miércoles, 13 de enero de 2021

El arte de perder

..


A Mamá  (13/01/1937- 30/11/2020)


One Art

By Elizabeth Bishop
The art of losing isn’t hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.

Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn’t hard to master.

Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.

I lost my mother’s watch. And look! my last, or
next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn’t hard to master.

I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn’t a disaster.

—Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan’t have lied. It’s evident
the art of losing’s not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.


Un Arte 
(También traducido como "El arte de perder")

De Elizabeth Bishop

El arte de perder no es arduo de aprender
tantas cosas parecen colmadas del propósito
de desaparecer que su pérdida no es ningún desastre.

Pierde algo cada día. Acepta el estrés
de la llave de tu puerta extraviada, del tiempo malgastado.
El arte de perder no es arduo de aprender.

Luego practica perder aún mas, perder más velozmente,
lugares, y nombres, y dónde era que tu deseo
quería llevarte de paseo. Ninguna de ellas es un desastre.

Yo perdí el reloj de mi madre. Y fíjate, mi última, o
casi última, de tres casas se perdió.
El arte de perder no es arduo de aprender.

Yo perdí dos ciudades, bellas las dos. Y mas ampliamente,
algunos reinos que eran míos, dos ríos, un continente.
Los extraño, pero no fue un desastre.


—Hasta perderte a ti (la voz jocosa, el gesto 
que adoro). No habré de mentir. Es evidente
el arte de perder no es demasiado arduo de aprender
aunque pueda parecer (¡Escríbelo!) un desastre.


Esta traducción del texto de este bellísimo poema también va especialmente dedicada a la familia Scala, para cuyas perdidas no encuentro palabras de consuelo en ninguna lengua...

 Hernán (Junio 1985)
Cecilia (Enero 2021)
                                                                                             



A boca de jarro

lunes, 11 de enero de 2021

Va de Bautismo

Bautismo de Cristo, Mosaico del Baptisterio de Rávena. Siglo V d.C.


Para Pablo

    

     Ayer en la liturgia cristiana se celebró el Bautismo de Jesús en manos de su primo Juan El Bautista, un hippie, un loco lindo que andaba descalzo, cubierto en pieles y se alimentaba de langostas en el desierto esperando y anunciando a grito pelado que venía uno a quien él no era digno de atarle las correas de sus sandalias de pescador de hombres. 

En la lectura de ayer del Evangelio de San Marcos (1,7-11), Jesús se nos presenta como uno más en las filas de los ignotos que hasta hoy lo seguimos enardecidos por su testimonio y su palabra de vida, luego de 30 años de bajo perfil como asistente carpintero de un José ya entrado en años, para ingresar a una vida de exposición pública entre pescadores y pecadores, enfermos, chorros y prostitutas, gente de baja estofa, una vida que solo le dura 3 años y que termina en su crucifixión, pedida por la muchedumbre que lo había recibido con palmas en alto en su entrada triunfal a Jerusalén para luego dársele vuelta y elegir salvar al ladrón de Barrabás ante un Poncio Pilato que - como buen político romano - , se lava las manos y hace que otros se las manchen con la sangre de un inocente. 

¡Qué bien me cae este hombre, Jesús, “El Barba”, como lo apodan mis hijos bautizados y peleados con su identidad intachable - fanáticos de los influencers de Instagram y los youtubers que desearían encarnar... -, por culpa de una iglesia que peca por su humanidad y sobre la cual se generaliza bestialmente, pagando así justos por pecadores, una vez más. ¡Este Jesús me cae cada día mejor! ¡Y el Bautista me encanta! Terminaron uno peor que el otro... ¡Qué mundo  este, che!

Cabeza de san Juan Bautista. José de Ribera. 1644.


En este soberbio pasaje bíblico en pleno río Jordán, se nos pinta a un hombre adulto ya, fiel a sí mismo y seguro de su misión, ungido del Espíritu que lo enciende en medio del agua bajo el manto blanco de la paloma que lo cubre desde el aire y que le da alas para volar con los pies descalzos y firmes sobre la tierra, un Espíritu al que hoy en nuestra híbrida posmodernidad llamaríamos “intuición” o “inspiración”, un fuego que lo conduce sin ruta fija ni brújula a cada paso, hasta cuando - como nosotros tantas veces en nuestras vidas adultas -, se enfrenta a una tormenta en una barcaza llena de tipos que entran en pánico, o como cuando se adentra en el desierto y afronta por elección propia y vence a la tentación de lo fácil, de lo que brilla, de lo que nos hace mal porque se nos ofrece siempre a cambio de la propia dignidad, que es el precio más alto que pagamos por esas ofertas que tanto nos tientan a cada paso…

Jesús encarna los cuatro elementos: agua, aire, fuego y tierra. Y me quedo con la figura del primo, porque yo me reencontré con uno mío, profeta del árbol mío, que me pasa letra, que es fuego de inspiración, agua de consuelo, tierra de sueños a concretar juntos y aire donde echar a volar a donde nos lleve nuestra misión. Y me quedo, sobre todo, con las palabras centrales del texto de Marcos de la liturgia de ayer: “Tú eres mi hijo amado”: palabras que todos deseamos escuchar y vivenciar de nuestro propio padre y madre o figura paternante, aunque no a todos nos sucede. Por eso amo a este Padre en el cielo que me habla así a mí, a este Jesús que me limpia las heridas con su bautismo, que me enciende en fuego vital, que me da alas para andar por el aire de mi tierra y las aguas de mi jarro, y a este primo y hermano del alma mía que me ha venido a rescatar de otro de tantos de mis desiertos existenciales y que hoy me colma de gratitud.


Raúl, gato de mi primo Pablo.


A boca de jarro

lunes, 4 de enero de 2021

Padre Nuestro 2021

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Padre nuestro:

¿Estás en el cielo? 

¡Escuchame entonces, por favor!

Mirá que si no te lo pido a gritos, ¿estamos?

   Santificá Vos mi nombre en el Tuyo 
porque a mí nombre 
lo han andado difamando injustamente 
últimamente, 
    y eso 
me jode soberanamente...

  ¡Yo no quiero un reino, Padre!
Vos ya sabés lo que quiero, 
es mucho menos que eso...
¡Dámelo de una vez 
   para poder servirte 
encarnando eso que quiero 
para mí y para los míos! 
Contá con eso, Padre:
Vos me conocés bien, 
Vos me regalaste estos dones:
estás manos, esta voz,
estas palabras, este corazón,
estos pies,
y yo solo quiero darme.

       Hágase alguna vez mi voluntad,   
Padre, ¡dale!
Así en Tu tierra como en mi cielo.

 Dame hoy 
mas 
que el pan de cada día, 
por un día, 
  para ver cómo me sabe 
y cómo lo puedo partir y repartir 
como enseñó tu Hijo,
porque estoy 
con hambre de mas    
para mí y para los demás: 
¿Vos pensás que eso está mal?

    Ya no te puedo pedir perdón
por las ofensas 
porque perdí la cuenta,
          e intentaré perdonar 
      a quienes me ofenden
y lo seguirán haciendo
en nombre de un amor
que nunca es como el Tuyo, 
por algo te elegí 
a Vos como Padre.

   Pero, por favor,
Padrecito, piedad,
que  mucho me cuesta perdonar,          
es que las ofensas duelen
como la madre que me parió, 
y Vos sabés
cómo ella 
me dolió
y me duele todavía.

 ¡Dejame caer
 en la tentación, Padre! 
¡Dale!
Yo estoy segura de que a Vos 
   te va a divertir tanto como a mí: 
¡tanto la reprimí!

 ¡Resulta tan tentadora
 la tentación 
que los hombres inventaron 
por temerle a Tu alegría, 
      sobre todo a estas alturas 
de mi efímera existencia,
y aunque solo Vos 
sabés el cuándo,
hace rato se fue el tiempo
al que los poetas
le escriben 
sus versos mas encantados...

     Y librame solamente del mal 
         que por bien no venga, Padre,
    porque, como te darás cuenta,
yo ya dejé hace tiempo
           de creer en los milagros.

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A boca de jarro

sábado, 2 de enero de 2021

Blanca Dapenna




"No vamos por el anís, ni porque hay que ir. Ya se habrá sospechado: vamos porque no podemos soportar las formas más solapadas de la hipocresía."

Julio Cortázar, "Conducta en los velorios"



    El hecho de que, de todos los nombres que podrían haberle puesto, la fueran a llamar así, Blanca Dapenna, aquel día, el día de su muerte, parecía profecía, aunque solo aquel día, y sirvió para alimentar la conversación en medio de la desazón de un velatorio sin colores por falta de flores. Ya había escuchado yo varias teorías acerca de la importancia y el significado de los nombres que se nos dan al nacer, pero nunca había tantas como en esta muerte.

La pusimos verde por aquellos días en  los que la nombraron manager en la oficina - y ya pasó toda una vida-, siendo, como era, que se trataba de la digna hija de su madre, la anterior jefa máxima. Chica de familia bien, con conexiones y de buen inglés, pero sin título, tenía apenas unos años más que nosotras, y, sin embargo, subió de un zaque al piso más alto para instalarse en la alfombra roja. Probablemente ella sabía que de ese piso no la iba a mover nadie: solo la muerte. Lo que me intriga y me corroe por estos días es si el temor de su final, lento, cruento y anunciado, el espantoso final que al final le tocó en suerte, la habrá acompañado casi tan largo como mi envidia. El caso es que su sentencia  la mantuvo en secreto por un tiempo, aunque no llegó a ser tan largo ni tan negro como los celos que yo silenciosamente le había profesado.

No olvidaré aquella reunión pringosa en la que nos la presentaron. Vestía trajecito sastre rojo, camisa de seda blanca inmaculada, al mejor estilo de la nobleza inglesa, y unos zapatos de taco cómodo y elegante que eran el centro de todas las miradas femeninas presentes. En nuestro ambiente, a una mujer se la juzga más por su apariencia que por su sapiencia, y su cabello rubio, piel trigueña y ojos verdes, con un centenar de pecas asomadas a los balcones de sus rosadas mejillas, que de vez en cuando se ponían coloradas como manzanas, y siempre cuando se enojaba, le concedían el aire perfecto para ser nuestra superior a su muy temprana edad. Eligió coronarse el cuello abierto con un collar de perlas que yo sólo usé el día que me casé, y tampoco podré olvidar que por el coraje de llevar perlas aquel día también la envidié: yo intuía ya para entonces que la vida nunca me concedería una reunión con unción para volver a usar las mías.

Me la encontré de sopetón una mañana helada y gris entrando al ascensor de la oficina hace cosa de dos años. Yo andaba de cacería de papeles por el centro, y recuerdo que había salido de casa apurada, despeinada y enfundada en mi gastado tapado gris de paño, arriba de todo lo que tenia, y deseando no ser vista. Cuando salió del ascensor, la noté distinta: más delgada, más etérea, como iluminada y rejuvenecida. Llevaba un tapado azul de ensueño, ese azul que no se consigue en la grisura de Buenos Aires, con detalles de cuero en las mangas y solapas, y un sombrerito haciendo juego que delataba el país de procedencia de la prenda. Ya me habían puesto al tanto de que se había pasado unas semanas en Estados Unidos, pero nunca imaginé la razón de aquel viaje - o la del sombrero -, tan extemporáneos ambos a mi austero y monocromático calendario de trabajo.

Otra vuelta que pasé por la oficina por más papeles grises y amarillos, la vi parada en la puerta de su despacho, al que los empleados llamábamos "el oval". Me encandiló su nuevo corte de pelo, bien cortito, tal y como siempre lo había querido usar yo, sin jamás juntar coraje para animarme al cambio. Y una vez más me puse verde por sus agallas para cambiar y rehacerse. Fue recién meses después que las chicas me contaron que el cambio en su apariencia era producto de sus repetidos tratamientos oncológicos, tanto acá como en el exterior.

Así y todo, imaginaba que de esta ella saldría. Una mujer de esos colores se me hacía casi tan eterna como invencible. Fueron varias las veces en estos últimos meses de vacíos y de esperas en las que, mirándome al espejo, la pensé: -"Si ella pudo, ¿por qué no habré podido yo también?"

El día que recibimos la noticia de su muerte, las chicas guardaron silencio. Yo, en cambio, sentí que todo adentro mío hacía un ruido oscuro. Eche mano a mi vestido negro y me fui al velatorio sin pensarlo demasiado. Era consciente de que a su familia ni la conocía, que mi presencia no agregaría ni quitaría nada, y aunque odio todo el sordo ruido de los velorios, sentí que debía despedirme y enmendarme de algún modo. Me abrí paso por las caras conocidas y las otras y me fui derecho a verla. Ni una flor, ni una cruz, ni una vela. Lo tomé descaradamente como un  ejercicio de afrontamiento que hice yo solita y mi alma negra: ¡nunca antes había visto un muerto de tan cerca! Había perdido mi mejor amistad de adolescencia por no poder acompañar a mi mejor amiga en el velorio de su mamá, que murió de cáncer a los 44 años. Nunca supo entender ni perdonar mi aprehensión. Siempre quiso cambiarme... Y fue la primera y única vez que miré a Blanca Dapenna con pena, sin poder ver ningún otro color mas que el de la despiadada blancura de la muerte.


A boca de jarro

martes, 29 de diciembre de 2020

Me destejo

 ©Carlos Javier Paz






"Estoy hecha de retazos
Pedacitos coloridos de cada vida que pasa por la mía 
y que voy cosiendo en el alma.
No siempre son bonitos, ni siempre felices, 
pero me agregan y me hacen ser quien soy.
En cada encuentro, en cada contacto, voy quedando mayor...
En cada retazo, una vida, una lección, un cariño, una nostalgia…
Que me hacen más persona, más humana, más completa.
Y pienso que es así como la vida se hace: 
de pedazos de otras gentes que se van convirtiendo en parte de la gente también.
Y la mejor parte es que nunca estaremos listos, finalizados...
Siempre habrá un retazo para añadir al alma.
Por lo tanto, gracias a cada uno de ustedes, 
que forman parte de mi vida y que me permiten engrandecer 
mi historia con los retazos dejados en mí.
 Que yo también pueda dejar pedacitos de mí por los caminos 
y que puedan ser parte de sus historias.
Y que así, de retazo en retazo, podamos convertirnos, un día, 
en un inmenso bordado de "nosotros"."




Tejo que te tejo, y sólo me destejo,

me desenredo,

me desenhebro,

deshago el entramado 

de todos los mandatos

de colores aceptados

con los que tejí un montón de mantos...

 

Me preguntás qué estoy haciendo,

¿si estoy perdiendo el tiempo?

Mejor ni te contesto.

¡Tanto perder mi tiempo

en tejerme al gusto tuyo:

ahora, alegremente, 

hoy y aquí yo me destejo!


Insistís en corregirme:

-"¡NO ES ASÍ, TE DIJE!
Que tejo apretado,
lazadas mal dadas,

 los puntos se escapan,

o que hago lo sencillo

siempre más difícil...

 

¡Ay, Señor, Dios mío! 

¡Maldito adjetivo!

Ves como la rima me empieza a desbordar,

y quiero gritarte, fuerte y en la cara, 

a boca de jarro: 

"¿No ves? ¿No sentís que es mío este entramado?

¿No ves cómo así pierdo el ritmo del tejido!"

 

Elijo callar una vez más

para regalarte cajitas de hilos blancos

que son como esquejes por mí engendrados,

los pequeños brotes que me van naciendo 

en este jardín donde a cada planta yo le pongo nombre,

un jardín al que sola yo aprendí a cuidar,

colgando de un hilo que yo misma he tejido.

 

¡A estas alturas!

Este es otro intento mío, otra vez fallido, 

de una poesía que quede bien tejida...

No me vengas con la rima, con la métrica, con la medida;

a mí me conocés: eso de la técnica no me importa nada, 

yo quiero romper con las reglas

y sin medida lograr retejerme.

 

Dicha inusitada

- de euforia algo cargada -

la de destejerme en la luminiscencia

de hacerme un ovillito, de echarme nuevos puntos, 

aunque el alma se me va quedando toda perforada.

Sin arte poética yo retejo mi poema

 

con colores propios y con mis propia lanas:

 lanas que para vos son raras,

pero que a mí - se me hace- me han sido dadas,

lanas que quizás jamás sean validadas.

Yo igual las conservo con celo guardadas

en un baúl muy viejo de todas esas cosas que me han sido legadas

y que aún a veces, se me hace,

 

 no sirven para nada...




                                                                 (Muchas veces editado...)




©A boca de jarro


A boca de jarro        

©A boca de jarro

lunes, 28 de diciembre de 2020

New Year's Wishes from a blogger in Blogger

 

 ©A boca de jarro

December 28th, 2020

Dear Mr.,

  

   Another year of my life is about to come to an end, a year of tremendous losses for people such as myself all around the world. So, I turned, once again, to my therapeutic writing here in my blog, my good old blog powered by Blogger, which to me is a source of spiritual nourishment, like water to my soul, water that I patiently pour into this profit-free jar ("jarro") of mine in order to cleanse the wounds that I carry in my heart, again, like most people who turn to art to heal themselves from all the pain life sometimes inflicts on us so incomprehensibly, just like it happened this year...

"Great art comes from pain", Cristopher Zara in Tortured Artists

    As I was saying - and pardon my sentimental digressions, please, bear with me, once more, but I happen to be a highly sensitive being for the ways of this materialistic, result-oriented, money-grabbing-and-making, computer-based, code-encrypted world, even more so at this special time of this special year -, I turned to my old blog only to find that Blogger had changed so dramatically that much of the content I had so laboriously and lovingly compiled through the "productive" years since 2011 was once again somehow gone and not fitting in to the new changes recently incorporated. And I say "once again" because this is not the first time it has ever happened. Although I know that all changes are always for the better, I urge you to sympathise with a fifty-two-year-old Argentinian English teacher who teaches English for a living and who chooses to write in the language which opens most doors in the world, and who, in her rather scarce free time from cleaning the house, cooking for two voracious teenagers and a husband who tends to overwork - which, I’m positive, does ring a bell with you, guys! -, gardening, doing the groceries, the washing-up and the dishes, apart from planning English classes and correcting letters and essays in English, and working as a teacher in the outside, real world, though this year I've had to work from home, for which I had to take quite a few webinars online and buy myself a new computer and a new cell phone just to be able to keep my job and continue with the cleaning, the cooking, all at the same time, since we, as a family, were all at home working away, like so many other families around the world; so, apart from all that much and 2020 (NFC...), I also keep a blog powered by Blogger - which I truly adore - , yes, Sir, I write, and I also enjoy combining my writing with images that I find beautiful for some reason and spend sometimes even hours googling for, only to find these days some of them are gone from my blog, which is not actually mine yet, yet again, say, once more, possibly because I have unknowingly yet unlawfully infringed the laws of copyright in my blog powered by Blogger…

    I keep a blog in a rather unfriendly Blogger who keeps changing once in a while and giving me complex instructions which honestly escape me and rob me of my precious time from reading better stuff than your incomprehensible-to-the-lay(wo)man set of analytic guidelines, and from writing  - which I do find is even worse. Writing! What I need as much as I need therapy this year though writing is for free, mind you, well, sort of, anyway, and want and love to do, yeah, I'd say entirely for free: for my own good, for the good of the very few who still can find me on the search engines, who come to drop me a comment that I am unable to find in this amazing Google maze of the new Blogger, what with the wrong indexation, the change from https to http, Error 404, and what have you, Sir, with all due respect.


  You may have noticed, dear Sir, that I have asked for help several times over the last few days through several comments and requests in Blogger Help, although my own children - who must be only a few years younger than the very brightest of you, guys, there in the fun-park-like-window-panelled-dream-like Google offices you work and play somewhere in the first world - my children here in a hot and humid Buenos Aires fear that I won't be taken seriously, poor things! But I am deeply in earnest, Sir, because I have been recently informed by a fan of my insignificant-in-the-top-blogs-ranking blog that one of my publications was "lifted or quoted without due permission" by a certain local newspaper somewhere out there in the so-called first world, a publication from my blog with photos taken by myself, photos of myself and my family in it. Tough luck on me!  Who am I to complain if this kind of stuff happened to William Shakespeare Himself, after all? Still I determined, only a few days ago, that, before the end of this horrendous year, I had to become the owner of my own blog: - "Oh, yeah!!! By all means! That'll do the trick!"- I said to myself in front of my messed-up dashboard all alone at 3.00 a.m. I decided  that I should buy it in order to own what is mine, and I did attempt to pay the $12 dollars a year that is the fee I would gladly pay for me to become the owner of my own work and protect my own work from being plagiarised or copied or reproduced without my authorization, or from simply disappearing from the Internet when changes are introduced or it is decided one-sidedly to eradicate relevant and high-quality social media such as Google+ to clear the way for the likes of Instagram, powered by Facebook (N.F.C. again, Sir), or Twitter, with its regrettable restrictions on characters, or LinkedIn, the bomfire of vanities where no one without contacts gets linked in, where everything is sales and catchy images with brief, momentary, to-the-point, high-impact and short-lived clichés lifted from soembody elses's genious, art, craft, pure sentimental and admonitory, cheap, shallow self-help - in the best of cases- scanty written word, as that cannot be called Literature, or soul-probing-and-searching, until-your-fingers-bleed - as Hemingway would put it -, hard-worked reflection, or even writing, dear Sir. This is what is happening to Art and Culture, Mr. Google, mind you!  In Google +, R.I.P., I was only too happy to generously and profusely contribute, I found hundreds of followers with the time and the disposition to come to my blog out of sheer interest and generosity, my blog without ads or sales involved, and I was ever so very pleased to meet a bunch of soul mates with whom I have lost contact and who used to help me out when things went wrong in my own blog powered by Blogger...

 

  So, just to make a rather long story short – long like most of my writing for postmodern standards - and sensing that I am, to say the least, bitterly disappointed and therefore angry, I beg you, dear Mister Google - being, as I am, too, forever grateful to you for giving me the chance of creating this beautiful little blog of mine of more than 500 publications now, among many other things you so smartly make it possible for me to do every single day -, let me tell you this, please, Sir: this blog, I fancy, will be part of my legacy to my own family, at least the part of family that appreciates this that I do and that does not think this is a just a passing fancy or a waste of time, a pretentious hobby to boost my battered ego. So, in short, I beg you, please, Mister Google, help me here! S.O.S., Mr Google, please, please!! I just need you to help me nicely and easily to set my blog right in the right way and to make it possible for me to own my blog.com, though I happen to have been born and to live in Argentina, which, unfortunately, though understandably, is not on the list of countries where this is a viable option...

   Tough luck on me, yet again, you see!

   I really hope you do something to help with these two simple New Year’s wishes I keep in my little jar at home in Buenos Aires!

 


Respectfully and sincerely yours,

 

A boca de jarro


P.S.1: Translation into Spanish available upon request. 

(Dear Reader, please, do yourself the favour of  refraining from trusting blindly  on Google Transaltion services for the sake of my beloved Mother Tongue, Spanish.) 

P.S.2: I deeply regret that the view of my beautiful jar sucks from cell and smart phones but, there again, there's little I can do about to fix it without Blogger's and Google's help...

Thank you so much for taking the time to read!


P.S. I Love You Official Trailer #1 - (2007) HD



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