miércoles, 26 de octubre de 2011

Reeditada y dedicada: Crónica de oportunidades para educar desperdiciadas según una mamá que sigue a Punset y a Robinson




Reedito y dedico esta entrada del 16 de septiembre por varias razones, a saber:

1. La maestra de mi hija menor volvió a asignar el mismo texto sobre satélites artificiales a una niña de ocho años  "para leer y comprender en casa"...

2. María, que lleva adelante un hermoso y multitudinario blog, Mi pluma de cristal, y me honra como seguidora, escribió una entrada en el blog del peregrino Senovilla, de quien espero una visita, que resuena con esta mía, aunque el paradigma educativo sea otro. A ella se la dedico, resonando a viva voz con su reflexión.

3. Se la dedico a un colega, el profesor de secundario Joselu, que ayer me hizo sentir, aquí mismo y en su propio blog, que llevar la autoría de un blog y pensar juntos sobre lo que hacemos en el aula y en nuestros espacios en la web vale la pena, tanto en el acuerdo como en el disenso.

Aquí va de nuevo:



 Escribe Elsa Punset en el blog de Eduard Punset esta semana, y yo pienso, con todo respeto, "chocolate por la noticia", aunque parece que muchos docentes no se enteraron todavía:

"Este artículo me ha recordado una anécdota que me contaban hace unos días: un prestigioso diplomático finlandés, al que le preguntaron durante una cena cómo había llegado a ejercer su profesión, contestaba: “Quería ser maestro, pero no logré superar los exámenes de entrada y terminé siendo diplomático.”
Cada día disponemos de más datos concretos y medibles acerca del papel crucial de los factores ambientales en nuestras vidas, más allá incluso de nuestras circunstancias y de nuestra genética. Uno de los elementos claves en los primeros años de vida de las personas es sin duda la figura del profesor, como vuelve a poner de manifiesto este reciente estudio de la Universidad de Florida, que afirma que una labor docente deficiente debilita una buena disposición genética y cultural del alumno, y al revés.

Claro que la importancia del impacto del entorno en el desarrollo de las personas resulta intuitivamente evidente: de hecho casi todos recordamos, con agradecimiento o con dolor, algún profesor de nuestra infancia que dejó una huella inesperada, para bien o para mal. Pero celebro que estemos empezando a desarrollar formas concretas de medir y de reconocer en su justa medida el impacto incuestionable de la labor del profesor en el aula, no solo en lo académico, sino también en el desarrollo social y emocional del niño.
La aplicación rigurosa de estos conocimientos en la formación y en la labor docente implicará un cambio fundamental y trascendente en la vida de nuestros niños y jóvenes. Será uno de los cambios más esperados y también más necesarios si queremos lograr una sociedad justa, que reconozca y fomente no solo el bienestar físico, sino también la salud social y emocional de sus ciudadanos."

  Y el artículo al que se refiere apareció en el periódico El País, y abre así:


HABILIDAD LECTORA

Un mal profesor puede menoscabar los 'genes inteligentes' del alumno

  • El potencial de un niño para la lectura se desarrolla si su maestro es de 'calidad'
  • También influyen otros factores como los compañeros de clase o los recursos disponibles

PATRICIA MATEY
MADRID.- Los 'genes de la inteligencia' no sirven para mucho si el alumno se topa con un mal profesor. Así lo acaba de poner en evidencia un grupo de psicólogos estadounidenses tras llevar a cabo un estudio con gemelos.
De hecho, su directora, Jeanette Taylor, de la Universidad de Florida (Estados Unidos), ha reconocido a ELMUNDO.es que "los genes son importantes para explicar las diferencias en los logros de los alumnos con lectura, pero también lo es la enseñanza eficaz".(...)

  Y hasta sugiere que los niños que no están guiados por docentes competentes y fracasan escolarmente, específicamente en su competencia lectora, pueden llegar a delinquir. Yo ya reflexioné sobre esta cuestión, tocando de oído afinado por el sentido común cuando fue lo de la masacre en Río de Janeiro. Así que no me sorprende este hallazgo, lamentablemente. Me gustaría leer buenas noticias sobre educación en los medios gráficos, y sobre todo, verlas en las carpetas de mis hijos. Bueno, al menos, en el blog de Eduard Punset, una autoridad en estos y otros temas de divulgación científica, Paula García-Borreguero escribió el 8 de septiembre en la sección de apoyo psicológico un artículo titulado "Pasar de buen a mal estudiante al llegar a la universidad", en el que me alienta diciendo:


"... aunque a priori podría parecer que elementos, tales como las bajas expectativas de la familia hacia la escuela, los ambientes poco escolarizados, la falta de apoyo total a sus hijos, etc. podrían influir negativamente, parece ser que no son limitantes, ni impiden que los jóvenes se planteen altas expectativas educativas."  

  Y en mi casa tenemos expectativas altas con respecto a la escuela de nuestros hijos (¿Serán demasiado altas por defecto profesional? Bueno, cuando hablo con papás no docentes, estamos de acuerdo en nuestros desacuerdos con la escuela..)y hay mucho apoyo, así que tal vez tengan buenas chances en la universidad, pero está todavía muy lejos ese universo, y habrá que ver si eligen ir a la universidad o no: lo decidirán ellos.
  Pero todos los días, al ver lo pobreza metódologica en las prácticas a las que se los expone a mis dos hijos, uno en la escuela primaria y otro en la secundaria, me entristezco, aunque confío en que, gracias a lo que les damos en casa, no lleguen a delinquir nunca. No obstante, soy plenamente consciente de que al no hacerlos sentirse valiosos, importantes, únicos y capaces en la escuela, al no ayudarlos a usar sus buenos genes de manera eficaz, sus autoestimas se ven menoscabadas, y si no les damos mucho apoyo, aliento y afirmación positiva en casa, sus respectivos futuros en la escuela y en el mundo peligran, siendo éste último bastante poco predecible por nosotros como padres y ciudadanos del mismo inclusive.
  Es increíble, pero esta semana no quería reincidir en la crítica. Quería darme un respiro. No quería que otra vez me hirviera el agua para el mate. Pero las tardes de tarea me superan, me ofuscan, por la inutilidad y la preciosa oportunidad de enseñar y educar que se pierden los docentes en la escuela, y que transfieren a casa, donde hay muchas ganas de educarlos, pero también está la pila del planchado, de los trabajos de mis alumnos esperando ser corregidos, las compras diarias, la cena que preparar y el contacto humano necesario con la familia y con ellos, nuestros hijos, para también orientarlos en el espectro social que les abre el mundo escolar, que es muy importante, y que educa casi tanto o más que los contenidos académicos para la vida adulta, y que también se deja librado al azar en la escuela.
  Así que, cuando hierve el agua, no te sale bueno el mate... saco fotos ante la falta de un scanner doméstico ("¿No tenés scanner?", me preguntaron la otra vez en el trabajo... "No. ¡Soy docente! Gracias que tengo compu con impresora con cartuchos que ahora tengo que reponer. ¿Viste lo que cuestan?" Sin comentarios...), recabo evidencias, y pienso en publicar. Pienso en los riesgos que corro: ¿qué pasa si las maestras o profesoras de mis hijos lo leen? No tengo nada personal contra ellas, al contrario: somos del mismo palo, jugamos para el mismo equipo y pateamos para el mismo arco, quiero creer, y están a cargo de mis hijos por horas cada día de cada semana de cada mes del año escolar. Y sé positivamente que no cambio la realidad así, pero necesito pensarla en vos alta para digerirla. Y encima, me encuentro con esta gente que estudia, investiga y escribe echándole leña a mi fuego, y es más fuerte que yo... ¿Lograremos ese cambio que tantas voces pensantes piden de mil maneras diversas? ¿Qué será de mis hijos, del mundo, si estos cambios no llegan?  No implica mucha cosa, creo yo, simplemente, aplicar el sentido común, no escaparse de la responsabilidad que nos compete como educadores de educar, dejar de mirar para otro lado y de cantar "Estoy vencida porque el mundo mi hizo así, no puedo cambiar"...
  En fin, aquí va la evidencia...
*Ejemplos de oportunidades de educar desperdiciadas:
Tercer grado de la escuela primaria, miércoles 14 de septiembre, tarea para el hogar:
Lectura asignada para la tarea número 1):
Tomado de Caramelos de Coco y Dulce 3, Estación Mandioca.
*Ejemplo 1: Desarrollo de la actividad en casa para tercer grado de la escuela primaria (15:30 a 16:45 horas, con sueño de habernos levantado 6:30 a.m y haber ido a la escuela con la primera orina del día, como vamos a hacernos un análisis completo ...)
Mamá: "Bueno, tenemos que leer este texto... a ver... de satélites, mm..., y elegir tres oraciones para copiar y después subrayar los verbos... uf... ¡qué oraciones largas! ..."
Hija: "¿Qué son satélites?"
Mamá: "¿Cómo, no lo hablaron en el cole?"
Hija: "No... ¿Y cómo es que flota esta cosa en el espacio? ¿Cómo es que no se cae, má?"
Mamá: "Orbitan."
Hija: "¿Qué es "orbitar"?
Mamá: "Uf... eso es bien difícil de explicar y de entender... mejor copiemos, pero son todas largas..."
Hija: "Y por qué dice lo que dice Buzz Light Year en el título... qué tiene que ver él con esto? ¿Qué "sibgnifica" "orbitar", má? ¿Qué son los asteroides? ¿Y las galaxias?"
Mamá: "Mirá, hija. Después te explico, es todo muy difícil, eso se llama astronomía, es el estudio del universo, del espacio exterior, ahora tenemos que hacer ésto de lengua porque después tenés que ir a inglés y faltan las cuentitas..."
Hija: "¿Astronomía? ¿Espacio exterior? ¿Universo? Ah, má: para inglés tengo que pegar las tarjetitas en cartulina de color y recortarlas. ¿Me puedo ir a jugar a la terraza, má? Hay mucho sol. Voy a ver si salió la tortuga y vuelvo, ¿dale?"
Mamá: "Bueno, un ratito, llevale lechuga por las dudas. Yo voy a ver qué oraciones son las más cortas y tienen verbos... Y mientras voy a buscar la cartulina. No le abras a nadie."
  Mamá se acuerda también, camino a la librería, de que tiene que llevar esta órden de un médico a su prepaga para hacerla autorizar. Hoy no podrá ser, cierra a las seis: no dan los tiempos. Y no puedo preguntar por teléfono si hace falta autorizar esta práctica, porque el doctor escribe de tal modo que mamá no logra descifrar lo que dice la orden:

 Pero en el cole, a mi hija de ocho años le hicieron prometer que iba a hacer linda letra...

*Ejemplo 2: Desarrollo de la actividad en casa para primer año de la escuela secundaria, miércoles 7 de septiembre, 17:00 horas, después de que mi hijo de trece llegó de Informática a contraturno, tarea de Lengua y Literatura para el hogar:

Tomado de Lengua y Literatura 1, Prácticas del Lenguaje, de Kapeluz norma.

Mamá: "¿Qué tenés de tarea, hijo?"
Hijo: "Un cuadro comparativo de los personajes de las novelas detectivescas anglosajonas. ¿Vos sabés algo de eso?"
Mamá: "Y como saber, algo sé... estudié literatura anglosajona cuatro años en el profesorado... no leí todo, pero me doy bastante idea. ¿Querés que te ayude? ¡A mí me encanta!"
Hijo: "Bueno, dale. Hay que hacerlo en computadora."
Mamá: "¿Por qué?"
Hijo: "Porque sí, má. Todo hay que hacerlo en computadora ahora. Además voy a tener que googlear todo."
Mamá: "(No sé para qué insisten tanto con lo de la linda letra en primario, entonces, si todo se hace en computadora...) ¿Cómo? ¿No leyeron ninguna historia de Sherlock Holmes o de Edgar Allan Poe?"
Hijo: "¿De quién? Ah... no. Nada más hay que investigar sobre los personajes... en Wiki, má... el nombre, la nacionalidad, a qué clase social pertenecen, y todo eso..."
Mamá:" ¿Y no van a leer ninguna historia de detectives?"
Hijo: "No, má. Nada más el cuadro... No nos pidió leer."
  Mamá termina frustrada después de una hora de intentar ayudar a surfear en Internet, copiar y pegar. Me encantaría haber aprendido a surfear en el mar y haber leído un poco menos, digo, para estar a tono con los tiempos que corren. ¡Cuántas cosas se están perdiendo de hacer y de aprender en la escuela estos chicos!  Y yo, ¿cómo hago con todo?, ¡que es tanto! En fin, menos mal que están los Punset y los Robinson para hacerme compañía en mi sentir... aunque a planchar y a corregir y a cocinar y a limpiar no me van a ayudar... Voy a seguir alimentando a la tortuga... tal vez mis nietos vean, vivan y disfruten el cambio si crecen despacito o viven tan largo como la tortuga. Y si no le creen a una mamá profesora, vean este video de Ken Robinson, sobre quien el otro día le preguntaron qué opinión le merecía a un docente que conozco buscando un puesto de trabajo mejor en una entrevista laboral, como si importara qué pensamos los docentes argentinos de este genio británico desde el remoto paradigma de la escolaridad nuestra de cada día y un poco más allá, o más acá, en casa...


Ken Robinson: cambiando paradigmas en la educación

A boca de jarro                

martes, 25 de octubre de 2011

Más de “Palabras a mí mismo” de Hugh Prather

                  
  Voy terminando la lectura de esta pequeña gran obra de arte que he ido saboreando, paladeándola como a una buena copa de un buen Shiraz-Tannat argentino, así de simple, económico y gustoso. Sé que he de volver a este bello libro, lleno de reflexiones honestas, profundas y reveladoras, como vuelvo a otros que me me habitan, y al releerlos, me nutren desde lugares nuevos y frescos en el constante y cambiante devenir de mi paso por la vida.



  Me ha gustado muchísimo el cierre dirigido a mí, "Al lector", por su circularidad, la de la vida misma, y por lo que me deja a mí para seguir aportando desde lo que el autor me ha dado:

"Me divertí muchísimo escribiendo este libro, pero
ahora siento algunas limitaciones y quiero que
... mis notas a veces suenan a axiomas. Y esto no me gusta.
No recuerdo haber leído o escuchado ni una sola verdad que después
resultara ser imperecederera. ¿Por qué entonces podría YO enunciar una?

  Pues muy cierto, muy respetuoso de tu parte, Hugh Prather, autocuestionarte en la validez de tus maravillosas reflexiones, genuino producto del trabajo y el crecimiento personal. Lo mismo puedo decir YO, de lo que aquí pienso en voz alta y vuelco en reflexiones personalísimas. Te agradezco.

  "Algunas reflexiones se me vienen a la cabeza de vez en cuando, y
algunas, que en comienzo tenían poco significado, han aflorado más tarde con fuerza increíble,
pero no hay ninguna que haya retenido 
para mí un valor constante."

"Lo que veo en mi vida es una capacidad de darme cuenta cada vez más 
profunda y que me une a medida que se adentra hacia el núcleo de mi persona. Mi capacidad de
darme cuenta se profundiza y mi conducta (que en este libro he llamado "elecciones")
se hace más positiva."

"Un ejemplo de ello es que hablo de aceptar 
mis sentimientos buenos y de no condenar los negativos, pero ahora me estoy preguntando si
acaso los sentimientos negativos no serán tan 
valiosos como los sentimientos positivos....

Ahora veo nueva utilidad en sentimientos tales como la pena, las preocupaciones, las dudas y el sufrimiento. En  este libro hablo a veces de cómo el aburrimiento
me ha motivado a veces hacia la creatividad.
Acabo de descubrir que el cansancio puede ser
una sensación deliciosa."


  Yo, como este maravilloso e inspirador autor, he comenzado a escribir por aburrimiento, por pena, por sufrimiento, y así, como él, noto con alegría que:

    "mi categoría de sentimientos negativos se ha estado contrayendo."

"A medida que escribo estoy en un estado 
de aprender, de llegar a ser, de llegar a un lugar, y
no en estado de saber y de haber llegado."


¿Qué otra cosa puede darle sentido y sabor a tanta búsqueda?
                                                            ¡Gracias, Hugh Prather! 








 A boca de jarro.

domingo, 23 de octubre de 2011

Elegir, elegido, electo

QUINO
 Mi amiga blogger Mica me inspiró, y la circunstancia me embargó. Me guste o no, hoy también, como todos los días: "Yo soy yo y mis circunstancias", como diría José Ortega y Gasset. Alguna vez también supo decir:  

"Lo que hace magníficos a los pueblos no es principalmente
la altura de sus hombres grandes, 
sino la de sus innumerables mediocres."

Al gran Quino argentino, ¡salud!

  
  ¿Qué significa "elegir"? A ver...
Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:

elegir

  1. verbo transitivo. Escoger, seleccionar: Elige, ¿cara o cruz?
  2. Nombrar por elección a alguien: Ha sido elegida por mayoría absoluta.
    Irregular. Tiene doble pasado participio: uno regular, elegido, y otro irregular, electo.
http://www.wordreference.com/definicion/elegir

Seguiremos andando...


  Veamos ahora algunas citas inspiradoras sobre hacer elecciones. Creo que hoy todas vienen bien. Después de haber hecho una elección, no está de más detenerse a reflexionar:

 
"No tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros."
Paulo Coelho (1947-?) Escritor brasileño.

"Cuando debemos hacer una elección y no la hacemos, esto ya es una elección."
William James (1842-1910) Psicólogo y filósofo estadounidense.

"Escojo a mis amigos por su buena apariencia, a mis conocidos por su carácter y a mis enemigos por su razón."
Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés.

"En un bosque se bifurcaron dos caminos, y yo... yo tomé el menos transitado. Esto marcó toda la diferencia."
Robert Lee Frost (1874-1963) Poeta estadounidense.

"Entre dos males no elijas ninguno."
C. Spurgeon

"No hay mejor medida de lo que una persona es que lo que hace cuando tiene completa libertad de elegir."
William M. Bulger (1934-?) Político estadounidense.

"El que elige mal para sí, elige mal para el prójimo."
Pierre Corneille (1606-1684) Poeta y dramaturgo francés.
http://www.proverbia.net/citastema.asp?tematica=171

 ¿Para qué engrosar las estadísticas?

A boca de jarro.

viernes, 21 de octubre de 2011

Canciones para mi hijo que nace a la adolescencia

                                                                           
   Mi hijo de trece está transitando una larga agonía para dar muerte a su niñez, con el duelo que este proceso vital conlleva, y soportando los dolores de parto que provoca el nacer a su adolescencia. Es un púber, y como denota la palabra, que ha caído en desuso por la aceleración que caracteriza a nuestros tiempos, de la mano del endiosamiento de la adolescencia, que parece decretarse cada vez más tempranamente para luego eternizarse en tantos adultos, su cuerpo está en plena metamorfosis. Sucede que él se desconoce al mirarse continuamente en el espejo, buscando nuevos peinados raros para encontrar algo de lo conocido que se fue para no volver, o para modelar esa amorfidad que caracteriza esta etapa de transición del ser. Sucede también que lo desconocemos nosotros, los que lo amamos: sus padres, su hermana menor, sus tíos, sus abuelos. Sus primos, todos menores, lo adoran y lo tienen como al ídolo máximo; son niños, y los niños adoran con un amor incondicional y sin racionalizaciones de ninguna índole.

  
  Trato de bucear en mis memorias de este período vital de tanta vulnerabilidad, fragilidad, desorientación, ensimismamiento, cuestionamiento del mundo como uno lo conocía hasta hace un tiempo, y me cuesta conectar con la memoria puntual, aunque sí conecto con la memoria afectiva de la crisis. Pero creo que mis memorias y experiencias pueden ayudarlo poco: se han sumado nuevos y complejos desafíos para los que transitan este rito de pasaje al mundo de los grandes y del afuera en la actualidad; además, como digo siempre, la experiencia es intransferible.
  Éstos chicos son ahora presionados a ingresar al desenfreno, desnudado, enfiestado, alcoholizado, energizado, endrogado, precozmente sexualizado, facebookeado, fotologeado, nocturnizado, alentados ya no sólo por sus pares, sino también por muchos "adultos", que muchas veces lo comparten con ellos y la van de "amigos". Impera el síndrome de Peter Pan entre los padres de esta generación de púberes, y eso no nos ayuda en lo más mínimo: al contrario, nos confunde a todos aún más. Mis padres, mis maestros y profesores podían ser amigables, pero nunca mis amigos. Vivimos inmersos en una chatura de fiebre consumista y exitista que no contribuye al verdadero crecimiento y desarrollo del ser. Algunos que teorizan sobre crianza desde los libros comparan al rol de los padres con el  de "técnicos de un equipo de fútbol", nos dicen que ésto de maternar y paternar "es un trabajo y valdrían para él las aplicaciones corporativas para desarrollarlo con éxito. Una tarea en una empresa...". Se nos interpela a los padres desde un libro con la pregunta: "¿Queremos hijos cómo...?". En mi modesto entender, erraremos el rumbo si al criar a nuestros hijos asimilamos la naturaleza de la familia al status de un equipo de fútbol, o a una empresa, donde lo que importa es la eficiencia, los logros cuantificanbles materialmente, el éxito entendido en millones... Nada más lejos de mi idea de "criar hijos en felicidad"*. Si existen expectativas a priori de lo que nuestros hijos deben ser, y de cómo deben ser, entonces seremos un fracaso como padres. El verdadero amor de un padre y de una madre reside en amar al hijo en su esencia, y ayudarlo desde las convicciones y principios propios, no los que se toman de un libro como quien va en busca de una receta para cocinar un platillo magistral, para que ese hijo sea quien él elija ser en absoluta libertad y cuando esté listo para hacerlo.

(*"De límites y roles está hecha la crianza" "¿Qué animales somos como padres?", Flavia Tomaello, Editorial Grijalbo, Extrato de libro, publicado en La Nación Revista, páginas 12 y 14, domingo 16 de octubre de 2011, Día de la Madre.)

  Y está también el dilema de elegir ser quien ellos creen o sospechan ser, desde la maraña de principios, valores que provienen de lo que han mamado, y los sentimientos e impulsos confusos y desordenados, en plena ebullición al ritmo de sus hormonas, frente a la facilista y bien vista opción de ser quién y cómo se espera que uno debe ser por "el afuera"... Y el afuera no espera demasiado, aunque en eso poco y pobre que se espera, se pueden llegar a perder muchos talentos, mucha riqueza, mucha sensibilidad, y, lo más penoso, la posibilidad del encuentro auténtico con el otro y con uno mismo desde el respeto por los tiempos del crecimiento, por lo sagrada intimidad y dignidad de la sexualidad bien vivida, por el valor del esfuerzo y del estudio, por el verdadero significado de la diversión, la risa y la plenitud.

  Es difícil ser tutor del árbol de la vida de un hijo pre-adolescente hoy en nuestra sociedad. Si los chicos no transan con la mediocridad, con el facilismo, con lo superfluo, con el consumismo, con el abuso de las tecnologías que parece matar la comunicación profunda y significativa en sus manos y llevarlos a perder el sueño o la paz mental por el tenor de ciertos intercambios y exposiciones desencajadas y del peor gusto, se quedan afuera,  dejan de ser parte de su grupo de pertenencia, que en definitiva es tan importante como ser uno mismo. No se puede ser uno sin ser parte del todo. Y uno, que ya se ha hecho uno y navega en el todo haciendo contacto con quienes son uno, sabe como adulto que no se están perdiendo nada que verdaderamente valga o enriquezca en ese deber transar, pero ellos no, no lo entienden, no pueden entenderlo aún, porque adolecen... "He ahí la cuestión..."

  Para colmo de males, si no se les permite transar para ser uno más, se convierten en "parias", "raros", "nerds", "tragas", "bichos raros", y rotunda y categóricamente "boludos"... esa es la palabra omnipresente que resuena todo el tiempo entre ellos.

   Y uno sabe también que, como diría William Shakespeare, a quien he de echar mano para orientarlo, no hay nada en un nombre más que un aroma. Él lo dice inigualablemente bien:

                                                         "What's in a name? 
                                                That which we call rose, 
                                           by any other name would smell as sweet."

"¿Qué hay en un nombre? 
Lo que llamamos rosa exhalaría 
el mismo grato  perfume 
aún cuando de otra forma se llamase."

  Se me ocurrió empezar por echar mano a las letras de las canciones que han sido poesía inspiradora para mi ser. Siento que esa poesía puede hablar por mí con las palabras que me prestan sus autores. Canciones que me marcaron y me hicieron sentir, siendo ya un poco mayor que él,  mi varón primogénito, que yo era quien soy y quien elegía ser entonces y para siempre.


Hoy te las regalo, hijo:

* "There will be an answer. Let it be..."
("Habrá respuesta. Dejalo ser...")  The Beatles.

"Help! I need somebody.
Help! Not just anybody.
Help! You know I need someone. Help!"

("¡Socorro! Necesito a alguien.
¡Socorro! No a cualquiera.
¡Socorro! Vos sabés que necesito a alguien. ¡Socorro!")     The Beatles.

 * "Imagine..." 
 ("Imaginá...")    John Lennon.
* " Gracias a la vida que me ha dado tanto..." 
                                                           Violeta Parra por Mercedes Sosa.

* "Para la libertad sangro, lucho y pervivo (...)
Porque soy como un árbol talado que retoño
Y aún tengo la vida."           Miguel Hernández y Joan Manuel Serrat.

* "... tienen doble vida son sicarios del mal
Entre esos tipos y yo hay algo personal."     Joan Manuel Serrat.

* "De vez en cuando la vida me besa en la boca
Y a colores se despliega como un atlas..."    Joan Manuel Serrat.

* "Necesito alguien que me emparche un poco
Y que me limpie la cabeza, 
que cocine guisos de madre,
postres de abuela y torres de caramelo;
que ponga las tachuelas en mis zapatos
para que me acuerde que voy caminando
..."      Serú Girán.

* " Yo subo la escalera, yo cumplo una misión..."     Charly García.
 
* "Mil veces lloro y mil más vuelvo a nacer..."     Alejandro Lerner.

* "Let your soul be your pilot"
("Deja que tu alma sea tu piloto")    Sting


* "If I ever lose my faith in you,
There'd be nothing left for me to do"
 ("Si perdiera mi fe en vos,
No me quedaría nada por hacer")     Sting.

* "Yo soy lo que soy, mi creación y mi destino,
quiero que me des tu aprobación o tu olvido..."   
                                                      Cantada por Sandra Mihanomich.
  

  ...Y yo TE ACEPTO Y TE AMO como vos elijas ser, pero debés elegir quien ser, y es mi deber hacértelo saber y orientarte en esta ardua  e imprescindible tarea: eso es...

* "HONRAR LA VIDA".            Eladia Blázquez

  Y te dejo esta canción , en video y traducida, que dice mucho para mí. Ojalá diga tanto para vos como me dice a mí, y ojalá puedas lograr escuchar... a tu corazón, que sigue siendo el mismo que ese que latía fuerte el bendito día en que asomaste al mundo y me miraste con tu oceánica mirada turquesa:

                                       Beautiful Boy, John Lennon, subtitulada al español.
                                    

*"Have I told you latetely that I love you?"   Cantada por Rod Stewart.

                                         Beautiful boy...

A boca de jarro

miércoles, 19 de octubre de 2011

Soy vasija, soy jarro agrietado...

vasija 
Etimología: del Latín, vasicula, con el mismo significado, y ésta diminutivo de vas, "vaso" 
Sustantivo: femenino, singular.


Significado: Recipiente de barro u otro material usado para conservar líquidos y otros alimentos.
  • Sinónimos: ánfora, cántaro.

Fuente:  http://es.wiktionary.org/wiki/vasija

Mis sinónimos: jarro, jarrito.  (Material favorito: barro)


 


Cuentos de vasijas... cuentos que son espejo...

*"La vasija", tomado de:
http://www.laventanita.net/Noticia.asp?IdN=171 


Contaba el Maestro en cierta ocasión la historia de una antigua vasija de cerámica, de valor inestimable, por la que había pagado una fortuna en una subasta pública.

La vasija había sido utilizada durante años por un mendigo que acabó sus días en la miseria, totalmente ignorante del valor de aquel objeto con el que había pedido limosna.

Cuando un discípulo preguntó al Maestro qué representaba aquella vasija, el Maestro le dijo:

- A ti mismo.

El discípulo le pidió que se explicara, y el Maestro prosiguió:

- Tú centras toda tu atención en el insignificante conocimiento que adquieres de los libros y de los maestros. Sería mejor que le prestaras más atención a la vasija en el que lo guardas.




*Cuento tomado de "Nuestra Vida Emocional" Una mirada positiva, María Guadalupe Buttera y Dr. Ferderico Ré, páginas 61-62, San Pablo.

Un aguador de la India tenía sólo dos grandes vasijas que colgaba en los extremos de un palo, que llevaba sobre los hombros.

Una tenía varias grietas por las que se escapaba el agua, de modo que, al final del camino, sólo conservaba la mitad, mientras que la otra era perfecta y mantenía intacto su contenido. Esto sucedía diariamente.

La vasija sin grietas estaba muy orgullosa de sus logros, pués se sabía idónea para los fines para los cuales había sido creada. 
En cambio, la pobre vasija agrietada estaba avergonzada de su propia imperfección y de no poder cumplir correctamente su cometido.

Así que, al cabo de dos años, le dijo al aguador:

-Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo, porque, debido a mis grietas, sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir por tu trabajo.

El aguador le contestó:

- Cuando regresemos a casa, quiero que notes la bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.

Así lo hizo la tinaja y, en efecto, vio muchísimas flores hermosas a lo largo de la vereda; pero siguió sintiéndose apenada, porque al final, sólo guardaba dentro de sí la mitad del agua del principio.
El aguador le dijo entonces:

-¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino?
Quise sacar el lado positivo de tus grietas y sembré semillas de flores.
Todos los días las has regado, y durante dos años, yo he podido recogerlas.  

Si no fueras exactamente como eres, con tu capacidad y tus limitaciones, no habría sido posible crear esa belleza.

             “Sólo si me siento valioso por ser como soy,
puedo aceptarme, puedo ser auténtico, puedo ser verdadero."


                                                                                  Jorge Bucay


Al leer estos  cuentos de vasijas, me siento vasija, me siento jarro. Me identifico con la imagen de un jarro lleno de agua de donde  se puede tomar agua, y eso me colma, no me vacía. Tengo grietas, como todos, y por debajo de esas grietas que he ido asumiendo, aceptando, acariciando con el tiempo, se va formando un  espejo de agua donde logro ver claramente a los míos, a mí misma y a toda el alma de mi familia, que me sostiene. Somos un océano con mareas, oleaje, fluctuaciones, remolinos, tsunamis, y abismos, pero somos UNO.
En ciertos momentos siento que mis grietas dejan caer esas gotitas que sostienen, riegan y alimentan. A veces son agua pura, otras, un poco salada o agria: soy un jarro imperfecto, pero lleno, y con agua para dar y derramar. El bello poema de Gabriela Mistral"Creo en mi corazón", de la poetisa que, además de escribir poderosos poemas, le dió el nombre a la calle donde nací y viví mis primeros ocho años de vida con mis padres y abuelos maternos, me recordó una visión temprana: todo lo veía a través de unos ojos grandes y puros, no había defectos, todo era amor incondicional.
Al hacerme jarro, me inunda esa misma mirada de niña  amorosa, que todo lo perdona. Hoy mis ancestros se me hacen raíz. Y yo soy un jarrito con grietas que esparcen agua que riega ese sendero donde nacen las flores a la vera del camino, bajo el bello y portentoso árbol familiar, y como dice esta maravillosa escritora:


"Creo en mi corazón, siempre vertido,

            pero nunca vaciado."



A boca de jarro agrietado hoy...   


  

martes, 18 de octubre de 2011

Una pintura y un poema al corazón

Tomado del muro de Facebook de Felipe Gimenez:

El cuadro del día para empezar el día
Hoy: "Hay dias que lo mejor es dejar que el corazón descanse."

Obra de Felipe Gimenez
Felipe Gimenez, artista plástico. Nació en 1963, en la ciudad de Mar del Plata, Argentina.  Reside y trabaja en Sierra de los Padres, Buenos Aires, Argentina.




Sitio web:


Creo en mi corazón

Creo en mi corazón, ramo de aromas
que mi Señor como una fronda agita,
perfumando de amor toda la vida
y haciéndola bendita.

Creo en mi corazón, el que no pide
nada porque es capaz del sumo ensueño
y abraza en el ensueño lo creado:
¡inmenso dueño!

Creo en mi corazón, que cuando canta
hunde en el Dios profundo el franco herido,
para subir de la piscina viva
recién nacido.

Creo en mi corazón, el que tremola
porque lo hizo el que turbó los mares,
y en el que da la Vida orquestaciones
como de pleamares.

Creo en mi corazón, el que yo exprimo
para teñir el lienzo de la vida
de rojez o palor y que le ha hecho
veste encendida.

Creo en mi corazón, el que en la siembra
por el surco sin fin fue acrecentando.
Creo en mi corazón, siempre vertido,
pero nunca vaciado.

Creo en mi corazón, en que el gusano
no ha de morder, pues mellará a la muerte;
creo en mi corazón, el reclinado
en el pecho de Dios terrible y fuerte.


Gabriela Mistral :
Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, conocida por su seudónimo Gabriela Mistral (Vicuña, 7 de abril de 1889Nueva York, 10 de enero de 1957), fue una destacada poetisa, diplomática, feminista, y pedagoga chilena. Gabriela Mistral, una de las principales figuras de la literatura chilena y latinoamericana, fue la primera persona de América Latina en ganar el Premio Nobel de Literatura,  el cual recibió en 1945.
http://es.wikipedia.org/wiki/Gabriela_Mistral
A boca de jarro   

domingo, 16 de octubre de 2011

El arte de ser madre

Roberto Pizano, Maternidad





   "EL ARTE ES UN ESTADO DEL ALMA."  Cita de Chagall.
                                                     
  Ser madre en la compleja realidad del siglo XXI es todo un desafío. Supongo que nunca ha sido tarea fácil. Cuando pienso en los referentes familiares que han ocupado este rol, comprendo que han tenido que atravesar experiencias agridulces. Y me siento consolada y contenida, porque a pesar de tanta literatura, reflexión, asistencia psicológica y avances, las luces y las sombras de la maternidad siguen siendo más o menos las mismas que nos confrontan hoy a quienes optamos por traer hijos al mundo, que por cierto parece que cada vez somos menos. Posiblemente se han agregado algunos condimentos más, gracias a que las mujeres hemos finalmente acepatado que nacemos para ser antes que para ser madres.

  Cuando nos hacemos madres, no tenemos la más pálida idea de lo que esto implica. Somos pura inconsciencia, entusiasmo y deseo. Creemos infantilmente que es más o menos lo mismo que cuidar de nuestras muñecas, hermanitos y primos menores o alguna mascota querida. Pero el bebé que asoma un buen día en el que sentimos tocar el cielo con las manos, si todo sale bien, pronto nos enfrenta con nuestro propio ser en todo el espectro de sus riquezas y humanas limitaciones. Es el bebé quien despierta nuestra animalidad ancestral, y no nuestro instinto el que nos toca una campanita avisándonos que ha llegado la hora de ser prolíficos y multiplicarnos. Y al despertarse el instinto, que nos embriaga de dulzura y necesidad de prodigar cuidados, calor, nido y contacto, también se despierta una parte nuestra que no se había manifestado antes: la necesidad imperiosa de preservar nuestro "yo" tal como lo conocíamos antes de que el hijo llegara. Misión imposible, mujeres: al parir, nos partimos, y las partes nunca volverán a fusionarse en el mismo todo. Deberemos "parirnos a nosotras mismas", re-crearnos, bajo una nueva luz. Comienza allí una especie de tironeo doloroso, molesto y arduo en el que es menester anteponer las necesidades básicas del crío, que no pidió venir al mundo y que no puede valerse por sí mismo ni podrá por años, a las necesidades vitales y existenciales propias, que nunca antes habíamos desatendido tan estruendosamente. Cosas simples como dormir, alimentarnos, ir al baño, darnos una duchita, vestirnos tomándonos el tiempo femenino que eso implica, hacer el amor o salir a la calle para hacer lo que hace falta hacer en una vida normal, se complican. Y arremetemos con todo eso con el bebé a cuestas. Nos hacemos canguros. Se puede, se logra, pero no me pregunten cómo: no hay fórmulas, aunque abunde toda una literatura sobre el tema. Por suerte  hay algunos buenos referentes, mujeres con ovarios y cerebro, como Laura Gutman, que ayudan mucho a digerir la capita azucarada con la que se pretende endulzar a la maternidad real, y de hecho esa línea de pensamiento reverbera en estas líneas...

  Hay días de absoluta locura, de sentimientos encontrados, de replanteos oscuros y mortificantes, y días paradisíacos en los que agradecemos a la vida, a Dios y a todos los Santos por haber tenido a nuestros hijos. Digo días, aunque en verdad se pasa de un estado al otro, del cielo al infierno, en cuestión de horas o minutos. Nos hacemos bipolares. Esta es la verdadera maternidad de la que siento pocas mujeres se atreven a hablar con total honestidad y "a boca de jarro".

Georges Braque, Figura
                                    
  Yo creo que no nos hacemos ningún bien si nos proponemos ocultar y ocultarnos a nosotras mismas que el arte de ser mamá se aprende minuto a minuto encarnándolo hasta la médula, con compromiso, entrega y toneladas de paciencia, para con nuestros hijos y para con nosotras mismas y toda la constelación familiar que se gesta  y se reacomoda al devenir madres. Maternar es un arte que, como todo arte, conlleva prueba y error, éxitos y fracasos rotundos, momentos de absoluta plenitud y otros de agobio y desborde.

  Recuerdo que una de mis mayores preocupaciones al quedar embarazada era el parto, en rigor, era mi temor de los dolores de parto que se nos anuncian bien dolorosos ya desde el Génesis Bíblico... Y recuerdo las palabras de mi propia madre, que habían sido repetidas infinidad de veces, y supongo que si hoy sus nietas le preguntan por el tema, que ya les empieza a despertar curiosidad y hasta cierta preocupación, la respuesta será la misma: "Duele un poquito... como si estuvieras haciendo una caquita dura. Pero enseguida se pasa." Sé positivamente que mi mamá lo decía por bien, y porque muy posiblemente es el cuento que le han contado a ella y que ella se creyó, para maldecir hasta a su propia madre en el momento de parir. Y ésto lo cuento porque es así, con ese grado de infantilización y ocultamiento de las verdades básicas de la maternidad, como la enorme mayoría de las mujeres, incluso mujeres urbanas, con título, carrera y honores bajo el brazo (tal vez las más penosamente desinformadas y desconectadas de la naturaleza en cuestiones de maternidad), como llegamos a ser madres.

  Hay además, y en mi modesto entender, una mistificación del acto de parir y de las primeras épocas de absoluta fusión con el bebé en nuestro tiempo, que se ve plasmada en color rosa, o más bien, blanco, como las mamás y los bebés inmaculados de las propagandas, mamás frescas, esbeltas y tonificadas y bebés resplandecientes, que nada tienen que ver con la verdadera cara del maternaje en su arranque, y que además tan sólo comienza entonces. Si bien el parto puede ser un momento sublime, insisto, si todo resulta bien, y las primeras semanas, un idilio absoluto, al menos en nuestra memoria afectiva una vez que han quedado atrás, ser madre es una realidad que cuelga de nosotras como nuestras tetas luego de haber amamantado a la cria, por el resto de nuestros días. Nunca dejamos de serlo. Nuestros hijos son causa de nuestros mayores logros, de nuestras más profundas alegrías y orgullo, así como también de nuestras más desconcertantes preocupaciones y pesadillas. Y tal vez lo más difícil llega el día en el que traspasan el umbral de la puerta y se van, ya no de nuestra mano: el día en el que se van solitos, armados con una pequeña mochila y un celular, y les rogamos que nos avisen dónde y con quién están, para que ignoren u olviden nuestro ruego, hasta que finalmente los llamamos nosotros y los importunamos o avergonzamos. Es la paradoja esperable del hijo que crece, ese a quien le hemos dado la teta, la papa en la boca, le hemos limpiado el culo infinidad de veces, lo hemos llevado corriendo a la guardia de un hospital cuando se hizo aquel corte o al pediatra un centenar de veces para ver cómo iba creciendo, al que hemos tenido que despegar de nuestras piernas para que se dignara a entrar al jardín, haciéndonos sonrojar por sus alaridos salvajes, siendo ya mujeres grandes, como si le estuviésemos haciendo el peor de los males, y que ahora se avergüenza de nuestros besos o caricias en público, y se empecina en querer prescindir de los cuidados que es necesario seguir brindándole, porque sabemos que aunque se sienta un león, todavía no sabe rugir en esta selva a la que hay que dejarlo salir libre...

  Ser madre es una arte. Y en el arte hay muchos estilos. El mismo objeto puede ser plasmado de mil maneras distintas de acuerdo a la mano del artista. Aquí va mi homenaje desde el arte a todas aquellas mujeres cercanas y remotas que han elegido, desde su inocencia y su altruismo, ser madres, y se esmeran por mejorar la técnica día a día para darle al mundo las obras de arte que le están haciendo falta. 

        ¡A todas les deseo un muy pleno día de la madre!

                                               Mujeres en el arte por Philip Scott Johnson
                                         

  P.D.: Y recuerden que mañana, sin regalos ni festejo, la historia continúa... porque de eso se trata ser mamá...

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