lunes, 29 de agosto de 2011

Sensaciones...

Mural Raúl Soldi - Fundación Dr. René Favaloro.
                                             
  Después de varios días de estar internados en un hospital, en una clínica, aunque a mí me gusta la palabra "hospital", estando "in"(:adentro)-ternándonos" (significación etimológica propia, no me da para el diccionario...), para cuidar al paciente que se "im-pacienta", tengo varias sensaciones...
  Los hospitales son escuelas de vida. Cuando tenemos la dicha de no necesitarlos, pasamos por la puerta y no nos damos permiso de pensar en las almas que están allí. Hay muchas almas allí, y el estar allí nos hace más alma y menos cuerpo, aunque la medicina se empeñe en mirar y atender sólo los síntomas que el cuerpo expresa desde el alma que enfermó. Hay almas que están allí sanando, manos que limpian, sostienen, alimentan, intervienen, se involucran e intentan curar. Si estos gestos no se hacen desde el alma, no sirven para sanar. Hay almas enfermas que se fortalecen en el contacto con su dolencia, perciben su malestar porque el cuerpo se los ha manifestado, a veces silenciosamente, otras, a gritos. Hay almas que esperan.

  Estos días también me dediqué a leer y descubrir nuevos blogs para distraerme un poco de la realidad agobiante del encierro entre paredes sin ventanas, todo el día bajo la luz eléctrica, sin contacto con el sol haciendo su recorrido por el cielo y marcando el natural devenir del día y el paso a la noche, en una temperatura artificial que te desconecta de la realidad del afuera. Uno se desorienta, se embota. Y extraña desesperadamente la rutina de limpiar, ir a trabajar, cocinar, que a veces pesa. Así de complejos somos...

  En los blogs que descubrí me encontré como con un pool de blogueros que llevan adelante la autoría de hermosos blogs, algunos premiados, adhiriendo al parto humanizado y en casa, la crianza natural, con apego y respeto, el amamantamiento y lo que llaman "lactivismo", mucho upa y la idea de "mamá canguro" (fomentando el uso del portabebés en lugar del cochecito), el colecho (compartir la cama con los niños pequeños en lugar de condenarlos a dormir solos en una cuna, lejos del calor del cuerpo materno), el "no intrusismo en la crianza", .... cosas que ya había leído e incluso puesto en práctica de cierta forma, de la forma que pude, pero veo que han avanzado, y que son muchas ahora las mujeres, e incluso sus parejas hombres y padres, todos unidos en este activismo. Algunos ejemplos son:

http://albordedelostreinta.blogspot.com
(Este no es nuevo para mí... y me abrió la puerta.)
http://sosmicorazonfuerademicuerpo.blogspot.com
http://criandoconamor.blogspot.com
http://www.amormaternal.com

  Yo ya estoy bastante más allá en la crianza. Estos días se me hizo más que claro. Materné a mis mayores, y necesité del contacto con mis hijos para que me hicieran ellos un poco de madre a mí, sin dejar de ser mamá para ellos: parece un rollo, y tal vez lo sea... es una sensación.
Gustav Klimt "La muerte y la vida"
  Los activistas de la crianza natural también plantean la necesidad de humanizar los partos, de no infantilizar a la mujer embarazada, parturienta y puérpera, en el no intervenir y dejar que algo tan natural como parir se haga naturalmente. En este sentido, Laura Gutman, autora a quien todos estos activistas siguen y yo misma he leído y citado infinidad de veces, o el pediatra Carlos González, autor de "Bésame mucho", que hasta se puede leer gratis online, son los portavoces más relevantes de este movimiento que en definitiva reclama amorosamente una vuelta a lo natural, a lo simple, a la humanización de lo humano: ni más, ni menos.


 Yo no me siento de vuelta de todas estas cuestiones, pero sí es verdad que ya estoy en otra etapa a la que ellos finalmente llegarán, y se enfrentarán con otros temas, quizás más similares a los míos. Tal vez podríamos formar un pool de blogs humanistas, que ahonden en las cuestiones vitales pertinentes a todas las etapas de la vida en medio de la despersonalización y la tecnificación del posmodernismo, del que somos un poco víctimas y otro poco responsables. Es otra sensación.

  Laura Gutman habló por radio hace unos días y su audio denunciaba los maltratos a los que las madres se exponen durante el parto en los hospitales, la práctica indiscriminada de cesáreas y demás yerbas. Yo, por estos días, vi también mucha deshumanización en el tratamiento de todas las cuestiones médicas que abarcan el espectro entero de la vida humana. Hay también una gran medida de súper-tecnificación e hiper-especialización, y pocos toman en cuenta al ser humano como unidad, y mucho menos, al ser espiritual, a todo el entramado emocional que se pone en juego estando uno en un hospital. Vi médicos y enfermeros que trabajan horas interminables toreando a la muerte, dando lo mejor de su humanidad y su idoneidad, seres que también pueden errar, o pueden hacer cosas por temor a que las cosas salgan mal: los médicos hoy por hoy tienen mucho miedo de equivocarse, porque saben que se juegan su carrera ante el error.  Hay abogados dando vueltas por los pasillos y las salas de espera, esperando cazar juicios por mala praxis, costumbre que está a la orden del día. No he visto psicólogos, counselors,  o curas conteniendo a los pacientes o a sus familiares, y sí he visto y me he cargado de toda la angustia y el estrés que conlleva estar  hospitalizado, más allá de la tecnología de punta puesta al servicio de la salud, de la buena hotelería y el plasma en las habitaciones. En el piso de arriba, estaba la unidad coronaria pediátrica, y recordé y deseé que hubiera un Patch Adams dando vueltas por ahí: para chicos y grandes.

Patch Adams
  Se me vino a la cabeza esa maravillosa historia escrita por el genial F. Scott Fitzgerald, autor de "El Gran Gatsby" ("The Great Gatsby"), y de "El curioso caso de Benjamin Button" ("The Curious Case of Benjamin Button"), historia convertida en película, historia que alude a la circularidad del ciclo de la vida, a las similitudes entre el ser humano en su más tierna infancia y en su vejez más próxima al fin de su existencia, y recordé la escena en la que el ser que nació anciano, y que ha crecido "para atrás", vuelve a ser bebé: maravillosa sensación de epifanía.


  Sentí que mi hijo mayor había dejado de ser niño al pedirme ir a visitar a su abuelo, al ver a una anciana en una habitación sin puertas, con las cortinas corridas, sin velos, peleando por su vida, y no se desveló ante lo más humano de nuestra dignísima humanidad. Me sentí orgullosa de su madurez, de la naturalidad con la que tomó la lección de vida que aprendió al ver que su mamá ahora alimentaba a su abuelo también, y que su papá lo afeitaba como peina a su hermana menor en casa.
  Sentí que la vida es una gran maestra, la enfermedad, un camino de crecimiento, la familia, un entramado fabuloso de sostén y resignificación de la existencia.
  Ahora vamos por el alta. Hasta la próxima batalla. Ojalá no nos olvidemos de todo lo que hemos visto y aprendido desde el llano.

   A boca de jarro

viernes, 26 de agosto de 2011

Árboles y raíces

Gustav Klimt, El árbol de la vida.
                                                                 
 La naturaleza siempre ofrece imágenes de lo que nos sucede a los seres humanos en términos vitales y existenciales. Ayer, en una de esas horas que se clavan en el reloj que asoma tras una ventana, mirando los enormes árboles de nuestra ciudad desde la habitación de un hospital, se me vino un sentir al corazón:


           Ellos son los árboles, nosotras las raíces que los nutren y los sostienen.


                                                         
  Es un sentir de un día de encierro en un lugar donde se convive con la angustia, la fragilidad, el límite, la vulnerabilidad, la sombra... y con la fuerza, la lucha, la esperanza, el apego a la vida, el coraje, la luz de la divinidad. 
  No me da para ir más allá de la impresión, del sentimiento puro, del latido que late y se resiste a cesar en su latir... se aferra a la raíz de la vida, le da pelea... un ejemplo de entereza para alguien que se sintió subterráneo y sutil, nutricio sustento y generador de vida: yo-mujer-madre-hija-raíz.


A boca de jarro.
                                             

jueves, 25 de agosto de 2011

El cacique: un cuento

                                          
Dice un cuento popular que un viejo cacique de una tribu estaba de charla acerca de la vida con sus nietos, y les dijo: 

- Una gran lucha se está gestando en mi interior y es entre dos lobos.
Uno de los lobos es la maldad, el miedo, la angustia, la ira, la envidia, el dolor psicológico, el rencor, la avaricia, la  codicia, el orgullo, la mentira, la competitividad, la inferioridad, la culpa, el resentimiento y el egoísmo que me habitan.
El otro lobo es la bondad, la alegría, el amor, la esperanza, la serenidad, la humildad, la confianza, la generosidad, la benevolencia, la empatía, la compasión y la paz interior que también me habitan.
Esta misma pelea está ocurriendo dentro de ustedes, y dentro de todos los seres que habitan este planeta en todo momento...

Los niños reflexionaron unos minutos, y uno le preguntó al viejo cacique, su abuelo:

- Abuelo, cuéntanos: ¿cuál de los lobos gana la batalla?



Y el viejo cacique respondió simplemente: 

- El que tú alimentes.


                                                    

(Tomado y adaptado  de A quien corresponda, Mensajes y cuentos, Editorial Santa María, Buenos Aires, 2010.)


A boca de jarro

domingo, 21 de agosto de 2011

Día del Niño

                                                   
 Hoy es un día en el que afortunadamente me toca celebrar.Y también tengo ganas de pensar en voz alta. Celebrar con los niños de mi familia, celebrar el maravilloso milagro de que estén en este mundo conflictivo y conflictuado al que elegimos traerlos y al que deberán hacerle frente. Mi mayor deseo para mis hijos y mis sobrinos, niños amados por mí, y para los niños del mundo, es que alcancen la plenitud del ser, que es la clave de la felicidad. Pienso que no es tarea fácil: nunca lo ha sido. No lo fue para sus ancestros, mis abuelos, para sus abuelos, mis padres, para sus padres, no lo es. Pero se puede y se debe intentar cada minuto de cada día que la vida  nos regala generosamente. Los niños son generosos en su sonrisa, amplios de corazón, y celebran todo el tiempo cada detalle que se les dispensa. La sociedad de consumo les mete por todos los sentidos el imperativo de celebrar con regalos. Y nosotros cumplimos con el mandato, compramos los regalos, los aprecian y agradecen, pero son tan sabios que al rato están buscando sus juegos de siempre y sus pequeñas celebraciones cotidianas para seguir vibrando al ritmo de la vida. 

 Estoy aprendiendo sobre la historia de la infancia como fenómeno observable, y no hace mucho tiempo atrás en la historia, la infancia como período vital crucial y digno de ser estudiado y segmentado, observable y "celebrable", no existía. Los niños eran considerados "adultos en miniatura", "adultos pequeños", y se fundían en el entramado de la vida del resto de los suyos, compartiendo tareas, presenciado nacimientos, enfermedades, guerras y muertes, igual que los adultos a su alrededor. Tal es así, que sólo los hijos de los ricos, los nobles, vestían ropas iguales a las de los adultos, pero hechas a medida para ellos. Existía tal vez un "sentimiento de infancia", que ya se deja entrever hasta en La Biblia. Pero no se pensaba que a los niños se los debía tratar de un modo especial y diferencial, dispensarles cuidados, atención, upa, teta materna y amor. Se los traía al mundo porque hacía falta gente, morían muchísimos, al igual que sus madres al parir, que eran multíparas simplemente para asegurar la continuación de la especie y por imposición social. Esto les pasaba a ricos y pobres por igual: basta con pensar en los que están enterrados en El Palacio del Escorial en las afueras de Madrid para notarlo. 

 Tampoco el amor de pareja o de familia se entendía como lo entendemos hoy nosotros. Y de esto no hace mucho tiempo... unos tres siglos, que son poca cosa si pensamos en la edad de la humanidad. Además, no hablo de los tiempos de barbarie: esto sucedía en la Edad Media, en pleno siglo XV, XVI, XVII, XVIII e incluso XIX,  en medio de la irrupción de la revolución industrial. Leyendo a Dickens cualquiera se da cuenta del abandono y del descuido de la niñez, producto de la era industrial en lo que fue su cuna: Inglaterra.

  










Personajes de Charles Dickens
                                                             
 Aún hoy, en muchas partes del mundo, los niños viven así, pasan hambre, y mueren de hambre como moscas: The New York Times se los hizo saber a los norteamericanos infantilizados, asustados por la amenaza del default que "Papá Congreso" subsanó, al decidir poner en su portada por esos días de noticias y pánico financiero, típicos del mundo adulto, la foto de un niño somalí desnutrido: todo un mensaje para la sociedad de consumo posmoderna totalmente infantilizada.

                                                            
 Los niños son grandes generadores de ideas en "un mundo abrumado por la información", según dice un brillante ensayo de opinión del mismo diario titulado "Esa esquiva gran idea" escrito por Neal Gabler, que leí ayer en el suplemento de este extraordinario periódico que ofrece Clarín todos los sábados en español. El autor argumenta:

                            "Ahogados en la información, faltan grandes ideas"

 Será que Gabler no se conecta con niños, pienso yo. Todos los días mis hijos y mis sobrinos me inundan de fabulosas ideas sobre lo que desean hacer, y en grande. Para dar un ejemplo, el otro día escuchaba una conversación entre algunos de ellos en la que opinaban que cuando sean grandes, van a crear una agencia de modelos un poco más gorditas, "Más normales, bah...", en la que las modelos puedan comer todo lo quieran y se pongan linda ropa y desfilen lindas y después se vayan a tomar un helado y a comer lo que les gusta. Ésto seguramente vino a cuento de la conversación adulta alrededor de ellos por esos días en la que se discutía la muy difundida "dieta del hambre" que se promociona por aquí, las 800 calorías diarias que "hay que consumir para estar bien"... Y no hay que irse a Somalía para ver lo indecentemente burdo de este pensamiento. Por las veredas de nuestras casas pasan todos los días niños y adultos que revuelven la basura en busca de las sobras que nosotros nos cansamos de producir: ¡qué mundo! Para lo único que nos necesitaron a los adultos en su forma de arreglar el meollo del tema del hambre que hay que pasar para "estar linda" en estos tiempos y en nuestra realidad urbana y frívola fue para chequear el significado de la palabra "agencia". Y cuando se los explicamos, nos informaron que mejor no iba a haber más agencias: 

 "La que quiere ser modelo, es modelo, y chau... hay que trabajar por diversión..." 

Hay muchas infancias...

 Como esta, todos los días escucho revolucionarias ideas que se les ocurren para hacer del mundo un lugar mejor de boca de mis niños. Intentamos no sobreexponerlos al bombardeo informativo chatarra que se ve en televisión en la Argentina, pero inevitablemente, se filtra. Y procuramos hacerlos concientes, con cierta gradualidad y mesura y sin faltar a la verdad, de la existencia de otras realidades infantiles y adultas que conviven con la de ellos en el mundo y no muy lejos de casa, y del hecho de que ellos son niños privilegiados y afortunados. Se preocupan por informaciones que no logran comprender, pero reaccionan con ideas que parecen descabelladas y sin embargo, dan con una solución a veces muy "adulta".

 Me encanta nutrirme de mis niños, y me encanta nutrirlos. Y a eso me dedicaré hoy, como todos los días, sin olvidar que hay millones de niños que están desnutridos, no solamente por la hambruna, sino por falta de mirada y presencia adulta, aunque estos niños tengan sus habitaciones abarrotadas de juguetes caros y tecnología de punta... 


  










  












 Y vuelvo a aquella mujer que un día, cuando mi niña estaba dando sus primeros pasos por la escuela primaria, me sorprendió desde un afiche en el hall de una escuela donde intenté anotarla buscando una realidad mejor para ella. La mujer es Silvia Beatriz Zurdo, y me conmovió con la sencillez profundamente infantil de su poema "Ser niño", que ya tantas veces mencioné. Hoy vuelvo a esa mujer, con quién me comuniqué entonces vía mail para comentarle la resonancia de su poema en mí, y generosamente, como un niño, contestó mi mail y compartió parte de su historia de vida y de sus vivencias como madre, siendo ella maestra de maestros, y me hizo un rato de madre...

Collage en óleo
Cuadro pintado por Silvia Zurdo


COMO SOY UN NIÑO
de Silvia Beatriz Zurdo

Como soy un niño
me gustar jugar bajo el sol
hacer mil preguntas,
explorar cada rincón,
descubrir en primavera
el color de cada flor.

Necesito tiempo, paciencia,
amor , comprensión,
y cantar con el viento
su única canción.
Prefiero sonrisas y mimos
las veinticuatro horas del día.

Deseo contar las estrellas
y pintar el futuro de alegría.
Quisiera que algún mago
los sueños hiciera realidad
y que cada niño del mundo
tuviera una oportunidad.

Cuadro en acrílico
Creación colorida de la autora.

EN EL MUNDO MODERNO
de Silvia Beatriz Zurdo

De un cajero automático
quisiéramos sacar
vales que garanticen
tiempo de felicidad

Cocinaré en microondas
un futuro atractivo
con sabor a libertad
para todos mis amigos

Le pondré a mi PC,
en forma muy urgente,
contra la injusticia
un antivirus potente

(Tomado del blog de Silvia Beatriz Zurdo: Blogueando con Silvia Zurdo)

¡Gracias Silvia, una vez más, y feliz día para todos los niños y para todos los que creemos y velamos por la niñez!

A boca de jarro

viernes, 19 de agosto de 2011

Blog Topao 7: Un juego para bloguer@s

Premio al blog de Gi, albordedelostreinta.blogspot.com/
                                           
  Este es el premio que recibió mi amiga bloguera (vamos a empezar a acuñar la correcta ortografía de esta palabra en español, porque ahora soy una bloguera Latina... ), Gi, desde su blog http://albordedelostreinta.blogspot.com/,  por su divulgación y apoyo a la lactancia materna, que anunció con merecido orgullo y alegría junto a una honda y honesta reflexión sobre la invisibilidad de la tarea de la madre para el mundo del afuera en:



                                
http://albordedelostreinta.blogspot.com/2011/08/sentirse-invisible-pero-no-serloy-un.html. 

   Gi es mamá, y mujer preparada y pensante que disfruta de ser mamá, entonces dice que "se enredó Gi" al final de sus entradas, como todos, y me gusta que lo diga. Y es además autora de un blog amplio y generoso. Y me propone un delicioso jueguito que a su vez le han propuesto Pao y Mica, Lactivistas ellas, como Gi, y me proponen lo siguiente: jugar al Blog Topao 7, que consiste en escribir mis impresiones sobre diversas categorías de entradas que se enumeran a continuación:

La entrada más hermosa. 

La entrada más popular. 

La entrada más controvertida. 

La entrada más útil. 

La entrada cuyo éxito te sorprendió.

La entrada que no recibió la atención que esperabas. 

La entrada de la que estás más orgullosa. 

  Me encanta la idea de los blogs unidos, hermanados, enlazados. Ya escribí bastante al respecto y enlacé mucho, y cada día creo más en la necesidad que tenemos de ésto: UNIRNOS, SUMAR, EXPANDIR, CRECER Y COMPARTIR. Es en ésto donde yo veo la verdadera esencia del concepto de "aldea global", que de aldea tiene poco, al menos si pensamos en lo que aprendimos que era una aldea en el escuela o en lo que dice el diccionario sobre el significado de esta palabra. Es una aldea en la que prima la urbe de la mano de la tecnología, la deshumanización y despersonalización, el aislamiento y la indiferencia por el otro, y donde urge la necesidad de crear lazos, de vincularse, como en las aldea reales. Sin vínculos, un blog es como Narciso mirándose en el reflejo de las aguas espejadas del estanque: un regodeo algo ególatra de nuestras cavilaciones, hallazgos, reflexiones y vivencias. Sigo pensando que la mayor riqueza del blog está en el abrir las ventanas, en el compartir desde el acuerdo o el desacuerdo, en el dar otra mirada fresca y tal vez distinta a lo que plasmó el autor. Quien escribe lo hace para ser leído y recibir eco: quien diga otra cosa posiblemente falte a la verdad, aunque no se dé cuenta. Escribir es comunicar, y la comunicación, ya sabemos, consta de un emisor y un receptor. Y si los receptores son simplemente espectadores, se pierde una gran riqueza. Por eso muchos bloguer@s suplicamos comentarios, no para pagar nuestro ego, sino para sentir que no estamos solos, y para que esos comentarios nos nutran y ennoblezcan nuestro blog, que termina siendo, o al menos, yo lo siento así, como una casita que tenemos en el ciberespacio, donde damos de nuestras realidades con las puertas abiertas de par en par.



   Además, es un juego muy positivo para el autor de un blog, ya que implica parar la pelota, mirar su creación, y analizarla desde diferentes ángulos. Es como una autoevaluación compartida en la fraternidad bloguera, más allá de los números y estadísticas de visitas que manejamos, o de la cantidad de comentarios que reciben nuestras entradas.
                        

   Así es que, sin más, aquí me pongo a jugar, para celebrar por anticipado con la niña que vive en mí, que con esto se divierte como loca, el Día del Niño.

*La entrada más hermosa: Es difícil elegir una, y, como ya dije, papá y mamá son para mí la misma cosa por estos días; por ende, las dos entradas más hermosas por sus profundas implicancias para mí y para mis padres, que las leyeron y se conmovieron con ellas, son: 
La palabra es papá y Ser madre.

*La entrada más popular: De acuerdo a lo que arrojan las estadísticas, la más popular es Masacre en Río de Janeiro, con 582 visitas hasta ahora. Tal vez no todos leyeron esa entrada, y soy consciente de que las masacres convocan mucha atención, sobre todo ésta. Y otra entrada enormemente popular es Linda letra, que todavía hoy, a cinco meses de haberla escrito, va número uno en las más populares, con 467 vistas, y probablemente la más leída. Me imagino que mucha gente tiene un tema con su letra, gracias a su paso por la escuela que conocemos y que quisiera cambiar para mejor, por eso leo y escribo mucho sobre escolaridad.

*La entrada más controvertida: No sé si generó controversia, pero yo no me sentí muy segura de lo que había escrito poco tiempo después de publicar "Child-less": El no tener hijos... Más enlaces, primero porque la escribí como reacción a algo que leí en un importante medio de comunicación digital por alguien bastante conocido que yo hacía poco había tenido el gusto de conocer personalmente en uno de sus talleres, y a pesar de eso, algo de lo que dice de los hijos no cuaja para mí; y segundo, porque al poco tiempo de haberla escrito, vi la película "Mis tardes con Margueritte", y me sentí interpelada por el mensaje de esta bello film francés frente a lo que había dicho con respecto al no tener hijos. De otra controversia que algunos que me siguen desde antes que sucediera conocen, y saben cuáles fueron las consecuencias, no voy a hablar más.

*La entrada más útil: Sin dudas, la más útil para las madres en sus puerperios y para mí, como oportunidad para hablar "a boca de jarro" sobre un tema que me apasiona fue La verdadera maternidad: el bebé aullador de la madrugada. Al menos sé que fue útil para calmar la locura puerperal que ya se ha transformado en chochera materna de mi hermana "de y en ley", madre de Simón, mi sobrino más pequeñito nacido en Bariloche.


*La entrada cuyo éxito te sorprendió: Me sorprendió el éxito de mis entradas sobre Sting, a quien admiro hace mucho, en especial  El libro de mi vida: repasando a Sting. Me sentí como si estuviera escribiendo para la revista Rolling Stones pero "a boca de jarro" y de madrugada. Ya sé que Rolling Stones y "A boca de jarro" nada que ver...

*La entrada que no recibió la atención que esperabas: Tironeados es una entrada en la que revelo mucho sobre el nacimiento de mi primogénito y mi primer puerperio, y lo que me costó volver al mundo del trabajo al devenir madre, y que fue inspirada por el maravilloso Sergio Sinay, que de paternidad sabe un rato. No sé por qué nadie le dio bola a esa entrada, pero a mí me encantó escribirla y sentirme enlazada y conectada a Sinay, a quien realmente admiro.

*La entrada de la que estás más orgullosa: Ser o no ser es una entrada que me enorgullece por varios motivos. Primero porque no la escribí para "A boca de jarro", sino para "Be bloggera", y participar de ese proyecto de mujeres unidas en un blog es un desafío que me no me resulta sencillo y me motiva muchísimo. Segundo, porque escribí "a boca de jarro" sobre cuánto daño nos hacemos como sociedad y como individuos al etiquetar y rotular como "normal" y "anormal" a seres que son únicos y en su unicidad sagrada, causando estragos muchas veces y perdiendo de vista lo "extarordinario" del ser - cosa que ya había hecho en Psicología pura y sentido común..., entrada que me sirvió como trampolín para llegar a Ser o no ser, con la ayuda de Lorena. Tercero, porque gracias a esa entrada, descubrí a Michel Foucault, un gran filósofo, psicólogo, sociólogo, historiador, politólogo y sexólogo francés (1926-1984), cuyo pensamiento ha influido fuertemente el mundo occidental. Foucault fue el primero en sostener que las ideas básicas que la gente considera verdades permanentes sobre la naturaleza humana y la sociedad cambian a lo largo de la historia. Y ahora lo estoy leyendo de la mano de una brasileña, Leni Vieria Dornelles, que se basa en su pensamiento para escribir "Infancias que se nos escapan, Del niño de la calle al cyber-niño", Palabra Ediciones, 2009. Y por último, porque me dí cuenta ante la repercusión que tuvo esa reflexión de que todos, por alguna "rara" razón, nos sentimos "anormales" en nuestras peculiaridades que no se ajustan a la norma, que ha sido creada por seres a los que los "patrones esperables" les convienen mucho más que a nosotros. Me abrió la cabeza escribir sobre eso y ver esta realidad tan claramente de la mano de la brillante lucidez y valentía de Foucault.

¡Gracias por este juego: y sigamos en la danza del juego y la retroalimentación que permite el jugar juntos!

    Ahora invito a participar de este juego a:

María Guadalupe Buttera.
Moni.
Maxi Galin.
Lorena.
La Mujer Mutante. 
Tatuagem.
Rocío (rociosalazarp)  de Be bloggera.


A boca de jarro

miércoles, 17 de agosto de 2011

Ser madre: reeditada y actualizada


Gustav Klimt: "Las tres edades de la mujer" ("Three ages of woman")

Mi amiga del alma, María Guadalupe Buttera, coautora de varios exitosos libros para Ediciones Paulinas , autora del blog "Despertar y Crecer" ©  que siempre me nutre, quien actualmente se desempeña en el área de Promoción de la Salud Integral como Consultora Psicológica (Counselor), facilitadora de procesos de cambio con una mirada espiritual, y quien se define como psicoeducadora oriunda de la provincia de Santa Fé, escribió una interesante entrada hace un tiempo de donde extraigo esta cita de un autor a quien a menudo se refiere, ya que con él se capacitó para llevar adelante su digna y noble labor:

    "No hay nada que sobrepase a la madre.

    La conexión con ella es la base de todo éxito en la vida"  
                                                                 Bert Hellinger 
"Despertar y Crecer" ©: Re-Conectar con nuestra madre

Para Hellinger, pensador que introdujo el concepto de "constelaciones familiares",  y sobre el cual hoy muchos terapeutas trabajan, el tratamiento psicoterapéutico de un miembro de eso que el considera una "constelación", se aborda como un emergente, como un síntoma o señal de algo que no está funcionando bien (o, como se dice en la jerga "psi", "dis-funcionando"), en todo el engranaje familiar. Para este filósofo, la conexión con la madre es esencial, en tanto es la clave de todos los vínculos que entablamos en la vida, y sobre todo, el vínculo que logramos establecer con nosotros mismos. Y por consiguiente, la clave de nuestra propia felicidad. Hellinger también se ocupa de la figura paterna, pero hoy quisiera acotar mi reflexión a LA MADRE, aunque "padre y madre" por estos días se me hacen lo mismo, y encuentro muchas similitudes en las diferencias.
María hace una intensa y enriquecedora reflexión sobre este vínculo primordial "madre-hijo", y además ofrece ejercicios prácticos para lograr "re-conectar" con LA MADRE, en caso de que, como ella misma aclara, hasta inconcientemente, ese vínculo esté herido.
Yo por estos días estoy "maternando" profusamente, como, creo, todas las mujeres hacemos, con o sin conocimiento de causa, y con o sin hijos. Y el post de María me hizo "des-cubrir", como ella lo escribiría, es decir, "sacar a la luz", el hallazgo de que,  hoy por hoy,  me estoy encontrando fundamentalmente y cara a cara, con LA MADRE QUE HABITA DENTRO MÍO Y ME MATERNA A MÍ; y que es, nada más ni nada menos, que la encarnación y re-creación de todas y cada una de las figuras maternas que pasan y han pasado por mi vida.

Yo misma, madre de mi propio ser gracias a todas las madres encarnadas con las que conecto, conecté y re-conecté, y gracias a la madre que soy y que materna y me materna desde la luz.

Está, en  principio, y eternamente omnipresente MI MAMÁ. Una Mamá con quien la conexión ha sido siempre profunda, fluida, y nutricia. MI MAMÁ, quien hasta hoy funciona como MI MAMÁ, a quien necesito como la niña que fui y que vive en mí, necesitando de su mirada, su palabra, su escucha y su presencia, y que ahora también veo desde otro lugar más maduro y equilibrado, en todo su esplendor y humanidad de FIGURA MATERNANTE  para mí, para mi papá, para sus padres y suegros, cuando les llegó el turno de ser maternados amorosa y lealmente hasta el fin por ella, para su tía, a quien cuidó en su enfermedad siendo ella muy joven, para mi hermana, niña de ayer y mujer-niña hoy,  para sus yernos, que se nutren de sus ricas comidas y detalles maternos, para mis hijos, para mis sobrinos, y para ella misma, ahora con un nido que es "tomado por asalto" por todos sus "hijos" varias veces por semana, porque sigue funcionando como nido- no- vacío.
Están mis abuelas, madres de mis padres, con quienes debí "re-conectar", y lo hice, de hecho, como su presencia en fotos y referencias se refleja en este blog.  Abuelas que maternaron a sus hermanos al quedar huérfanas, a sus propios padres, a sus hijos, a sus esposos, a sus nietos, y a sí mismas, en los mares del destierro, la inmigración, la soledad de la maternidad por aquellos días, la pérdida de seres queridos, la enfermedad, la escasez, la viudez...

Está mi suegra, madre de mi esposo y figura maternante de su esposo, de todos y cada uno de sus hijos aquí o más allá, de su hermano y su familia, de su madre y su suegra ya idas, a quienes también debió maternar hasta el final, y ahora figura maternante de sus nietos, mía, y de sí misma, tratando de darse lo que necesita para maternar a tantos.

 Está mi hermana, madre de sus hijos, figura maternante para su esposo, para nuestros padres, para sus sobrinos, para su hermana mayor, para sus amigas, para sus suegros y sus cuñados, para sus pacientes, y para ella misma.
Están estas amigas que una va encontrando en el camino del "Despertar y Crecer" que propone María desde su bello espacio, madres que aparecen y elegimos para que nos maternen con su sabiduría y experiencia de vida distinta a la propia, con los detalles autobiográficos íntimos de sus historias de maternaje que comparten con nosotras y que nos hacen más y mejores madres en el compartir, en el enlazar, y que funcionan como puente para ese encuentro tan necesario y conmovedor con la madre que encarnamos cada una de nosotras para tantos seres.
Amigas como Ale, una amiga que eligió no tener hijos, pero que materna a su esposo, a su propia madre, ahora ya mayor, a su hermana, a sus mascotas, a su amiga Fer, aunque no se dé cuenta, y a ella misma.
 
 Amigas bloggers que se han ido sumando en cuestión de meses, que también me maternan y a quienes también materno de modos inefables y etéreos.
Mujeres que una no conoce personalmente, pero que lee y escucha, y desde allí me maternan de diversas maneras. Los ejemplos abundan, y si mencionara algunos, sería injusta con los que omito mencionar. Laura Gutman sería el mejor ejemplo de alguien que me maternó cuando devine madre.
Están mis alumnos y alumnas de hoy y de siempre, seres a quienes materno mientras guío su aprendizaje y quién sabe hasta dónde y cuándo, porque ser educador es ser en un hacer maternante en esencia. Y que a su vez, desde su juventud, y también de modos sutiles, me maternan a mí tantas veces aunque no lo sepan, haciéndome reir con el corazón, compartiendo conmigo sus ilusiones y desencantos, sus descubrimientos con ojos grandotes, que me enseñan tanto porque ven al mundo desde un lugar nuevo y valioso, me enseñan tanto más de lo que yo tengo para enseñarles a ellos. Y en eso sigo, y doy gracias por eso.

Y, sin descuidar el sagrado hecho de que son chicos, están también, y por sobre todas las cosas, mis propios hijos, que me maternan tanto como yo a ellos, con sus caricias, abrazos y besos, sus silencios y sus griteríos, sus berrinches y embroncadas, sus chistes y sus risas, su amor incondicional hacia mí, con todo lo que me enseñan con su mirada fresca y pura de la vida, con esa conexión con mundos etéreos e intangibles que los hace chicos y que refresca en mí a la niña que llevo en mi corazón por siempre.

Hasta me materna mi propio esposo, sin jamás dejar de ser mi hombre, al darme de su enorme resiliencia, al cubrir una enorme parte de mis necesidades materiales y afectivas, al cuidarme a través del detalle de una cena calentita o una taza de té cuando estoy cansada y de regreso al hogar que construimos y sostenemos juntos, al bancarse todo de mí sin lograr terminar de entenderme, pobre tipo, pero desde el amor. 
Maternar es una rueda alimenticia de exquisito perfume, suave textura, agudo olfato, reconfortante tacto, oído afinado, y resonancias místicas. Todo esto me recuerda a esa preciosa novela que leí hace tiempo,"How to make an American Quilt" de Whitney Otto , adaptada al cine como "Donde reside el amor",  que me habita.
El maternarje se convierte en una empática y fabulosamente nutritiva "cadena de favores". Es esa red de seres con manos abiertas y corazones generosos en la que las mujeres nos dejamos caer para rebotar y volver a lograr hacer pie para así enfrentarnos con los vaivenes que conlleva toda vida. Y lo más maravilloso del fenómeno es que el varón es también parte de él, y que también es capaz de maternar, o paternar, que en esencia son la misma cosa, con distinto envase, aroma y espe

           ¡QUÉ MARAVILLA!
                                    
Cada vez que me enfrento con una escena de la vida cotidiana en la que se manifiesta esta simbiótica fusión bien lograda aunque siempre imperfecta, no puedo dejar de conmoverme y sonreír desde la complicidad y el saber de lo que allí está sucediendo.

 Hoy doy gracias a todas y cada una de mis madres, y gracias a la vida y a la Fuente de Vida, Madre Primordial y Primera, a quien yo llamo DIOS, que ha generado el encuentro conmigo misma como mi propia madre en la LUZ.

Dice Elizabeth Kübler -Ross en su maravilloso libro autobigráfico "La rueda de la vida", ya casi al final, del libro y de su prolífica vida maternante:


"Realmente creo que mi verdad es una verdad universal que está por encima de cualquier religión, situación económica, raza o color, y que la compartimos todos en la experiencia normal de la vida. Todas las personas procedemos de la misma fuente y regresamos a esa misma fuente. Todos hemos de aprender a amar y a ser amados incondicionalmente.
Todas las penurias que se sufren en la vida, todas las tribulaciones y pesadillas, todas las cosas que podríamos considerar castigos de Dios, son en realidad regalos. Son la oportunidad para crecer, que es la única finalidad de la vida. No se puede sanar al mundo sin sanarse primero a sí mismo. Si estamos dispuestos para las experiencias espirituales y no tenemos miedo, las tendremos, sin necesidad de un gurú o un maestro que nos diga cómo hacerlo. Cuando nacimos de la fuente a la que yo llamo Dios, fuimos dotados de una faceta de la divinidad; eso es lo que nos da el conocimiento de nuestra inmortalidad.
Debemos vivir hasta morir. Nadie muere solo. Todos somos amados con un amor que trasciende la comprensión. Todos somos bendecidos y guiados. Es importante que hagamos solamente aquello que nos gusta hacer. Podemos ser pobres, podemos pasar hambre, podemos vivir en una casa destartalada, pero vamos a vivir plenamente. Y al final de nuestros días vamos a bendecir nuestra vida porque hemos hecho lo que vinimos a hacer.
La lección más difícil de aprender es el amor incondicional.




LA RUEDA DE LA VIDA

Cuarta Parte " EL AGUILA" 




A boca de jarro.

sábado, 13 de agosto de 2011

Pensando con Quino

"PROBLEMA:  JUEGAN LAS NEGRAS Y DAN JAQUE MATE CUANDO LES DA LA GANA".




Tomado de:

 A boca de jarro.  
¡Grande, Maestro!

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