud, 1926). En los comienzos de la vida toda ruptura del equilibrio es vivida como displacer. "Una madre suficientemente buena" que compensa ese displacer con la acción específica no sólo calma la necesidad sino que agrega ese plus libidinal que transforma el displacer en una vivencia de satisfacción."

  
  Y vuelve a citar a Unamuno:

"No te vayas de mi lado,
cántame el cantar aquél.
Me lo cantaba mi madre;                        
De mocita lo olvidé,
cuando te apreté a mis pechos
Contigo lo recordé"



  Siempre he pensado que Freud se ha encargado de cargar las tintas en lo que los vínculos primarios dejan como impronta en nuestro psiquismo, pero yo soy lego en la materia. Ahora, siendo madre, repienso a mis padres y a mi propia biografía, y debo hacer un esfuerzo por adoptar una mirada compansiva del rol materno y paterno. Más allá de toda teoría, que ayuda y esclarece, me parece que "los buenos padres" hacemos lo mejor que podemos con nuestros propios desamparos y los de nuestros hijos desde que nacen hasta el lejano día, cada vez más desplazado en la línea del tiempo de la sociedad postmoderna, en el que se van de nuestro lado para hacer su propia historia. Mientras criamos, por más que hayamos deseado traer hijos al mundo con el alma y los amemos más que a nuestra propia vida, hay una historia personal que se llena de autorenuncias y autopostergaciones, que queda entre paréntesis por largo rato, y ésto genera sufrimiento inevitablemente, un sufrimiento del que parece muchas mujeres se sienten incómodas de experimentar o de verbalizar: parece que sólo evaluamos el sufrimiento que inconscientemente le causamos a nuestros hijos al sufrir. 




 Siento que como adultos paternantes tenemos la responsabilidad de mirar para atrás, observar el árbol familiar, "el alma de nuestra familia", las relaciones vinculares y los lugares de luz y sombra que cada figura del árbol ocupó y ocupa en nuestra vivencia de ese árbol, para hacernos conscientes de que, más allá de lo que se impone como parámetro o pauta de comportamiento esperable de nosotros, somos nosotros, en el aquí y ahora, los que debemos elegir cómo recrear eso roles y eso vínculos en nuestra propia historia. Eso es lo que yo entiendo como salud mental, como crecer y hacerse adulto. Además, implica ir más allá de los errores, de las ausencias de mirada, de lo que faltó, para ver lo que sí estuvo, lo que sí se nos dio, lo que sí se nos nutrió como mejor se pudo. En definitiva, nosotros hacemos lo mismo con nuestros hijos. Ésto se dice más fácilmente de lo que se logra. Uno tiende a echarle el fardo de sus sufrimientos a los que están en el piso de arriba... Creo que es un reduccionismo más, como el de pretender etiquetar y medicar a quien padece un sufrimiento para evitarle el tener que confrontarse con su propio infierno, y emerger más humano, más entero, más "yo" que antes. 
  Ojalá se publicara un "Actualidad Psicológica" dedicado a la problemática de la mujer que deviene madre en el siglo XXI: tal vez sería un record de ventas ahora que en octubre se viene el "Día de la Madre". Podríamos aprovecharlo para salir de los lugares comunes y bucear en los complejos vericuetos de la maternidad en la "era de la depresión". Se los podría dejar como propuesta de una ávida y agradecida lectora a esta gente que me ha nutrido y "maternado" tanto este año.

A boca de jarro

lunes, 19 de septiembre de 2011

Nada personal

  
Sri Sri Ravi Shankar
  En la Revista Viva de ayer, salió un artículo sobre Sri Sri Ravi Shankar, gurú y fundador de la ONG "El Arte de Vivir", titulado "Respire hondo", en el que se habla de la meditación que propone este precoz conocedor de la literatura védica y que tiene un título de Física Moderna Avanzada. Hoy, dirige la ONG de voluntariado más grande del mundo y predica que las técnicas de respiración nos ayudan a combatir el estress. Realizó un encuentro en Berlín que fue seguido en vivo por internet en todo el mundo por millones de adeptos, entre los que se cuentan algunos ricos y famosos de la farándula local, como Marcelo Tinelli. Muchos de sus seguidores lo consideran poco menos que el mesías.
  Yo respeto todas las creencias, y no dudo de los beneficios de la meditación y la respiración consciente, para los cuáles hay que darse tiempo y espacio. Pero no puedo dejar de asombrarme cuando leo que este hombre, que dice tratar de contar hasta diez para evitar enojarse y que sonríe todo el tiempo porque le sale del corazón, responde lo siguiente a la pregunta de un periodista:

"¿Qué piensa sobre el dinero?"
"Debe estar en el bolsillo. No en tu cabeza."

  Estamos de acuerdo: el dinero "debe" estar en tu bolsillo, como evidentemente está en su bolsillo, ya que recorre el mundo en avión acompañado por varios guardaespaldas y duerme en hoteles cinco estrellas... Ahora, cuando el dinero no está en tu bolsillo, va a ser difícil que no esté entre tus preocupaciones, ¿no? Por más respiraciones en cadena que hagas, tendrás que "ganarte el pan con el sudor de tu frente", y eso ocupará necesariamente tus horas, que no podrán destinarse a meditar, y el trabajo, como medio para subsistir, necesariamente ocupará tu cabeza... 
                                           
  Además, este sabio señor declara que no tiene esposa ni hijos: ahí van unas cuántas razones más para no preocuparse por el dinero, además de tenerlo. Es una reflexión, nada más. Nada personal. Tal vez necesite ponerme a meditar y a respirar conscientemente para que aparezcan algunos billetes más, y no estresarme tanto cada vez que pago la compra del súper o salgo en busca de un nuevo par de zapatos para la nueva temporada primavera/verano: ¡sí, definitivamente, como viene la mano, mejor un par de ojotas, mucha meditación, y agua. Nunca se sabe...

A boca de jarro

miércoles, 14 de septiembre de 2011

¡Gracias por la música!

                   Trailer de la película ABBA- The Movie ABBA- (El Grand Show) 1977
¿Por qué?

  ¡ABBA! Parece que hay pocos adultos de mi generación que se animen a confesar que les gusta ABBA: ¿será otra de las cosas que están mal vistas? ¿Será, acaso, como pensar que considerar a Harry Potter literatura de la mejor calidad es "un motivo de vergüenza intelectual" para "un público estúpido y alienable", como siente con respecto a este prejuicio y lo expresa contundentemente Ana Prieto, periodista y fanática confesa de la saga, colaboradora en la revista Ñ de Clarín, en su artículo de Orsai 3, "Deconstruyendo a Harry Potter"? Habrá que decir que te gusta la música clásica, el jazz, la bossa, o la música New Age para estar "in", para ser "cool", para "sonar intelectual"...
  Pues me gusta ABBA, y ABBA se nutre bastante de unas cuantas corrientes musicales bien "clásicas". Bjorn y Benny eran muchachos que sabían mucho de música e instrumentación, dotados para la composición, escritores de letras inspiradoras; y las chicas, Agneta y Frida, afinaban maravillosamente, voces privilegiadas para el canto. Sus composiciones se hicieron populares mundialmente y conservaron siempre su calidad, e incluso me atrevería a decir que la incrementaron con el paso del tiempo, o será que yo, como ellos, crecí y pude valorar esas canciones de grande, ya dominando el inglés, y con un oído musical más "afinado" aunque no se si podría decir "refinado": igualmente, como diría otro genio popular, "¡Al cabo que ni me importa!". Ni me importa que haya un canon implícito de lo que está "aprobado" como "intelectualmente superior" y lo que está "condenado" como "inferior", "masivo", "popular" o alimento para moscas... Y los que me sigan con ABBA en mi confesión saben bien a quién le corresponde la cita: otro gran baluarte popular de mi generación, que nos regaló tantas buenas risas ...


                                                  
  Hasta se hizo un musical con la participación de los músicos de ABBA, a modo de homenaje, y el resultado, "Mamma Mia", el musical, también fue un éxito, aunque algo rosa, que le dio la posibilidad a actores de la talla de Meryl Streep, Julie Walters, Pierce Brosnan y al más tarde merecido ganador del Oscar al mejor actor por su protagónico descollante en "El discurso del Rey", Colin Firth, la posibilidad de demostrar que los grandes actores no sólo actúan y se planchan o se inflan la cara: también cantan y bailan. Un musical que me llena de nostalgia de aquellos días en los que comencé a morir a mi niñez y a despertar a una adolescencia que tardó en establecerse, con la música sonando en la radio como uno de los imperativos del ser adolescente entonces, bellos días de pocas preocupaciones, long plays propios, y mucho tiempo libre para escuchar canciones, soñar y volar...

  A mí no me da vergüenza decir que me gusta aún hoy ABBA, ya que aún hoy se venden 3.300 álbumes de ABBA a diario alrededor del planeta, y son 1.000.000 los fans declarados en su sitio en Facebook, https://www.facebook.com/#!/ABBA , y muchos millones no están en Facebook. Me gusta Queen, me gustan los Bee Gees, me gusta Frankie, me gusta también algo de jazz vocal, Gerswin, Cole (padre e hija), me gusta la música brasileña, con toda su poesía de "povo" y su inigualable alegría rítmica y cadencia sensual en voces como la de Gal Costa, sobre quien ya escribí alguna vez y no faltará oportunidad de reincidir. Me gusta U2,  y como también ya escribí en dos oportunidades, me fascina  Sting, el maduro y solista más que el de The Police. Me gustan también voces como la de Sandra Mihanovich, que creció como cantante con el tiempo, Diego Torres, Alannis Morissette. Me gustan Los Beatles. Me fascina Joan Manuel Serrat y su atemporal poesía. Escuchar ciertas composiciones clásicas hace que broten lágrimas de mis ojos fácilmente, aunque admito que eso no es muy difícil en mi caso. Soy muy ecléctica en mis gustos musicales, y no me da ninguna vergüenza. "Vergüenza es robar", dirían mi abuelas españolas...
  Y a ABBA le debo decir: ¡Gracias por la música!, como se ocuparon de decir sus integrantes a través de esa bella canción: "Thank You for the Music". Les tengo que decir gracias por "Chiquitita" con su poesía y sus cuerdas de acordes griegos. Gracias por "Dancing Queen", porque yo me sentí una reina del baile identificada con esa canción. Les debo agradecer por "Mamma Mia", "The Winner Takes it All", "Voulez Vous", "Take a Chance on Me", "I Have a Dream" y la inolvidable "Super Trouper". Canciones que suenan mágicas, sutilmente nocturnas, y que hacen vibrar la eternamente soñadora adolescente que vive en mí. 
  Esta semana me tomé unas merecidas y necesarias vacaciones de mis temas más sesudos, la educación, la crianza, las delicias de escribir, y me didiqué a cholulear y permitirme el placer estético que ya describió muy bien Aristóteles en su "Ars Poetica", pero lejos está Aristóteles de ABBA, aunque no alfabéticamente hablando. Tenía ganas de reivinidicar mis gustos, como siempre...


¡A boca de jarro!


"Gracias por la música": Letra traducida al español.


Soy muy sencilla
y algo aburrida tal vez.
Las bromas que sé, me salen seguro al revés.
Pero hay un talento, en mí singular,
y es que la gente me escucha al cantar,
y me hace feliz,
orgullosa lo puedo anunciar, por eso...


Quiero dar las gracias
a las canciones
que transmiten emociones,
quiero dar las gracias
por lo que me hacen sentir, debo admitir
que con la música vale vivir,
por eso quiero dar las gracias,
por este don en mí.



Todos decían que fuí una niña precoz:
bailé y canté, y sobresalí por mi voz.
Y hoy me pregunto cual es la razón,
¿por qué siempre gana la gran atención,
una simple canción,
si he hace con el corazón? Por eso...


Quiero dar las gracias
a las canciones
que transmiten emociones,
quiero dar las gracias
por lo que me hacen sentir, debo admitir
que con la música vale vivir
por eso quiero dar las gracias,
por este don en mí.



¡Que suerte tuve!
Soy tan dichosa al cantar,
quiero que todos disfrutemos juntos
¡Que feliz! ¡Que placer exclamar!



Quiero dar las gracias
a las canciones
que transmiten emociones,
quiero dar las gracias
por lo que me hacen sentir, debo admitir
que con la música vale vivir
por eso quiero dar las gracias,
por este don en mí.


Por eso quiero dar las gracias,
por este don en mí.



Fuentemusica.com

lunes, 12 de septiembre de 2011

"¡Siempre quise usar ese hechizo!"

Minerva McConagall en los zapatos de Maggie Smith.
                                                          
  Así dice, justo en el momento en que la batalla entre Harry Potter y Lord Voldemort está por comenzar para terminar, la entrañable y leal profesora Minerva McConagall. Sí, ya sé que la vi con un poco de delay, pero por fin la vi, saldé mi deuda de placer estético postergado por esas cosas de la vida familiar que a menudo se complica, justo antes de que la bajen de cartelera. McConagall, personificada por la brillante actriz inglesa Maggie Smith, lo dice con lágrimas en los ojos llenos de expectante y triunfal alegría, y me pone la piel de gallina, por las fantásticas reverberaciones de esa línea. Siento que todos los grandes actores y los antes ignotos niños ahora devenidos famosos, multimillonarios, actores adultos que protagonizan los siete episodios de la saga de Harry Potter, de la cual vi la última película recién ayer, "Harry Potter y las reliquias de la muerte Parte II", ("Hp7"), le hacen honor a esa línea del guión, se percibe que lo viven y lo sienten así, y nos hacen sentir algo de envidia a los espectadores que también quisiéramos vivir para algún día decir "¡Siempre quise usar ese hechizo!", y ver que ha llegado el momento, y disfrutarlo como ellos lo deben haber disfrutado.

 McConnagall, una animaga, es decir, una maga capaz de transformarse en animal, se agiganta como personaje en esta última entrega de la historia de Potter, tomando el mando ante la ausencia de las figuras masculinas de Dumbledore y Snape, y hace proteger al castillo de Hoggwarts, último bastión de la magia blanca, echando mano a este hechizo que siempre ha querido usar, y que se hace necesario ante la inminencia de la batalla final entre las mermadas y maltrechas huestes del Bien y las horripilantes y abrumadoramente numerosas huestes del Mal que rodean la casa de estudios y secretos. Wikipedia le dedica una página a este intenso personaje femenino brillantemente resuelto por Maggie Smith, y dice:


"Al saber de la amenaza contra Hogwarts, Minerva organiza las fuerzas defensoras y por medio del encantamiento Patronus informa a los demás jefes de las casas que la pelea es inminente. Acto segido se enfrenta a Severus Snape en un duelo en el que demuestra tener una habilidad excepcional para el combate, esto se reafirmaría en la Batalla de Hogwarts, ocasionando que Snape huya y abandone su puesto como director. Al saber que el profesor Slughorn duda de que sea prudente evitar que Lord Voldemort entre en Hogwarts le dice que si intenta sabotear la resistencia lo retará a muerte..."Es hora que la casa de Slytherin decida a quien va a ser leal"... Posteriormente se encarga de levantar los encantamientos protectores sobre el castillo. Minerva demanda que los estudiantes de menor edad sean evacuados del colegio por medio de la Sala de los Menesteres y organiza a la Orden del Fénix, al Ejército de Dumbledore y a los estudiantes de mayor edad para la defensa de Hogwarts. Se menciona en el libro que ella hechiza a muebles y armaduras de Hogwarts y los lanza contra los mortífagos. En el segundo acto de la batalla, cuando Voldemort y los mortífagos atacan de nuevo al colegio creyendo que Harry está muerto, Minerva McGonagall combate contra él con asistencia de Kingsley y Horace Slughorn. Los tres son derrotados por un enfurecido Voldemort al percatarse de la muerte de Bellatrix Lestrange a manos de Molly Weasley, más ella no sufre daño algúno tras este combate. Tras la derrota de Voldemort, ella recupera el cargo de Directora."

               http://es.wikipedia.org/wiki/Minerva_McGonagall


 Sin dudas, todos los grandes actores que llevan a William Shakespeare en la sangre que corre por sus venas han vivido para decir esta línea, siempre han querido usar sus hechizos y encantamientos para darles vida a personajes tan bien delineados en una historia compleja y llena de simbolismos cristianos y paganos fusionados como en la cultura de la cual emergen, gigantes ante la audiencia mundial, y en una trama y temática que representa lo más puro de la tradición y herencia literaria y escénica anglosajona, que parece haber sido escrita para ellos. 

 Otro que da cátedra de actuación y declamación es Alan Rickman, en la piel de Severus Snape, ante el hall lleno de alumnos enmudecidos por la eminencia del gran final de proporciones épicas, con un discurso en el que no escatima ningún recurso verbal, actoral o escénico del baluarte visceralmente teatral que Rickman en verdad es. Y lo mismo puede decirse de los maravillosos Ralph Fiennes, Lord Voldemort en persona, Helena Bonham Carter, personificando a Bellatrix Lestrange, y Julie Walters como Mrs Weasley, otra gran figura maternal en la historia, como la autora misma, J.K. Rowling, que brilla, respira  y palpita a través del libro en cada escena: ¡qué lujo de dotados! También tiene su rutilante momento para comerse la pantalla un anciano y dignísimo, brillante como siempre, John Hurt, y pasan como en un flash Emma Thompson y Gary Oldman. Si yo pudiera elegir un elenco para darle vida a alguna de mis obras de teatro favoritas de la galería Shakesperiana, ninguno de ellos quedaría afuera.


Severus Snape es Alan Rickman.
                             
 En "Hp7", el bien y el mal ya no son dos entidades separadas: son partes fusionadas de un todo que habita al héroe, Potter, y que de este modo cobra las dimensiones de los grandes héroes de la tragedia Shakesperiana, ya que Harry, como Otello, Rey Lear o Hamlet, también está manchado por la culpa del mal sin culpa: una falla en su personalidad que le ha sido transmitida por "el Mal", encarnado por Lord Voldemort, "You-Know-Who", el innombrable, aunque es McConnagall quien lo nombra e incita a los jóvenes a llamarlo por su nombre, porque es así como se vence al mal; y el mal "manchando" al bien del ser en Harry, sin culpa, es como se entiende que funciona el pecado original Bíblico en los seres humanos. Y Potter, cual mesías, redimirá su lado oscuro enfrentándose y venciendo a la muerte, a diferencia del héroe trágico de Shakespeare, que se entrega a la muerte tomada por mano propia y redime su flaqueza en ella ya vencido por su debilidad, incitando toda nuestra compasión y nuestro más profundo sentido del asombro ante el misterio del hombre trágico. Potter elige el bien, y dice no a la omnipotencia que todo lo arruinaría una vez más en esta gran batalla final de proporciones místicas aunque profundamente humana. Se amiga con sus muertos, y por fin comprende que ellos permanecerán con él y en él por siempre dentro de su corazón, que se hace adulto. Verbaliza por fin su miedo a la muerte al preguntarle a sus seres queridos ya idos si duele. Y elige seguir viviendo y renunciar a la invencibilidad que le otorgaría la varita mágica de sauco que finalmente gana para partirla en pedazos y deshacerse de ella. Pasan diecinueve años, y Harry se encuentra nuevamente con sus entrañables amigos, ahora también adultos padres, en el lugar donde todo comenzó, en la estación de tren  9 3/4,  donde los niños brujos abordan el tren a Hogwarts, y se cierra la historia en la circularidad misma de la vida: ¡maravillosa alegoría ya antes advertida!


                                                                 "I open at the close..."
                                                        ("Me abro en el cierre...")

  
 Al salir del cine, recordé que mi mamá solía amedrentarme de chica, cuando se le volaban los patos con justa razón, ahora lo entiendo, con la falsa amenaza de que nos iba a "meter a mi hermana y a mí de pupilas" en algún colegio lejano. La idea no me habría asustado tanto si Hogwarts hubiese sido el destino en mi imaginario infantil...   
                
  A  boca de jarro                             

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Mis alumnos

  
  Mis alumnos me hacen reír mucho. Son muy diferentes a mí cuando yo era alumna, y ese es un hecho que no deja de sorprenderme. Preguntan cosas sobre ciertos temas y de ciertas formas que yo jamás habría elegido preguntar a ninguno de mis docentes, jamás. No me escandaliza, pero me sorprende. A veces los escucho hablar sobre sus sueños, sus metas, y no sé bien qué decirles, ni siquiera sé si tengo derecho o necesidad de decirles algo, porque no tengo la menor idea de cómo van a hacer las cosas el día que ese futuro con el que sueñan llegue, y tampoco noto que como sociedad estemos haciendo nada de fondo para hacer que su paso por la escuela y la universidad sea significativo y los prepare para enfrentarse con el mundo que les tocará protagonizar. Es más, veo que la mayoría de nosotros, adultos, no pensamos a largo plazo con optimismo, sino que nos vemos forzados a pensar en el corto plazo, porque la realidad laboral, económica y social así lo impone. Miro con tristeza la cola de jubilados en las puertas de los bancos cuando les toca ir a cobrar sus haberes, y cuando escucho cuánto se les aumentará cada vez que se decide darles un aumento jubilatorio, me pregunto cómo hacen y cómo haré yo cuando esté en esas colas para subsisitir.
  Ayer trabajaba con mi grupo de inglés más avanzado sobre un texto muy breve ferozmente crítico que volvía sobre el tema de educación. Es el mismo grupo con el que estrenamos el año de la mano de Charles Handy, sobre quien escribí entonces, cuando se dieron cuenta de que su profesora tenía puntos de vista muy fuertes con respecto a la educación actual, a sus falencias, a su absoluta falta de modernización, sentido y encuadre, tanto para los educandos como para los educadores. Yo misma recuerdo mi escolaridad con cariño por ciertas maestras de la primaria que me trataban maternalmente, cosa que ya en general no veo que suceda, o que parece estar mal vista, excepto quizás en el nivel inicial, pero no olvido el tedio y la vacuidad de la mayoría de mis experiencias a nivel secundario. Recién el profesorado de inglés que elegí por absoluta vocación me dio un sentido de goce y relevancia ya pasados los dos primeros años, que viví como "filtros".



  Noto que en general a los alumnos de la escuelas primarias no se los trata como niños hoy por hoy, se los apura y se los piensa como "adultos en miniatura", no se les deja jugar demasiado, ni se les permite dar rienda suelta a su fantasía ni a su sensibilidad creativa y creadora, ni se los "educa físicamente" en educación física. Más bien, se los atiborra de contenidos que ojalá llegaran a ser conocimientos, si fuesen bien transmitidos, acompañados de cierta significación relevante para ellos, con contemplación por lo básico de la pedagogía y de la psicología no entendida como instrumento de rotulación y etiquetamiento, sino como vía de ayuda para la real solución de problemas. Y se les exigen cosas que sus docentes no tienen como modelos de roles. A mi hija menor se la tortura con el "deber tener linda letra", y la prolijidad en la presentación de sus trabajos, que son todos escritos, ya que la oralidad se tiene totalmente abandonada, tal vez bajo la falsa creencia de que se desarrolla por generación espontánea, y ha tenido maestras con pésima letra, a tal punto que en casa, ha quedado la broma establecida que a la pregunta : "¿Cómo te fue hoy?", que hacemos al salir del cole, la respuesta es:"Muy bicu", ya que "bicu" era lo que se leía del "bien" que mezquinaba una de las maestras de grado que mi hija tuvo que padecer. Y con respecto a la prolijidad y al uso de los espacios sobre el papel, yo recuerdo las innumerables veces en que mis maestras de la primera etapa del primario sobre todo se ocupaban de marcar cosas como "Bueno ahora pegadito al renglón", o "Ésto va subrayado", pautas clarísimas y explícitas de cómo se hacían las cosas. Ahora se espera que estos niños de la generación 2.0 nazcan sabiendo muchas cosas, o se desconoce qué y cómo hay que enseñarles a aprender.



  Y por lo que veo en el secundario la cosa no es mucho más alentadora. Mi hijo de trece siempre fue capaz y curioso. Es autodidacta en la computadora, lo tecnológico en general y hasta en lo musical. Pero el colegio lo aburre, no lo convoca ni le preocupa demasiado, y ya varias veces ha cuestionado el valor de lo que aprende, dejándome sin respuesta... Hoy mismo lo estuve ayudando en un trabajo de Lengua y Literatura en el que debía confeccionar una tabla comparativa de personajes literarios de la novela policial anglosajona sin haber leído siquiera una historia representativa del género... Es difícil dar respuesta ante tanta pobreza en el aprendizaje sumada a la incertidumbre del futuro al que deberá hacerle frente. No tengo la menor idea de qué aconsejarle hacer con su vida cuando llegue la hora de definirlo al terminar este nivel: ¿qué carrera universitaria le asegurará estabilidad laboral y bonanza económica, y sobre todo, un alto grado de realización personal? Pues no lo sé.



  Además, está lo social en el secundario, que observo con preocupación creciente. Noto que lo que ellos llaman "celebrar" dista mucho de ser verdaderamnete divertido, y se remite al acatamiento de lo que se impone socialmente como "fashion", como "cool": la desmedida importancia de lo estétetico de modo estereotipado y hasta asexuado hasta cierto punto, o la exarcebación de la nocturnidad, el consumo de alcohol y estimulantes y la sexualidad "desprolija" y a destiempo, todo esto condimentado por una alta dosis de comunicación intrascendente o a veces francamente agresiva o carente de sustancia a través del chat y Facebook "OPEN 24 hours"...


                                 
  En lo personal, más allá de que los sueldos docentes en la Argentina son directamente proporcionales al prestigio de nuestra labor, más allá de que no puedo dejar de observar que mis compañeras docentes diez años menores que yo deben trabajar tres turnos para poder acceder a lo mínimo que un adulto joven aspira a tener, es decir, un hogar propio y equipado para poder dejar de vivir con sus padres, yo me siento feliz de ser docente. Me siento feliz de estar cerca de mis alumnos, aunque me sienta insegura, desorientada y a veces desanimada como muchos de ellos. Estoy feliz de hacer lo que hago a pesar de todo, aunque más no sea para darles cierto cariño maternal que yo he recibido de docentes que marcaron mi rumbo, para hacerles ver sus riquezas y potencialidades, para transmitirles el derecho y el deber de aprender porque es algo muy placentero, reconfortante y altamente significativo si se hace con convicción y alegría, más allá de las recompensas materiales que se obtengan a fuerza de tanta preparación o no. Sigo creyendo que el aprendizaje es la única salida de tanta frivolidad, corrupción y mediocridad, de lo que políticamente se denomina "subdesarrollo".
  El diario La Nación del domingo, en la sección Enfoques, me informa en un extenso artículo titulado "La deuda educativa es con los jóvenes" que, de acuerdo a un estudio realizado por los once diarios líderes de Latinoamérica, reunidos en el Grupo de Diarios América (GDA), la escuela media es una urgencia común para nuestra educación, "un escenario que pone de manifiesto las desigualdades sociales, económicas y regionales que caracterizan a muchos de nuestros países". Además, reivindica lastimosamente mi opinión al afirmar que "el ser docente sigue estando, en general, mal pago y ha dejado de ser en nuestros países una profesión atractiva". Según este informe, muchos de los que ingresan a los magisterios o profesorados de América Latina lo hacen por descarte, por haber fracasado en su paso por la universidad. ¡Me da mucha pena! Yo elegí ser docente, ser EDUCADORA, con pasión y convicción, y lo sigo eligiendo, más allá de todo. Desde ya, creo que nos merecemos mayor consideración social por nuestra labor cotidiana, menos desconfianza y más capacitación eficiente, y ni hablar de una mejor remuneración. Pero cada vez que mis alumnos me hacen reír, como ayer, o comparten sus lágrimas conmigo, como ayer, siento que no me equivoqué cuando elegí ser quien soy.




Y lo digo como siempre... a boca de jarro.

lunes, 5 de septiembre de 2011

El premio es tener un blog!!!

   
  Ayer, al hacer mi repaso de los blogs que sigo a través de mi escritorio de bloguera, que va alegre y abiertamente en aumento, me encuentro con dos cosas importantes. La primera fue la propuesta de llamarnos al silencio por un día para unirnos en el duelo ante las pérdidas que ocasionó el lamentable accidente aéreo de un avión de la Fuerza aérea chilena camino a la Isla Juan Fernández, a donde se dirigían en misión solidaria algunos funcionarios de Televisión Nacional de Chile, encabezados por el animador Felipe Camiroaga, seis de la fundación "Desafío Levantemos Chile", lideradas por el empresario Felipe Cubillos, y dos funcionarias del Consejo de la Cultura. También estaban a bordo dos miembros del Departamento de Relaciones Públicas de la Fach, a quienes se suman los seis integrantes de la tripulación de la aeronave militar. Se me invitó a unirme en la oración por las pérdidas. Y me pareció un gesto conmovedor: una sociedad golpeada duramente por la adversidad en los últimos tiempos, por diversas catástrofes,  que deseo supere el dolor desde la aceptación del hecho de que el dolor es parte de nuestro paso por el mundo, y la aceptación del dolor es la clave para el aprendizaje y el crecimiento personal que el dolor conlleva, y para resignificar nuestra vida en este mundo y encontrarle un sentido trascendente en lo que dejamos como huella.

               Trailer de la película "the Greatest" http://youtu.be/zbbjryeVCnk  

  Siento que vivimos en una era en la que pareciera que hay que escaparse de las emociones que atentan contra la alegría, y que, sin embargo, aunque parezca contradictorio, hacen nuestro vivir más pleno y más profundamente feliz a la larga,  ya que nos enseñan a valorar lo que tenemos, lo que estamos aquí y ahora para dar, para hacer, para construir, para aprender y para trascender. La otra vez leía sobre duelos, y sobre los tiempos que lleva procesarlos, que se intenta cuantificar y estandarizar para diagnosticar la salud mental de la persona doliente. Y justo vi una película aleccionadora sobre el tema, protagonizada por Pierce Brosnan y Susan Sarandon, "El Mejor" ("the Greatest" en el original en inglés), una película que enseña que cada uno lleva los duelos como mejor puede, permitiéndose o no las lágrimas, el insomnio, la locura, y el seguir conectándose y aferrándose a la vida o el sumergirse en "la muerte en vida". Finalmente, en esta historia, toda una familia crece y se aúna alrededor de la pérdida del hijo mayor en un absurdo accidente automovilístico, absurdo como toda muerte de este tipo, a destiempo, según nuestro entendimiento y nuestra humana limitación ante el hondo misterio de la vida y la muerte. La muerte, parte fundamental de la vida, redunda en la continuación de la vida plenificada y resgnificada desde la irreparable perdida: creo que no hay otro camino si queremos seguir viviendo y "honrrando la vida" que ése de elegir no hundirnos frente a la adversidad, no rehuirle al dolor y la tristeza cuando se debe confrontarlos, y tomarlos como una oportunidad para crecer. Los budistas dicen que hay que tener "espalda fuerte y pecho blando", espalda fuerte para cargar con el peso del dolor, y pecho blando para que el corazón se llene de empatía y de misericordia, que no es lo mismo que lástima, ante el dolor ajeno que no nos es ajeno. Ésto lo explica muy bien en una estupenda charla en  www.ted.com  Joan Halifax: Compassion and the true meaning of empathy | Video on TED.com, que no posteo porque todavía no ha sido subtitulada al español.                                                                           
                                                             
  Y una buena noticia que descubrí ayer es que Gi de albordedelostreinta.blogspot.com decidió pasarme un premio que va pasando de mano en mano, de blog en blog, y que trae un poco de luz de sol de primavera a mi jarro, en días en los que parece que faltara el agua para hidratarse y darle para adelante: ¡gracias, Gi!  Lo recibo con alegría porque viene de una buena compañera de ruta. 


                                                        
  Ayer también releía un artículo interesantísimo de Orsai Número Tres, titulado "Pienso, luego estorbo" escrito por el periodista argentino Ricardo Galli, formoseño, Doctor en Informática, profesor y activista del Software libre y, yo agregaría, de la dignísima libertad del ser, que reside en Palma de Mallorca desde 1992. El artículo está brillantemente ilustrado por las fotos de Eduard Bayer, y repasa los hechos con cronología y algunos nombres claves, que llevaron al movimiento de protesta de los indignados españoles conocido como M15, por haber sido Mayo 15 la fecha en que las plazas de una decena de ciudades españolas se llenaron de jóvenes, niños con sus padres y jubilados respondiendo a la demanda de "Democracia real ya".


  Hay tres aspectos de esta protesta que quisiera pensar en voz alta. El primero es que toda la movida que llevó a que tanta gente diversa pero unida en el mismo digno reclamo saliera a la calle pacíficamente ese día de mayo se gestó a través de la acción de la web, lo que el autor del artículo denomina el "ciberactivismo". Éste fenómeno me parece fenomenal. El autor cuenta que:

"El dos de diciembre de 2009 se reprodujo en miles de blogs el "Manifesto por los derechos en internet" ( o #Manifesto ) ... Las acciones provenían de todo el arco ideológico. ... La repuesta de los políticos, y de ciertas personalidades artísticas, fue la manipulación y el insulto. Intentaron desacreditar las protestas con el mensaje de siempre: "Son cuatro gatos piratas". .... Los partidos, aislados en sus cámaras de eco, dejaron a la ciudadanía sin capacidad de participación, salvo las elecciones. ... Nuestra única opción era atacar al núcleo del problema, castigar a los tres partidos. ... No debía centrase únicamente como un repudio a la censura en interenet, sino como representación de la peor corrupción política: ignorar a los ciudadanos, manipular la historia, legislar a favor de minorías y en contra de los intereses de la sociedad."

#Manifesto

 

   Esto es una prueba cabal de cuán lejos se puede llegar escribiendo y pensando en un blog. Insisto con mi idea de que los blogs son un fenómeno fenomenal de aún insospechado poder e ignorada trascendencia.

  Otro aspecto que me impacta de esta protesta es la fecha: Mayo del 2011. Nosotros nos despertamos como nación independiente de España en mayo de 1810, y España reacciona con protestas ante el ninguneo que sufre por parte de sus gobernantes 201 años después. Hay algo cíclico en la historia, sin dudas. Me gustaría saber cómo se va a llamar a esta nueva ola de demanda de cambios, y a qué escenario vamos a asomar bajo este nuevo sol de mayo.

   Y el tercer y último aspecto que me tiene subyugada de este movimiento es que se trata de un germen altamente contagioso, y no puedo evitar ver en él a la mecha que encendió la llama de la indignación expresada " a boca de a jarro"  en diversos lugares del mundo, el último, el pasado fin de semana, en Israel, donde la ciudadanía salió a las calles a protestar en lo que el diario La Nación de ayer titula en página 11 como una:

"Histórica y masiva movilización de los "indignados" en Israel"
 "Más de 400.000 personas protestaron en tres ciudades contra la suba del costo de vida"
Manifestación en Israel por la carestía de la vida.
                                                      
  Somos muchas las voces que nos expresamos desde nuestros blogs, y es mucho lo que se puede lograr pensando en voz alta e invitando a quienes siguen y leen a pensar con nosotros. Me sigue fascinando este fenómeno fenomenal de los ciberactivistas pacíficos unidos en una misma voz.



...  Y como la idea del premio es recibirlo de un bloguero/a  y pasarlo a otro porque nos enriquece, nos aporta, nos hace despertar y crece, paso entonces este premio a mi amiga del alma, María Guadalupe Buttera que me alimenta con su blog "Despertar y crecer".


A boca de jarro

sábado, 3 de septiembre de 2011

La blancura del pañuelo recién lavado...


Pintura de D. H. Lawrence : "C. Cloud"

  Por esas cosas de la memoria emotiva, se me vino este poema al corazón, que me regaló mi profesora de Lengua Inglesa IV justo antes de recibirme, Evelyn, una bellísima persona que todavía tengo la suerte de encontrarme de vez en cuando. No sé bien por qué se me vino esa imagen tan fuerte de D. H. Lawrewnce  "al ojo de mi mente", como se dice en inglés, la de "la blancura del pañuelo recién lavado". ¡Qué bella imagen que le pone el broche final a este bello poema sobre que la vida!

                                                                           
  La vida es también para mí ahora, ya adulta y a cargo de la vida y no a la espera de lo que ella tenga para ofrecerme, ahora que ya miro de lejos a aquella estudiante llena de ilusiones que quería tantas cosas, y que ignoraba tantas otras, la vida ahora es el desafío cotidiano de "la blancura del pañuelo recién lavado". Lo más bello de la vida, lo más noble, lo más puro, y lo que realmente nos hace vibrar en el vivir es transmitirla, de todas las maneras que nos sea posible: nuestra labor cotidiana, una torta, un taburete, un pañuelo lavado para quien lo necesite. 
  "Pero dar vida no es tan fácil", Lawrence dice "a boca de jarro", aunque aún sea la gran verdad acerca de la vida. Se trata de encender la fogata de la vida allí donde parece que se extinguió... ¡Qué belleza!  No escribo más. Se los transmito en las palabras de un grande de la literatura anglosajona, duramente cuestionado y censurado en su tiempo por su abordaje de la temática sexual tan inaceptable para la realidad en la que le tocó vivir:

"We Are Transmitters" by D. H. Lawrence

As we live, we are transmitters of life.
And when we fail to transmit life, 
Life fails to flow through us.
That is part of the mystery of sex, it is a flow onwards,
Sexless people transmit nothing.
And if, as we work, we can transmit life into our work,
Life, still more life, rushes into us to compensate, to be ready
And we ripple with life through the days.
Even if it is a woman making an apple dumpling,
Or a man a stool,
If life goes into the pudding, good is the pudding,
Good is the stool,
Content is the woman, with fresh life rippling in to her,
Content is the man.
"Give, and it shall be given unto you"
Is still the truth about life.
But giving life is not so easy.
It doesn’t mean handing it out to some mean fool, 
Or letting the living dead eat you up.
It means kindling the life-quality where it was not,
Even if it’s only in the whiteness of a washed pocket-handkerchief.

"Somos transmisores" de D.H. Lawrence

Mientras vivimos somos transmisores de vida.
Y cuando no logramos transmitir vida, 

la vida ya no logra fluir a través de nosotros.
Es parte del misterio del sexo, es un flujo que avanza.
Las gentes asexuadas jamás transmiten nada.
Y cuando al trabajar logramos transmitir vida a nuestro trabajo,
la vida, ya más vida, corre a nosotros para compensarnos, 
para estar preparada
y ondeamos vivientes a través de los días.
Ya sea una mujer haciendo un pastel de manzana 

o un hombre un taburete,
si la vida penetra en el pastel, bueno será el pastel,
y bueno el taburete,
contenta estará ella, ondeando de vida fresca,
contento estará él.
"Da y te será dado",
ésta es aún la verdad de la vida.
Pero dar vida no es tan fácil.
No significa dispensarla a cualquier necio 

ni dejar que los muertos vivientes te devoren.
Significa encender el principio de vida allí donde no estaba,

incluso si es tan sólo en la blancura de un pañuelo recién lavado.


















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