martes, 2 de marzo de 2021

Se ofrece recompensa (En tiempos de Pandemia)





Se ofrece recompensa
a persona que encuentre
los pasos extraviados
de Libertad Perdida.

Llegaba de mañana
para abrirme las puertas,
a vencer mis picaportes
sin temor a la muerte.

Y cuando anochecía
-la hora de mi angustia-
me regalaba abrazos
y no de los virtuales.

Busqué en las calles vaciadas,
busqué en las avenidas,
en los templos cerrados,
la busqué en tu ventana.

No hallo rastro de ella,
ni siquiera dormida...
Solía yo soñarla
y ella me amanecía.

A quien pueda orientarme
prometo recompensa:
una sonrisa amable,
sin tapabocas mediante,

una cena íntima y amena,
sin el toque de queda,
sin ningún desinfectante,
un brindis en confianza

un fuerte abrazo, largo, largo, largo,
un apretón de manos,
un beso en la mejilla,
la razón de seguir vivos.




A boca de jarro

lunes, 1 de marzo de 2021

Words have power: Set me free!

 



“If there's a book that you want to read, 
but it hasn't been written yet, 
then you must write it.”  



“You wanna fly, you got to give up the shit that weighs you down.” 



“Freeing yourself was one thing, claiming ownership of that freed self was another.” 




You think because he doesn't love you that you are worthless. You think that because he doesn't want you anymore that he is right - that his judgement and opinion of you are correct. If he throws you out, then you are garbage. You think he belongs to you because you want to belong to him. Don't. It's a bad word, 'belong.' Especially when you put it with somebody you love. Love shouldn't be like that. Did you ever see the way the clouds love a mountain? They circle all around it; sometimes you can't even see the mountain for the clouds. But you know what? You go up top and what do you see? His head. The clouds never cover the head. His head pokes through, beacuse the clouds let him; they don't wrap him up. They let him keep his head up high, free, with nothing to hide him or bind him. You can't own a human being. You can't lose what you don't own. Suppose you did own him. Could you really love somebody who was absolutely nobody without you? You really want somebody like that? Somebody who falls apart when you walk out the door? You don't, do you? And neither does he. You're turning over your whole life to him. Your whole life, girl. And if it means so little to you that you can just give it away, hand it to him, then why should it mean any more to him? He can't value you more than you value yourself.”






domingo, 28 de febrero de 2021

Miedo en pandemia


 
"No tengas miedo", te dije,

y te tomé de la mano, 

como cuando, por el miedo, 

no conciliabas el sueño

y yo me quedaba velando...


¡Qué estupidez dar la orden

de no temerle a ese monstruo,

como si algún humano sensato

pudiera así controlarlo!


Ese linyera sin ojos,

oloroso y desdentado,

que carga con bolsa de yute

y la lleva bajo el brazo


va por los niños de noche:

es "el Señor de la bolsa",

con quien a tantos aún nos corren,

y es implacable de noche.

 

Y, de grande, te atormenta

con ansiedad, con insomnio,

palpitar de boca seca,

y hasta en el alma temblores.


Yo sólo puedo decirte

que ese miedo nos habita

y tenemos que enfrentarlo:

¡aquí te ofrezco mi mano!

 

 

Para derribarlo juntas,

para, con velas, quemarlo,

para sacarle la lengua

y para, juntas, reírnos


de su siniestra presencia

que hoy reina aquí en nuestra tierra,

tras nuestros barbijos COVID,

y hasta el confín de la tierra.

 

Mirá a tu hermano, hija mía,

con su remera del Diablo,

parece transfigurado,

de San Ignacio colgado

 

descubriendo su coraje

al soltar la mano de ese

que lo tenía enjaulado

y haciendo brillar su rostro

en la luz de su trabajo.


A boca de jarro

viernes, 26 de febrero de 2021

Elegía

Caetano Veloso- "Elegia 1938", texto de Carlos Drummond de Andrade

 

Elegía 1938

 

Trabajas sin alegría para un mundo caduco

donde las formas y las acciones no encierran ningún ejemplo.

Practicas laboriosamente los gestos universales,

sientes calor y frío, falta de dinero, hambre y deseo sexual.

Héroes llenan los parques de la ciudad en que te arrastras,

y pregonan la virtud, la renuncia, la sangre fría, la concepción.

De noche, si hay neblina, abren paraguas de bronce 

o se recogen en los volúmenes de siniestras bibliotecas.

Amas la noche por el poder de aniquilamiento que encierra 

y sabes que, durmiendo, los problemas te dispensan de morir.

Pero el terrible despertar prueba la existencia de la Gran Máquina

y vuelve a ponerte, pequeñito, frente a indescifrables palmeras.

Caminas entre muertos y con ellos conversas

sobre cosas del tiempo futuro y negocios del espíritu.

La literatura arruinó tus mejores horas de amor.

Al teléfono perdiste mucho, muchísimo tiempo de sembrar.

Corazón orgulloso, tienes prisa en confesar tu derrota 

y postergar para otro siglo la felicidad colectiva.

Aceptas la lluvia, la guerra, el desempleo

y la injusta distribución porque no puedes, solo,

dinamitar la isla de Manhattan.


Carlos Drummond de Andrade (Itabira, Minas Gerais, 1902-Rio de Janeiro, 1987) es considerado de forma casi unánime el poeta brasileño más importante del siglo XX, cabeza visible de la segunda generación del Modernismo de aquel país. Impulsó definitivamente el uso del verso libre y los temas provenientes de la cotidianidad y la biografía. 

 


Caetano Veloso - "Fina Estampa" Ao Vivo

 

 

 

A boca de jarro

 

 

 

 

lunes, 22 de febrero de 2021

Es así como te rezo


 Adela Carmen Terenti: Descansá en Paz

Esta es mi versión en español de 
esta bella poesía hecha canción y oración de Sting, 
mi artista favorito. 
Se la dedico a mi madre 
en el día en el que, finalmente, 
me despido de sus cenizas, 
aunque no de su nombre, 
porque será el mío para siempre
y cada vez que lo invoque.

María Fernanda Paz Terenti


Siempre que tu nombre invoco 

Siempre que tu nombre invoco
Siempre que tu rostro evoco
En cada pedazo de pan que como
En cada dulce sorbo de vino que tomo
Siempre que me embarga tu recuerdo 
Siempre que se arregla algo roto
Siempre que dudo de vernos de nuevo


Siempre que por fin me recuesto
Siempre que pongo mi mente en reposo
Siempre que algo me hiere y lloro
Siempre que, insomne, te lloro
Siempre que me arrodillo y oro
Siempre que quiero encontrar el modo
Es tu nombre al que invoco


Siempre que la luna se oculta tras nubarrones oscuros
Siempre que el mundo se me hace extraño
Sé que es tiempo de que cambie algo


Siempre que tu nombre invoco
(Siempre que tu nombre invoco)
Es así como te rezo
De dicha inusitada me colmo
Siempre que al fin me recuesto
Siempre que intento dar paz a mis pensamientos
Siempre que me siento herido y lloro
Siempre que, insomne, te lloro
Siempre que caigo abatido
Mas allá de aquello en lo que ya no creo
Siempre que tu nombre invoco 
Siempre que tu nombre en voz alta invoco
Es así como te rezo

Siempre que el mundo me amarga
Siempre que una lágrima se me escapa
Siempre que la tele me enfurece
Siempre que el miedo me estremece
Siempre que el cielo anuncia tormenta
Siempre que pierdo mi razón de vida
Siempre que dudo de verte de nuevo

Siempre que el sol no asoma en mi cielo
Siempre que cae un tremendo aguacero 
Siempre que pierdo aquello que creía propio
Siempre que de dolor cierro mis ojos
Siempre que me arrodillo en oración
Siempre que quiero encontrar el modo
Es tu nombre al que invoco

Siempre que me angustia el ocaso
Siempre que me sé vulnerable y pequeñ@
Siempre que siento que podría morir hoy mismo
Siempre que mis lágrimas reprimo

Siempre que tu nombre invoco
Siempre que tu rostro evoco 
Siempre que tu nombre invoco
Es así como rezo


Siempre que tu nombre invoco
Siempre que tu rostro evoco
En cada pedazo de pan que como
En cada dulce sorbo de vino que tomo
Siempre que al fin me recuesto 
Siempre que pongo mi mente en reposo
Siempre que me siento herido y lloro
Siempre que, insomne, te lloro,
 
Siempre que caigo abatido
Mas allá de aquello en lo que ya no creo
Siempre que tu nombre invoco
No importa cuánto tiempo demore
Algún día nos reencontraremos
Siempre que invoco tu nombre
Que nadie jamás se equivoque
Ese día durará por siempre



A boca de jarro

sábado, 20 de febrero de 2021

El muro de mis lamentos



"Milonga del moro judío", Jorge Drexler


"Por cada muro un lamento
En Jerusalén la dorada
Y mil vidas malgastadas
Por cada mandamiento
Yo soy polvo de tu viento
Y aunque sangro de tu herida
Y cada piedra querida
Guarda mi amor más profundo
No hay una piedra en el mundo
Que valga lo que una vida

Yo soy un moro judío
Que vive con los cristianos
No sé que dios es el mío
Ni cuales son mis hermanos

No hay muerto que no me duela
No hay un bando ganador
No hay nada más que dolor
Y otra vida que se vuela
La guerra es muy mala escuela
No importa el disfraz que viste
Perdonen que no me aliste
Bajo ninguna bandera
Vale más cualquier quimera
Que un trozo de tela triste

Yo soy un moro judío
Que vive con los cristianos
No sé que dios es el mío
Ni cuales son mis hermanos

Y a nadie le dí permiso
Para matar en mi nombre
Un hombre no es más que un hombre
Y si hay dios, así lo quiso
El mismo suelo que piso
Seguirá, yo me habré ido
Rumbo también del olvido
No hay doctrina que no vaya
Y no hay pueblo que no se haya creido el pueblo elegido"


A boca de jarro

jueves, 18 de febrero de 2021

¿Quién dijo?


Para los corazones perdidos en esta pandemia





"¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Tanta sangre que se llevó el río
Yo vengo a ofrecer mi corazón

No será tan fácil, ya sé que pasa
No será tan simple como pensaba
Cómo abrir el pecho y sacar el alma
Una cuchillada de amor

Luna de los pobres, siempre abierta
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Como un documento inalterable
Yo vengo a ofrecer mi corazón

Y uniré las puntas de un mismo lazo
Y me iré tranquila, me iré despacio
Y te daré todo y me darás algo
Algo que me alivie un poco más

Cuando no haya nadie cerca o lejos
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Cuando los satélites no alcancen
Yo vengo a ofrecer mi corazón

Y hablo de países y de esperanzas
Hablo por la vida, hablo por la nada
Hablo por cambiar esta, nuestra casa
De cambiarla por cambiar nomás

¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón"
                                                                           Fito Páez

Escuchala!!!

miércoles, 17 de febrero de 2021

Te digan las rosas...


               (Para mi Rosa, que desde los pétalos de su adolescencia ignora que su mamá fue rosa hace un tiempo también...)



  "Te digan las rosas todo lo que yo te quería decir", leía la esmerada tarjeta, en cuidada y masculina cursiva, que llegó a su oficina coronando un magnífico ramo de rosas rojas aquella mañana después de la noche en la que se habían citado por primera y única vez. 

-Pobre tipo, sus buenos mangos le habrán costado...

La llamó por la tarde, confiado de haberla ganado. Ella puso mil excusas, que hoy estaba cansada, que mañana no podía, que el fin de semana se le complicaba. 

- ¿Qué pasa, linda? ¿No te gustaron las rosas?

- Es que a mí las rosas no me dicen nada...



A boca de jarro

domingo, 14 de febrero de 2021

Los secretos culinarios del amor

"La vida entera transcurre en la cocina."

Marcela Serrano, "Nosotras que nos queremos tanto".





Los secretos del amor son culinarios:
en el amor, igual que en la cocina, 
 se bate, se amasa, se tamiza,
 se revuelve, se vierte, se alisa,
se rellena, se decora y se atempera;
las cosas claras y el chocolate espeso.  

El horno no está siempre para bollos
y a veces todo sólo sabe a nada,
otras, en cambio, la boca se hace agua,
pasan días sin comerla ni beberla,
noches en que, con aguardiente, nada se siente,
 hambrunas y tiempos más fartucos.

En la cocina, igual que en el amor,

algunas veces te cuelgan la galleta
y las migas que te dejan son eternas,
otras, el hambre se junta con las ganas,
picoteando te arruinan la comida
y quien atiza el fuego es el demonio.

"Lo que no engorda, mata", decía mi abuela 
 - una ley aplicable en el amor.
Quiero morir, mi bien, 
plena de pulpa y pimienta,
de mariposas la panza llena,
y en la cocina, flotando en tu olor.




A boca de jarro

sábado, 13 de febrero de 2021

El cuento perfecto




"A la deriva"Cuentos de amor de locura y de muerte, Horacio Quiroga, 1917


"El hombre pisó algo blanduzco, y enseguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante, y al volverse con un juramento vio una yararacusú que arrollada sobre sí misma esperaba otro ataque.

(...)

El hombre estiró lentamente los dedos de la mano.


-Un jueves..


Y cesó de respirar."



Decálogo del perfecto cuentista de Horacio Quiroga (1927)


I. Cree en el maestro – Poe, Maupassant, Kipling, Chejov – como en Dios mismo.

II. Cree que tu arte es una cima inaccesible. No sueñes en dominarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás, sin saberlo tú mismo.

III. Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que cualquier otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia.

IV. Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.

V. No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado las tres primeras líneas tienen casi la misma importancia que las tres últimas.

VI. Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: "Desde el río soplaba un viento frío", no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de las palabras no te preocupes de observar si son consonantes o asonantes.

VII. No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él, solo, tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.

VIII. Toma los personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta aunque no lo sea.


IX. No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue has llegado en arte a la mitad del camino.


X. No pienses en los amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si el relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento.


Horacio Quiroga: (Salto, Uruguay, 1878 - Buenos Aires, Argentina, 1937)
Cuentista, dramaturgo y poeta rioplatense, considerado el maestro del cuento latinoamericano, de prosa vívida, naturalista y modernista. Sus extraordinarios relatos retratan la naturaleza bajo temibles rasgos y la presentan como enemiga del hombre, lo cual brinda una hondura épica y hasta trágica inusitada a sus personajes.
Vivió en su país natal hasta la edad de 23 años, momento en el cual, luego de matar accidentalmente a su mejor amigo, decidió emigrar a la Argentina, donde vivió 35 años —hasta su muerte—, y donde se casó dos veces, tuvo sus tres hijos, además de ser el lugar donde desarrolló la mayor parte de su obra. Mostró una eterna pasión por el territorio de Misiones y su selva, adonde se asentó en dos oportunidades y cuyo entorno trasladó a la trama de muchos de sus escritos, principalmente en "Cuentos de la selva".
La vida de Quiroga, marcada por la tragedia, los accidentes y los suicidios, culminó por decisión propia, cuando bebió un vaso de cianuro en el Hospital de Clínicas de la ciudad de Buenos Aires a los 58 años de edad, tras enterarse de que padecía cáncer de próstata.

Obras destacadas:



Diario de viaje a París (Testimonio y observaciones), Montevideo, 1900. 
Los arrecifes de coral (Prosa y verso, El Siglo Ilustrado), Montevideo, 1901.
Cuentos de amor de locura y de muerte, Buenos Aires, 1917. 
Cuentos de la selva, Buenos Aires, 1918.
Anaconda, Buenos Aires, 1921. 
El desierto, Buenos Aires, 1924.
Los desterrados, Buenos Aires, 1926. 







A boca de jarro

jueves, 11 de febrero de 2021

Mi guitarra

 


   Fui a la tienda por más palo santo para quemar.

Estaba sentado en la penumbra, entre esencias, ensimismado en su celular. Levantó sus ojos tristes y su bella melodía tocó el oído de mi afinado corazón, que va por las calles del barrio llorando a gritos mudos, partido de dolor.

-¿Vos ya habías venido por acá, no? - me preguntó, desde la defensa de su mirada esquiva de adolescente herido.

- Sí, vine hace unas semanas, pero me atendió un señor mayor, tu abuelo...

-No, ese señor es mi papá... No, todo bien, no te preocupes, todos se confunden...

Tuve que reparar el quiebre intermitente que mi presunción apresurada había generado en la conexión que los dos necesitamos. Entonces eché mano a su guitarra.

-Vos estabas con tu guitarra recién arreglada. ¡Es hermosa tu guitarra!

-¡Ah, sí, mi guitarra! Ya hace tiempo que no la toco. Ese día volvíamos del luthier, de hacerle cambiar una cuerda. Llevaba meses rota, pero en los primeros meses de la pandemia no había dónde llevarla a arreglar.

Y supe más, y, esta vez, mejor. Creo que supe todo, aunque ya debería haber aprendido a dejar de suponer que sé tanto.

-¿Vos componés?-, lo interrogué, con una sonrisa que, por estos días, me duele como una queja.

-Sí... bah...  yo... hace rato que no escribo... con esto de la pandemia... ¿Viste cómo fue?

Fue como un relámpago de revelación divina, una epifanía literaria bien ejecutada, instantánea y fugaz, honda y reverberante, casi perfumada. Fue como ver mi propia sombra resonando en su mirada esquiva.

-Vos sos un artista. Tenés que componer.

Se me cagó de risa con el desparpajo del que se desconoce en su más profunda esencia inexorable - de quién aún no sabe de qué madera está hecho -, mientras me embolsaba el palo santo que yo estaba a punto de pagarle. Entonces fui por más:

-Igual que mi hijo, te me cagás de risa en la cara. Creéme, yo sé lo que te digo: vos naciste artista. 

Lo sentencié: un hachazo de vida y muerte directo al corazón.

Se quedó colgado, prendado, me indagó en mis gustos musicales, me palpó el alma con sus ojos tristes, porque en ella se encontró con su propio eco de cuerdas gruesas, borbona letal. Fue mucho para procesar en mi primera tarde de caminata después de meses de encierro mental. Me prometió que, la próxima vez que vaya por palo santo, me la va dejar tocar.


Javier Limón, Juan Luis Guerra, Nella - Mi Guitarra (Lyric Video)




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