jueves, 18 de marzo de 2021
"How do you keep the music playing?"
miércoles, 17 de marzo de 2021
¿QUÉ PASÓ?
"Rosario nos lleno de perlas...
Esta es una de las más grandes..."
Luis Alberto Spenitta sobre Fito Páez.
"Las Cosas Que Me Hacen Bien"
lunes, 15 de marzo de 2021
Acá estoy, Violinista del Mitre!!!
Sting - "Shape Of My Heart"
Guitarra: Dominic Miller, un argentino en el exterior...
Nacido el 21 de marzo de 1960 en Buenos Aires.
Podemos seguir soñando, violinista!!!
Total, soñar es gratis... todavía.
En una de esas... ¿quién te dice?
Vos terminás tocando a dúo con Dominic,
y yo, yo le traduzco a Sting ;)!!!
Como si mi vida, de pronto, se convirtiera en una novela, me hice amiga del Violinista del Mitre en el tren este mediodía, y por querer escuchar "Shape of My Heart" completa, me pasé una estación.
El arte es un viaje de ida, y vos, Violinista, resonás como yo...
Acá te dejo mi partitura...
El violinista del Mitre
Ese sos vos, ficcionado por mi mirada y mi pluma, por supuesto...
Gracias por tu ARTE !!!
Sos un ARTISTA, HERMANO!!!
El día que me quieras Electrotango by Benny Blackall
A boca de jarro
sábado, 13 de marzo de 2021
Mi credo poético
Creer en el colibrí
Creer en el colibrí, en su aleteo febril,
Trasplantar todo un cantero en flor, bajo el sol de pleno enero,
Contra la jardinera sapiencia de mi bendita ancestría,
Contra la contrariedad de toda la sombra del árbol familiar...
Y, aún así, perfumarlo
en las macetas de barro de ese jardín
urbano que yo enaltecí.
Creer en el colibrí, en que por fin llegará a mí,
hacerle ofrendas de azúcar y pétalos resecos,
esperarlo, de rodillas,
orando al pie de un viejo banco heredado,
canturrearle mi poesía y, de pie, al alba,
ahora,
en el ocaso de mi fértil fémina cincuentena,
esperarlo con manos tendidas,
con ojos cansados,
oídos alerta,
corazón en mano,
por horas, por días, por meses, por años.
Creer en el colibrí,
desear atar a mi pluma de su aleteo
sutil,
despertar de madrugada,
con sus alas de colores pintadas hasta en mis párpados,
bajar las escaleras, a pie juntillas, a oscuras,
a escondidas de los ojos de los míos
que descreen que ha de venirme un día.
Salir al jardín, invocarlo,
a
boca de jarro, como me sale a mí...
Intentar volcar su vuelo en el papel de un anotador
gastado,
sólo por verlo volar sobre mi vida
por fin.
Creer en el colibrí:
Un acto de fe cotidiano;
Creer en el colibrí.
Desear cada día su caricia;
Vivir para aprender, como él, a volar
descalza, aleteando el mero instante fugaz .
Este es mi credo poético,
mi poesía de vida,
esto es para lo que yo nací.
en febrero 2021.)
A boca de jarro
martes, 9 de marzo de 2021
Klimt : el pintor de la femineidad al desnudo
Madre, imágenes enmarcadas y detalles tomadas de http://www.gustavklimtcollection.com/ |
( "Sin contrarios no hay progreso.")
Gustav Klimt fue el más famoso de los artistas austríacos de su tiempo y el primer presidente de un movimiento de rebelión artística conocido como la Secesión vienesa, la figura más representativa del modernismo pictórico (Jugendstil) en el mundo de habla alemana, en un momento de transición en el que la capital cultural del mundo dejaría de ser Viena, su ciudad natal, para convertirse en París. Su arte no se habría visto envuelto en los escándalos y el rechazo academicista y crítico con el que se enfrentó si Klimt lo hubiese desplegado en una París que, a partir del fin de la Primera Guerra, fue el refugio de todos los grandes del arte en sus diversas expresiones y nacionalidades. Pero Klimt no sería el artista que es de no ser por la actitud con la que enfrentó a esa oposición que inevitablemente le dió mayor fuerza a su expresividad. De la vista de la película acerca de su vida, "Klimt", dirigida por Raoul Ruiz y protagonizada por John Malkovich, poco queda claro sobre su vida más allá de que los críticos y los académicos con sus repetidos "no" le importaban un bledo, y que en la esfera íntima fue desprolijo, como la inmensa mayoría de los grandes artistas de todos los tiempos: sus lazos familiares fueron tormentosos, fue promiscuo y enfermó de sífilis por serlo, dejó un tendal de hijos no reconocidos, y se trataba de una personalidad compleja, provocativa, díscola, que no transó con la hipocresía, ni la ignorancia, ni el miedo a ser auténtico a lo que envisionaba como arte y belleza.
Podría haber optado por una vida más cómoda. Nació en cuna de oro, ya que su padre, Ernst Klimt, era un orfebre que orientó fuertemente a sus tres hijos varones hacia su mismo camino profesional. Es el oro y la rebeldía para con el mandato paterno y social de su tiempo lo que descolla en sus trabajos y lo que le da un toque único, personalísimo y magistral a toda su descomunal obra:
Higiea, fragmento de "Medicina", 1907. |
Detalles de láminas de oro en "El beso", 1908. |
Los exponentes vieneses de la Secesión querían dar a su arte una expresión despojada de tapujos y lograr algo propio, sin caer en la imitación de lo foráneo, pero siendo fuente de inspiración y análisis en una Viena en la que la Academia de Arte decidía qué era aceptable y que era rechazado de plano: una actitud poco artística si las hay. Desde muy joven, Klimt trabajó por encargo para casas de renombre en el apogeo del imperio Austrohúngaro y ganó el respeto y la admiración de la exigente y entendida sociedad vienesa: se convirtió en "el elegido de los elegidos". Hasta que se le encomendaron trabajos para la Universidad de Viena, y allí comenzaron las rupturas y los escándalos. Se mantuvo firme en abandonar la norma y se empecinó en plasmar la desnudez erótica, que se convirtió en su motivo supratemporal por excelencia. Al negarse a seguir la línea que se intentó imponerle, y aún habiéndole dedicado diez fecundos años de trabajo, atravesados por críticas antisemitas acerca de su supuesta "desfachatez judía" e histerias nacionalistas, se abrió del proyecto devolviendo todos los honorarios cobrados y decidiendo presentarlo al público bajo el lema: "A mis críticos".
Peces de Oro, 1902. |
El abrazo entre el hombre y la mujer se convirtió también en un motivo recurrente en su obra, y se catapultó a la gloria en El beso, "una oda a la humanidad", combinación perfecta entre oro, plástica y expresividad, una obra monumental de carácter simbólico que representa la unión mística, lírica y carnal del hombre y la mujer.
Sus retratos reflejan todas sus aventuras amorosas con mujeres prohibidas y capturan la esencia de una femineidad que empezaba a asomar, igual que un nuevo mundo: la nueva clase de mujer desafiante, extrovertida, sensual y tentadora no solo por su cuerpo sino por su elegancia, su gusto por los adornos y su conexión profunda con un mundo líquido, subterráneo, etéreo y erótico que tan bien supo plasmar en sus retratos femeninos vestidos o al desnudo.
Adele Bloch-Bauer I, 1907 , detalle |
Pero sin dudas lo que más me asombra de este genial exponente de la pintura contemporánea es su penetrante visión del mundo femenino que también materna, como quizás él se haya sentido maternado por tantas mujeres que pasaron por su vida fugazmente. Es la imagen a la vez sensual y tierna de una mujer que conoce los ciclos de la naturaleza desde su estado embrional y que precisa de una red humana de contención en el acto de dar y cuidar vida: no hay nada como la serie de pinturas que ilustran lo que las mujeres descubrimos para nuestro asombro entre el rito iniciático del amor carnal y el sagrado instante en el que devenimos madres acerca de los secretos de las puertas de la vida que se nos abren al parir y nos conectan con ciertas visiones que entrelazan mundos concretos, de formas, color, piel, olor, fluídos y memorias latentes, con mundos sutiles de sensaciones ancestrales, emociones intensas, visiones místicas, presagios oníricos y certezas etéreas que transmutan la percepción sensorial y potencian nuestro erotismo.
|
Las tres edades de la vida, 1905. |
Muerte y vida, 1916. |
lunes, 8 de marzo de 2021
Double-think...Think twice...
“Sanity is not statistical.”― George Orwell, 1984
“Nothing was your own except the few cubic centimetres inside your skull. ”
― George Orwell, 1984
“We shall meet in the place where there is no darkness.”― George Orwell, 1984
"Sometimes, Winston. Sometimes they are five. Sometimes they are three. Sometimes they are all of them at once. You must try harder. It is not easy to become sane.”
― George Orwell, 1984
“Reality exists in the human mind, and nowhere else.”
― George Orwell, 1984
“Doublethink means the power of holding two contradictory beliefs in one's mind simultaneously, and accepting both of them.”
― George Orwell, 1984
sábado, 6 de marzo de 2021
Yo soy
Yo soy.
Comienzo los días
de una vida que, a ratos, se me hace vacía
intentando no identificarme
con aquello que el mundo
dice que yo soy,
con lo que lleva sello en mi documento,
en todos mis diplomas,
en mi libreta roja de casamiento,
en mi negro registro de conductora
de un vehículo que yo ni siquiera conduzco,
y que no deseo poseer para probar que soy.
Yo soy.
Puedo enumerar una larga lista
de habilidades, de capacidades y de derroteros:
lenguas, palabras, alhajas,
empleos,
nombres, lugares, pinturas,
sabores, olores, colores,
árboles, poemas, todas las canciones
que me subyugaron,
que me prometieron
muchísimo más de lo que me dieron,
y esta soy yo: yo soy la que escribe su definición.
Yo soy.
Yo no soy aquello que decido ser.
Yo no soy aquello que adoro hacer.
Yo no soy quien otros creen que yo debo ser.
Y sé muy bien quien soy,
aunque yo no tenga una definición.
Soy un núcleo líquido en el que navego
cuando la marea de esta vida adulta
por fin se sosiega, por fin se me aquieta,
cuando el flujo cede en honda sintonía con mis propias lunas,
y puedo gozar en mis aguas mansas,
y puedo ser yo en mis playas blancas, desnuda.
Entonces me paro frente a mis espejos
y me veo en todo lo que ahora descreo:
esa imagen vana, que es sólo un reflejo,
y todas las premisas que se me han dispuesto
para ser quien soy,
viernes, 5 de marzo de 2021
¿Por qué llorar por vos?
Arrecifes de luna
Bajo el poniente sol
Norte, Noroeste, rocas Feroe
Bajo el fuego polar
En mares de silencio
Grito desgarrador
Helado en este amarre
¿Podré zarpar?
¿Por qué, por qué llorar por vos?
Desangre de color
Sobre el lecho del mar
Navego sin timón
La nada se hace eterna
¿Podré zarpar?
¿Por qué, por qué llorar por vos?
Las tinieblas me ciñen
En los mares sin dios
Todo cae sobre mí
Y me hunde para siempre
¿Por qué creer?
Veo tu rostro aquí
Estrellas que se mueven
¿Por qué pensar en vos?
¿Por qué, por qué, por qué llorar por vos?
¿Querrías verme así?
¿Qué me querrás decir
Con "Te amé a mi manera"?
¿Por qué creer?
¿Por qué, por qué llorar?
¿Por qué llorar...?
Ane Brun and friends perform "Why Should I Cry For You?"
at the Polar Music Prize 2017
A boca de jarro
miércoles, 3 de marzo de 2021
El violinista del Mitre
Amedeo Modigliani - "Juan Gris" Retrato, 1915, Metropolitan Museum of Art
Todos sentados con la boca oculta detrás de nuestros barbijos, como ovejas con bozal de un rebaño sin pastor, sin cura, sin vacuna y sin destino. Algunos miramos por la ventana al Buenos Aires devenido en páramo, una triste sombra del querido que ha sido. Otros no sacan sus ojos de la pantalla adictiva de sus celulares, en busca de otra app para obtener el permiso que tenemos que tener para que se nos permita transitar el territorio en el que hemos nacido, y al cual, aún sin libertad, seguimos edificando, intentando sanar, educar, aprender, vender - pese a todo y mal que les pese -, día a día, a fuerza de trabajo honrado, forzado, mal pagado, y se me hace que hay que sacar permiso hasta para pensar, para ponerlo en términos borgianos. Muchas veces este vagón de tren se me hace, en verdad, orwelliano, y "me percibo" Winston, encerrado en el cuartucho 101 bajo las luces del torturador que desde la app de mi celular - que, bajo esta luz porteña de hoy, me obnubila -, me pregunta por mi género, cuando Gran Hermano predica que eso es mera percepción: ¡menuda contradicción! Entonces viajo atrás en el tiempo, pero voy más allá de 1984, porque este cuento no me lo contaron: lo viví yo acá mismo, y es una película de terror que se repite en la pantalla a pesar de que no todas las ovejas de la granja se percatan ni se rebelan, una pesadilla recurrente que me despierta de madrugada, empapada de sangre, sudor y lágrimas.
En eso siento un vibrar de cuerdas tenue en mis oídos, levanto los ojos de mi celu, y me encuentro con los ojos de un artista de las cuerdas, con su mirada cansada, herida, y con su violín al hombro y un carrito donde carga con su amplificador y su netbook, plateada y baqueteada, con las pistas preparadas. Viste de gris, y grises son las ojeras que se asoman por sobre su barbijo gris, que denotan una pena, la ruidosa desazón del estigma que reclama ser tocado y sanado de alguna que otra manera. Todo en él exuda la cristiana tristeza del estigma. Saluda, y nadie mira, nadie escucha. Quito mis auriculares de las orejas - que me auxilian a la hora de evadirme de los riesgos que estoy corriendo al usar transporte público en la tierra de los permisos digitales para obnubiladas ovejas acorraladas por siniestros empleados del Ministerio del Nosepuede que esperan en los andenes para llevarnos al matadero cuando nos cazan con el permiso del voto sin el permiso de subir al tren.
by Shan Hur (@shanhur) #shanhur #tambaran2gallery |
Clavo la vista en las clavijas del terciopelo del instrumento, que él afina con destreza y dedos finos y largos, como sacados de una pintura de un Modigliani, pancita cervecera, pelo revuelto y uñas largas pero limpitas, como nos han enseñado en casa a tantos. Presenta su próxima pieza. Aún me quedan dos estaciones para llegar a destino. Deseo ferviente de no llegar nunca, de escucharla toda, entera. Y se abre, estalla, majestuosa, en el vagón adormilado e indiferente del ferrocarril Mitre rumbo a Retiro, "Seminare", y se recrea toda mi adolescencia, aquel grito de rebeldía ante una dictadura que ha vuelto a perpetrarse en esta tierra, de donde, ahora, son mis hijos quienes quieren irse. ¡Qué gran tristeza me embarga! Cuánto resueno con esta melodía cuya letra casi ya he olvidado de tanto seminario andado en tristezas, decepciones y fracasos. Me pongo de pie, manoteo un veinte todo arrugado, descolorido, devaluado, tal como el arte que encarnamos. Se lo pongo en su bolsito gris y le digo:
- Me alegraste el viaje... El día, la vida entera, te diría.
Palpa mi alma por mis gustos musicales. Le doy la misma respuesta que al de la guitarra de la otra vez, respuesta ensayada, por no pecar de demasiado entusiasta, de desubicada, siempre temiendo ser mal leída por loca, por puta, pero me lo llevaría a casa, sí, claro, yo lo adoptaría, para calmar esta sed de maternar arte, esta abstinencia feroz de museos y de libertad de movimiento que me quema como el sol de este mediodía. Y no puedo evitar la intrusión del pensamiento en medio de la emoción que me embarga y que me pone en deuda con mi fe: nuestros pastores deberían adoptar a las ovejas descarriadas en lugar de dar sermones desde sus altares blanqueados en sus huérfanos templos abarrotados de arte y tantas veces cerrados bajo candado tras negras rejas.
- Me va casi todo de lo bueno. Pero me puede Sting.
Se abren las puertas en el vagón del Mitre. Tengo que dar el paso para irme al trabajo y dejar a mi arte afuera, porque el arte no es trabajo, tal como nos han enseñado.
Camino bajo el sol del mediodía en la ciudad de la furia. Arranca el tren. Y reverberan en el andén semi desierto los acordes de "Shape of my heart". Alguna vez yo la traduje, ahora que pienso, pero casi ni me acuerdo. Y se me hace que la escucho en la versión que yo traduje, cantada en español por una bella voz, no la que encontré en YouTube, precisamente, en ese tren que jamás me llega, pero en este viaje acompañada por la ejecución perfecta del violinista del Mitre.
Soda Stereo - En La Ciudad De La Furia (Gira Me Verás Volver)
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no estén nublados por el anhelo."