martes, 22 de diciembre de 2020

Duelar

ADVERTENCIA AL LECTOR DEL AUTOR Y EDITOR

EL SIGUIENTE TEXTO ES TAN LARGO COMO SUELEN SER LOS DUELOS...



   En mi caso, duelar,- y me doy el permiso, entre otros tantos permisos que me voy concediendo en mi duelo,  de decir y de escribir "duelar", aún sin el permiso de la RAE, porque me suena como un proceso más activo que el decir simplemente "estar de duelo", que suena como algo más pasivo aunque tal vez más aceptado socialmente y convencional- , digo, duelar es transformar el dolor en autosanación. 

Para mí, duelar viene siendo una montaña rusa de sensaciones y de emociones fuertemente displacenteras: enojo, miedo, tristeza, angustia - que incluso percibo físicamente en un angostamiento en la garganta y un espantoso vacío en la panza que me avanza a través de la ansiedad - que perturba mi apetito y mi sueño -, algo de euforia, soledad, culpa e, inclusive, no sin vergüenza, confieso, repulsión. El ponerle nombre y conectar con todo este ramillete de emociones es otro permiso más que me doy como herramienta de sanación en mi duelar.

Pero - y, muy posiblemente, a raíz de este duelo - , noto que voy descubriendo con el paso de los días que también este estado de profundo desasosiego en el alma, plagado de emociones poderosas, me brinda herramientas para mi propia sanación: la compasión es, sin dudas, la más valiosa de todas las que van apareciendo en este tiempo en el que aún no hace un mes de la muerte que duelo: y conste que no cuantifico el duelo en días o meses, porque entiendo que el duelo y el duelar tienen un tiempo espiritual propio que escapa al tiempo que marca el calendario y al del reloj, y que por eso asustan y perturban aún más, ya que irrumpen en todo aquello que llamamos "rutina" y que nos brinda sosiego.





Compasión, piedad y misericordia están hermanadas con el amor; me permito decir que nacen del amor que jamás muere, el amor que vence a la muerte, un amor que es capaz de conceder el perdón liberador: perdón a los demás por sus fallas y, aún más importante, el perdón que necesitamos darnos a nosotros mismos por las propias, esas fallas que los duelos nos develan...






A propósito de la misericordia dice Anselm Grün, en Las obras de misericordia , un libro que voy leyendo de a poquito en este tiempo de duelo en el que me trato con paciencia y respeto por mis propios tiempos - tiempos los del duelo que no van con los del mundo que me rodea y que suele rodearme - , que es "una certera descripción de lo que Jesús hizo", y yo me permito agregar que la misericordia es lo que todos los grandes líderes espirituales de todos los tiempos nos han enseñado con su ejemplo de vida. Es, sin lugar a dudas, el más importante atributo que le adjudicamos a la divinidad, como sea que la concibamos. Grün dice, y me permito adscribir:

 "Dios es misericordia y amor, es amor misericordioso."

Duelar es descubrir la misericordia por quienes se han ido, por los que quedan y quedamos y por mí misma. Y en ese hallazgo se habilita para mí una fuente enorme de gratitud a la vida: por cada pequeña y gran muerte de cada día, por sus pérdidas y por sus duelos, grandes y chicos, por sus sabias enseñanzas, por las fallas de mis muertos, de los vivos y por las mías, porque gracias a esas fallas humanas que nos atraviesan a todos descubro que puedo seguir creciendo día a día y transformarme en un ser nuevo, naciendo así a una nueva vida para mí, para los míos, vivos y muertos.

El duelo hace que me permita mil cosas que antes me negaba. En lugar de otro vestido negro me fui a comprar uno violetael color que según dicen simboliza sabiduría, creatividad y espiritualidad, misterio y empoderamiento, todos frutos del proceso de duelar. Y me voy a permitir estrenarlo esta Navidad sin mi mamá pero con un pañuelo amarillo, que es un color que no uso habitualmente, y que en su tonalidad dorada concede alegría, optimismo y energía que me hacen falta para llegar a cerrar el duelo y continuar mi camino fortalecida. El duelar se me ha pintado en sueños vívidos de estos colores...




Sin dudas el 2020 ha sido un año de duelos para muchos: aquí me permito decir que lo ha sido para todos en mi tierra. Los abrazo de corazón en sus duelos y les deseo encuentren consuelo: el consuelo es otra herramienta para el alma que algunos seres maravillosos que me acompañan en mi duelo me han regalado y a quienes hoy elijo como familia por la parte de familia que perdí en este duelo, a quienes trabajo en mi interior activamente para perdonar desde la misericordia. 

También, y por último, les regalo el don del consuelo a quienes lean este escrito, sobre todo, a quienes lean en estos tiempos de fiestas que muchas veces no parecen coincidir con los tiempos del alma, a quienes queden bebiendo de mi jarrito luego de un largo tiempo de sequía y de haber dado por muerto a este blog y a este permiso que me vuelvo a conceder de jugar con las palabras, que no son otra cosa que llaves que abren puertas en el alma y que son fuente de sanación espiritual, un blog al que me permití resucitar en este duelo a pesar de que muchos insisten con que los blogs han muerto y aunque casi así lo crea yo misma: resucitar al blog para reapropiarme del legado en vida de mi palabra escrita, aunque ya muy pocos queden para leerla y aún menos que crean que me conduce a algún lugar que valga la pena el trabajo y el tiempo que le dedico con tanto amor al arte de reescribir mi alma. Me permito descreer de todos sus juicios negativos para ser yo en mi esencia sin importar lo que diga o piense el mundo como parte de mi duelar. Me permito escribir para no ser más que yo en mi propia soledad y en mis desvelos de tiempos de duelo y de duelar quien se lea. Y si alguien lee también le regalo toda mi gratitud por el consuelo y la compañía que en esto busco y que así me brindan.




A boca de jarro     ©A boca de jarro

lunes, 21 de diciembre de 2020

"Next Time Ask More Questions" by Naomi Shihab Nye


Before jumping, remember
the span of time is long and gracious.
No one perches dangerously on any cliff
till you reply. Is there a pouch of rain
desperately thirsty people wait to drink from
when you say yes or no? I don’t think so.
Hold that thought. Hold everything.
When they say “crucial”—well, maybe for them?
Hold your horses and your minutes and
your Hong Kong dollar coins in your pocket,
you are not a corner or a critical turning page.
Wait. I’ll think about it.
This pressure you share is a misplaced hinge, a fantasy.
I am exactly where I wanted to be.

A boca de jarro

domingo, 20 de diciembre de 2020

Encontrando-me

T.S.ELIOT, Four Quartets


Tantas veces
perdida,

perdida-me,
por fin me encuentro
encontrando-me
en el duelo de mi desmadre,
desmadrando-me.
¡Por fin me encuentro!
Luminosamente
encontrando-me, 
 luz que
negadamente
ahora descubro
en mi atardecer:
yo la heredé.
¡Ay, qué legado que me legaste,
legaste-me!

Luz que en mi esencia vives,
que vive-me,
luz que siempre me habitaste
entre negras sombras,
hoy me iluminaste,
¡Ilumina-me!

 Hoy por fin celebro yo tu visita,
 - tu venida, tu llegada, tu partida, tu perdida -,
ungiendo-me

 habitando-me,
visitando-me,
encontrando-me.


Así
perdida,

encontrada,
duelada,  
desmadrada, 
ensombrecida, 
iluminada,
esenciada,  
negada,
atardecida,
heredada,
legada,
encendida,
vivida,

habitada,
celebrada,
visitada,
partida,
perdida,
ungida,
ensombrecida,
encontrada:
(¿re-encontrada? Sí, tal vez...)
 encontrando-me.

Deviniendo mi propia madre,
pariendo-me,
en mi propio ser,
madre-me, 
encontrando-me.

Madre hoy te doy las gracias
por la vida que vos me diste
en mi nacimiento, 
y antes también,
y porque en tu muerte
por fin
renazco yo a mi propio ser,
encontrando-me.

 



Gieco-Sosa-Heredia "Como la cigarra"

Canción de María Elena Walsh, 

Madre de y en las letras 💗


A boca de jarro

sábado, 19 de diciembre de 2020

La llave, Amado Nervo




Esta llave cincelada
que en un tiempo fue colgada
(del estrado a la cancela,
de la despensa al granero)
del llavero
de la abuela,
y en continuo repicar
inundaba de rumores
los vetustos corredores;
esta llave cincelada,
si no cierra ni abre nada,
¿para qué la he de guardar?

Ya no existe el gran ropero,
la gran arca se vendió;
sólo en un baúl de cuero,
desprendida del llavero,
esta llave se quedó.

Herrumbrosa, orinecida,
como el metal de mi vida,
como el hierro de mi fe,
como mi querer de acero,
esta llave sin llavero
¡nada es ya de lo que fue!

Me parece un amuleto
sin virtud y sin respeto;
nada abre, no resuena...
¡me parece un alma en pena!

Pobre llave sin fortuna
...y sin dientes, como una
vieja boca; si en mi hogar
ya no cierras ni abres nada,
pobre llave desdentada,
¿para qué te he de guardar?

Sin embargo, tú sabías
de las glorias de otros días:
del mantón de seda fina
que nos trajo de la China
la gallarda, la ligera
española nao fiera.

Tú sabías de tibores
donde pájaros y flores
confundían sus colores;
tú, de lacas, de marfiles
y de perfumes sutiles
de otros tiempos; tu cautela
conservaba la canela,
el cacao, la vainilla,
la suave mantequilla,
los grandes quesos frescales
y la miel de los panales,
tentación del paladar;
mas si hoy, abandonada,
ya no cierras ni abres nada,
pobre llave desdentada,
¿para que te he de guardar?

Tu torcida arquitectura
es la misma del portal
de mi antigua casa obscura
(que en un día de premura
fue preciso vender mal).

Es la misma de la ufana
y luminosa ventana
donde Inés, mi prima, y yo
nos dijimos tantas cosas
en las tardes misteriosas
del buen tiempo que pasó...

Me recuerdas mi morada,
me retratas mi solar;
mas si hoy, abandonada,
ya no cierras ni abres nada,
pobre llave desdentada,
¿para que te he de guardar?

Amado Nervo



A boca de jarro

viernes, 18 de diciembre de 2020

Una esperanza


“Escribo sin la esperanza de cambiar nada. 
No cambiar nada... 
Porque en el fondo no estamos tratando de cambiar las cosas. 
Estamos queriendo florecer...” 



 Clarice Lispector





Una esperanza, Clarice Lispector


    "En casa se ha posado una esperanza. No la clásica, la que tantas veces se revela ilusoria, por mucho que así nos sostenga siempre. Sino la otra, bien concreta y verde: el insecto. 

Hubo un grito sofocado de uno de mis hijos:

—¡Una esperanza! ¡En la pared y justo encima de tu silla!

Emoción de él, además, que unía las dos esperanzas en una sola, ya tiene edad para eso. Ante mi asombro: la esperanza es algo secreto y suele posarse directamente en mí, sin que nadie lo sepa, y no en una pared encima de mi cabeza. Pequeño desorden: pero era indudable, allí estaba, y más flaca y verde no podía ser.

—Pero si casi no tiene cuerpo —me quejé.

—Sólo tiene alma —explicó mi hijo; y como los hijos son para nosotros una sorpresa, descubrí sorprendida que hablaba de las dos esperanzas.

Por entre los cuadros de la pared, ella caminaba despacio sobre los hilos tenues de sus largas patas. Tres veces, obstinada, intentó salir entre dos cuadros; tres veces tuvo que desandar el camino. Le costaba aprender.

—Es tontita —comentó el niño.

—De eso yo sé bastante —respondí, un poco trágica.

—Ahora busca otro camino. Mira, pobre, cómo titubea.

—Ya lo sé, así es.

—Parece que las esperanzas no tienen ojos, mamá. Se guían con las antenas.

—Lo sé —continué yo, cada vez más desdichada.

Nos quedamos mirando no sé cuánto tiempo. Vigilándola como en Grecia o Roma se vigilaba el inicio del fuego del hogar para que no se apagase.

—Ha olvidado cómo se vuela, mamá, y cree que sólo puede andar así, despacio.

Andaba realmente despacio; ¿estaría herida, tal vez? Ah, no; si hubiese sido así, de un modo u otro correría sangre, conmigo siempre ha sido así.

Fue entonces cuando, presintiendo el mundo comestible, por detrás de un cuadro salió una araña. Más que una araña, parecía «la» araña. Caminando por su tela invisible, parecía trasladarse suavemente por el aire. Quería la esperanza. ¡Pero nosotros también la queríamos, vaya! Dios mío, la queríamos y no para comérnosla. Mi hijo fue a buscar la escoba. Yo, débilmente confundida, sin saber si desgraciadamente había llegado la hora segura de perder la esperanza, dije:

—Es que no se matan las arañas. Me han dicho que traen buena suerte…

—¡Pero ésta va a matar a la esperanza! —respondió mi hijo con ferocidad.

—Tengo que hablar con la empleada para que limpie detrás de los cuadros —dije, sintiendo la frase desviada y oyendo el cansancio cierto que había en mi voz. Después fantaseé un poco sobre cómo sería de sucinta y misteriosa con la empleada; tan sólo le diría: haga usted el favor de facilitar el camino de la esperanza.

Muerta la araña, el niño inventó un juego de palabras con nuestra esperanza y el insecto. Mi otro hijo, que estaba viendo la televisión, lo oyó y se echó a reír con placer. No había duda: en casa se había posado la esperanza en cuerpo y alma. Pero qué bonito es el insecto: se posa más de lo que vive, es un esqueletito verde y tiene una forma tan delicada que explica por qué yo, que tengo la costumbre de agarrar las cosas, nunca he intentado agarrarla. 

Por otra parte, una vez, ahora lo recuerdo, se posó en mi brazo una esperanza mucho más pequeña que ésta. De tan leve que era no sentí nada, sólo visualmente me di cuenta de su presencia. Permanecí absorta en su delicadeza. Sin mover el brazo, pensé: «¿Y ahora? ¿Qué debo hacer?». En realidad, no hice nada. Me quedé extremadamente quieta, como si me hubiese brotado una flor. Después ya no recuerdo lo que pasó. Y creo que no pasó nada."



(Clarice Lispector, Título original"Uma Esperança", 1971)




Clarice Lispector, CUENTOS REUNIDOS, 2008, Siruela, Colección: 
Libros del tiempo, Traducciones del portugués de Cristina Peri Rossi, 
Juan García Gayó, Marcelo Cohen y Mario Morales.

A BOCA DE JARRO

(EN LA TRADUCCIÓN )


De vida y muerte

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Lleva mucha vida
Y mucha muerte
Aprender que morir
Es ley de Vida.

"Sanar", Jorge Drexler

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Los poderes curativos de la pizza


   Hacía tiempo que no nos veíamos y sentí que una pizza ayudaría a derretir el hielo. A mal puerto... Esta chica está muy cambiada; habla y habla todo el tiempo del poder de los alimentos:

Es increíble lo que se adelgaza cuando eliminás las harinas de tu dieta. También tomo mucha agua: casi dos litros por día, y así elimino las toxinas. La piel también me lo agradece cada mañana. Frutas frescas al desayuno y las secas, antes de ir a la cama... Mucho ajo, apio y mariscos súper frescos garantizan los orgasmos duraderos. Si le agregás semillas a la ensalada, es increíble, pero, te juro, te convertís en multiorgásmica. Con los años, he remplazado carne de cerdo, vaca y pollo por pescado a la plancha, aunque solamente dos veces a la semana, porque está caro. Te aseguro que mis electros de esfuerzo - los que me piden para mis sesiones levanta-glúteos en spinning - son la envidia de mi médico, que, dicho sea de paso, es un bombón de chocolate. A ese sí que me lo como sin preocuparme por nada...

Se fue al baño un momento. Dejó pedida un agua mineral sin gas con rodajas de limón fresco y mucho hielo. Reinaba el silencio. Yo miré por la ventana, como queriendo escaparme a otros tiempos: aquellos días en los que salíamos de cacería por las calles de mi barrio buscando una pizza. Eran días en los que no existía el delivery y en los que nadie se asustaba si dos chicas iban comiéndose una porción de pizza grasosa por la vereda, camino a casa y de la caja...




Pese a todo lo que se diga de la harina, yo aún creo en los poderes curativos de la pizza que practicábamos ella y yo en aquellos bellos días en los que éramos bellas sin esfuerzo. Desde chica, la pizza forma parte del mecanismo de la ley de compensación de mi propio universo. Les explico: dice mi amiga  que además de obsesiva de la comida sana, bah, es posmoderna — que la vida es una ecuación matemática exacta: recibís de manera precisa lo que das, ni más, ni menos. Es por eso  yo asumo, con una pizza de por medio  , que ella cree que si ingiere solo cosas saludables, el universo le dará la salud que ella espera. A este principio pseudo científico al que mucha gente adscribe se lo conoce como la ley de compensación, y es para mí una gran patraña aplicado a la vida. Y esto lo digo con conocimiento de causa: han sido tantas las veces en mi vida en las que di todo lo que tenía para dar   tanto dí que hasta parecía más de lo que tenía  , y a cambio no recibí nada, que ahora sólo creo en los poderes de la pizza...

 La pizza es la piedra filosofal de aquello que yo practico y entiendo como mi ley de compensación: lo que la vida me da o me quita, lo celebro o lo compenso con una pizza... 

Aquí les paso mi receta compensatoria y, a continuación, les comparto un curativo texto de Martha Medeiros que traduje del portugués cuando volví de comer pizza con mi ex-amiga.


Moscato, pizza y fainá: la mejor argentinada.
Para ahuyentar el mal de amores: pizza de jamón y morrones.
Para sacarte toda la bronca: pizza casera, bien amasada.
Para superar peleas: con verdeo y panceta.
El mejor afrodisíaco: pizza en pelotas, con los dedos...
Como entrada: pan de pizza a la canasta.
Para un día aburrido: pizza verde gratinada.
Para visitas inesperadas: pizza comprada.
Para comerla viendo a Sherlock: fugazzeta y doble queso.
Para detener el llanto: pizza con tomate y ajo.
Para celebrar la vida: pizza con lonjas de longaniza.
Para el invierno: pizza de cancha.
Para el verano: pizza fría en el desayuno.
Para los chicos: pizza con varios huevos fritos.
Para un domingo de soledad: una pizza individual.






Creo en una gracia mayor, de Martha Medeiros




"Cada semana, una novedad. La última fue que la pizza previene el cáncer de esófago. Creo en una gracia mayor. 

El tomate previene eso, la cebolla previene aquello, el chocolate hace bien, el chocolate hace mal, una copa de vino al día no hace nada, cualquier trago alcohólico es nocivo, tome agua en abundancia, pero no exagere...

Ante tal profusión de descubrimientos, encuentro más seguro no cambiar de hábitos. Seré directa con respecto a lo que le hace bien y lo que le hace mal a mi salud.




El placer hace mucho bien. Dormir me hace sentir 0 km. Leer un buen libro me renueva. Viajar me pone tensa antes de embarcar, pero después rejuvenezco unos cinco años. Los viajes aéreos no me hinchan las piernas: me hinchan el cerebro, y vuelvo llena de ideas.

Pelear me provoca arritmia cardíaca. Ver personas con accesos de estupidez me revuelve el estómago. Ser testigo de personas tirando latas de cerveza por la ventanilla del auto hace que pierda mi fe en el ser humano. Y los noticieros... Deberían prohibirlos los médicos  ¡cómo duelen!

Caminar me hace bien, bailar me hace bien, permanecer en silencio cuando una discusión está que arde hace mucho bien. Se ejercita el auto-control y se levanta una al día siguiente sin arrepentirse de nada. ¡Despertar arrepentida de lo que dije o lo que hice anoche es perjudicial para la salud! Y pasar el resto del día sin coraje para pedir disculpas, peor todavía. No pedir perdón por nuestras macanas causa cáncer, no hay tomate ni mozzarella que lo prevenga.




Ir al cine, conseguir un lugar central en las filas del fondo, no tener a nadie obstaculizando su visión, ningún celular sonando y que la película sea espectacular, ¡guau! El cine es mejor para la salud que el pochoclo. Una conversación es mejor que una cargada. El ejercicio es mejor que la cirugía. El humor es mejor que el rencor. Los amigos son mejores que la gente influyente. El ahorro es mejor que la deuda. La pregunta es mejor que la duda."


jueves, 10 de diciembre de 2020

Subjuntivo





Debería quitarme el Subjuntivo,
ese modo sutil y complicado
de querer el calor cuando hago frío,
de preferir tu seco a mi mojado
y de añorar aquello que no ha sido
desperdiciando así mi Indicativo.


Debería quitarme de los labios
la expresión cotidiana del deseo
que a una magia falluta subordino,
todo eso que cuelgo del destino
para cuando de cambio sople el viento 
haciendo impersonal a mi albedrío. 


Debería empezar esta mañana 
abonando la tierra de esto tengo,
desmalezar a mi jardín del ojalá,
con mis muertos enterrar a mi pasado, 
asumir que mis miedos son mis riesgos 
y desterrar como hereje a la esperanza 


de ser otra en el tiempo, de otra horma, 
una mujer sin nido pero alada,
una que vuela más alto y ve más lejos...


Yo debería, vida, mas no puedo:
el deseo es el as bajo mi manga...
Es que llevo al Subjuntivo en el alma.


A boca de jarro

Ilusiones en frasquito





Deberé acatarlo mansamente: 
mi tiempo de creer se ha terminado, 
ya se ha ido, con Dios lo han enterrado.
Hoy es noche de brujas y de muertos,
pero es que yo descreo de los vivos,
los que en domingo tocan a mi puerta
vestidos de palabras y vacíos.

Ya no creo en el milagro que prometen
quienes venden ilusiones en frasquito,
quienes, con Dios en el bolsillo, nos ofrecen
las recetas que aseguran que se puede
hacerle frente a las fuerzas del destino,

los que intentan traficar con la esperanza
de que por el mero hecho de soñarlo
la fortaleza que anhelamos se construye,
los que insisten, en modo imperativo,
en que obtengamos la dicha por pedido.

Una legión de descreídos en pena
saldremos a las calles en protesta
alguna noche que otra como esta,
los refugiados huyendo de la tierra
de la mentira de un Dios a domicilio,

de la estafa de decir que con pensarlo
la salud se hace luz en nuestras casas,
el trabajo que buscamos nos encuentra,
el amor que se nos fue se nos regresa
y la vida que soñamos nos recibe.



A boca de jarro

The saddest eyes

Imagen relacionada
Edvard Munch, "Girl Looking out the Window"
.
To Bea 


Resultado de imagen para clave de solYou've got the saddest eyes I've known, 
Slanting down, bulging a little
On the whiteness of your nose,
               Crowning a certain chubby pinkness                       
From what to me seems like a throne.

You've got the saddest look 
My eyes have ever seen,
And yet, you see, it gives me joy:
Your eyes see me when all the world 
Around looks on myself with some neglect.

The very greenness of your eyes
Hides all the secrets never told,
Still I've heard your untold secrets
Within my soul 
a thousand times before.

The sea of sadness of your eyes is full of breathing air, 
And I rejoice to be the one you chose
That stormy day, the day we met,
The night you rescued me from drowning 
In the waters of despair

Imagen relacionada                               Before your eyes just glowed...






Natalie Cole #16 "That Sunday That Summer"



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